A todos esos padres

A esos padres que querrían haber podido estar más tiempo con sus hijos cuando eran recién nacidos, pero a los quince días o antes tuvieron que reincorporarse al trabajo dejando el corazón en casa.

A esos padres que han peleado reducciones de jornada, excedencias o incluso el mero hecho de disfrutar el permiso de paternidad que les correspondía.

A esos padres que nunca creyeron que acabarían poniendo la foto de sus hijos, cuando los tuvieran, de fondo de pantalla. Y ahí están, con los morros llenos de chocolate bajo los iconos de las apps. Para comérselos, con cobertura y todo.

A esos padres que aplauden a rabiar en las funciones escolares y también a los que se las pierden y tienen que conformarse con verlas en el vídeo que otros les mandan. Incluso lo enseñan orgullosos a algún compañero de trabajo.

A esos padres a los que un diagnóstico de autismo, de diabetes, de síndrome de Down, cáncer o parálisis cerebral no los postró en la negación o el negativismo y luchan de forma constructiva y sensata por sus hijos.

A esos padres que nunca soñaron con aprender a hacer purés de verduras y ahora incluso disfrutan con ello.

A esos padres que se dejaron las cervicales aupando a sus hijos pequeños para que vieran pasar a los reyes magos, a las princesas Disney o tuvieran las nubes mas cerca de sus pequeñas cabezas.

A esos padres que han empujado el columpio y han lanzado por los aires hasta quedarse sin brazos.

A esos padres que se comen a besos a sus hijos y no dejan de repetirles “te quieros” y a los que les cuesta un mundo esas demostraciones de afecto pero no por ello les quieren menos.

A esos padres que jamás aprendieron a poner los endemoniados bodies cruzados o hacer trenzas en condiciones, pero al menos lo intentaron.

A esos padres que conservan sus libros infantiles como oro en paño, esperando el día que puedan ofrecérselos a sus hijos.

A esos padres que tienen las canciones de baby shark, huevi, vámonos en bici, Purón o para dormir a un elefante incrustadas en el cerebro.

A esos padres que quieren que pediatras y maestros también se dirijan a ellos en consultas y reuniones.

A esos padres que cargaron con el carrito del niño hasta lo alto de la torre, del castillo o del pueblito en cuesta aquel verano con cuarenta grados a la sombra.

A esos padres que perdieron a sus hijos y darían su vida sin dudarlo por recuperarlos.

A esos padres que han desafiado las piscinas y los mares más fríos para reír en el agua junto a sus niños.

A esos padres que no pueden resistirse a comprar camisetas y vestidos infantiles de AC/DC, El señor de los anillos, StarWars o Led Zeppelin a sus vástagos.

A esos padres que intentan comprender el lío de recomendaciones vacunales de la Asociación Española de Pediatría para que su hijo no se pierda una.

A esos padres que negocian en el trabajo poder ir a las jornadas de puertas abiertas y elegir un buen cole.

A esos padres que saben que el bienestar de sus hijos es más importante que cualquier rencilla, que el fin del amor, que el rencor que duele.

A esos padres que paladean imaginariamente pastelillos de barro, pizzas de plastelina y tartas de arena.

A esos padres que supieron entender que cómo les educaron a ellos no es ahora la mejor manera y se guardaron los cachetes en su pasado.

A esos padres que, cuando se equivocan, saben darse cuenta y pedir perdón.

A esos padres que construyeron un fuerte comanche, arreglan muñecas rotas, ponen pilas y recogen las piezas de Lego que han disfrutado junto a sus hijos.

A esos padres que dominan el arte de camuflar el apiretal y el dalsy.

A esos padres que empiezan a sentir complejo de taxista por andar llevando a sus niños de una extraescolar a otra.

A esos padres que dejaron volar cuando llegó el momento, sin dejar de ser viento bajo las alas de sus niños eternos.

A esos padres que no conciben ya no serlo.

A todos esos padres perfectamente imperfectos; a los que están y los que ya partieron. A todos esos que se merecen nuestro amor y reconocimiento, no solo un día sino todos los del año.

Feliz día del buen padre.

 

Imagen de la serie de animación ‘Sweetness and lightning’.

4 comentarios

  1. Dice ser Vir

    Precioso texto de mama reciente.
    Yo añadiría:
    A esos hombres que aún están en la batalla para poder celebrar su primer dia del padre ya que el embarazo no llega así como aquellos que se han recorrido medio mundo con toda la burocracia esperando el dia que su/s hij@/s estén definitivamente en su casa.

    19 marzo 2019 | 09:18

  2. Dice ser mmmmmmm....

    Me atrevería a afirmar que un padre incapaz de decirle a su hijo que le quiere ni le quiere ni es buen padre. No hay argumentación que me convenza de lo contrario, lo he vivido muy muy de cerca.
    por lo demás me cago en el día del padre, sólo tengo tres hijos.
    y ahora si quieres lo borras.

    19 marzo 2019 | 09:39

  3. Dice ser CasD

    Felicidades , me a encantado 👍

    19 marzo 2019 | 09:57

  4. Dice ser truli

    Solo puedo decir una cosa: precioso. Me ha emocionado.

    19 marzo 2019 | 11:02

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