Hera fue tirada por un borracho por una escalera dentro de un transportín con sus cuatro cachorros. Al llegar al suelo el transportín se abrió y salieron todos desparramados. Los cuatro gatitos se quedaron en el mismo sitio donde cayeron y al poco empezaron a jugar entre ellos, pero Hera desapareció asustada.
Afortunadamente unas vecinas avisaron, los gatitos fueron recogidos y ya han sido adoptados todos. Pero al cabo de unas semanas Hera volvió a aparecer por la esscena del crimen. Se la recogió, se la desparasitó, esterilizó y testó.
Ha pasado un año desde entonces y Hera está acogida en un lavabo porque no tolera a más animales y en la casa donde está acogida hay más. Es ella la que no quiere salir a relacionarse.
Me cuentan que es una preciosa gata con cabeza y ojos redondos de color miel, mezcla de exótica, tiene una orejita lesionada por un gran golpe. Es buena y joven, actualmente tiene dos años y medio y es cariñosísima. Se entrega esterilizada y testada.
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