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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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La dieta macrobiótica: una perspectiva sobre su origen, postulados, riesgos y beneficios

Yin_Yang

Tocaba ya el comentar en el blog el tema de la famosa dieta macrobiótica. Lo cierto es que sin comerlo ni beberlo la semana pasada recibí tres consultas al respecto de este peculiar planteamiento dietético y, por si esta no fuera poca casualidad, un compañero me hizo llegar un video con muy poca gracia en el que se ve a los participantes de la actual edición de Masterchef en un taller de cocina macrobiótica… No sé que tendrá que ver el culo con las témporas, pero sea como fuere tanta carambola macrobiótica ha facilitado sin duda alguna este post. Voy a tratar de ser lo más aséptico posible en la descripción del asunto y de esta forma, inicialmente, acudir en la mayor parte de los casos a las fuentes que están a favor de este sistema y que por lo tanto lo promueven. Posteriormente daré mi opinión y las razones en las que la fundamento.

Origen de la Macrobiótica

Hay pocas dudas a la hora de hacer descansar el nacimiento de la cuestión macrobiótica tal y como hoy la conocemos (más o menos) en una persona concreta: George Ohsawa (1893-1966), un japonés que estableció una característica forma de comer en base al equilibrio entre el Yin y el Yang, dos conceptos de la filosofía taoísta que expresan la eterna dualidad de todo lo existente en el universo y que son al mismo tiempo fuerzas opuestas pero complementarias.

Desde una perspectiva más práctica según el análisis que realizó en 2011 el Ministerio de Sanidad sobre el estado de las terapias alternativas, la dieta macrobiótica se definió como “una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang. Se basa en la búsqueda del equilibrio físico y emocional a través de la nutrición”.

También en sentido formal la base de datos de encabezados de terminología médica define la dieta macrobiótica como: “Una forma de interpretar la nutrición fundamentada en el consumo de granos de cereales integrales, legumbres, verduras cocidas y en el principio chino Yin-Yang. Aboga por una dieta consistente en alimentos ecológicos y cultivados en proximidad a su lugar de consumo, verduras de temporada, ricas en carbohidratos complejos, a la par que menos grasas, azúcares y alimentos procesados ​​químicamente”.

En cualquier caso, los expertos en macrobiótica hacen sus interpretaciones. De este modo se expresa literalmente el propio centro (La Biotika) donde se llevó a cabo el taller de cocina macrobiótica para los participantes de Masterchef al respecto de esta filosofía de vida/alimentación:

La macrobiótica es el estudio y aplicación del Orden del Universo en la alimentación y en nuestra vida cotidiana.

Está basada en la observación y aplicación de este Orden, teniendo en cuenta la energía de los alimentos [Nota: por energía en este contexto no se entienden ni calorías ni julios… ni nada que se parezca formalmente hablando al concepto de “energía”], no de sus propiedades ya que estos al mezclarse con nuestros jugos digestivos se transforman.

El organismo utiliza la energía de los alimentos ingeridos para construir nuestras sustancias. Para mantener nuestra salud o restablecerla es necesario comer alimentos vivos como los cereales, que son alimentos con memoria y con luz. También se utilizan verduras de raíz (son las que tienen más energía) verduras de hoja de temporada y del lugar, legumbres, fruta del tiempo, excepto la naranja, que nos produce mucha acidez y está manipulada genéticamente, pescado, carne blanca, sal marina, miso, tamari y gomasio. Se evitan los alimentos extremos como la carne roja, los quesos, la charcutería, los huevos, las frutas tropicales, la miel, el azúcar, la leche, el café, las bebidas industriales y todo lo que no proceda directamente de la tierra o que haya pasado por la industria, incluida la industria dietética.

Para saber si un alimento es más Yin o más Yang hay que observar su origen, apariencia, composición, mecanismo [¿?] y finalidad. Conociendo y observando este Orden, nos convertimos en nuestros propios médicos, nos hacemos libres y no dependemos del juicio de los demás.

[…]

Para saber que nuestros riñones funcionan adecuadamente hay que observar si hacemos pipí tres a cuatro veces cada 24h y para saber que el estado de nuestro intestino es el adecuado, nuestras deposiciones tiene que ser sin olor (si hay olor hay fermentación), enteras (si se deshacen hay exceso de acidez) y que floten (si se hunden hay exceso de proteínas). Observando y aplicando este Orden, nos hacemos libres y felices [¿?].

(Ahí queda eso)

Los niveles de la dieta macrobiótica

Bien. Más allá de las interpretaciones más o menos personales de quien en España dicen ser expertos en esta filosofía, el grueso de aquellos que estudian y practican un estilo de vida macrobiótico (o “vida prologada” según su etimología ‘Macro’ = grande o largo; y ‘Bio’ = vida) reconocen que la forma de alimentación macrobiótica está jerarquizada en 10 niveles que van desde el -3 al 7, sin pasar por el cero. No he sido capaz de averiguar el porqué de esta curiosa forma de numerar diez niveles. Lo normal, digo yo, hubiera sino numerarlos del 1 al 10 (me pregunto por qué no los numeraron del -4 al 6 o del 592 al 601… solo por decir dos de entre las infinitas posibilidades)

