Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Zapatero «garantiza»; Rajoy «no logra»

A falta de noticias nacionales, los verbos también hacen su agosto. El regreso de Zapatero, Rajoy, Gallardón, etc., a las primeras páginas de la prensa es una señal de que las vacaciones se van acabando. Por eso, quizás, cada periódico afila sus verbos sin disimulo como entrenamiento para el nuevo curso político.

Las portadas de hoy, en ese sentido, son antológicas.

El Mundo manda con el PP y apuesta por «dar por hecho» a cuatro columnas para el segundo de Gallardón.

El Pais se suelta el pelo y adorna a Zapatero con un abanico de verbos que no tendrían precio en vísperas electorales:

Zapatero «garantiza», «defiende» «respalda» y «asegura» (…) en primera página a cuatro columnas.

Y le dedica una columna de salida a Rajoy pero con otro tipo de verbos:

Rajoy «no logra» y «fue incapaz» (…)

En la pelea de PRISA (Sogecable) y MEDIAPRO (La Sexta) ninguno de los dos diarios coincide con el nombre de los sujetos de la noticia, pese a que ambos hablan de lo mismo.

El Mundo titula con «La Sexta dice…»

El País titula con «Audiovisual Sport suspende…»

A petición de Pericles, copio y pego ahora mismo un sabio artículo de Fernando Savater, publicado ayer en El País. Se me escapó porque sólo ví las portadas on line de los diarios y, en estos días, no tengo los de papel. Lo siento. Como puede ser de pago, y el enlace a veces no funciona bien para todos, lo copio y pego. Gracias, Pericles. No suelo perderme ningún artículo de nuestro filósofo de cabecera. ¡Que aproveche!.

Instruir educando

FERNANDO SAVATER en El País 23/08/2007

Creo que fue Azorín quien dijo que «vivir es ver volver». Razón no le faltaba, al menos en cuestiones de debate intelectual. Yo estoy tan escarmentado de la manía de suponer que ciertos conceptos periclitan o que algunas polémicas han sido definitivamente superadas que no me extrañaría mañana encontrarme con defensores de la doctrina del éter, del flogisto o de la infalibilidad del Papa. Cuestión de paciencia, nada más. Aun así, me ha sobresaltado un poco tropezar de nuevo con la oposición irreductible entre instrucción y educación, suscitada en un artículo de Sánchez Ferlosio («Educar e instruir», EL PAÍS, 29-VII-07) y prolongada después en otro de Xavier Pericay («Educación, instrucción y ciudadanía», Abc, 14-VIII-07). Como telón de fondo y pretexto ocasional está la polémica en torno a la Educación para la Ciudadanía, que no parecía en sí misma muy estimulante -en los términos truculentos en que se ha planteado- pero que quizá vaya a tener la inesperada virtud de traer a primer plano cuestiones importantes sobre la educación en general. Si es así, bendita sea.

En principio, la instrucción -que describe y explica hechos- y la educación, que pretende desarrollar capacidades y potenciar valores, son formas de transmisión cultural distintas pero complementarias, es decir, en modo alguno opuestas ni mutuamente excluyentes. Por poner un ejemplo: dar cuenta objetiva de ciertos sucesos y procesos es instructivo; verificar así lo valioso de la objetividad para el conocimiento humano es educativo. Otro: constatar la reprobación casi universal del asesinato dentro de las comunidades humanas es instructivo; deducir de ello el notable valor de la vida del prójimo (aunque no así, ay, el de los menos próximos) para los hombres resulta educativo. Etcétera… Perdónenme la obviedad, mañana les prometo volver a ser ingenioso. La instrucción promueve el conocimiento de lo que hay, la educación se basa en ella para conseguir destrezas y hábitos que nos permitan habérnoslas lo mejor posible con lo que hay. Pero ello no implica que la instrucción carezca de propósito referente a cómo vivir ni que la educación tenga licencia para convertirse en mero voluntarismo contrafáctico. A mí no me parece tan difícil de entender, pero quizá sea yo demasiado simplón.

