Hay algunas películas que si en un momento de zapping especialmente aburrido encuentro, soy incapaz de quitar. Como Starship Troopers, La princesa prometida o El lobo de Wall Street. Y una de ellas es esta, Una terapia peligrosa, aunque sospecho que esta la dejo con la esperanza de, algún día, conseguir ver todos los trozos de manera independiente y poder decir que la he visto entera. Porque nunca consigo verla entera y del tirón. Cosas del zapping.
Como seguro que ya veis venir, el otro día me la encontré en la tele y a mi vena bloguera le asaltó la duda: ¿qué sería de ese chavalín? ¿Cuántos años han pasado ya? Y, en fin, al ver que han pasado 22 años de la primera (20 de la segunda entrega), pues no he podido resistirme.
Nacido en 1983, Sabihy tenía solo 13 años cuando se estrenó en televisión y tuvo un papel de 44 episodios en Belleza y poder (culebrón americano de los que llevan emitiéndose desde antes de que se inventara la rueda). En el 99, año de Una terapia peligrosa, participó también en Un chapuzas en casa y Siete en el paraíso, y cuando en 2001 contaron de nuevo con él para Otra terapia peligrosa: ¡Recaída total! parecía que su carrera como actor podría despegar. Pero nunca fue así.
Tuvo pequeños papeles en diferentes producciones, casi todas para televisión, y en 2010 se lanzó a escribir, producir y dirigir su primer cortometraje: Roommate Wanted, que también protagonizó.
Pero de su carrera en el cine poco más se puede sacar. Tuvo también un papel recurrente en Mobsters, una serie sobre tres miembros de la mafia de Nueva York que se establecen en California (entre 2011 y 2013) y de lo último fue otro cortometraje, Fated, de 2015.
Muy alejado de cualquier foco mediático, se le puede seguir la pista sin dificultad en internet, donde Kyle comparte habitualmente su vida a través de sus redes sociales, desde sencillas fotos con los amigos hasta la noticia, hace menos de un año, del nacimiento de su hija Aaliyah.