Europa inquieta Europa inquieta

Bienvenidos a lo que Kurt Tucholsky llamaba el manicomio multicolor.

Los predecibles burócratas europeos necesitan un Peter Souza que les humanice

Es la sombra del hombre más poderoso. Le acompaña en cada recepción oficial, en cada gira diplomática, en cada acto público de una agenda dictatorial y extenuante. Pero también en los raros instantes de intimidad del soberano, cuando está relajado, en mangas de camisa, haciendo el payaso con un niño, concentrado en un golpe de billar o devorando una hamburguesa con patatas fritas. Es Peter Souza, el fotógrafo oficial de Barack Obama.

Obama, al teléfono y con un bate. (P. Souza)

Obama, al teléfono y con un bate. (P. Souza)

Desde hace medio siglo, todos los presidentes de EE UU tienen su retratista de cámara. Algo así como un pintor áulico que, dependiendo del carisma del fotografiado, de la relación de confianza que hubieran establecido y de sus propias dotes como artista, dejan para la historia un retrato —por lo general adulador— de cada mandatario.

Obama encargó la tarea de seguirle a todos lados a quien desde el periódico Chicago Tribune había cubierto con escrupulosa plasticidad su ascenso al poder en 2008. Peter Souza lleva desde entonces tomando instantáneas del presidente, un tipo carismático y con charme de quien no debe de ser difícil obtener un perfil favorable, a razón de 20.000 a la semana. Lo que el propio Souza considera un trabajo de «foto-historia».

Obama en su despacho, hablando por teléfono con el presidente turco y manoseando al mismo tiempo un bate de béisbol. Una imagen polisémica y quizá poco cortés que levantó algo de ruido mediático. Obama junto a su equipo, siguiendo a distancia el desarrollo de la operación que culminó con el asesinato de Bin Laden. Una radiografía inconscientemente impía de cómo actúa el poder. Aunque, curiosamente, las dos fotografías más populares (que no mejores) de Obama —aquella del abrazo con su mujer tras su segundo triunfo electoral y la autofoto con la primera ministra danesa—  no vienen firmadas por Souza.

Y ahora me encaro con el contrapunto europeo. Ásperos burócratas que aparecen periódicamente en rueda de prensa con la misma corbata y la misma chaqueta de siempre. Administradores sin carisma, vestidos tecnocráticamente, pegados como lapas a un atril azul con estrellas. Van Rompuy, Barroso, Ashton… Los mismos predecibles gestos. No hay en ellos una chispa de humanidad (y no me refiero ahora a sus políticas), un gesto de naturalidad no fingida que sirviera para que los ciudadanos simpatizaran, al menos exteriormente, con ellos.

La Unión Europea es un poder mecánico, lejano y frío, cuyos resortes mediáticos, por bienintencionados que sean sus esfuerzos, parecen una amalgama de estética funcionarial y alma racionalista bastante cutre. Sin políticos que se dejen humanizar conscientemente, es complicado que alguna vez llegemos a tener un Obama (o un Reagan) europeo. Ni un Peter Souza que los inmortalice.

 

7 comentarios

  1. Dice ser Los yankis sólo tienen marketing.

    Los yankis sólo tienen marketing pero son la misma mierda genocida, invadepaíses, al servicio de la banca y mentirosos que puedan serlo los dirigentes europeos. Menos fotos y más respeto hacia los demás.

    26 diciembre 2013 | 15:08

  2. Dice ser joe

    ahi ahi obama, dejandolo claro, o lo que tu digas o bate

    26 diciembre 2013 | 16:20

  3. Dice ser vitto

    lo que necesitan es no ser tan chorizos, eso si que da buena imagen

    26 diciembre 2013 | 17:23

  4. Dice ser pedrium

    Lo que necesitan es humanizarse por si mismos y hacer mas politicas mas humanas y no ponerse una mascara para humanizarse.

    26 diciembre 2013 | 18:22

  5. Dice ser Carla

    Mas que para humanizar las fotos servirían para realizar un estudio sicológico sobre como el ser humano es capaz de mentir durante años o mantener organizaciones corruptas sin mover un dedo, y no ir mas allá del «y tu mas», mientras millones de ciudadanos les maldicen en silencio.

