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Entradas etiquetadas como ‘salarios’

El poco apoyo institucional a las empresas españolas

Por Susanna Molina

Soy copropietaria de una pyme dedicada al email marketing, fundada en el 2005 y que con mucho esfuerzo se ha mantenido todos estos años en que la crisis nos ha afectado. Desde 2010 no subimos precios, pero siempre estamos intentando innovar y sobre todo cuidar al detalle a los clientes para que sigan con nosotros. Aún siendo una sociedad civil de dos únicos socios hemos podido, durante estos años, ampliar la plantilla y ahora tenemos a 3 personas contratadas con contrato indefinido. Pagamos impuestos, cotizamos a la Seguridad social, cumplimos con las obligaciones fiscales… y creemos al presidente del Gobierno cuando dice que hay que apoyar a las empresas españolas para que podamos salir de la crisis.

Imagen de archivo de un trabajador en una empresa.

Imagen de archivo de un trabajador en una empresa.

Pero ante todo intentamos sobrevivir en un mundo cada vez con más competidores. Muchos de estos competidores son empresas extranjeras, que operan desde fuera y que bajan los precios a casi 1/3 de nuestros precios. ¿Cómo lo consiguen? Fácil, tienen soporte técnico contratado en Pakistán, la India pagando unos sueldos que para nada se parecen a los que pagamos nosotros; no tributan en España ya que se han domiciliado en otros países.

Antes de fin de año un Ayuntamiento de nuestra provincia nos contactó para valorarnos como proveedores del Ayuntamiento, también estaban valorando a otros competidores locales y extranjeros. A principios de año nos dijeron que no habíamos sido seleccionados ya que se habían decantado por una de estas empresas con soporte en Pakistán. Por supuesto que cada uno puede contratar dónde y a quién quiera pero veo que ¡para la administración prima el precio ante el apoyo a empresarios locales! Gracias señor presidente por su apoyo… ¡o no!

Pesadilla patronal

Por José Antonio Pozo Maqueda

Ayer tuve una pesadilla. Soñaba que el presidente de la patronal asomado a la ventana de su alcoba situada en una espléndida mansión gritaba desde lo alto, roja su cara de ira, a una multitud de trabajadores con contrato indefinido -entre los que me encontraba yo aJuan Rosell la cabeza- que acababan de ser despedidos de sus empresas y que marchaban a través de un paisaje agreste uno detrás de otro, en fila india: ”¡Privilegiados, privilegiados, os vais a enterar de lo que vale un peine, os voy a sacar (sic) todos vuestros privilegios!”. Inmediatamente desperté inundado de sudor, no sé si por el calor reinante en mi dormitorio – era pleno mes de agosto- o por la pesadilla. Miré la hora que marcaba el despertador, eran las tres de la madrugada, y traté de nuevo conciliar el sueño.

La deslocalización del ‘telemarketing’

Por Olga González

TelemarketingSiento que esta carta debería haberla escrito hace mucho, mucho tiempo. Pero es verdad eso que dicen que generalmente nos movemos cuando algo nos afecta directamente. Y así nos va.

Quiero expresar, como afectada y como alguien que forma parte de esta sociedad, mi indignación por la destrucción sistemática de puestos de trabajo, concretamente en el sector del telemarketing.

Desde hace muchos años sabemos que es un sector que genera empleos precarios: bajos salarios, falta de previsión de horarios, estrés por el ritmo de trabajo… Pero nos quedaba el consuelo de saber que siempre habría oferta de empleo porque nunca se acabarían las llamadas ¿Cómo se iban a acabar las llamadas? Pues sí, también se acaban y se acaban porque hay grandes compañías de este país que deciden que les resulta más rentable deslocalizarlas. Es decir, que el Call Center esté ubicado en otro país donde los salarios son mucho más bajos, con lo cual el beneficio será mayor.

Y yo me pregunto: ¿es ético que en una situación de crisis como la que vivimos se pueda tomar este tipo de medidas? ¿No tendría que plantearse la administración algún tipo de regulación protegiendo un porcentaje del negocio del telemarketing en el país donde se presta el servicio?
En estos días he pensado en los directivos de esas grandes compañías y en todos aquellos responsables públicos que tienen en su mano el poder de cambiar algunas cosas. Estoy segura de que se sienten muy patriotas. Señores: en mi opinión, el patriotismo se demuestra con hechos y no con palabras.

Bankia y el maldito dinero

Por Inma López de la Rica Olmedo

Ese instrumento que maneja el ser humano para destruir al ser humano; no encuentro explicación a que una persona en situación de poder tenga la desfachatez de decir que para hacer el banco rentable, con unas previsiones en 2015 que les hará ganar 1.200 millones de euros, una cifra que a los mortales se nos escapa al entendimiento, entre otras cosas tiene que despedir a 6.000 trabajadores, es decir, ellos, los ricos, ganan 1.200 millones de euros en un ejercicio y seis mil familias con hipotecas, hijos, ilusión en el futuro de los niños… se quedan en la calle y sin trabajo, en circunstancias precarias, pero además es que saldrán a flote con nuestro dinero, lo dicen sin enrojecerse,  dinero público. Cuando tengan semejantes ganancias ¿volverán a contratar a los despedidos? ¿Alguien puede explicarme este despropósito?

Sobre el consumo y sus consecuencias

Por Ignacio Caballero Botica

Corría el año 2008 cuando vi en televisión que los Juegos Olímpicos de Pekín se inauguraban repletos de fuegos más que artificiales. En aquel momento pensé que de nada habían servido las denuncias sobre los derechos humanos, laborales y políticos en el gigante asiático; lo importante es que tienen más de mil quinientos millones de consumidores y frente a eso, nada se cuestiona.

Durante muchos años, hemos invertido en las tiendas de los chinos o de los veinte duros; lugares insalubres, oscuros, cutres, malolientes y de nula calidad en la atención al cliente. Ahora vivimos en una sociedad que cada vez se parece más a esa descripción. Porque cada producto consumido configura la sociedad en la que vivimos; es una forma de votar ante las enormes carencias de un sistema democrático que se nutre de cheques en blanco cada cuatro años.

Si compras productos fabricados mediante la explotación de otros seres humanos, tarde o temprano el explotado serás tú porque todos estamos conectados. El día que decidimos consumir productos chinos en comercios infames, comenzaron a quebrar los comercios españoles; un reflejo de la economía de ambos países en nuestros días, donde somos deudores de aquellos a los que tanta bagatela hemos comprado.

Lo peor de todo es que Europa ha decidido que en lugar de forzar al gigante asiático a cumplir con unos mínimos derechos humanos, sociales, civiles y laborales para permitir que sus productos se vendan en nuestros países, ha tomado el camino de equipararnos a nosotros para que trabajemos como chinos y poder competir con ellos. Para que en nombre de la competitividad, cada vez sean menos los que tengan más y más los que tengan menos. Despierta.