La vida a través de la mirada de una persona extraordinaria con un CI de 75. Forrest Gump se estrenó en los cines en 1994 y fue un rotundo éxito mundial, convirtiéndose (y convirtiendo así a la novela homónima de Winston Groom en la que está basada) en un clásico instantáneo.
Forrest, interpretado de forma sublime por un magistral Tom Hanks, tenía cuatro ejes principales que eran las constantes en las diferentes etapas de su vida: su madre (Sally Field), Jenny (Robin Wright), el teniente Dan (Gary Sinise) y su mejor amigo, Benjamin Buford Blue, a quien «todos llamaban Bubba, como si fuera de una tribu».
A pesar de que fue un papel más que disputado (llegó a audicionar para él Tupac Shakur), a Buba acabó por darle vida —de forma no solo correctísima sino también entrañable— el ya por entonces experimentado Mykelti Williamson, que se había estrenado catorce años atrás en Starsky y Hutch y que, después de pasar por infinidad de series con papeles de mayor o menor calado (como Vacaciones en el mar o Canción triste de Hill Street), encontró en el de mejor amigo de Gump el papel que lo metería directo en el recuerdo de generaciones.
Donde Williamson ya era un profesional querido por (dicen) «lo fácil que resulta trabajar con él», después de hacer alarde de dotes en Forrest Gump su popularidad en pantalla se hizo permanente y, no solo siguió haciendo series, sino que empezó a notarse también su presencia en cine. Aunque, es cierto, no siempre hemos sido capaces de ubicarlo cuando lo hemos visto.
Sin ir más lejos, durante los siguientes años de la década de los ’90 estuvo en la segunda parte de Liberad a Willy (ya había estado en la primera, justo un año antes de Forrest Gump), y también en Esperando un respiro, Primary Colors o, una de las últimas del siglo XX, Tres reyes, donde volvió a vestir uniforme militar para interpretar al coronel Horn junto a George Clooney, Ice Cube y Mark Wahlberg, aunque sigo pensando que la que se lleva la palma es sin duda Con Air: convictos en el aire, junto a John Travolta Nicolas Cage.
Llegamos a los años 2000 y, aunque continuó con cine, las series empezaron a cobrar de nuevo protagonismo en su haber. Muchos fueron papeles episódicos, como en Tocados por un ángel, Monk, Psych o The Good Wife, pero otros fueron recurrentes o principales, como el de Brigham Sinclair en CSI: Nueva York o, ya para finales de la década, el de Brian Hastings en la exitosísima 24, con Kiefer Sutherland.
Además de participar, en los últimos años, como estrella invitada en Scorpion, Hawai 5.0 o Mentes criminales, las películas de drama y terror han sido su especialidad. Junto a Denzel Washington y Viola Davis lo pudimos ver en Fences, un éxito de crítica sobre una familia negra de clase obrera en los años 50, dirigida por el propio Denzel, o en Convergence que, sin ser un peliculón, cumple su función de suspense y entretenimiento (un policía se encuentra de pronto atrapado en un misterioso hospital). Pero, sin duda, os encantará saber que tuvo uno de los papeles principales en una de las entregas de La purga. Concretamente, en Election Day, de 2016, en la que interpretaba a Joe Dixon.
En los últimos años, ha aparecido, por ejemplo, en algunos episodios de la serie de Arma letal y la segunda temporada de Ley y Orden: Crimen organizado ha contado con él para sus últimos cinco episodios (de hecho, el último se emitirá el próximo mes de abril).
A la espera de confirmar qué puede pasar con su personaje (Preston Webb) en la serie, lo que sí sabemos es que ha grabado ya un episodio piloto para una nueva serie, Prism, un drama en torno a una investigación por asesinato que será narrada, al parecer, en primera persona pero desde el punto de vista de cada uno de los implicados en la trama.