El caso es que partiendo del nivel -3, el de iniciación, y con el objetivo de llegar al séptimo nivel 7 de máxima excelencia, el macrobiótico practicante va a tener que ir adaptando la composición de su dieta en base a las siguientes proporciones de alimentos:

Imagen1

Datos adaptados de Macrobiotic Guide

Tal y como se puede contrastar, la dieta macrobiótica además de basar sus postulados en las características Yin o Yang de los distintos alimentos (atribuciones que realiza sin guardar lógica alguna) es un patrón que tiende claramente al vegetarianismo para acabar siendo una dieta cerealista especialmente restrictiva. Así, las cinco primeras dietas (desde -3 a +2) incluyen alimentos de origen animal pero en una proporción claramente decreciente. A partir de ese punto (en las dietas +3 a +7) se prescinde de los alimentos de procedencia animal, serían por tanto veganas con cantidades crecientes de cereales. De hecho, el último peldaño dietético está compuesto exclusivamente por cereales en grano que además ni tan siquiera pueden cocinarse (si triturarse, pero tampoco demasiado).

Riesgos macrobióticos

Una buena parte de la población que conoce algo del tema macrobiótico suele asociar a este planteamiento oriental una imagen más o menos saludable sin conocer que en realidad, una vez en la autopista macrobiótica, su trayectoria conduce hacia un estilo dietético francamente restrictivo y deficitario en numerosos micronutrientes además de en proteínas, tal y como se puede contrastar con facilidad. Así, los riesgos de llevar una dieta macrobiótica a sus últimos niveles podría aumentar el riesgo con bastante probabilidad de ser deficitarias en proteínas, hierro, calcio, vitaminas A, D, C y B12; y por lo tanto aumentar el riesgo de anemia, escorbuto e hipocalcemia, entre otros. Tal es así que desde el punto de vista epidemiológico la dieta macrobiótica ya cuenta con víctimas mortales. Fallecimientos atribuibles en la mayor parte de los casos a llevar hasta sus últimas consecuencias sus postulados. Pero hay más.

Las múltiples alegaciones y propiedades que hacen descansar en la dieta macrobiótica quienes la promueven (como por ejemplo afirmar en ocasiones con no poca vehemencia que sirve para curar el cáncer) hace al mismo tiempo que aumenten las probabilidades de que determinadas personas abandonen tratamientos verdaderamente efectivos en favor de esta dieta… con su consiguiente riesgo.

Beneficios macrobióticos… y mi opinión

Veamos, prescindir del azúcar o de los alimentos que la incorporan en cantidades importantes como la miel; prescindir al mismo tiempo de alimentos procesados; no pasarse con los alimentos proteicos, en especial con las carnes rojas… hacer un uso más o menos importante de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas); priorizar el consumo de alimentos de temporada y cercanía… son mensajes con los que me he mostrado muy alineado tanto en mi vida profesional como a lo largo de muchos de los artículos de este blog. Son consejos que muchos de mis compañeros dietistas-nutricionistas darían con el fin de seguir un patrón de alimentación saludable. Sin embargo, hay víctimas colaterales (desde el punto de vista alimentario) que no tienen ni pies ni cabeza: ¿por qué se evitan las naranjas, las frutas tropicales, los huevos, etcétera?

Porque son más o menos Yang… o porque son más o menos yin… o vaya usted a saber, se me contestará. Es decir, los criterios sobre los que se construye este patrón dietético no tienen ni pies ni cabeza, no se han demostrado jamás y dudo mucho que se demuestren nunca… Déjame que te ponga un ejemplo práctico de las razones a través de las cuales se promociona este el estilo dietético. El siguiente fragmento está entresacado de uno de los libros que en la actualidad mejor acogida está teniendo en esto de la alimentación de estilo Zen (de clara inspiración macrobiótica), esta obra se llama “Revitalízate” y su autor el médico (sí, con carrera de medicina) es Jorge Pérez-Calvo:

El cereal yin (con alta carga electromagnética atrae la energía celeste yang) y al mismo tiempo su calidad yang con respecto a la tierra hace que también atraiga a la energía terrestre hacia arriba. La energía celeste por vocación llegará hasta la tierra. Así se consigue un completo flujo del chi (energía) por todo el cuerpo. Se universaliza más el pensamiento y asume una visión más holística de la realidad.

Con la carne de polaridad yang, se repele y atrae menos energía celeste. Se focaliza más la mente y se siente más atracción por lo terrestre, lo material y lo concreto. Promueve una mentalidad más materialista y menos empática con el entorno.

Es decir, poesía Zen en estado puro sin lógica alguna. En mi caso particular, si me lo hubieran vendido como que hay una tipificación de los alimentos entre aquellos que favorecen el aumento del nivel de midiclorianos y otros alimento que los disminuyen… con el fin de acercarte más al conocimiento de La Fuerza de La Guerra de las Galaxias (nada que ver con Newtons, kilopondios ni Dinas), ciertamente que un servidor hubiera quedado más complacido.