La contraposición instrucción-educación es semejante en más de un aspecto a la que en periodismo se establece entre información y opinión. Sostiene la sana doctrina que nunca debe confundirse en un medio de comunicación la una con la otra: la información de lo que sucede no debe contaminarse con la opinión que interpreta y valora lo que sucede. Pero todos sabemos que incluso la información más objetiva implica elementos opinativos, sea en la forma de redactarse, en la selección de lo relevante frente a lo negligible o en la importancia que se concede a unos hechos sobre otros similares, que no siempre coincidirá con lo que preferiría la subjetividad de cada cual: si el mismo día muere mi padre y fallece el Rey (q. D. g.), los medios de comunicación primarán el segundo acontecimiento sobre el primero, aunque para mí el impacto de ambos sucesos sea inverso. De modo paralelo, los artículos de opinión y los comentarios más fiables serán -o creo yo en mi simpleza optimista que deberían ser- los que se apoyen en una información mejor documentada, sin la cual las opiniones son meros caprichos o exabruptos. Por tanto, distinguir y presentar separadamente información y opinión dentro de lo posible es muy aconsejable, pero ello en modo alguno comporta que la información nunca opine o que la opinión deba estar desinformada. Pues bien, la distinción (y la vinculación necesaria) entre instrucción y educación es de un corte bastante parecido.

Me parece que enfrentar la instrucción y la educación, incluso llegando a valorar una como recomendable y la otra como manipuladora, resulta absurdo cuando se considera en su conjunto el sentido de la transmisión cultural. Ambas responden a la necesidad de proporcionar a los jóvenes los elementos que consideramos más útiles para que su vida y la armonía social tengan esperanza de prosperidad. Según este cri-terio, tan importante es que el neófito conozca el dato objetivo de que la carne humana es comestible como la pauta moral que recomienda enérgicamente otro tipo de dieta. Y así llegamos a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que parece destinada a nacer bajo el sol melancólico de Saturno, devorador de sus propios hijos.

Entre los adversarios que ya tiene la neonata, los menos virulentos admiten que debería centrarse solamente en la enseñanza de los Derechos Humanos y de la Constitución, pero sin pretender referirse a cuestiones éticas (que por lo visto son atribución exclusiva de los padres y no pueden ser generalizadas gubernamentalmente sin incurrir en totalitarismo). La primera pregunta que se me ocurre ante este asombroso planteamiento es: ¿cómo puede instruirse a nadie sobre tales derechos y tal ley fundamental sin mencionar las implicaciones morales de que están llenos y los principios éticos en que se basa? Si un alumno pregunta por qué debe respetar tal legislación… ¿qué habrá que contestarle? ¿Que si no cumple con lo que mandan las autoridades irá a la cárcel y sanseacabó? Al hablar de los Derechos Humanos, ¿podrá contarse su historia, las luchas de que provienen contra poderes y tradiciones, sus enemigos seculares… el primero de los cuales por cierto fue el papado? Al instruir sobre la Constitución, ¿cabrá mencionar que ampara libertades y garantías que fueron negadas por la pasada dictadura y por otras actuales? ¿Podrá subrayarse su carácter de acuerdo histórico y que como tal puede ser modificada si parece conveniente a la mayoría, para reforzar los valores que pretende establecer? ¿O tales explicaciones deben ser cuidadosamente omitidas para no caer en lo tendencioso?

Aún hay duros de mollera que se escandalizan al escuchar que ciertas disposiciones éticas responden a las exigencias mayoritarias de convivencia y no a la conciencia de cada cual. Pues sin embargo así es, al menos en las democracias del siglo XXI. Por eso también la Educación para la Ciudadanía no puede ni debe confundirse sin más con la formación moral. Hay una dimensión ética que corresponde a las convicciones de cada cual y en la que ninguna autoridad académica puede intervenir: nadie debe imponerme la obligación moral de considerar aceptable la homosexualidad o el aborto, si mis creencias o mi razón me dictan otro criterio. Pero es necesario que conozca el valor moral de tolerar cívicamente aquellos comportamientos que no apruebo o incluso que detesto, siempre que no transgredan la legalidad y en nombre de la armonía social pluralista. Aún más: debo comprender la valía ética -estrictamente ética- de las normas instituidas que permiten el pluralismo de convicciones y actitudes dentro de un marco común de respeto a las personas. Y eso delimita una frontera entre lo que puede y no puede aceptarse también a nivel personal: tengo derecho a considerar vicio nefando la homosexualidad pero no a hostilizar o proscribir las parejas homosexuales. Puedo tener personalmente por importantísimas las raíces cristianas de Europa, pero no puedo considerar mal europeo a quien no sea cristiano ni mal español a quien no sea católico. Y puedo tener la íntima convicción de que muchos malvados merecen la pena de muerte, pero no debo ocultar a los jóvenes que la sociedad democrática en que vivimos ha adoptado como norma la abolición del castigo capital por sus implicaciones deshumanizadoras. Es decir: debe haber una asignatura de ética que reflexione sobre el origen, fundamento y necesidad de los valores humanos en general y una asignatura de Educación para la Ciudadanía que transmita la exigencia moral de tener valores comunes instituidos legalmente, que sirvan de directrices al comportamiento social aunque no puedan serlo siempre de la conciencia personal.

