Sí, amigos, Álvaro se ha convertido en el primer concursante de la historia de Gran Hermano que ha entrado dos veces en la casa de Guadalix de la Sierra y una en el hospital.
Con las reformas del Gobierno, es más que probable, de hecho, que dentro de poco el alta hospitalaria también se dé por nominaciones. «Y la audiencia ha decidido, que no debe pasar su postoperatorio de apendicitis… ¡El paciente de la cama 5!».
Algo así. Pero no hablemos de política, porque yo una vez hice bajarse de mi camión a una monja por decir «pues sí, pues sí», como para ponerme a hablar de eso.
Lo mejor será que empecemos por el principio, porque la gala de anoche fue mágica, subyugante, arrebatadora. Todos los que os la perdisteis estáis vacíos.
La cosa comenzó con Mercedes Milá vestida con una chaqueta de estampado de leopardo de los años ochenta que posiblemente perteneciera a mi madre. Al parecer la diseñó un tal Juan Pablo González, más conocido en su pueblo por Jean Paul Gaultier.
Ah, el estampado de leopardo, la tela que ha conseguido poner de acuerdo a pijas, chonis y heavys.
En el plató estaba ya Álvaro, el concursante que se ha pasado los últimos ochenta días en el hospital, con el cuerpo lleno de hierros y tornillos o en rehabilitación pasándolas de quién pillara una crucifixión.
El asesino (no se merece otro nombre) llevaba una camiseta con colores que harían reventar a un camaleón que intentara mimetizarse con ellos. Ah, la fina línea entre ser moderno y ser un hortera de playa. Ah, no, que la línea es muy ancha. Pues entonces es un hortera diplomado.
«Aquí está Igor, que te ayudó mucho», dijo Milá. Hombre, ayudar, ayudar… ayudó arrastrándole por los brazos después de haberse roto los húmeros lo que hizo que el cirujano que le reconstruyó el hueso lo hiciera en su casa, sobre la mesa del salón y con toda la familia jugando a ver dónde iba cada pieza.
Le dieron un maletín con los 300.000 euros del premio final y le encomendaron la tarea de ir con él a Guadalix. No se hizo un Dioni con el maletín porque le pusieron a unos modelos de catálogo de agencia de publicidad haciéndose pasar por guardaespaldas.
Ahora, si tuvierais que esperar que esos tipos pararan una bala por vosotros, podríais daros por jodidos, porque es probable que os usaran como escudo humano para no espicharla ellos.
Para ir a Guadalix le pusieron una limousina de tipo hummer y de color rosa que era capaz de quemar córneas con solo mirarla. No quiero saber qué tipo de trastorno mental lleva a una persona a llamar a un sitio para pedir una limousina de color rosa y todo terreno.
«Soy lanzado y muy sensible», dijo en su vídeo de presentación. Debió decir «soy muy lanzado y muy frágil».
Cuando en la casa anunciaron su llegada todos aplaudieron entusiasmados, como si de de verdad lo estuvieran. Pero no lo estaban. Es otro que les puede quitar el premio (de hecho lo llevaba en la mano).
Es como alegarse porque a tu chica le presentan a Brad Pitt desnudo. A ella no volverán a parecerle encantadoras tus lorcillas.
Milá se puso a decir que ha llegado a la «saturación absoluta», al «hartazgo de la mentira, de la interpretación», refiriéndose a Igor y a Miriam y dijo que ha quedado con sus jefes en que no se hable más del tema de si hubo sexo o no, o de si Amor se trincó o no a no sé quién.
Milá, que es muy de respetar, llamó mentirosos a Bicho Palo y a Muerte del Loro a la jeta como el que pide la hora. Y ojo con ella, que ahora es la que decide de qué se habla y de qué no en Telecinco. Como un día diga que ya no se habla más de corazón vemos a Telecinco emitiendo documentales, lo que podría provocar una paradoja espacio-tiempo y destruir el universo.
«La sala de expulsión está chulísima», dijeron los nominados. Es como si un condenado a muerte elogiara lo bonito que es el paredón o las líneas estilizadas de la horca… A esta gente le gusta sufrir. Yo creo que quieren el premio mara montarse en casa una mazmorra de esas en la que hay mucho cuero, tachuelas y látex.
Destacaré el vídeo de Derirée, alias Faleta, que no se lleva bien con Iván. Le da coraje. A esta muchacha le da coraje todo. Solo hay dos seres con tanto coraje en el universo: Desi y un espartano cocainómano.
Antes de echar a uno de los nominados, les pusieron un vídeo de la relación Adrián-Yésica.
Yo os la resumo: Adrián intenta arrimarle la culebra tunelera a Yésica. Yésica pasa como de cagar en una zarza y limpiarse con ortigas. Adrián se enfurruña. Dejan de hablarse. Son enemigos. Más o menos lo que pasó en la península de Corea.
¡¡Y a la calle ADRIÁN!!
Normal. El chaval era más anodino que comer un kilo de acelgas crudas.
Y se mascó la tragedia. Más que eso, se mascó, se tragó y se digirió para ser luego depositada mediante apretón anal. El caso es que para recibir a Álvaro a los chavales y chavalas de la casa les dieron unos tubos lanzaconfetis.
