Una vuelta al cole llena de miedo e incertidumbre

La semana próxima Jaime volverá al colegio. Los centros de Educación Especial en la Comunidad de Madrid, igual que los ciclos de Infantil y Primero, Segundo y Tercero de Primaria, pisarán de nuevo las aulas de las que fueron vetados en marzo el 8 de septiembre.

En su caso, su colegio es pequeño, con menos de medio centenar de niños y ratios de cinco alumnos por clase, minúsculas comparadas con las de su hermana que el 17 de septiembre comenzará Sexto de Primaria. Quiero creer esos números reducidos rebajan el riesgo de contraer la enfermedad, pero lo cierto es que el virus puede estar en cualquier parte. Y no creáis que todos los colegios de Educación Especial son pequeños, hay centros muy grandes y poblados. Eso sin contar que también hay niños como él incluidos en colegios ordinarios.

Quedan pocos días y sobran las incógnitas. Jaime no tolera llevar mascarilla, no entiende de distancias sociales, no se le puede explicar que no puede tocar todo lo que le venga en gana. Tiene catorce años, pero igual que muchos de los niños que se incorporaron esta semana a las escuelas infantiles, no sabe lo que es el covid, no tiene ni idea de que existe un virus que tiene al mundo en jaque.

Muchos de sus compañeros están en la misma situación. No me cabe duda trabajarán todas esas medidas de seguridad y la comprensión de la situación en el cole, para que en mayor o menor medida puedan ir aplicándolas y entendiendo lo que pasa según su capacidad; pero es una realidad que muchos seguirán sin poder cumplirlas, lo que supone un factor de riesgo añadido. Y eso se traduce en más temor de cara a la vuelta al cole más atípica que se recuerda, sin noticias del peso de la mochila o el coste de los libros de texto.

Los sanitarios no son los únicos retos de muchos alumnos de Educación Especial. Interrumpieron sus clases de forma abrupta hace siete semanas, una mayoría sin comprender en absoluto o bien el motivo. Ahora tendrán que volver tras haber pasado por confinamientos y restricciones, con sus rutinas patas arriba, y tampoco será fácil explicarles y que acepten ese retorno.

Alumnos, padres y docentes tenemos muchos retos por delante que afrontar con asertividad.

Y a los padres y docentes, da igual el ciclo o las circunstancias de nuestros niños, nos toca este curso ser especialmente responsables. Y también cruzar los dedos, no vamos a engañarnos.

Estamos mandando a nuestros hijos aleccionados, cargados de geles y mascarillas, pero con una piedra en el estómago.

¡Qué difícil es gestionar el miedo y la incertidumbre!

1 comentario

  1. Dice ser Madresestresadas

    Mis hijos ya son universitarios, y no hago más que pensar en qué hubiese hecho yo si esto pasa hace unos años. Y que hay niños que no ir a clase «»no les afecta»» y otros necesitan amigos, rutinas….
    Si tu pensaras no llevarle, porque tu trabajo y circunstancias te lo permitiesen y porque decidieras que es lo mejor para tu hijo ¿tendrías problemas legales? Porque solo faltaba eso

    Un beso enorme!!

    03 septiembre 2020 | 14:54

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