Todavía no había cumplido los 40 años Mel Gibson cuando se metió, en 1995, en uno de los que, hasta el día de hoy, todavía es una de las producciones más importantes de su carrera: Braveheart. Nos contaba la cinta las «épicas aventuras» de William Wallace, el legendario rebelde escocés que levantó al pueblo por su independencia contra Inglaterra durante el medievo.
Y, aunque es cierto que, junto a Gibson, se suele hablar de Sophie Marceau como protagonista, por su papel de princesa Isabel, para mí la coprotagonista de Gibson siempre fue Catherine McCormack, quien encarnó a Murron (o Merlon, según dónde consultes su nombre), la esposa de Wallace y cuya muerte cruel a manos de los soldados ingleses arranca la acción.
McCormack tenía 23 años, por entonces, y una recién estrenada carrera cinematográfica. Braveheart fue su tercer trabajo para la pantalla, el primero de éxito. Durante los años siguientes, su labor se centró en el cine, aunque ninguna de sus películas volvió a alcanzar el tirón de esta o, al menos, no hasta cambiado el siglo, cuando interpretó a Francesca en El sastre de Panamá. Poco después, llegaría otro de sus títulos más conocidos: Spy Game (Juego de espías). 28 semanas después, de 2007 y en la que dio vida a Alice, sería uno de sus últimos éxitos en cine, antes de empezar a trabajar, si no de manera exclusiva sí muy mayoritaria, en series.
Su papel como Theresa Leary en El declive de Patrick Leary, de 2011, le llevó el aplauso de la crítica, y en 2016 la fue Lady Carmichael en el episodio La novia abominable de la serie Sherlock, protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman.
Pasó por Genius o Women on the Verge con algunos episódicos, y en 2019 volvió a tener un personaje recurrente en Temple, una miniserie protagonizada por Mark Strong en la que este interpreta a un cirujano dispuesto a todo para salvar la vida de su mujer, Beth (McCormack).
La última serie en la que ha tenido un pequeño papel, de todas formas, ha sido una de las series de fantasía de mayor tirón de los últimos tiempos: The Witcher, en la que interpretó brevemente a Anika en un episodio de la tercera temporada.
Ahora, en fase de producción, está su próxima serie, que protagonizará junto a Colin Firth: Lockerbie. En la ficción, ambos interpretarán al matrimonio Swire, que buscan justicia para su hija Flora, fallecida a causa de un accidente de avión. La serie se basa en el accidente real del vuelo 103 de Pan Am, que explotó el 21 de diciembre de 1988 sobre la ciudad escocesa de Lockerbie 38 minutos después de despegar, matando a 259 personas a bordo y otras 11 en tierra.