Las consolas de Nintendo han estado tradicional y, a menudo, injustamente asociadas con una imagen de infantilismo. En los tiempos de las 8 bits, la Master System no podía presumir de ser más «madura» que la NES. La Super Nintendo tenía un catálogo igual o más adulto que el de la Mega Drive. La Nintendo 64 sufrió el abandono masivo de las third parties, pero también tuvo buenos exponentes en el género de los shooters, por poner un ejemplo. GameCube recibió joyitas como Eternal Darkeness o la saga completa de Resident Evil.
Por supuesto, la Wii ha heredado esa imagen de consola para niños que va asociada siempre a los productos de Nintendo. Además, en esta ocasión se le ha añadido (de forma intencionada por la compañía) la etiqueta de «entretenimiento familiar». Pero eso no significa que no haya títulos para jugadores hardcore o con una temática más o menos adulta. De hecho, entre los títulos exclusivos para esta consola existen algunos de los más gamberros, disparatados y salvajes videojuegos de la actual generación. Aquí van algunos de ellos:
No os imagináis cuánto me arrepiento de haber ignorado este juego cuando vio la luz. Si digo que es brutal, me quedo corto. Nada que ver con los viejos House of the Dead, aquí se respira una cantidad de libertad creativa que ya quisieran muchos. Con una textura de película desgastada, Overkill simula ser una película de serie B en la que todos los tópicos se llevan al extremo para hacernos sonreír o incluso romper a carcajadas.
Los protagonistas son el malhablado detective Isaac Washington (que no puede decir una frase completa sin llenarla de «fucks») y el caballeroso agente G. Ellos nos conducirán a través de una aventura, con muchos toques a lo Planet Terror, en la que no faltan los malos malísimos, el gore salvaje y exagerado, una tía buenorra, los letrerones grandes con letras sanguinolentas típicos de las pelis de terror, una cachonda voz en off, fallos de racord desternillantes… y un guión absolutamente demencial. El desarrollo no tienen ninguna complicación. Tanto es así que el juego está tirado, pero la diversión compensa con creces ese defectillo.
Esta creación de Suda 51, cuya secuela aún está en camino y que no tardará en verse en HD en PS3 y Xbox 360, es uno de los juegos que sufrieron la dura injusticia de la tijera censuradora en su cruce de fronteras. Debido a los cambios sufridos, las decapitaciones y los desmembramientos, aderezados con los típicos chorros de sangre a propulsión, fueron sustituidos por cenicientas desintegraciones.
A pesar de estos lamentables cambios, el juego conservó su esencia: referencias al anime y a los videojuegos clásicos, espadas láser (que se recargan con un gesto más bien obsceno), chicas seductoras y una «frikiesca» obsesión con México y la lucha libre de ese país. La acción, el humor y las constantes parodias lo convierten en un título ideal para los jugadores tradicionales.
Este beat’em up, repetitivo como todo buen beat’em up, se encuentra entre los juegos más provocadores y bestias de la Wii. El personaje es un bestiajo que se dedica a detrozar a los enemigos empalándolos en señales de tráfico, utilizándolos como dardos contra una diana gigante, lanzándolos a la vía del tren o cortándolos en dos con una motosierra. El look, con estilo de cómic (bocadillos incluidos) y en blanco, negro y rojo, encaja perfectamente con el agresivo desarrollo del título.
Tampoco podemos olvidarnos de Manhunt 2, uno de los juegos más polémicos de la historia debido a sus altas cotas de violencia.
¿Quién dijo que la Wii era sólo para niños?