Imagen2

Ahora en serio; las recomendaciones dietéticas que se postulan desde la macrobiótica pueden ser más o menos recomendables en sus primeras etapas, pero desde luego no por sus extravagantes explicaciones que pertenecen más al terreno de lo esotérico que de la ciencia. Además, en los niveles más avanzados la dieta macrobiótica supone en mi opinión un riesgo para la salud por sus claras carencias nutricionales. Todo ello sin olvidar el riesgo que supone que a alguien con una enfermedad importante se le llene la cabeza de pájaros y termine abandonando un tratamiento efectivo y basado en la evidencia. Y es que, puestos a asumir la existencia de extrañas energías en los alimentos para construir un determinado planteamiento dietético… ¿qué nos impedirá creer en fantasías e ideaciones netamente más peligrosas? ¿cuándo una «locura» pasa de ser solo divertida a ser peligrosa??

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Imagen: digitalart vía freedigitalphotos.net y Alec Guiness caracterizado de Obi-Wan «Ben» Kenobi de http://es.starwars.wikia.com/wiki/Obi-Wan_Kenobi

El joyero adelgazante de la madre de Norman Bates

La impúdica desvergüenza con la que operan algunos a la hora de aprovecharse de la desesperación de otros para adelgazar no tiene magnitud conocida en este universo; digamos que es infinita aun a sabiendas de que seguro me quedo corto.

Después de aquella bobada de los anillos de silicona adelgazantes que te contaba hace dos años en este post (y que naturalmente por ahí siguen para quien quiera adquirirlos), recientemente he tenido conocimiento de la existencia de otros chistófanos milagrosos con los que por un módico precio, y con un estilo inconfundible (magufo donde los haya), se nos propone adelgazar de nuevo a base de simplezas similares.

En concreto se trata de unos pendientes y una pulsera diseñados a tal efecto… al efecto de engañar, timar, estafar, etc. con la cuestión adelgazante me refiero. Realmente comparten muchas similitudes con los anillos de los que te hablaba hace tiempo. La principal el uso de palabrería pseudocientífica y alusiones a algunas terapias alternativas (acupuntura, reflexología, puntos de energía, acupresión, bio-magnetismo, medicina china…) para convencerte que con estos elementos se facilita el adelgazamiento. Sin embargo, no sé si te has dado cuenta, pero hay una gran diferencia con los casos que hoy te acerco: los anillos en cuestión no tienen ni pizca de glam, son de silicona y se usan “ocultos” o en la intimidad (al menos así sugiere su apariencia), pero en sentido contrario, los pendientes y la pulsera están diseñados para fardar lucirlos (y al mismo tiempo adelgazar, claro). Sin ir más lejos la pulsera se anuncia como ¿con? Swarovski Elements… me pregunto si los responsables de Swarovski estarán al corriente del uso de su nombre. No creo que les haga ni pizca de gracia.

Pulsera adelgazante

Sea como fuere con esta estrategia lo de “para presumir hay que sufrir” pasa a la historia, ahora, se presume, se goza y se adelgaza al mismo tiempo… Ya me estoy imaginando el típico diálogo de dos madres cuando por ejemplo coincidan en la puerta del colegio a la hora de recoger a los niños:

– Uuuuuy que pendientes más monos llevas hija

– Pues sí, moníiiisimos, y ¿sabes lo mejor?

– ¿Qué?

– Que son adelgazantes…

– ¡Aaaaarg… no… qué fueeeerte! ya decía yo que te habías puesto muy magnífica en este último mes… de qué otra forma se explican tus actuales 62 kilos…

– Perdona… 58,5 kg si no te importa

– Ay hija, valeeeee, pues eso… que cómo se podían explicar tus 58,5 kg y esa estupenda figura cuando hace apenas unos pocos meses estabas en 128 kg.

– Pues sí hija, calla… pero cuidadín, que el otro día me metí en la cama con aquellos anillos de silicona adelgazantes de los que te hablé hace un par de años puestos en el dedo gordo de los pinreles. Además me coloqué dos juegos de pendientes también adelgazantes en las orejas y seis brazaletes liporemodeladores en cada brazo… ¡Pues no veas que susto!…

– Ay hija, no pares, ¿¡qué te pasó!?

– Pues que al poco rato como te decía de acostarme empecé a notar una fuerte conmoción en los chakras… como si se me desalinearan, es decir, como si algo me estuviera consumiendo desde dentro…

– ¡Qué fuerte!

– … Mi marido se asustó muchísimo al verme, dijo que se me estaba poniendo cara de higo seco, que me parecía a la madre Norman Bates…

– Esto, para. No tengo ni idea de quién es Norman Bates y menos de la cara que tiene su madre.

– Jopé chica que poco mundo tienes… pues la madre del prota de Psicosis

– Pichicosis… no caigo… una serie nueva, supongo…

– Madre mía… ¡No! Psicosis, ¡la peli de Hitchcock!

– ¿La peli.. de quién?

– A ver, déjalo… Te decía que mi Manolo me dijo, muy asustado, que se me estaba poniendo un aspecto muy desmejorado, como de una tía muy chunga y enjuta… ¿lo pillas?

– Buehhh… más o menos… pero cuenta, ¿qué pasó entonces?

– Yo estaba medio petrificada y gracias a Manolo que me empezó a quitar uno a uno toda la quincallería bio-magnética pude salir de aquel vórtice adelgazante de auto combustión energético-ayurvédica, reflexológica y acupresiva… fue horrible…

– ¿Qué?

