Ni bueno ni malo

Es algo que he hablado con frecuencia con mi círculo cercano. Que el carácter de nuestros hijos sea de determinada forma no es ni bueno ni malo.

Imaginad, un niño que no  da nunca su brazo a torcer, al que es imposible convencer a menos que lo vea muy claro, que mantiene su postura frente a quien sea si cree que está en lo cierto o en su derecho. Tal vez se le tache de terco, de cabezota, de inflexible.

En cambio imaginad a un niño dócil, al que se le lleva y se le trae por dónde queremos. Sin posturas ni opiniones firmes. Dúctil como la plastilina. Probablemente se considere que es un bendito, que su forma de ser es una virtud.

¿Seguro?

Probablemente ese primer niño, según vaya creciendo descubra que ser terco y cabezota tiene sus ventajas, que no depender de la opinión ajena, tener seguridad en si mismo y defender lo suyo le viene bien muchas veces. Y otras muchas mal, eso también. Ni bueno ni malo.

Probablemente el segundo niño descubra que ser dócil y dejarse llevar le complica la vida en muchas situaciones. En otras se las facilitará. Ni bueno ni malo.

Al final la conclusión parece ser que cuando una forma de ser de un niño nos resulta  cómoda tiene connotaciones positivas y cuando nos complica la existencia, cuando nos hace más difícil dirigirle, las tiene negativas.

No me parece lo mejor, la verdad. Creo que hay que respetar el carácter que tiene cada niño. Nuestra labor como padres es aceptarles como son y darles herramientas para que estén lo mejor preparados posible para ser felices en este mundo. No juzgarles. Mucho menos clasificarles.

Egoistas, llorones, cabezotas, interesados, vagos, cobardicas, sosos, cariñosos, raspas, buenones, movidos, parados… tengamos cuidado a la hora de colocar etiquetas.

8 comentarios

  1. Dice ser El inoportuno

    Estoy de acuerdo en no intentar cambiar el carácter de un niño, pero hasta cierto punto. Porque dejarle tomar sus decisiones, que muchas veces es pura cabezonería, puede llevar a crearle la falsa sensación de que todo debe partir de él mismo, y creo que la sociedad, cuando deba enfrentarse a ella, no le admitirá tanto margen de maniobra.
    http://ow.ly/qzFpi

    07 noviembre 2013 | 09:38

  2. Dice ser albitaguapa2

    estoy de acuerdo en no etiquetar, no decir eres, pero si nombrar y tratar de cambiar las conductas, si no te sale un monstruito

    07 noviembre 2013 | 10:03

  3. Dice ser Diana

    Es que efectivamente los niños no son «buenos» ni son «malos». Si tachas de malo a un niño es muy posible que lo acabe asumiento como tal y se vuelva malo de verdad. Los niños están ineducados y hay que educarlos en lo que se entiende como comportamiento correcto. Si el niño es de los que se tira pataleando al suelo habrá que corregir ese comportamiento. Si no se corrige, simplemente será un maleducado de los que hay a cientos. No hay nada que yo odie más que esa gente que dice «yo es que tengo mucho carácter». No bonito, carácter tenemos todos, es solo que algunos sabemos comportarnos porque nos han dado una buena educación.

    07 noviembre 2013 | 10:29

  4. Dice ser mari mar

    Aceptarlos incondicionalmente, esa es la cuestión.

    07 noviembre 2013 | 11:28

  5. Dice ser mac

    Mi hijo con tres años cuestiona las ordenes de la profesora y le pide explicaciones cuando hay que hacer una cosa que no le apetece…. a priori es «desobediente», pero claro, también tiene la lectura de que quiere saber el por qué de las cosas, es muy inquieto y con esa edad ya me ha preguntado que es el «wifi», que es «internet» y quiere saber por que tiene que dormir la siesta si es de día y no tiene sueño…..

    Efectivamente, para mí sería mucho más fácil que fuera dócil y obedeciera a todo sin rechistar.

    Pero claro, entiendo que es mi labor explicarle lo que pregunta, pero hacerle entender que a veces las cosas hay que hacerlas por que los profesores o los padres deciden que hay que hacerlas en ese momento… si no correría el riesgo de que tomase siempre sus propias decisiones valorando la explicación que le dan..

    07 noviembre 2013 | 13:24

  6. Dice ser Maru

    Es que una cosa es el carácter y otra cosa la educación, que no es más que saber estar, comportarse y ponerse en el lugar del otro, para respetar lo que nos reodea.

    Como padres, nuestra obligación es educar al niño desde que nace, si realmente todos los padres cumpliéramos con dicha obligación, el mundo sería mejor.

    No me sirve escudarme en su carácter o en sus años y consentir ciertos comportamientos y/o caprichos, eso es dejación de nuestra función como padres, algo que en el futuro lamentaremos.

    08 noviembre 2013 | 12:35

  7. Dice ser Armando

    Hola,

    decirte que he comentado esta entrada en el resumen semanal de blogs de Bebés y más: http://www.bebesymas.com/bebes-y-mas/blogs-de-papas-y-mamas-ccvi

    ¡Un abrazo!

    13 noviembre 2013 | 07:27

  8. Dice ser madre reciente

    Gracias Armando, me alegra que te gustara la reflexión.

    13 noviembre 2013 | 08:41

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