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Cápsulas del tiempo: genios de principios del siglo XX grabados por las cámaras en su taller

La Red esconde secretos, puertas al pasado, anillos del árbol histórico, miradas que parecen los estiletes de un cirujano capaz de abrir las membranas del tiempo. Allí encontramos las películas de épocavintage, las llaman hoy- que muestran qué aspecto tenían y cómo vestían y pintaban los genios del arte a principios del siglo XX.

Otro arte, que terminaría siendo el rey, el cine, la fuerza voluminosa que se casó con la palomita crujiente, estaba entonces dando sus primeros pasos, cual niño que explora el mundo y se asombra con sus mayores.

No es de extrañar que el recién llegado, hambriento de inspiración y curiosidad, retratara a los genios de la disciplina antigua en su medio natural, en sus casas o talleres, en la cúspide de su carrera, a veces enfermos, rodeados por sus seres queridos o en solitario misticismo.

Picasso fue inmortalizado por las cámaras, pero también Monet, Rodin, Kandinsky, Renoir… A continuación podéis visitar estas cápsulas temporales que muestran el anillo perdido de unos artistas que gobernaron la Historia del Arte.

1. Claude Monet. (1840, París- 1926, Giverny). Pintor francés considerado uno de los padres del impresionismo. En este vídeo lo vemos trabajando en los jardines de Giverny en 1915, a la edad de 75 años.

 

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Shunga: el porno de los samuráis

Warning. Advertencia. Aviso. Exhortación. Consejo…

Si eres menor de edad continúa leyendo, porque si te digo que no lo hagas, entonces lo acabarás haciendo: forma parte de tu rebeldía biológica este trabalenguas natural.

 

 

Advierto de que a continuación encontraremos contenido sexual muy explícito. Sé que advertirlo en Internet puede parecer una entelequia, pura tautología, porque siempre está presente en este paraíso del exceso, oculto en toda página, amenazando en cada descarga, aguardándonos en la puerta trasera de la Wikipedia; oscuro, privado, perdido, perverso, como en las viejas librerías del Japón antiguo de las que hoy quiero hablaros, lugares donde se consumía mucho erotismo y se alquilaban las estampas picantes por unos días u horas.

También advierto a los puritanos de que este erotismo es histórico, gráfico, artístico, valioso: los cuadros están albergados en los principales museos del mundo en espera de una buena recogida de firmas que nos impele a su prohibición. El British Museum consideró que los menores de 16 años tenían que ir acompañados por un adulto.

Son un ejemplo de la sexualidad gráfica popular en los tiempos del periodo Edo (1603 a 1868), los grabados secretos o de alcoba que fueron precursores de tantas cosas, y que podemos titularlos hoy, siempre buscando el clickbait o ciberanzuelo que mide la calidad de nuestra audiencia, como:

¡El porno de los samuráis!

O si quieres saber que tiene en común Nacho Vidal con el arte de la katana clicka aquí.

(Espero haber conseguido muchas visitas. Soy un minero de clicks sin mucho éxito. Los periodistas se extinguieron hace 65 millones de años con aquel meteorito de Google. Comparte, por favor. Esta es la nueva fiebre del oro. Clicks. Clicks. Clicks. Clicks…)

 Shunga de Utagawa Kuniyoshi. Wikimedia Commons.

Shunga de Utagawa Kuniyoshi. Wikimedia Commons.

Su nombre es Shunga, y eran grabados o pinturas bizarras, pornográficas, o al menos, indecorosas, muy populares en la época, algunas de excelsa calidad artística.

Formaban parte del arte del ukiyo-e, pinturas producidas en masa que reflejaban estampas cotidianas, y que tuvieron mucha aceptación entre los abuelos de los actuales dibujantes de manga; fueron las precuelas del moderno y muchas veces delirante género pornográfico que llaman hentai.

Kitagawa Utamaro. Siglo XIX. Wikimedia Commons.

Kitagawa Utamaro. Siglo XIX. Wikimedia Commons.

Nunca terminaron de ser bien vistas por el Estado o shogunato nipón pero tampoco prohibidas del todo. No fue hasta 1907 cuando el Código Penal Japonés las vetó (es duro saber que nuestros antepasados eran más abiertos de mente). Solían ir unidas a chistes o frases ingeniosas, y en ocasiones contenían crítica social.

