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Mojitos, horchatas, granizados… ¿Engordan las bebidas del verano?

En verano solemos beber más, y no sólo como parte de una necesaria hidratación, sino porque la estación lo lleva casi implícito. Hace calor, se tiene más tiempo libre, abundan las terrazas…

Además, tomamos bebidas que no se consumen el resto del año, o al menos no tanto. Es un clásico el tinto de verano, la horchata, los granizados…

Pero, ¿engordan estas bebidas del verano? Pues algunas sí y otras que pensábamos que engordan resulta que apenas lo hacen. Hay muchos falsos mitos sobre las bebidas.

Está claro que para combatir la sed y favorecer la hidratación, lo mejor es el agua, que además tiene o calorías y por lo tanto no sólo no engorda, sino que favorece la eliminación de toxinas.

Pero en la tele nos venden los refrescos como remedio universal para quitar la sed, y lo cierto es que a casi todo el mundo le dan más sed y además tienen un buen puñado de calorías: 132 una lata de 33 cl, casi todo azúcares.

Aún así, un refresco tiene más calorías que una cerveza, por mucho que la mayoría piense lo contrario y se hable de ‘tripa cervecera’ y no de ‘tripa refresquera’. Una caña de 25 cl tiene sólo 88 calorías, y si la mezclamos con gaseosa para convertirla en clara, menos aún, unas 60 calorías. Si es con limón con lo que se mezcla, las calorías aumentan hasta 125, las mismas que tiene el clásico de los clásicos de esta estación, el tinto de verano.

Los granizados, por su parte, no engordan tanto como cree la mayoría, aunque tienen mucho azúcar: aportan unas 150 calorías por cada vaso de 25 cl.

Eso sí, un clásico más reciente, el mojito, puede aportarte hasta 200 calorías por cada 25 cl. Y es que cuando las bebidas contienen alcohol el aporte calórico suele dispararse.

Lo que más puede sorprender es la aparentemente inofensiva horchata, otro clásico del verano, sobre todo en Levante. En la horchata el nivel de calorías casi se dispara. Por cada 33 cl ingeriremos más de 230 calorías, un 12% de azúcares y un 2,4% de grasas. Así que ojo con pasarse, porque puede ser la bebida del verano más potente en cuanto a aporte calórico, al menos de las más habituales.

No hay más. Si quieres refrescarte en verano, acabar con la sed y no engordar, lo mejor es el agua. El resto de bebidas repártelas sabiendo cuánto engordan, y mucho ojo con la horchata, pues si te pasas, lo notarás.

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* Foto: GTRES

No te olvides nunca de la crema solar (y trátala bien)

a00463568 1574Exponerse al sol sin una buena protección puede ser peligroso, sobre todo si tu piel es de por sí delicada. Pero hay quienes pasan por completo de las cremas solares, y eso les convierte en blanco de los rayos y de sus posibles efectos nocivos.

Las cremas solares deben usarse siempre si uno va a estar expuesto al sol, y no digamos si se va a ir a la playa o de excursión. Cuanta más protección, mejor. Es mejor ponerse menos moreno o tardar más en hacerlo que convertirse en un cangrejo.

No es excusa que sean caras, porque hay de todo y no siempre las que más cuestan son las mejores. Lo que sí se debe tener en cuenta es que si ‘te olvidas’ de comprarla, adquirirla en la playa te puede suponer gastarte el doble e incluso el triple. Así que acude a una gran superficie y prevé su compra antes de que la necesites realmente.

Después, no lo dejes por cualquier sitio para que se estropee y tengas que comprarte otra. Vale que las cremas solares sólo suelen usarse en determinadas fechas del año, pero es mejor conservarla bien y durará mucho tiempo. Lo que está claro es que van perdiendo eficacia con el tiempo, pero sus envases suelen indicar el plazo de utilización. Por ejemplo, 12M significa que ofrece protección al menos durante un año.

Para conservarlas bien, debe cerrarse la tapa por completo, pues de lo contrario será fácil que se seque y que acumule microorganismos.

a00445569 1185Cuando se lleva encima, la crema debe guardarse dentro de un bolso, mochila o similar, pues la luz directa y el calor de los rayos solares no favorecen en absoluto su conservación.

En casa, debe guardarse en un lugar seco y alejado de la luz. Lo más habitual es hacerlo en el cuarto de baño, y ese lugar no es aconsejable por la humedad.
Si la crema huele raro, tiene un aspecto diferente a cuando se abrió o una textura distinta, lo mejor es tirarla y no exponerse a que no haga efecto o haga alguno no deseado. Y si te la has aplicado y ves que no hace efecto, obviamente, lo mismo.

La cantidad recomendada para todo el cuerpo es de 35 gramos cada dos horas, y recuerda que, aunque algunas cremas soportan el agua, es mejor volver a aplicársela después de cada baño.

Una de cada seis personas acaba desarrollando a lo largo de su vida algún tipo de cáncer de piel, y el sol es culpable de buena parte de ellos. Así que no te tomes estos consejos a la ligera.

Las grandes superficies son los establecimientos en los que la OCU ha comprobado que estas cremas son más baratas y las parafarmacias y los aledaños de las playas donde son más caras. Así que no te olvides de comprarlas con tiempo.

 

La idea es no acabar así.

La idea es no acabar así.

* Fotos: GTRES.