Fuentesycharcos

“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

Rusbridger, un director con coraje

 

Alan Rusbridger. Foto: Alessio Jacona - International Journalism Festival, Perugia, Italia, 2014

Alan Rusbridger. Foto: Alessio Jacona – International Journalism Festival, Perugia, Italia, 2014

El sábado en The Guardian despidieron con una fiesta a Alan Rusbridger, quien, después de 20 años, deja la dirección del periódico. Además de liderar la transformación digital y convertir a The Guardian en un referente planetario, Rusbridger es un firme defensor de la distribución de contenidos digitales en abierto. Le sucederá Katharine Viner, la primera directora en los 194 años de historia del periódico.

Con millones de visitantes a través de Internet, las ventas en papel del rotativo inglés están por debajo de los 180.000 ejemplares (casi 40.000 más que El País en el mes de marzo), pero su difusión crece en Internet y su alcance es global. En The Guardian compraron la última rotativa en 2004, pensando que ya no adquirirían ninguna más. «Pero ahora no lo podemos asegurar al cien por cien. Sé que en un momento dado dejará de funcionar la rotativa, pero el papel es todavía muy importante para nosotros», decía el exdirector ayer en una recomendable entrevista publicada por El Mundo.

Entre los últimos éxitos periodísticos de Rusbridger se encuentra la difusión de los informes de Wikileaks en 2010, el escándalo de las escuchas telefónicas que conmocionaron a Reino Unido en 2011 y las revelaciones del caso Snowden en 2013, que abrieron un debate sobre la seguridad y la privacidad de las comunicaciones en todo el mundo, trabajo por el que obtuvieron un premio Pulitzer de periodismo junto con The Washington Post en la categoría de servicio público.

Nick Davies, periodista que investigó durante seis años las escuchas telefónicas ilegales del periódico News of the world, de Rupert Murdoch (aquí explica Rusbridger como destaparon el asunto), publicó un libro, Ataque al imperio, donde cuenta con pelos y señales cómo fue la génesis, la investigación y el desenlace de uno de los mayores escándalos informativos que se han producido en Inglaterra. Davies también explica que contó desde el principio con el apoyo de Rusbridger y el coraje que mostró su director en la gestión de un caso tan complicado para un director, como se puede leer en el siguiente párrafo.

«La prensa británica está bien surtida de cobardes ambiciosos, que han llegado a lo más alto sonriendo obedientemente a cualquiera que estuviera por encima de ellos en el escalafón. Un director de esa clase hubiera echado un vistazo a una historia que no podía por menos que causar problemas con la mayor empresa periodística del país, la mayor fuerza policial, el mayor partido político y, en buena medida, con la Comisión de Quejas de la Prensa, y las habría abortado, recortado o relegado al final de la página 5, confiando en que nadie repararía en ella. Pero a Rusbridger le gustó«.

Todo un ejemplo para tantos responsables de medios que consideran que la gestión empresarial está por encima del periodismo a la hora de dar la información.

1 comentario

  1. Dice ser Lucas guias

    Solo por su plan en las redes y en contenido digital es un referente, y además mucho de sus trabajos de investigación.

    03 junio 2015 | 09:24

Los comentarios están cerrados.