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‘Novios de daguerrotipo’, retratos antiguos de hombres atractivos

Lewis Thornton Powell, ahorcado tras ser acusado de conspiración en el asesinato de Lincoln, en un retrato de 1865

Lewis Thornton Powell, ahorcado tras ser acusado de conspiración en el asesinato de Lincoln, en un retrato de 1865

La imagen queda revelada sobre una placa (frecuentemente de cobre) con uno de sus lados cubiertos por una placa de plata destinada a reproducir la foto. La copia es única y frágil y está destinada a permanecer en un estuche o caja protectora: el solo contacto con las huellas digitales la deterioraría sin remedio.

Inventado en 1839 por el francés Louis Daguerre (1787-1851), el daguerrotipo fue el primer procedimiento fotográfico que existió. Aunque Daguerre fue el creador de una técnica que capturaba la imagen de manera eficiente y metódica, el invento venía precedido por intentos previos. La primera fotografía de la historia (Vista desde la ventana en Le Gras, tomada en 1824 por Nicéphore Niepce) no fue un daguerrotipo: Niepce combinó la técnica de la cámara oscura con un soporte que el científico sensibilizó con sales de plata.

El sistema de Daguerre fijaba la imagen en una superficie, al principio con tiempos de exposición muy largos —de 10 minutos—, lo que impedía que saliera nada en movimiento y que predominaran los paisajes y las naturalezas muertas por encima de los retratos. En torno a 1841 el tiempo se redujo a menos de un minuto y los posados se multiplicaron. Fue el procedimiento estrella hasta mediados del siglo XIX, cuando el colodión húmedo de Gustave Le Gray permitió realizar instantáneas en sólo unos segundos y además hacer copias a partir de negativos.

My Daguerreotype Boyfriend (Mi novio de daguerrotipo) es una recopilación de fotos del siglo XIX y de principios del XX que demuestra que la tarea documental no está reñida con la banalidad. El autor o autores del microblog anónimo de Tumblr reúnen algunos ejemplos curiosos de las primeras décadas de la fotografía (y otros que escapan de esas fechas pero resultan igualmente interesantes) aplicando un método de selección muy particular: escogen a los retratados exclusivamente por su belleza o atractivo, sin importar si el modelo es un alto mando militar, un universitario recién licenciado, un ladrón, un héroe de guerra, un científico o un intelectual.

Fred, admirador de la abuela Velma

Fred, admirador de la abuela Velma

Entre los notables hay sorprendentes retratos de juventud de Theodore Roosevelt —presidente de los EE UU de 1901 a 1909—, del escultor francés Auguste Rodin e incluso el premio Nobel de medicina Santiago Ramón y Cajal sin camiseta. También figura en la galería el compositor y pianista alemán Johannes Brahms cuando tenía en torno a 20 años y cautivó con su talento al también compositor Robert Schumann y con su físico a la mujer de Schumann, Clara, afamada compositora y pianista, con la que tuvo una apasionado romance que duró toda la vida y del que aún quedan muchas incógnitas.

La página además es un receptáculo para fotos de las que se desconoce tanto al autor como al retratado y cuenta con varias instantáneas que los internautas han mandado de sus álbumes familiares. El tataranieto de Alva Wilder (1842-1918) manda un posado de su antepasado de ojos claros y cuenta que luchó en el bando del norte en la Guerra Civil estadounidense. Una mujer se pregunta quién es el apuesto hombre de la foto que atesoraba su abuela Velma, un retrato en el que un tal Fred escribió detrás que la quería.

Los ladrones y criminales tienen un espacio en la colección, con imágenes tan famosas como la del atractivo Lewis Thornton Powell, uno de los cuatro hombres que fueron ahorcados por conspirar en el asesinato de Abraham Lincoln. En una escala más modesta, dos fotografías policiales de 1908 descubren a Daniel Tohill, un ladrón neozelandés de poca monta que mira a la cámara como si se tratara de un actor de cine.

