Necesitamos muchos más campamentos de verano que apuesten por la inclusión

¿Qué hacéis con los niños en verano cuando no hay colegio? Me lo preguntaba una amiga, que aún no es madre, echando un vistazo al calendario escolar de Madrid para el curso que viene, que se hizo público hace pocas semanas.

Le expliqué lo obvio, que cuando ambos progenitores trabajan, las tres opciones más frecuentes pasan por dejar a los niños al cuidado de los abuelos, mandarlos al pueblo (si es que tenemos de eso) y tirar de campamentos. También está la posibilidad de tirar de cuidadores remunerados o agrupar primos bajo el cuidado de esa persona de la familia que no trabaja.

Campamentos los hay de todo tipo. Campamentos urbanos y en el campo; de cinco o seis horas por la mañana o que incluyen pernoctarían; dedicados a actividades deportivas, robótica, idiomas…; carísimos y subvencionados, etc.

Mi hija suele irse a Asturias una o dos semanas con los abuelos y luego va a campamentos en Madrid, pero pasa las tardes en casa.

Con su hermano, que tiene autismo, la cosa se complica y se encarece. Jaime lleva años acudiendo de ocho de la mañana a cuatro de la tarde al que organiza un colegio especial madrileño en el que van a la piscina casi a diario. Nadar es lo que más le gusta y siempre va feliz. Nosotros nos quedamos tranquilos sabiendo que está pasándolo bien en manos cualificadas. El coste es muy superior al del campamento medio para niños sin discapacidad, pero merece la pena.

 

Jaime está severamente afectado y ni nos planteamos que vaya a un campamento convencional, al que acuden mayoritariamente niños sin problemas.

Por dulce y fácil que sea un niño con una necesidad de atención especial, requiere que haya profesionales a su cuidado que no solo estén bien preparados, sino que tengan una sensibilidad y empatía acordes. Eso y también capacidad para atenderlos, y por capacidad me refiero a tiempo y recursos.

Mi hija de diez años, sin autismo, puede estar junto a otros veinticuatro compañeros en clase con un solo maestro. Mi hijo está en clases en las que son cuatro o cinco personas.

Entre medias hay un mundo, pero siempre será preciso contar con más atención, más manos.

Los niños con dificultades especiales, las que sean, tienen todo el derecho a integrarse en todo tipo de campamentos que les motiven o beneficien. Es algo que les puede beneficiar de muchas maneras. También es bueno para los demás niños, para que sean conscientes de la sociedad diversa en la que vivimos. Es una relación que puede ser muy enriquecedora para ambas partes, si los adultos la sabemos gestionar.

Necesitamos muchos más campamentos que apuesten por la inclusión, que abran sus puertas a otras realidades, que sean valientes y les dediquen plazas y recursos. Lo necesitamos imperiosamente y en muchos sentidos.

Pero un campamento jamás debería asumir la responsabilidad de atender a uno de estos niños si no tienen la seguridad de poder manejarlo bien. No es un reto que puedan tomarse a la ligera. Si no tienen la seguridad de poder hacerlo es mejor que lo expongan desde el primer momento.

No se puede ser valiente a secas, hay que serlo respaldado por la capacidad y el conocimiento. No se puede jugar a la prueba y el error con los niños.

Así, tal vez, evitemos un sufrimiento innecesario a muchos niños y noticias como estas:

3 comentarios

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Hola,

    los nuestros son peques aún y los dejamos en la guarde y en el cole que hacen actividades estilo campamento. Es lo que mejor nos pilla, ya que los tenemos cerca de casa. Buscar algo adaptado tiene que ser un suplicio sólo encontrarlo y ya las vueltas para dejarlos y recogerlos… la verdad es que debería de haber más diversidad, aunque e problema a lo mejor también pasa porque no hay profesores debidamente preparados..

    Besos!

    Anabel

    08 julio 2019 | 14:47

  2. Dice ser mercedes borja

    ¡Es tremendo! Ya es suficientemente difícil tener un niño con problemas como que todo sean trabas y encima todo más caro. Yo tengo un hijo de cuatro años también con autismo y este verano, a pesar de que lo necesitaría, tanto él como yo por temas de trabajo, he decidido dejarlo en casa conmigo. Por un lado, porque solo hay 8 plazas disponibles por cole para niños con necesidades y, entre ellas, ninguna para niños con autismo. Nadie te garantiza que vaya a estar bien atendido y los campamentos específicos son carísimos. La inclusión de debería ser que para que tu hijo estñe bien atendido tengas que pagar cuatro veces más por un campamento, vamos, que la inclusión no existe. 🙁

    15 julio 2019 | 13:25

  3. Dice ser Campamentos

    El problema es que los campamentos de verano (especialmente con pernocta – durmiendo-) necesitan no solo de profesionales preparados sino en muchos casos de unas instalaciones adecuadas (que no son muchas) y eso encarece mucho los costes. Por eso los campamentos específicos son tan caros, además de porque hay pocos.
    Es un tema pendiente no solo de los campamentos de verano, sino del sistema educativo y de todo en general.

    23 agosto 2020 | 11:33

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