Terminaba el milenio, tal vez se acercaba el fin del mundo, y la humanidad conocía a un nuevo héroe. Él era…
AUSTIN POWERS, MISTERIOSO AGENTE INTERNACIONAL.
Tres, eran tres, las entregas de Austin Powers, siguiendo a Misterioso Agente Internacional (1997) las de La espía que me achuchó (1999) y El miembro de oro (2002). Y en el aire había quedado una cuarta entrega que no se materializó.
Esta saga tiene un mérito tremendo que va mucho más allá de lo aparente, que es que con un humor tan zafio, idiota y soez que espanta al más bruto, consiguió conquistar el mundo. Es tan absurdamente grosera que es imposible no reírte. De Mini-yo, del Dr. Maligno y su frustrante hijo, del pelo en pecho de Austin y hasta, sí amigos, del dantesco Gordo Cabrón. Pero es que, ¿cómo no te vas a reír, si se llama GORDO CABRÓN?
Hay que decir que Myers había llegado a esta línea de humor después de ser protagonista en la mitiquísima Wayne’s World, en el 92. Y sobre las de Austin Powers no diré que son de mis favoritas, pero tampoco diré que me sobra en la historia del cine. Y menos cuando el guion en español estuvo tan a la altura del original y el doblaje de Florentino Fernández fue tan… Bueno, pues tan Flo 🙂
Sin embargo, y después de haber dejado caer que habría una cuarta entrega, Mike Myers pareció esfumarse del planeta.
Cierto es que en 2001 había interpretado por primera vez a Shrek, el ogro más amado de todos los tiempos, y que estoy volvió a ser así en todas las entregas posteriores, que fueron (sin contar los cortos) otras tres hasta 2010. Pero esto es, aunque parezca mentira, prácticamente todo lo que ha hecho desde El miembro de oro, con salvadísimas excepciones.
Casi todo el mundo está de acuerdo en echarle la culpa de todo a El gurú del buen rollo que, aparte de ser una película HORRIBLE, fue un absoluto fracaso de taquilla que consiguió recaudar dos terceras partes de su presupuesto (40 millones de dólares habiendo costado más de 60).
Después de eso solo tuvo un par de pequeños papeles, prácticamente cameos, en dos enormes películas y uno un poco más potente en otra que pasó más desapercibida. La primera de ellas fue Malditos bastardos, que es ya de 2009 (lo he comprobado en tres sitios distintos porque no me lo creía: ¡2009! ¿Cómo puede ser?), en la que aparecía como el General Ed Fenech.
La segunda hace tres años (que también me ha alucinado que hayan pasado ya tres años), cuando se escondía tras la caracterización de Ray Foster en Bohemian Rhapsody.
Y una última, Terminal, también de 2018 y protagonizada por Margot Robbie, en la que lo pudimos ver en una dualidad de Clinton / Mr. Franklyn.
Y fue precisamente en 2018, cuando se estrenó Bohemian Rhapsody, cuando Myers saltó de nuevo a muchos medios dedicados al celuloide, porque confirmó que «la cuarta entrega de Austin Powers está en marcha».
Myers dijo entonces estar escribiendo el guion, pero que «se tarda mucho siempre» y «más ahora que tengo tres hijos pequeños» (Spike, nacido en 2011, Sunday de 2014 y Paulina de 2015). Pero parece ser que Jay Roach, que ya dirigió las tres películas originales de esta franquicia, se ha mostrado muy proclive a dar forma al fin a la cuarta y prometida entrega. Según Moviweb, Roach ha confesado que Myers y él hablan del tema con frecuencia y que quieren retomarlo de manera firme, esperando solo dar con «la idea perfecta» a desarrollar en esta nueva cinta.
Hablamos de ello una vez al mes, pero no avanzaremos hasta que sepamos qué queremos hacer de forma específica. (…) Hay algunos aspectos de la forma en que funciona el mundo en este momento que me parecen muy Dr. Maligno, y quiero que quede plasmado así. Pero aún no tenemos un plan bien desarrollado.
Así que nada, aquí nos quedaremos, esperando que confirmen que volveremos a ver a un Austin a puntito de cumplir sesenta años de irreverencia. Estoy deseando verlo.