Helena Celdrán

El poeta romántico rumano Mihai Eminescu en 1860, a los 19 años

El poeta romántico rumano Mihai Eminescu en 1860, a los 19 años

Sir Sandford Fleming, explorador e ingeniero escocés-canadiense (1827-1915)

Sir Sandford Fleming, explorador e ingeniero escocés-canadiense (1827-1915)

Theodore Roosevelt a los 21 años

Theodore Roosevelt a los 21 años

Santiago Ramón y Cajal en 1876

Santiago Ramón y Cajal en 1876

Everett Shinn, pintor realista estadounidense, en 1901

Everett Shinn, pintor realista estadounidense, en 1901

Alva Wilder (1842-1918), soldado en la Guerra Civil estadounidense

Alva Wilder (1842-1918), soldado en la Guerra Civil estadounidense

El ladrón neozelandés Daniel Tohill en 1908 a los 27 años

El ladrón neozelandés Daniel Tohill en 1908 a los 27 años

 

La tragedia de ser Isadora Duncan

Isadora Duncan fotografiada por Arnold Genthe

Isadora Duncan fotografiada por Arnold Genthe

«La vida la rompió, pero nunca la redujo», dice Fredrika Blair en el prefacio de su biografía sobre la bailarina y coreógrafa Isadora Duncan (San Francisco – EE UU, 1877 – Niza – Francia, 1927). «Sus nociones, metas y esfuerzos siempre mantuvieron un carácter heróico«.

En sus coreografías, con movimientos semejantes al vaivén de las olas del mar (su primera inspiración), imprimía el esfuerzo supremo sin que le importaran las consecuencias. Se mostraba ante los demás como el reflejo de lo que todos hemos sido antes de cortarnos las alas con el veneno de la razón.

Sólo se conservan unos segundos de película de cine en la que se puede ver a Duncan bailando, pero hay grabaciones de alumnas que recrean de manera fiel las coreografías.

Inventora del baile moderno, odiaba el ballet y consideraba anti-natura lo estricto de sus posturas y la deformación que las bailarinas se provocaban en los pies.

Esta semana la sección Cotilleando a… es para Isadora Duncan, revolucionaria de la expresión corporal, una mente libre en la sociedad victoriana.

1. Joseph Charles Duncan, banquero y empresario, una figura pública de San Francisco, abandonó a su mujer Dora -30 años más joven- y a sus cuatro hijos cuando Isadora (la menor) contaba con cinco meses. Fue acusado de fraude bancario y más  tarde encarcelado. La familia quedó en la ruina y Dora -amante de la música y la literatura- tuvo que ponerse a dar clases de piano, saliendo de casa al amanecer y volviendo tarde por la noche, para malvivir junto a sus niños. La madre de Isadora, de familia profundamente católica, se hizo un atea convencida.

Isadora con sus hijos Deirdre y Patrick en 1912, un año antes del accidente

Isadora con sus hijos Deirdre y Patrick en 1912, un año antes del accidente

2. La niña que imitaba a las olas del océano Pacífico también era una ávida lectora. Su madre leía para ella y sus hermanos obras de notables escritores y filósofos. Abandonó el colegio en la preadolescencia, convencida de que no servía de nada memorizar el contenido de las asignaturas y sintiéndose la más pobre de la clase. Para llevar dinero a casa, comenzó a dar clases de baile a niños del barrio junto a su hermana Elizabeth.

3. Comenzó a bailar en Chicago haciendo contactos, pero ganando poco dinero. «No puedo ver las calles de Chicago sin experimentar un sentimiento enfermizo de hambre», escribiría más tarde. Después le ofrecieron un pequeño papel en una pantomima de Nueva York: Mme. Pygmalion. Tuvo que pedir dinero para el billete de tren y durante más de un mes ensayó sin cobrar. En el descanso de mediodía Isadora no tenía dinero para comer y se escondía en las instalaciones para dormir y seguir ensayando después.

4. El éxito en el mundo del baile pasaba por plegarse a las exigencias del ballet, que Duncan rechazaba: «Lo considero falso y absurdo. Bajo los maillots bailan músculos deformes, bajo los músculos hay huesos deformes«. Sus intentos de triunfar ante el gran público terminaban en incomprensión por parte de los críticos, que consideraban un escándalo que bailara con vestidos vaporosos que dejaban los brazos y las piernas al descubierto con cada movimiento. Ante el rechazo, Duncan reunió dinero convenció a su familia para partir a Europa en 1899. En Londres y en París alcalzó la fama.