– Nada, déjalo, que menos mal que me los quité, que si no ahora en vez de pesar 57 kg…

– Hace un momento me has dicho que pesabas 58,5…

– Ya, pero como bien te has fijado llevo los pendientes puestos y calculo que ahora estaré en unos 57 (no veas lo bien que funcionan) y eso… que si no me llega a quitar mi Manolo la ferralla pues seguro que ahora estaría en plan radiografía de alguna de anoréxica.

– Ya lo pareces…

– ¿Cómo dices?

– Nada, nada… estoooo que si ya tienes los lápices… los que se dejó el otro día mi hijo cuando fue a vuestra casa.

 

Psicosis

Mujer obesa que se quedó dormida con unos pendientes y tres pulseras adelgazantes puestas (recreación)

Por muy ridículo que resulte el pensar que alguien puede picar en estos fraudes de opereta resulta que no hay pocas personas, al menos en la versión que yo dispongo se me informa que al menos 833 personas han adquirido los pendientes famosos en menos de una semana de oferta (que por 9€ cada pareja se totaliza la bonita cifra de casi 7.500€)… lo que te decía por activa y por pasiva en mi libro Adelgázame, miénteme un negocio redondo para timar, exprimir y defraudar a los consumidores. Al final un engañabobos como otro cualquiera pero que, como decía aquel, la presencia de engañabobos en el mercado solo es posible ante la existencia de bobos… y de eso en esta sociedad por lo que se ve vamos servidos.

 

Pendientes adelgazantesCaptura

Una vez más y antes de despedirme me gustaría saber a qué juega nuestro Misterio Ministerio de Sanidad… si esto no es un fraude de libro que contraviene la ley de publicidad y la ley de productos y servicios con pretendida finalidad sanitaria que venga Dios y lo vea. Y no será porque los promotores de este tipo de fraudes se esfuercen en ocultarse precisamente.

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Alerta magufo: adelgazantes anillos de silicona

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Nutrición-área 51: Tomar el sol por la mañana adelgaza (pero qué me estás contando)

Mujer consigue adelgazar porque la comida le huele a mierda y vende su sistema

Nutrición-área 51: dentífrico para adelgazar… y no es broma (que exista)

Nutrición-área 51: NIDORA®, cuando creías que ya lo habías visto todo

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Nota: Imprescindible agradecer las aportaciones para esta entrada de Juan Carlos Montero (@joancamt) y el resto de buena gente que aparece en la conversación de este twitt.

Imagen: giphy.com

Una grande, la industria alimentaria, para que personas y mascotas coman igual… ‘de bien’

Perro con cubiertosQue la misma industria alimentaria que fabrica, elabora y transforma los alimentos que uno come se encargue también de dar de comer a nuestras mascotas debería hacernos reflexionar. O si esta perspectiva no parece suficientemente sospechosa siempre se puede observar al revés, es decir, que la industria que está detrás de la comida para perros y gatos es, en esencia, la misma que le da a sus dueños de comer. Todo ello sí uno quiere… claro, pero lo cierto es que hay muchos que queriendo o no, sabiéndolo o no… comparten el mismo restaurador que su perro. Es lo que de alguna forma puso de manifiesto un artículo del Washington Post hace unos meses con un elocuente título The McDonaldization of American pet food (“La McDonalización de la comida de las mascotas americanas”).

Es innegable… a día de hoy las empresas que copan la mayor parte del negocio del pienso para mascotas pertenecen a los mismos grupos empresariales que son líderes en alimentación humana… tal y como se pone de relieve y a modo de ejemplo en el muy recomendable blog Food polics: la marca Purina PetCare pretenece al gigante Nestlé (es decir, al mayor de los gigantes); el monstruo de las chocolatinas y golosinas Mars también tiene una división de alimentación para mascotas… Lo cierto es que en lo que a simple vista se muestra, tampoco veo una mayor diferencia entre las típicas barritas que comercializa Mars y las clásicas galletitas para perros… y así suma y sigue.

Con este panorama en el que la industria alimentaria típicamente humana diversifica su negocio hacia los animales me ha llamado mucho la atención el conocer que del año 2000 a esta parte las ventas de comida para mascotas se han prácticamente duplicado… ¡duplicado! pasando, solo en el mercado estadounidense, a generar unas ventas de 22.000 millones de dólares el año pasado. Pero por el amor de Dios… ¿se puede saber qué comían antes nuestras mascotas?

Quizá, parte de la explicación viene de contrastar que la entrada en plan a lo bruto de la industria alimentaria en el mercado de la comida para mascotas ha venido acompañado de un importante crecimiento en las ventas de productos de “élite” para las mascotas. Y es que con la experiencia que acumulaba el sector creando productos para “personas humanas”, esta industria no iba a dejar escapar el filón de explotar una de las mayores debilidades de este consumidor, es decir, el producto Premium. Es más, supuestas tres líneas básicas de comida industrial para mascotas: la básica y más económica, la de gama media y la Premium, es esta última la que acapara casi la mitad de la cifra de ventas mencionadas.

Estupidizando Humanizando a las mascotas

Pienso para perros alimenta tus defensas

Bien pensado, yo creo que la industria tampoco es la culpable, ella va a lo suyo, que es hacer dinero de la mejor forma posible y para ello nada mejor que observar al consumidor y darle lo que este quiere. Si el consumidor quiere idioteces, quién es la industria para negárselas… y con todo el derecho del mundo cobrárselas. ¿El bloguero ha dicho idioteces?