Es preciso instruir y es preciso educar. Lo que no es aconsejable es el puro «adoctrinar», o sea, presentar lo que es un resultado de debates y acontecimientos históricos como algo inamovible, llovido directamente de la eternidad. Dar a entender que todos los profesores de la nueva asignatura son dóciles marionetas al servicio de los intereses gubernamentales es una majadería calumniosa que no merece más comentario. Pero no es imposible que entre ellos aparezca algún iluminado de esos que bloquean el aprendizaje crítico de los alumnos a fuerza de consignas incendiarias y de empeñarse en subvertir lo que aún ni se ha molestado en enseñar (tal como explicó Hannah Arendt). Y es de temer que aún más frecuentes sean los enseñantes que se refugien en la corrección perogrullesca y tímida, en vista del jaleo organizado en torno a este asunto. Es preciso no dejar solos a quienes creen en la oportunidad de la asignatura y están dispuestos a esforzarse entre lógicos tanteos por darle la mejor realidad posible, con prudencia pero también con cierta audacia. De modo que los demás no tendremos más remedio que seguir polemizando en defensa de lo obvio, con la pereza que da…

Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

11 comentarios

  1. Dice ser imagina

    Hay veces en que hasta juraria que Fernando Savater, aparte de muchas otras cosas, también es “filósofo” (¿) y digno de atención.Aunque en mi caso la atención, sobre todo, se debe a los méritos que le conceden Pericles y JAMS.Saludos

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser pericles

    JAMS, se te han quedado en el tintero estas interesantes opiniones de Fernando Savater sobre la “Educación para la Ciudadanía”. Comparto su opinión, instruir y educar, no es adoctrinar. Adoctrinar, es otra cosa. No hace mucho la sufrimos, y no es lo mismo. Aquí dejo el enlace, que cada cual saque sus propias conclusiones.http://www.elpais.com/articulo/opinion/Instruir/educando/elpepuop…Saludos.

    23 agosto 2007 | 11:44

  3. Dice ser Saltaparapetos

    El escrito de FS es algo prolijo pero lógico.La traducción en la practica de esta nueva asignatura parece que no seguir ese camino de cordura y valores democráticos burgueses que apunta FS.Como nos recordó un apuntador hace unos días copiando secciones de los libros de texto, que nadie pudo rebatir y que eran abominables.Algo parecido pasa en las comunidades con fuertes movimientos nacionalistas. Los libros de educación general son unos panfletos llenos de falsedades históricas e interpretaciones interesadas.Mientras tanto yo no he visto poner el mismo esfuerzo de argumentación y debate en el pésimo nivel educativo de la escuela y la universidad de nuestro país.Claro que un debate así es menos de banderias políticas y cuesta mas elaborarlo.

    23 agosto 2007 | 14:16

  4. Dice ser pericles

    ¿Nadie pudo rebatir qué? En primer lugar, creo que quedó demostrado que dichas secciones no eran libros de texto homologados a los que se podrán utilizar en los centros educativos. Porque el texto de referencia era una obra que intentaba contestar a todos aquellos que se oponen a la citada asignatura. Y en segundo lugar, creo que se dejaron enlaces a los textos legales que contemplan los contenidos de la citada materia, y por ningún lugar aparecía nada que tuviera que ver con adoctrinamientos ni ideologías políticas. Salvo que el respeto a los demás seres humanos y al entorno natural y las nociones de democracia y de libertad incluidas en nuestra actual Constitución se consideren una ideología concreta enfrentada a otras que tengan cabida en nuestro sistema político.Además, hay un aspecto al que parece que pocos prestasen atención. Y es a la interpretación sobre cada aspecto de la citada materia que puedan darle en cada centro educativo (pensemos en los católicos conservadores) o dependiendo de cada docente (idem).Saludos.

