Al común de los mortales, que nos suena de oídas que en las casas de alta alcurnia se acostumbra a poner nombres como «Preciosa» o «Reina», pues nos podemos pensar que este señor tiene, realmente, por nombre de pila «Pocholo». Pero no, queridos, ya os sacamos Wikipedia y yo de vuestro error: Pocholo se llama José María (mucho menos glamuroso, dónde va a parar), de apellido Martínez-Bordiú de Bassó (que ya el glamour le va todo en el apellido).

Pocholo en 2005 (GTRES)

Pocholo (esto seguro que lo sabéis) pertenece a esa aristocracia desconocida de este país, que se trae los títulos nobiliarios no se sabe muy bien si por sangre azul o por ilustre amiguismo con el Señor Equis (en este caso, Franco, que era suegro de Cristóbal Martínez-Bordiú, Marqués de Villaverde, de quien Pocholo es sobrino). Total, que Pocholo es Barón de Gondor Gotor, un municipio aragonés. Pero nadie lo conoce, precisamente, por la gestión de su baronía, ¿verdad? Nope. Tú dices «Pocholo» y se te vienen a la mente tres palabras: tele, fiesta, mochila. Puede que no en ese orden.

A Pocholo lo vimos mucho, mucho, en ese mundo de faranduleo, salseo y prensa rosa que es el leitmotiv de algunas productoras audiovisuales, mezclado con nombres estilo Dinio, Karmele, Tamara o Yola. Nombres todos que hablan por sí solos sin necesidad de apellido ninguno. Allá por 2003 formó parte de ese experimento sociológico que fue Hotel Glam (lo que ahora viene siendo Gran Hermano VIP), que regaló al mundo el momentazo «¿Dónde está mi mochila?» y, a lo largo de su «carrera» televisiva tuvo momentos realmente icónicos, como aquel encontronazo con el polígrafo, en el que José Antonio, el poligrafista, acabó llamándolo «payaso»:

Pero de un tiempo a esta parte Pocholo es, literalmente, historia de la tele, ya que se apartó prácticamente por completo de la vida pública. O, al menos, de la vida públicamente retratada. ¿Dónde está? Lee el resto de la entrada »