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El ‘Códex Gigas’: la Biblia más grande del mundo es la del Diablo

El 'Codex Gigas' - Foto: National Library of Sweden

El ‘Codex Gigas’ – Foto: National Library of Sweden

Es el manuscrito medieval más grande del mundo: mide 92 centímetros de alto; 50,5 de ancho, y 22 de grosor. En correspondencia a tamañas dimensiones, pesa lo suyo: 74,8 kilos. Tiene 624 páginas de papel vitela para elaborar las cuales fueron necesarias las pieles de 160 animales. Los expertos no han podido determinar si se trataba de becerros o asnos.

Todo en el Codex Gigas —del latín libro grande— tiene dimensiones astrales. Más que un libro, es una constelación. Como todo ser titánico, tiene varios nombres: Biblia del Diablo, Codex GiganteusGigas librorum, Fans Bibel, Hin Håles Bibel (La Biblia del Viejo Nick) y Svartboken (El libro negro).

También el contenido es dispar: una transcripción en latín de la Biblia Vulgata en escritura carolingio minúscula —el texto bíblico no es íntegro: faltan algunos libros como el Apocalipsis—. Como si se trata de una colección de favoritos, el redactor añadió a los libros sagrados el Chronica Boemorum (Crónica checa) de Cosmas de Praga; un compendio de curas, encantamientos mágicos y conjuros de exorcismo; dos trabajos del historiador judío Flavio Josefo; las Etimologías gramáticas del arzobispo polímata San Isidoro de Sevilla; tratados del médico Constantino el Africano, un calendario, una lista necrológica de personas fallecidas…

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El Harry Ransom Center, un archivo para morirse dentro

Sede del Harry Ransom Center - Foto: Harry Ransom Center

Sede del Harry Ransom Center – Foto: Harry Ransom Center

Nunca te preguntan dónde quieres morir. No lo hacen por razones grotescas —piensan quizá que nombrar la muerte es acortar en un paso la distancia de un encuentro inevitable—, formales —al igual que no se debe hablar del dinero que ganas por ser esclavo, tampoco debes hacerlo de los gusanos que te esperan— o de puro método neoliberal —¿para qué preguntar algo que a nadie beneficia?—.

Para que quede constancia, anoto el lugar en el que, de ser posible el aplazamiento con métodos, digamos, químicos, y siempre que alguien pague mi último viaje —no tengo en las alforjas ningún fondo para imprevistos—, deseo morir.

Esta es la dirección:

Harry Ransom Center
The University of Texas at Austin
300 West 21st Street
Austin, Texas 78712
Estados Unidos

Para quien no sepa andar por el mundo sin un guía electrónico, el lugar está aquí.

Para quien considere que esto es una broma, una cita del único Dios en el que todavía creo, Bob Dylan:

La muerte no llama a la puerta. Está ahí, presente en la mañana cuando te despiertas. ¿Te has cortado alguna vez las uñas o el pelo? Entonces ya tienes la experiencia de la muerte.

Nota necesaria: si me duele más allá del aullido, si no soy capaz de valerme, si araño la indignidad de ser una vergüenza biológica, me importa un bledo el Harry Ransom Center. En ese caso, opten por la eutanasia. Es el último favor que reclamo, lo juro.
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