    23 agosto 2007 | 14:33

  5. Dice ser curro

    el catecismo y el que no lo acepte a la hoguera con el, así muchos de los opositores al famoso intento del gobierno por dar importancia a los textos constitucionales se quedaran tranquilos, joder con la carcundia lo fina que esta para joder el progreso del pensamiento en las aulas y que poco se preocupa de lo que pasa en las que controla el clero, que son la tira.

    23 agosto 2007 | 15:14

  6. Dice ser Saltaparapetos

    Vamos a los datos Pericles,Rebatir no ha rebatido nadie la informacion que dio en su dia un apuntador de esta bitacora respecto al contenido preciso de uno de los manuales de Educacion de la Ciudadania.El citado apuntador dio otro dato ademas del titulo y autor de la obra, dijo que solo habia tres manuales editados, el repugnante de Ed. Akal, y dos mas de Octaedro y Santillana, de cuyo gusto aun no sabemos nada.Te vuelvo a repetir, nadie rebatio ni el contenido de la obra ni su posible uso en los colegios.Ademas te recuerdo tu afirmacion: «Reconozco que no he tenido en mis manos ningún manual de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía».Para terminar pongo el enlace con la entrada de la bitacora en cuestion, donde se pueden leer mas citas textuales y el titulo y autores de esa aberracion.https://blogs.20minutos.es/martinezsoler/post/2007/08/07/lo-nunca-…Ademas una seleccion del texto del manual dar algun dato:«El capitalismo impone su orden totalitario con infinitamente mayor eficiencia que todos los campos de concentración nazis juntos» (pág.154). «Se puede defender el Estado de Derecho sin dejar de reconocer los comunistas tenían razón al defender que la lucha política debía entablarse extraparlamentariamente» (pág. 177)Me cuesta creer que un libro con semejantes peligrosas barbaridades se pueda usar como manual de esta asignatura en las escuelas, pero hasta ahora nadie ha dado ninguna prueba de lo contrario.

    23 agosto 2007 | 19:51

  7. Dice ser pericles

    Saltaparapetos, vamos a los hechos.La citada obra de editorial AKAL no es un MANUAL de Educación para la Ciudadanía homologada para ser utilizada en los centros docentes por los alumnos que cursen la asignatura. Se trata de un ENSAYO crítico sobre la citada materia, que incluso considera como “farsa” los contenidos de dicha asignatura, ya que en su concepto, los valores que se enseñan son una mentira, ya que en su entender el liberalismo y el capitalismo lo que han traído a la humanidad es “la miseria, la injusticia, la violencia, la mezquindad y el horror humanos que han caracterizado en el plano ‘práctico’, a ras de tierra, en todo tiempo y lugar a las sociedades humanas; con una virulencia sin límites en el Capitalismo brutal del último siglo y las cómplices democracias occidentales” .Se trata, por lo tanto, de una obra ideológicamente marxistizante y anticapitalista, no de un libro de texto, por lo que resulta difícil rebatir a alguien que ha presentado argumentos falsos. Quienes dicen que esto es un manual de texto creo que intentan manipular lo que realmente intenta la citada asignatura: el respeto y la convivencia en la libertad, la igualdad y la democracia. Y por supuesto, no estoy de acuerdo con el punto de vista de sus autores.http://www.agapea.com/Educacion-para-la-Ciudadania-n679057i.htmSaludos.

    23 agosto 2007 | 21:13

  8. Dice ser alicia

    esto es a cuenta de otra cosa de otro sitio, pero es muy acertado que lo escriba aquí también:»creí que había cometido un error:»me he equivocado»…pero ni yo mismo me había dado cuenta de las consecuencias.No fue un error.Pero ni siquiera yo lo supe.»Ni yo se porqué hago algunas cosas, aunque he de reconocer que me admiran las consecuencias. Por lo positivas y bienintencionadas y acertadas que son. Ni el cerebro mas inteligente del mundo sería capaz de hacer semejantes cálculos…Así que dejarme en paz…Por eso, porque no soy «consciente» de las consecuencias… soy «inocente». Cuando se me alcanzan a ser conocidas las cuento…Pero a pesar de ello he pagado el precio de mil condenas.¿Un escritor puede «pensar» en una décima de segundo, un libro que se va a poner a escribir…?¿Un filósofo «siente» en una décima de segundo lo que va a desarrollar durante unas horas de exposición o de escritura, aunque sea Savater?¿»siente» una persona en una décima de segundo que con esa otra tendrá una relación si «lo intenta»?(todas las personas somos casi iguales…)Se equivoca el que piense que puede «controlar», en estos momentos, y parece que es mejor así, esas millonésimas de segundo.Así que dejarme en paz. Dejar de pensar en mi. Por eso intenté escribir de forma anónima. Pero veo que no tiene solución, así que intentaré buscar alguna.