Con la suerte que tiene Álvaro, todo hacía sospechar que uno de ellos estaría defectuoso y le arrancaría la cabeza al ser disparado, dejando en la pared más cercana una mezcla de sesos y papelitos de colores que él mismo habría elogiado como composición artística.
Poco después, bombazo informativo:
«Declaro, me recuerdo con horror a Franco, inaugurada la repesca de Gran Hermano catorceeeeeeeeeeeeeeeeeee», dijo Milá antes de ponerse a gritar como Mogli llamando a los gorilas para comer.
He aquí Mercedes inaugurando la repesca.
O sea, que sí, que alguno de los expulsados volverá a entrar. Se hará por votación del público. Esto sí que es una democracia y no las porquerías que se ven por ahí.
Lo mismo entra Lorena. JA JA JA JA JA JA JA
No, ella no entra. Ay, que risa. Si entra Lorena me rapo la cabeza, fijaos lo que os digo.
La llegada de Álvaro a la casa fue muy como de cine. Le pusieron música de mucha trascendencia, que de un momento se esperaba ver aparecer a Bruce Willis con una escafandra de astronauta.
Todos se habían escondido y salieron de repente emboscándole y disparando los tubos de confeti a lo indios asaltando la diligencia. Pensé que el final de Álvaro iba ser morir en la casa de GH de un infarto. Y con el hambre que tienen en la casa eso iba a parecer un banquete de hienas.
Ahora que le he visto de cerca os digo que Álvaro tiene una piñata como la de las pirañas, con dos filas de dientes. Y si las pirañas no tienen dos filas de dientes, pues como algún bicho que las tenga. Joder, que listos sois todos, zoólogos de los cohone. 🙂
Le hicieron abrir el maletín que llevaba con él. Dentro había billetes de 500 euros de esos que sólo se ven por la tele. Todos miraban el maletín con cara de ponerse una media en la cabeza, liarse a tiros y salir pitando con la pasta.
Pero no, porque el Súper le dijo a Álvaro que dejara el maletín en el confe. Yo ya me imaginaba que el Súper iba a ser como aquel que se fue a por tabaco hace 36 años y que no le íbamos a volver a ver. Pero no, ahí estaba, sin fugarse con la pasta ni nada.
Las nominaciones fueron así:
Cada uno debía decir con qué dos personas de la casa les gustaría llegar a la final y debían decirlo teniendo el maletín con los 300.000 pavos reales delante. Así, como para que no influyera. Soy yo y nomino en positivo al hombre del saco y a Jack el destripador.
SALIERON NOMINADOS: Argi, Iván, Saray, Yésica, Desirée y Nacho.
¡¡¡Y LLEGÓ EL APOCALIPSIS GALLINO!!
Sí, amigos. Unos tipos de la organización (esperamos) entraron en la casa y se dedicaron a soltar gallinas. Sí, de las que tienen alas, pico y son capaces de proporcionarte con el culo materia prima para la cena.
Eran doce bichos alados como doce soles.
El caso es que los concursantes debían cazarlas (sin hacerlas daño) y por cada una que cogieran les darían un pollo asado.
Es de pura vergüenza e incluso inmoral que les den un pollo asado por cada gallina capturada. Es como si por dejarse pillar, las gallinas hubieran permitido la muerte de un familiar. Que cargo de conciencia joder. Es como que te digan de jugar al escondite so pena de que muera tu hermano si eres descubierto.
Podría ser la nueva ruleta rusa. Da para película de hollibú. Para SAW MMLLCCXVI.
Las gallinas se cagaron en las sábanas de alguien. De hecho se cagaron por todas partes. Normal. Imaginaos ser una gallina y ver a doce energúmenos corriendo hacia ti con cara de psicópata. Pues eso. Caquitas on the rocks.
El caso es que capturaron once gallinas.
La entrevista a Adrián fue… como estar en la sala de espera del dentista. Le echaron con un 66,4% de los votos.
Adrián e Igor fueron archienemigos y ahora se veían los dos fuera de la casa. En directo fue como verles pelear en un ring haciendo parejas con el Último Guerrero y Hulk Hogan.
«Tu opinas que soy un cerdo, yo opino que eres un veleta«, le dijo Igor. Ay, omá, que cansinos son los dos.
«Me acaba de insultar», dijo Adrián, «no te he insultado, te he definido«, respondió Igor. Buah, que intensidad, que arrojo, que entrega, que pasión, que aburrimiento joder, que se ponen a hablarle a una cabra y la matan parándole el corazón.
Qué fiesta de discusión, chavales.
«Yo aquí me tiro un pedo y lo comparto», dijo Milá, animándonos a ir al plató a disfrutar de sus exquisitos efluvios. «Yo en la casa he compartido unos cuantos», replicó Adrián. Viva el intercambio de gases como forma de hermanamiento.
«No tienes ni idea de ligarte a una tía, eres un sobón, que plasta», le dijo Milá. Eso sí, con cariño, le dijo. Joder, con cariño. Pues el día que se lo diga con mala leche le sangran los oídos.
Y así quedó la cosa, señores y señoras.