No te quepa la menor duda, ya que no sabría catalogar de otro modo un pienso industrial para perros basado en la dieta mediterránea (del que o quiero pararme a pensar en su formulación) o en aquel que estimula sus defensas (yo creo que Danone en este caso debería tener legítimo derecho a una mordida)… o, el no va más, pienso libre de carne para perros y gatos vegetarianos (o más bien para personas vegetarianas que, contra natura, quieren alimentar a su mascota al estilo vegetariano). Pero hay más, no te quepa duda, tras los piensos imposibles (en los que queda más que patente una proyección de las neuras y filias de algunos humanos) tenemos cerveza para perros o vino para gatos. A mi parecer en cierto sentido creo que el ser humano es un ser vivo social que vive físicamente aislado de sus congéneres… o que en cierta medida, conforme evoluciona tiende a ese aislacionismo mientras se rodea de otros seres vivos que le hagan compañía… y ¿con quién se podría compartir una birra después del trabajo si no hubiera una cerveza canina? ¿con quién si no festejar una cena a la luz de las velas con un ¿buen vino? si no hubiera vino para gatos?

Y enfermándolas

En fin, si alguien viera esto con la suficiente perspectiva se partiría de risa, pero solapadamente claro, ya que el mero hecho de sonreírse públicamente con estas cosas seguro que encima es políticamente incorrecto. A mí la verdad, no me hacen ninguna gracia. En definitivas cuentas, desde un punto de vista poblacional hemos conseguido enfermarnos consumiendo una serie de productos que la industria alimentaria se ha apresurado a proporcionarnos, al tiempo que hemos contagiado nuestras propias enfermedades crónicas a nuestras mascotas. Estas ahora ya comen igual, de mal, que nosotros; tienen una vida igual, de mala, que nosotros en cuanto a la actividad física; y padecen una serie de enfermedades iguales a las nuestras, entre ellas la obesidad y la diabetes, que han experimentado en el mundo canino y felino un despegue francamente inaudito en los últimos años.

Si nosotros tuviéramos perro o gato en casa (lo último lo veo francamente improbable) ten por seguro que comería igual que lo hacemos el resto, es decir, al margen dentro de lo razonable, de los alimentos procesados, elaborados, preparados, etcétera.

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Nota: mi agradecimiento para Carlos Casabona @carloscasabona y José Miguel Mulet @jmmulet por el intercambio de ideas en Twitter

Imagen: Mister GC vía freedigitalphotos.net y @carloscasabona

Acrilamida: un peligroso compuesto que es difícil dejar atrás

Recientemente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se ha pronunciado al respecto de las implicaciones que sobre la salud de los consumidores tiene la incorporación de acrilamida en la dieta. Me imagino que a estas alturas estarás pensando que, hablando de “acrilamida” me estaré refiriendo al enésimo contaminante o subproducto de la industria química que de una forma u otra nos envenena a partir de alimentos procesados poco “naturales” o de envases malos-malísimos con Bisfenol A y esas cosas… Lo cierto es que si tu cabeza va por ese camino te equivocas.

¿Qué es la acrilamida?

Acrilamida

Se trata de una sustancia química que se forma de modo natural en aquellos alimentos que contienen hidratos de carbono cuando se someten, de la forma más mundana y habitual posible, a altas temperaturas por encima de 120ºC en condiciones de poca humedad. Es decir es una sustancia que se genera de forma espontanea cuando determinados alimentos (la gran mayoría) se fríen, hornean, asan, saltean… Evidentemente también se produce acrilamida en muchos productos elaborados de forma industrial.

En esencia la acrilamida es el producto de la conocida y apreciada reacción de Maillard en la que los hidratos de carbono y los aminoácidos (en especial uno llamado asparagina) reaccionan entre sí en las citadas condiciones (altas temperaturas y baja humedad) para generar un compuesto de color marrón (el tostado) que es muy valorado en diversas técnicas culinarias ya que dota al producto de un aroma y sabor peculiares. Esa reacción es la que por ejemplo da origen a la corteza del pan cuando se hornea, al crujiente de unas patatas fritas, al genuino aroma (y textura) de unas galletas recién hechas, etcétera.

¿Hay riesgo de exposición a la acrilamida más allá de los alimentos?

Por supuesto que sí. De forma destacada la acrilamida está presente en el humo del tabaco, lo que significa que en el caso de los fumadores esta sea su fuente de exposición más importante a la acrilamida más allá de la de los alimentos que consumen. Sin olvidar que los fumadores pasivos también están expuestos a la acrilamida del tabaco de los fumadores. Además, la acrilamida tiene una amplia variedad de usos no alimenticios, por ejemplo en el ámbito industrial y, por este motivo algunas personas pueden estar expuestas en su trabajo a la acrilamida bien por absorción cutánea o inhalación.

¿A qué riesgo están sometidos los consumidores al respecto de la acrilamida?

