Pregorexia, un trastorno alimenticio que lleva a controlar en exceso el peso durante el embarazo

embarazoHace ya ocho años, cuando el embarazo y la lactancia eran los temas estrellas de este blog y yo era de verdad una madre reciente, ya escribí sobre el tema del peso durante el embarazo y el marcaje al que nos sometían muchos ginecólogos y matronas, a veces excesivo, con frecuencia habiéndose informado poco sobre las circunstancias particulares de la persona que tenían delante, en ocasiones con malos consejos nutricionales (mi exginecóloga me dijo que eliminara las legumbres de mi dieta porque no aportaban casi nada y engordaban muchísimo).

Obviamente, engordar en exceso no es buena idea. El embarazo tiene más riesgos, el parto puede ser más dificultoso y la recuperación más costosa. Estar embarazada lo que debería es promover aún más los hábitos saludables que todos deberíamos llevar independientemente de nuestra edad o condición: una alimentación variada y saludable y el ejercicio que podamos asumir adaptado a nuestras circunstancias.

Pero tampoco lo es extremar el cuidado hasta el punto de la pregorexia.

«¿Qué es eso de la pregorexia?», me preguntó mi santo cuando me lo oyó mencionar cuando ibamos en el coche camino de recoger a Jaime en el colegio. Pues es el miedo a engordar de la embarazada llevado a sus extremos.

Más consecuencias del excesivo culto a la imagen en el que estamos inmersos y que no veo que vaya a menos, sino todo lo contrario.

Fulvia Mancini, ginecóloga y responsable médica de clínicas Eva en Cataluña, explica que este trastorno alimenticio, menos conocido que la bulimia, la anorexia o la vigorexia, puede producir retraso mental, parálisis cerebral del bebé y hasta muerte intrauterina

Mancini aclara que este trastorno no está tipificado como tal en el Manual de Trastornos Mentales, ni siquiera es un diagnóstico médico empleado por los especialistas. «El término, lo han acuñado los medios de comunicación, lo que, aclara, no significa que no sea real»; estudios llevados a cabo en el Reino Unido calculan que un 7,6% de las mujeres embarazadas a las que se estudió tenía síntomas compatibles con trastornos de la conducta alimentaria, y el 23,4% estaba muy preocupada por su peso y su figura.

La doctora Mancini observa unas pautas con las que identificar a quienes la padecen. Se trata de mujeres que “no hablan del embarazo como si fuera real, cuentan obsesivamente las calorías, intentan siempre comer solas o se saltan las comidas, entrenan excesivamente, y pueden llegar a procurarse el vómito.”

En los tres primeros meses del embarazo, estos síntomas pueden llegar a enmascararse con los propios de la gestación: nauseas y vómitos, principalmente. Algunas mujeres presentan problemas con según qué tipo de alimentos y hasta pierden el apetito.

Lo normal, añade, es que estas pacientes no reconozcan su problema y que, además, rechacen el tratamiento.. Es muy raro que admitan espontáneamente que tienen un problema de conducta alimentaria.

La ginecóloga de Clínicas Eva recomienda a familiares y personas del entorno que estén atentos en el caso de mujeres que hayan padecido trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia y bulimia. Ante cualquier cambio en la relación con la comida, la pareja o los familiares deberían ponerse en contacto con el ginecólogo o el médico de cabecera. El doctor mismo debería sospecharlo en una paciente que no aumenta, o pierde peso, durante el embarazo.

Si no se detecta, las consecuencias pueden ser graves para la madre, pero devastadoras para el bebé.

La madre puede desarrollar anemia, descalcificación ósea, baja producción de leche durante el postparto y caída de cabello, entre otros. Las consecuencias en el feto pueden ser muy graves. Durante el primer trimestre si la paciente no toma suplementos vitamínicos, aumenta el riesgo de alteraciones del tubo neural como la espina bífida. También aumenta la tasa de aborto espontáneo.

Durante el segundo y el tercer trimestre aumenta el riesgo de parto prematuro, retraso de crecimiento intrauterino, retraso mental o parálisis cerebral, malformaciones óseas, digestivas o cardiovasculares. En casos muy graves se puede llegar a la muerte intrauterina.

¿Cuánto se debe engordar en un embarazo? No hay números exactos. Cada caso hay que estudiarlo. Según Fulvia Mancini una mujer con bajo peso es normal que gane entre 13 y 18 kg. Sin embargo, una encinta obesa debería ganar como mucho entre 5 y 9 kg. Para mujeres de peso normal, el estándar son 11-16 kg. Evidentemente, aclara, estos valores cambian si el embarazo es gemelar.

2 comentarios

  1. Dice ser Jaione

    Yo me engordé 17kg y fue muchísimo más de lo que debería (empecé con 53 y acabé con 70, con una altura de 1.60). Aquí sí que me di cuenta de que uno no siempre se engorda por comer… en mi caso no fue así, sé que suena poco creíble pero me engordé sin comer. Y también volví a mi peso antes de que mi pequeñín hiciese su primer mes de vida sin hacer ninguna dieta, eso sí, dando el pecho a demanda que en nuestro caso es una demanda elevada :)! yo siempre he sido de las que he dicho que si uno se engorda es por comer pero en mi caso para mi gran sorpresa no fue así durante el embarazo. Claro que acabé con diabetes gestacional, dieta hecha por la endocrina y también me engordaba más de la cuenta. Ánimo a las embarazadas que lo peor no es engordarse…..!!!

    23 mayo 2016 | 21:31

  2. Dice ser keiko

    cada dia hay mas nombres ms inventos que el cerebro va programando y por lo tanto hacen las cosas mas dificiles.hay si que doy mi parecer por las madres de antaño ..que su unico objetivo era que la creaturita viniera como dios manda asi ellas cojieran kilos manchas hinchasones .claro ahora hay remedios para esto pero se cuidaban pensando en el ser que luego vendria calorias …??? engordar???lo veian natural eso si se cuidaban de no ngerir mucha o poca sal eso dañaba ni mucho dulce ..

    24 mayo 2016 | 01:15

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