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    26 diciembre 2013 | 18:55

  6. Dice ser Pelus

    Es otra cosa que nos separa de formar una verdadera unión europea. Nos gustará más o menos, estaremos de acuerdo o no con sus políticas, pero hay que reconocerlos que salvo lamentables excepciones como Bush Jr., los yankis acostumbran a tener líderes con cierto carisma y dotes comunicativas. Ay!!! que envidia!! Ya que te joden, por lo menos podían caer medianamente bien.

    27 diciembre 2013 | 05:00

  7. «Hubo un tiempo, añorado hoy por los conservadores más melancólicos, en que los manuales de urbanidad nos enseñaban la obligación de ceder el asiento a los mayores en los autobuses. Y en los botes salvavidas a las mujeres y los niños en los casos de naufragio. Pero los tiempos cambian y las normas se hacen mucho menos rígidas. Sobre todo ahora que los expertos en buenos modales a sueldo de cualquier think tank neocons parecen haber llegado a un consenso para reducir las normas de buenas maneras a una sola regla: los ricos primero.

    La norma, por otra parte, no es más que la aplicación estricta de aquella otra ley no escrita que dictaminaba que quien paga manda. Nos lo recordaba estos días el profesor de Filosofía Política de Harvard, Michel J. Sandel, al advertirnos de los perversos efectos que la creciente desigualdad tiene en la democracia. Y es que las salas VIP de los aeropuertos comienzan a ser un inocente recuerdo ahora que los clientes que pueden permitirse asumir el sobrecoste pueden experimentar el placer de acceder sin colas a la sala de embarque, ni listas de espera, viajando siempre en primera. Pero la priorización de los adinerados no se reduce a las agencias de viaje. De hecho, fue Marx quien hace ya bastantes décadas alertó de que con el capitalismo todo tiende a convertirse en mercancía. La diferencia está en que hoy se perdió el pudor por la compraventa de algunos productos cuya adquisición antaño sonrojaba.

    Así, hoy es posible contaminar más de lo permitido por el módico precio de pagar 13 euros la tonelada de dióxido de carbono. Y en el presidio de Santa Ana, en California, el reo tiene la oportunidad de pernoctar en celdas de lujo por el módico precio de 82 dólares la noche, una oferta sin duda atractiva para ser implantada en España con la que se podría hacer más llevadera la breve estancia en prisión de tanto prevaricador, corrupto y malversador mientras espera el indulto gubernamental. Por faltar no faltan ni las ofertas de amigos de alquiler gestionados, sin duda, por las más serias y competitivas empresas.

    Todo ello le lleva a preguntarse a Sandel sobre dónde está el límite a la total mercantilización de nuestra cotidianidad y nuestras necesidades. La disquisición tampoco es nada nueva si pensamos que mientras la ética protestante trabajaba de firme para sentar las bases del capitalismo, el catolicismo realmente existente en la época hacía sus pinitos, mucho antes de poner en marcha el Banco Vaticano, con la venta al por mayor de aquellas acciones preferentes para el Paraíso a base de bulas y misas de difunto.

    Así pues no resulta extraño que España se sume a las nuevas modas. O Catalunya. Por lo pronto, los trabajadores del Hospital Sant Pau de Barcelona denunciaban la pasada semana que la dirección del centro priorizó la intervención quirúrgica de un paciente privado de pago a una urgencia de un enfermo perteneciente al sistema público de salud. Pues eso, lo dicho, los ricos primero convertido en norma única de urbanidad. Aunque con excepciones, claro. Ahí está, por ejemplo, la nueva legislación de seguridad ciudadana que quiere aprobar el PP y sus planes para privatizar el orden público. Seguro que, en este caso, las dos primeras hostias de un segurata no se las va a llevar Amancio Ortega».

    por José Manuel Rambla | Periodista
    nuevatribuna.es | 13 Diciembre 2013

    29 diciembre 2013 | 00:01

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