Tal y como te contaba, la semana pasada la EFSA publicó un dictamen científico (fruto de un borrador que contiene mucha más información sobre este tema) en el que tras evaluar toda la literatura científica al respecto de la exposición a la acrilamida se concluía de forma sintética lo siguiente:

  • Según los estudios realizados en modelos animales se confirma que la acrilamida en los alimentos aumenta el riesgo de desarrollar cáncer para todos los consumidores de cualquier grupo de edad.
  • Los niños son el grupo de edad más expuesto y por lo tanto vulnerable habida cuenta de su menor peso corporal.
  • En base a la exposición actual de los consumidores a la acrilamida, otros posibles efectos nocivos de esta sustancia como lo serían por ejemplo sus efectos sobre el sistema nervioso, el impacto en el desarrollo pre y postnatal y la fertilidad masculina no deben ser tomados como una preocupación.
  • Los grupos de alimentos más destacados a la hora de contribuir a la exposición de acrilamida son aquellos que se adquieren fritos con base en la patata, el café, las galletas, los crakers y aquellos panes crujientes, así como el pan de molde.
  • Tanto los ingredientes característicos de un determinado producto, así como las condiciones de almacenamiento y su forma de procesarlos (en especial la temperatura a la que se cocinan) influyen mucho en la formación de acrilamida en los alimentos.
  • Los hábitos de cocina en los hogares pueden tener un impacto significativo en la cantidad de acrilamida a la que los ciudadanos estamos expuestos.

¿Hay una cantidad de acrilamida tolerable con la que no se asuman riesgos?

TostadaLamento decirlo pero es hora de las malas noticias, la acrilamida y sus metabolitos son genotóxicos y cancerígenos. Esto quiere decir que con cualquier nivel de exposición hay un riesgo potencial de causar un daño a nuestro material genético y provocar cáncer. Es decir, los científicos de la EFSA concluyen que no pueden establecer una ingesta diaria tolerable para la inclusión de acrilamida con los alimentos. No obstante la EFSA nos advierte que aunque los estudios que observan el actual consumo de acrilamida son incompletos y poco concluyentes se advierte que estamos ante un caso con importantes connotaciones de salud pública, más en especial de la salud de los niños más pequeños.

Por lo tanto, sería muy recomendable que los consumidores tomáramos la iniciativa de reducir esta exposición a la acrilamida teniendo en cuenta que su total eliminación es prácticamente imposible. Para ello, además de controlar, no abusar, al respecto de la cantidad de los alimentos de los grupos ya señalados (en especial en el caso de los más pequeños) desde la EFSA se sugiere no tostar demasiado los alimentos y hacer de la variedad de las tecnologías culinarias en casa una sana práctica y para ello alternar las formas de preparar los alimentos (hervir, cocer, preparar al vapor, saltear, freír, asar, guisar, etcétera).

En cualquier caso la cosa está complicada, hasta tal punto que la EFSA termina por hacer este tipo de recomendaciones bastante amplias y poco concretas:

“Por lo general las dietas equilibradas reducen el riesgo de exposición a los potenciales riesgos relacionados con la contaminación de los alimentos. Equilibrar la dieta con una amplia variedad de alimentos (por ejemplo, carne, pescado, verduras, frutas, incluso con alimentos ricos en hidratos de carbono que pueden generar acrilamida) podría ayudar a los consumidores a reducir su consumo de acrilamida”.

En resumen, que sepas que la acrilamida está ahí y que te será difícil por no decir imposible evitarla… pero ahora que ya sabes donde encontrarla, controla su presencia.

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Imagen: Pngbot Wikimedia Commons y rakratchada torsap vía freedigitalohotos.net

Vinagre: el último mono de las ensaladas… para (casi) todo el mundo

Los que ya me conocéis sabéis de mi debilidad por aquellos alimentos/ingredientes menos glamurosos: la remolacha, los rábanos, el huevo pasado por agua, son algunos ejemplos. Puedo asegurar que no es una pose, por todos esos alimentos que acerco hasta este blog siento una especial predilección. Igual me gustan más que lo que suelen gustar por mera empatía… no sé, yo creo que me gustan realmente por lo que son, aunque quizá haya algún matiz psicológico, no lo puedo negar.

Bueno, el caso de hoy podría ser candidato a la elección del alimento/ingrediente más ninguneado, es decir, sobre el que casi nadie presta la menor atención dando igual, al parecer, que sea de uno u otro origen, calidad, procedencia, etcétera. me refiero como ya sabes al vinagre. El ejemplo más paradigmático es el de las ensaladas… te puedes preocupar por no importa qué ingrediente, que si la rúcula ha de ser la del huerto de mi tía Amparo, que si estas anchoas traídas de Santoña son lo más, o que si este queso es el perfecto para la salsa César que vamos a apañar… qué decir del interés, merecido, por poner uno u otro aceite (de oliva virgen extra)… ¿pero el vinagre… quién demonios se para a pensar en el vinagre que se le ha a poner ya no solo a la ensalada en sí, sino al escabeche que supongamos se pretende elaborar?

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Me parece que tenemos una incultura mayúscula con eso de tomar cualquier vinagre. Bueno, nosotros en casa nos preocupamos por estas cosas y, de media solemos andar por las siete u ocho variedades de vinagre. ¿Te parecen muchas, te parecen pocas…? Déjame que te cuente un poco los porqués.

