En 1985 veía la luz Único testigo, una de las películas más icónicas de la época de Harrison Ford (fuera de sus papeles de Han Solo e Indiana Jones), en la que compartía protagonismo con una maravillosa Kelly McGillis y en la que, de paso, podíamos también ver a Danny Glover y a (aunque no os acordéis) Viggo Mortensen.
Pero entre tanto nombre grande teníamos uno pequeñito pero a la vez absolutamente protagonista: el personaje de Samuel, el niño, interpretado por un jovencísimo Lukas Haas.