Captar la esencia de los sueños, de los deseos y frustraciones, a través del musical. Hubo un tiempo en que el musical era uno de los géneros predilectos de Hollywood (y junto al western, el género más genuinamente norteamericano), en los años 30, 40, 50 o 60. Hoy en día solo atraerían a un reducido grupo de cinéfilos a la gran pantalla. El musical no vende. Sin embargo, La La Land (y que no tiene nada que ver con la canción de mismo título interpretada por Demi Lovato), venda o no venda, atraiga espectadores o no a su causa, se posiciona como una de las películas más esperadas del año.
Su pareja protagonista, efectivamente, ya es para enamorar, Emma Stone y Ryan Gosling; una actriz igual de estimulante sea de pelirroja, rubia o morena que cantando y bailando (en este enlace, protagonizando el maravilloso vídeo Anna de Will Butler); y el chico más cool, por algo Drive es objeto de culto entre muchos de nosotros. Pero, lo mejor, es que tras las cámaras y firmando el guión, así que, cine de autor también en estado puro, está Damien Chazelle, un apasionado, ¡cómo no!, del cine y la música cuyo segundo largometraje, prácticamente su debut, fue una de las mejores películas, y de largo, de 2014: Whiplash.
Sea Un americano en París, los viejunos musicales en blanco y negro de los años 30 protagonizados por Ginger Rogers o Fred Astaire, o la francesa Los paraguas de Cherburgo, La La Land es un homenaje a todo ese gran cine a través de la historia de amor entre un pianista de jazz y una aspirante a actriz en la ciudad de Los Angeles. Y por algo también los responsables del Festival de Cine de Venecia le han otorgado el honor de inaugurar el certamen, el día 31 de agosto.
La fecha de estreno prevista en Estados Unidos es para el 16 de diciembre; pero antes, el póster y el tráiler.Cantando y silbando, Ryan Gosling. A mí ya me tiene ganado.