Da un poco de rabia decir que Kevin Dillon es como una versión de su hermano mayor del AliExpress, pero… En fin, no lo voy a decir, pero solo porque da rabia, no porque no sea cierto.
La cuestión es que, en nuestro empeño de mostrarles a los niños clásicos de terror de todos los tiempos (empeño que se aguza en Halloween, claro), el otro día pusimos The Blob. O La mancha voraz. O El terror no tiene forma. Según dónde la veas se titula de una forma u otra, pero casi todos la recordamos como The Blob. Como sea, en ella veíamos a un joven Kevin, casi recién estrenado en cine, haciendo de buen macarra ochentero, con su moto escacharrada, su chupa de cuero, su pitillo en los labios, su pasado oscuro y su noble corazón.
Voy a hacer aquí un pequeño paréntesis para decir que, según la foto, puede también parecer un Kevin Bacon de AliExpress y, de hecho, he visto por ahí alguna foto de Matt Dillon con Kevin Bacon rotulada como «Matt Dillon y Kevin Dillon» que me ha hecho mucha gracia. Pero vayamos al lío:
Un año más joven que su hermano, debutó en pantalla en 1983, cuatro años después que Matt, en la película No pasa nada, en la que ya aparecía como personaje principal y en cuyo póster, bueno… Todos tenemos un pasado, pero no todos parecemos Mario Casas en él.
«Solamente quería una oportunidad… Nunca la tuvo», y con su medallita de la Virgen de los Remedios sobre el torso pelao. Una joya.
Alguien debió pensar que, si Matt podía conseguir la gloria y erigirse como icono juvenil gracias a películas como Faldas revoltosas, Rebeldes o La ley de la calle, por qué no aprovechar el filón Dillon y rascar también lo que se pudiera de su hermano menor. Se intentó, pero lo cierto es que nunca llegó a cuajar. Los títulos que protagonizó Kevin fueron, en su mayoría, desastres de taquilla y/o crítica, y las producciones de más tirón en las que sí participó lo hizo con papeles entre secundarios, de protagonismo grupal o, directamente, muy pequeños. Sería el caso, por ejemplo, de En la línea de ataque o The Doors, en la que interpretaba a John Densmore, el batería.
Diría que fue después de esto (hablamos de 1992) cuando se convirtió en una especie de comodín para cintas de acción y de terror/misterio y, ocasionalmente, algún coming of age, que le pegan bastante. Escape de Absolom o Crimen verdadero, con Alicia Silverstone, podrían ser buenos ejemplos de ello. Fue protagonista, a finales de la década, en La semilla del mal y en Agenda oculta, ambas de terror que fueron un terrible fiasco de recaudación y crítica.
Metidos en los 2000, llegaron las series. Hizo episódicos en Policías de Nueva York o 24, y adquirió algo de protagonismo en That’s Life. Pero recordemos que era un actor que en los ’80 prometía ser una estrella haciendo series, que era donde terminaban, en los ’90 y tempranos 2000, aquellos que «ya no valían para hacer cine». La siguiente gran producción en la que participó fue ya Poseidón, en 2006, y entre 2004 y 2011 estuvo inmerso en Entourage (El séquito), una serie de HBO (llevada a película en 2015) que nos narra la historia de la estrella de cine Vincent Chase, paseándose por Los Ángeles con su «pequeño séquito» de amistades. Esta serie tuvo gran protagonismo en la vida del actor; todavía hoy ocupa gran parte de sus publicaciones en redes sociales.
De hecho, tanto el actor, que fue nominado a un Emmy por su papel en Entourage, como Doug Ellin, el creador de la misma, se unieron en 2020 para crear Victory the Podcast, que todavía sigue en activo. Y, dado que sus últimas incursiones en cine y TV no han tenido especial buena acogida (Un día para morir, Bajo vigilancia, Punto de mira), es su podcast lo que promociona principalmente en redes.
En posproducción, y con fecha de estreno prevista para este año, tiene Reagan, el biopic del presidente Ronald Reagan que protagonizará Dennis Quaid.