    24 agosto 2007 | 03:00

  9. Dice ser emiliezola

    ….. Esto si q es llevar la Memoria Histórica a nuestros días….. Y q este Tocqueville, debió de ser futurólogo y preveer q algún día en España gobernaría un régimen como el q describe. «Clavaito»,,¡¡¡¡Y en 1848¡¡¡ Seguro q ahora lo habría ampliado:»…y persiguiendo y amenazando a quien no opine como el Régimen…..»de Asturial Liberal.org).»……Nadie vió con mayor claridad que el gran pensador político, De TocquevilIe, el conflicto irreconciliable entre la democracia y el socialismo: «La democracia amplía la esfera de la libertad individual», decía en 1848.«La democracia concede todo el valor posible al hombre, mientras que el socialismo hace de cada hombre un simple agente, un número. Democracia y socialismo no tienen otra cosa en común que una palabra: igualdad. Pero he aquí la diferencia: en tanto que la democracia busca igualdad en la libertad, el socialismo busca la igualdad en la restricción y la servidumbre».

    24 agosto 2007 | 05:03

  10. Dice ser Saltaparapetos

    Pericles, gracias por la aclaracion.

    24 agosto 2007 | 08:41

  11. Dice ser smg310

    El libro de Fernández Liria, que yo sí he leído de “pe a pa”, no se escribe como manual para la asignatura pues el mismo autor se ha manifestado en contra de la misma. Es desde luego un ensayo con fines pedagógicos, eso es indiscutible. Y no olvidemos que el público adolescente al que también puede ir dirigido, tiene al menos quince años, y doce meses después está en disposición legal de acceder al mercado de trabajo, y tomar decisiones que afectan a su futuro.En cuanto a las citas que aquí se “cuelgan” nadie que haya leído el libro puede rebatirlas, escritas están, pero forman parte de capítulos bastante mas densos y explícitos. Y solamente leyendo el capítulo en cuestión encuentran su sentido.De todas formas parece que lo de la protesta o actividades extraparlamentarias parece duro, pero que otra cosa es lo que hace la AVT, que otra cosa hacen los sindicatos cuando convocan huelgas y manifestaciones, por no hablar de los grupos de presión organizados por corporaciones, o las manifestaciones de la propia iglesia. Por no hablar de los partidos cuando movilizan a sus bases para plantear en la calle reivindicaciones.El manual en cuestión no oculta desde su mismo título hacia donde va dirigido, pero como lo he leído, emplazo a cualquiera a que me demuestre que su orientación es totalitaria y va en contra de los principios democráticos.Otra cuestión distinta es que pensemos que el capitalismo es condición necesaria de la democracia. Los autores no piensan así, y dedican la mitad del libro a exponer su punto de vista, además de realizar un recorrido histórico por el mismo y recordarnos las ocasiones en que el capitalismo ha convivido con sistemas políticos que desde luego no eran democráticos.Pero hasta la página 119 creo recordar, no aborda la crítica del capitalismo, al contrario hace una defensa de la Ley tomando como ejemplo la condena a Sócrates y la actitud de éste defendiendo el cumplimiento de la misma incluso en el caso, como era su caso, de leyes injustas.Para mí la crítica a este ensayo solamente encuentra justificación, tal como se ha planteado, en la oposición y censura a la divulgación de otras ideas, incluso a la divulgación de hechos históricos irrebatibles.La polémica sobre esta asignatura solo tiene como excusa la lucha por el poder, aprovechar una coyuntura más para plantear otra batalla contra el gobierno. Emplazo a quien quiera a que compare el temario de esta asignatura con la asignatura de Ética que se imparte en la Comunidad de Madrid con las bendiciones de todos los que protestan ahora.Salud.

    24 agosto 2007 | 11:18

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