Europa inquieta Europa inquieta

Bienvenidos a lo que Kurt Tucholsky llamaba el manicomio multicolor.

Llegar a tiempo para el aniversario Schuman

En el ocaso del año contemplaba dos opciones: una lista con los acontecimientos más relevantes del curso europeo o un concienciado post europeísta. Como no soy Nick Hornby y las listas me empiezan a saturar un poco, me he decidido por lo segundo.

El 2014 traerá unas elecciones europeas en la que los ciudadanos, por primera vez, podrán elegir directamente al presidente de la Comisión. Además,  este es el año –yo lo empecé a celebrar tímidamente aquí con antelación– del aniversario de la Primera Guerra Mundial. La UE generará muchísimas más noticias, todavía más que este año que termina (viene siendo así desde hace un lustro), pero estas dos constituirán el esqueleto informativo en los meses venideros.

Robert Schuman, en 1949. (BILD/WIKIPEDIA)

Robert Schuman, en 1949. (BILD/WIKIPEDIA)

Así, del éxito o del fracaso de participación en los comicios de mayo saldrán o no unas instituciones comunes más legitimadas ante la opinión pública de los países miembros, y según como los europeos (ciudadanos y políticos) encaren el aniversario de la Gran Guerra se podrá alumbrar o no una idea renovada sobre el pasado y futuro del continente.

Pero para despedir 2013 y almacenar europeína para lo que vendrá he pensado en convocar aquí a un fantasma, el de Robert Schuman. Paradójicamente –y pese a lo fetichistas que somos los periodistas con las fechas redondas– apenas ha habido referencias este año al 50 aniversario de la muerte de este político francés de origen alemán (combatiente germano en la Primera Guerra Mundial y aliado en la Segunda) que, junto con Jean Monet, sentó las bases de la actual unión.

La Declaración Schuman por su brevedad, precisión, responsabilidad ante la historia y como generadora de un experimento político todavía exitoso, debería exponerse en las aulas de los colegios de todos los estados que forman la UE. Schuman era un gran estadista y hasta cierto punto un visionario. Pero un visionario que había sufrido en sus propias carnes dos guerras mundiales, el ascenso imparable del nacionalismo y el trágico declive de la democracia liberal.

Schuman pertenecía a la vieja élite gobernante, y sería un poco absurdo reclamar uno nuevo hoy como quien espera un improbable milagro político… que nunca se da. Nuestro tiempo histórico es diferente al suyo: aquellas élites están en retirada, no tienen ni el poder ni el aura que tenían entonces. Hoy este padre europeo pasaría inadvertido, en el sentido de que la UE es un proyecto colectivo tan hipertrofiado que no hay una sola personalidad –con alguna excepción– que pudiera refundarlo por sí sola.

Releyendo hoy la Declaración Schuman la música de fondo nos es muy familiar. Sobre todo estas dos frases: «La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas» y «Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho».

Muchos se preguntan, todavía hoy, por qué la UE es un proyecto inacabado después de tanas décadas; aquí, en estas dos oraciones que bien podría ser nuestro ‘we, the people’ está la clave última. Civilización, paz, solidaridad. Las dos primeras se han logrado, la última es la más difusa y compleja de todas. El estadio en el que aún nos encontramos. Probablemente Schuman entendiera la solidaridad en otros términos distintos al nuestro, pero ahí está la perenne palabra escrita. Como tarea de ‘año viejo’ os propongo la lectura de este texto de dos maneras: reflexionando sobre qué significó entonces y qué significa ahora.

2 comentarios

  1. Dice ser Carla

    Hay que seguir avanzando en la democratización de Europa, y castigar electoralmente a aquellos que ponen remilgos o se andan con tibieza en la defensa de la lucha contra la corrupción y la desigualdad.

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    31 diciembre 2013 | 13:31

  2. Dice ser Pelus

    Bonito post para acabar el año. Reivindicar una figura como la Schuman parece necesaria a estas alturas del partido, sobre todo teniendo en cuenta que vamos a entrar en un año clave para el futuro europeo. Lástima que no haya más Schumans en la actualidad.

    31 diciembre 2013 | 14:52

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