En 1896 como la primera hada de 'Sueño de una noche de verano' de Shakespeare, uno de sus primeros trabajos

En 1896 como la primera hada de 'Sueño de una noche de verano' de Shakespeare, uno de sus primeros trabajos

5. Siempre enseñó danza, pero nunca siguiendo el estandar académico. No creía en las posturas mecánicas lejanos, en su opinión, del sentimiento. «Recordad siempre empezar los movimientos desde dentro. El deseo de hacer el gesto es lo primero», decía a sus alumnos. Los pasos de Duncan eran sumamente sencillos, pero alcanzaban una tensión emocional que incluso hacía llorar a la audiencia. El escultor impresionista Auguste Rodin dijo de ella: «Su baile es simple y bello como la antigüedad».

6. Uno de los pilares de su manera de bailar fue el arte clásico griego: imitaba las posturas de las heroínas y diosas de los bajos relieves y las esculturas. Incluso hizo un viaje de peregrinación a Grecia en 1903. Creía en la moira, los hechos que escapan a nuestro control, el destino fatal que marca con sucesos terribles la vida de los protagonistas de las tragedias griegas. Duncan en sus memorias comparaba sus desgracias a las de la familia de los Atridas, los descendientes de Atreo (rey de Micenas), que según la mitología griega fueron castigados por los dioses y destinados de manera inevitable a cometer crímenes dentro de su familia.

7. Fundó varias escuelas de baile, pero la de Grünewald (Alemania) fue la más ambiciosa. Era para niños que provenían de familias con apuros económicos. Vivían en el centro y recibían clases de todas las asignaturas que pudiera ofrecer un colegio. Las clases de baile las impartía Elizabeth, la hermana de Isadora. De las seis chicas con más talento del centro salió un selecto grupo que actuó con la artista entre 1905 y 1909. Anna, Irma, Lisa, Theresa, Erica y Gretel  fueron bautizadas como las Isadorables por el poeta francés Fernand Divoire. En 1917 las seis chicas adoptaron el apellido Duncan.

Isadora con las seis 'Isadorables'

Isadora con las seis 'Isadorables'

8. Quiso ser madre soltera y tuvo dos hijos. Deirdre (1906) era hija del escenógrafo inglés Gordon Craig. Patrick (1910) era hijo de Paris Singer, hijo del magnate de las máquinas de coser Singer. Los dos murieron en un accidente de coche camino de Versalles junto con su niñera, cuando el vehículo se precipitó al Sena. El chofer se olvidó de poner el freno de mano cuando revisaba un problema mecánico en el motor.

9. Era bisexual. Se rumorea que tuvo un romance con la actriz Eleonora Duse, pero la poeta hispano-estadounidense Mercedes de Acosta, que también fue amante de Greta Garbo y Marlene Dietrich, fue uno de sus grandes amores.

10. Se casó a los 45 años, en 1922, con el poeta ruso Sergei Esenin, casi 20 años más joven que ella. El matrimonio duró más o menos un año: él no soportaba parecer «una posesión» de su mujer. Celoso de cualquier hombre que la mirara, protagonizó escenas violentas, cometió agresiones y destrozó habitaciones de hotel en un estado de ebriedad que comenzó a ser habitual. Esenin volvió a Moscú tras la separación y fue internado en un hospital psiquiátrico. Se suicidó en 1925, a los 30 años.

Un Amilcar como el que provocó la muerte de Duncan

Un Amilcar como el que provocó la muerte de Duncan

11. En los últimos años de su vida sufrió graves problemas económicos. Con el suicidio de Esenin (del que no se había divorciado) le llegó una herencia que, aunque necesitaba, rechazó: no quería su dinero. Se sentía sola y olvidada por su familia y cargaba con el sufrimiento que le provocaba la pérdida de sus hijos. Durante muchos años le era dificil ver niños, sobre todo si eran muy pequeños. Duncan comenzó a beber y las juergas y la vida privada empezaron a llamar más la atención que su creatividad.

12. La muerte de Isadora Duncan fue propia del último acto de una tragedia griega de Eurípides, con la excepción del elemento moderno del automóvil. Llevaba uno de los grandes chales de seda con los que envolvía su cuerpo y parte del cuello. El final del hermoso pañuelo ondeaba al viento en el Amilcar francés en el que viajaba junto al conductor por la costa de Niza. El chal se enredó en el eje de una de las ruedas traseras del coche aplastando la laringe y rompiendo el cuello de la bailarina.

Helena Celdrán