El origen del vinagre

La palabra en sí como es fácil intuir proviene del francés vin aigre, que se traduce kiteralmente tan fácil como “vino agrio”. Su uso se pierde en el principio de los tiempos cuando más que como un condimento el vinagre se utilizaba para conservar el bien más preciado que una persona/familia/pueblo podía poseer en aquellos remotos años: los alimentos. Esto es así ya que debido a su acidez, aportada por ácido acético, limita en buena medida el crecimiento y proliferación de muchos microrganismos y por tanto evita el deterioro de esos alimentos. La historia de este ingrediente se mantiene prácticamente inalterada hasta el S XVII, hasta entonces la inmensa mayoría de vinagres se elaboraban a partir del vino o de la cerveza, pero a partir de aquel entonces otros productos empezaron a entrar en escena.

En la composición de todos ellos el ácido acético es el elemento que les caracteriza pero sus diversos orígenes y calidades pueden dar lugar a una variedad casi infinita de vinagres en los que los compuestos volátiles y aromáticos van a desempeñar un papel muy importante a la hora de aportarles características y personalidades diferenciadoras.

Tipos de vinagre en función de su origen

Existe una importante cantidad de vinagres, entre los que destacan:

  • El vinagre de vino, así en general, ya que esta categoría podría a su vez subdividirse en vinagre de vino tinto, de Jerez, de vino blanco, de cava… o de yema, un característico y exquisito vinagre realizado con el mosto derivado del primer prensado de la uva recién recogida que dará origen al vino de Jerez.
  • Acetos balsámicos italianos (Aceto Balsamico Tradizionale di Modena” y Aceto Balsamico Tradizionale di Reggio Emilia) elaborados con mosto de uvas blancas que se deja reposar por larguísimos periodos de tiempo en barricas de roble.
  • Vinagre de Orléans, típico de la región francesa que le da nombre… se trata de un producto relativamente similar al aceto balsámico italiano pero en cuya historia encontramos el hecho de ser los primeros vinagres aromatizados con hierbas entre las que destaca sin lugar a dudas el estragón.
  • Vinagres de manzana, de sabor especialmente ácido obtenido mediante la fermentación del mosto de manzanas. Aportan por lo general un toque afrutado y son indicados para cuando se pretende elaborar una aliño más o menos suave.
  • Vinagre de malta o de cerveza que como su propio nombre indica, suelen proceder de cervezas obtenidas mediante el malteado de la cebada. Muy apreciado buera de nuestras fronteras para elaborar, encurtidos maravillosos, como por ejemplo el de nueces.
  • Vinagre de arroz, un indispensable en la cocina japonesa… que además contempla al menos tres variantes de este vinagre, el negro, el blanco y el rojo y que se emplean cuidadosamente (ellos sí que saben) en función del plato a consumir (sopas, platos agridulces, sushi…) En líneas generales se caracterizan por ser suaves, no poco dulzones (dependiendo de la variedad) y a veces con toques ahumados.
  • Vinagre destilado: En mi opinión una abominación que se obtienen por destilación antes de que todo el alcohol del mosto sea haya convertido en ácido acético. Se trata de vinagres excepcionalmente fuertes, sin apenas aromas, muy baratos de obtener (muy rápidos) y que con un colorante adecuado (para que parezca que procede del vino ya que en realidad son tan trasparentes como el agua) suelen contentar buena parte de los consumidores.

Al final, como te decía, dependerá del plato o tipo de ensalada que quiera uno realizar que tendrá que elegir un vinagre u otro, así como se tiene la sensibilidad de escoger un aceite u otro. No sé por qué si desde el más estricto punto de vista gastronómico el aceite es importante, no se ha de prestar atención a un elemento que puede desarrollar, si se elije bien, una variada y compleja colección de matices a la hora de degustarlo.

En mi opinión y a modo solo de ejemplo una ensalada de patata y remolacha pide un aceto balsámico a gritos… de los italianos o incluso del de Orléans al estragón; una ensalada Waldorf-Astoria (la que lleva manzana y zanahoria ralladas, nueces…) queda fantástica con un vinagre de cava, sin ningún género de dudas cualquier escabeche, en especial si es de caza tipo perdiz un contundente vinagre de jerez DOP… es cuestión de ir probando observando las recetas clásicas de muchos platos.

Anímate a variar de vinagre… suelen ser carísimos cuando se comparan con el vinagre básico de un súper, pero baratísimos cuando se comparan con el precio del aceite de oliva virgen extra… y más si tenemos en cuenta que duran y se estiran muchísimo más que este. Cierto es que un litro de vinagre de Jerez aceptable puede costar 7 u 8 euros… y que hay vinagres excepcionalmente caros (en especial si nos ponemos en plan pijo con las variedades italianas) pero creo que es un recurso del que se puede sacar muchísimo jugo en la cocina por muy poco precio. Me voy a por unas aceitunas que estoy salivando como si fuera un perro de Pávlov.

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Imagen: @juan_revenga

Quiero ser dietista en seis meses (y por correo)

Nutrición calavera

No sé si te acordarás de esta entrada: ¿Ejercer de médico con un curso online de 6 meses? Te recomiendo que la leas antes de dedicarte a esta.

En aquel post quise poner de relieve lo ridículo, peligroso, y quién sabe si ilícito, de aquello que consiste en vender y promocionar una formación que habilite para el ejercicio de una profesión regulada por una titulación oficial… pero sin recibir una formación, ni por supuesto una titulación, oficial. Me referí a eso que hacen algunas academias de formación a distancia de ofrecer ser dietista por correo y en seis meses para podértelo montar por tu cuenta y así aconsejar a personas y colectividades sanas y enfermas desde el punto de vista dietoterápico a la hora de intervenir en su alimentación.

También te conté que en lo que a mi parecer representa el colmo de los despropósitos había un curso en concreto (este de aquí, hoy en día) que vendía contenidos avalados, sin ambages, por una de las sociedades científicas que forman parte de la ya conocida Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética (FESNAD). En concreto quien avalaba contenidos y diploma en su día era la SEDCA, la misma Sociedad que cede el uso de su imagen para utilizarlo en diversos productos de bollería industrial… pero esa es otra historia (o quizá no).

Como habrás podido contrastar en la entrada que te he recomendado leer al principio, pregunté públicamente a los representantes de la SEDCA cómo eran capaces de avalar un curso que decía y sigue diciendo que le permitirá acceder a una profesión en menos de 6 meses y dedicando solo 1 hora al día… y que recibirá el diploma… que le abrirá las puertas del mundo laboral. Por resumir mucho el tema digamos que desde la SEDCA se me contestó que en su relación con IPS (centro que imparte los cursos por correo) la cuestión de la publicidad del curso se había escapado a su control y que habían decidido a principios de verano de 2012 requerir a IPS el cese en el uso de su nombre y logo (y que si IPS hiciera caso omiso tomarían las medidas oportunas).

Pues bien, aquí estamos tres años después, a principios de verano de 2015… ¿y que tenemos? Lo mejor que puedo hacer en este momento es pasarle el turno a una buena compañera mía para que te lo cuente ya que para eso he hecho esta entrada. Se trata de Mª José Ibáñez (@mjoseiba) presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Euskadi. Esta amiga decidió contrastar hasta qué punto la SEDCA se “desvinculó” del curso de IPS… y para ello solicitó a IPS acceso al curso, tuvo los materiales un mes de prueba, los contrastó, los devolvió y luego se dedicó a alimentar un blog en el que nos va contando lo que halló dentro para averiguar hasta que punto la SEDCA se había desvinculado de algún modo de este curso que desde mi punto de vista alimenta el intrusismo más salvaje posible, y cainita, entre la población general desesperada por encontrar trabajo. El blog se llama “quieroserdietistaenseismeses” y lleva de momento cinco entradas. Y sí, es cierto, a día de hoy la SEDCA no aparece mencionada en la publicidad del curso pero… ¿avalará… no avalará el curso en cuestión… cuánto seguirá implicada en el mismo?

Mejor que te lo cuente la propia Mª José Ibáñez. Te sugiero empezar por el principio para conocer la historia de forma pormenorizada y que busques las actualizaciones los lunes de cada semana ya que la historia no ha acabado ni mucho menos.

A partir de aquí lo mejor es que cada uno saque sus conclusiones al respecto de la SEDCA… yo las saqué hace ya tiempo, y cada día que veo ciertos anuncios de bollería industrial en la tele las reafirmo.

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Imagen: artur84 vía freedigitalphotos.net

Exagerada promoción salutífera del consumo de bebidas alcohólicas (mi paso por #PintOfScienceSpain)

imageEl otro día tuve el privilegio de ser invitado para dar una charla en el marco de las primeras jornadas de Pint of Science celebradas en España. Para quién no lo conozca Pint of Science tiene como objetivo ofrecer charlas interesantes, divertidas, importantes, sobre las últimas investigaciones científicas, en un formato accesible al público. ¡Y todo ello en un bar! Se pretende de esta forma ofrecer una plataforma que permita a la gente discutir la investigación con las personas que la llevan a cabo. Se trata de una organización sin fines de lucro, dirigida por voluntarios, y que fue creada por una comunidad de investigadores de postgrado y postdoctorales en 2012. El festival se celebra anualmente durante tres días simultáneamente en bares de todo el mundo.

Bueno, el caso es que cuando me la ofrecieron no se me ocurrió mejor idea que hablar sobre los supuestos beneficios del consumo de bebidas alcohólicas sobre la salud, en especial cuando el mensaje complaciente sobre este tipo de productos se dirigen a la población general, así, en plan a lo bruto.

Lo cierto es que meterme en una cervecería de regio abolengo para dar caña (je, je je) a un auditorio cuajado de consumidores de esta bebida no parece lo más sensato… pero me di cuenta después de que tras enunciar mi propuesta, esta fuera inmediatamente aceptada… ya no podía echarme atrás (quién dijo miedo).

Al preparar la charla en el plano más divulgativo posible, pero sin olvidar ni mucho menos la ciencia que había detrás, tuve la feliz idea de ilustrar en cuatro diapositivas (dos para la cerveza y dos para el vino) algunos de los titulares a los que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación a la hora de hablar maravillas del consumo de estas dos bebidas. Pues bien, a pesar de que en otras diapositivas había chistes explícitos con el fin de arrancar al menos una sonrisa… fueron éstas, que no eran chistes, las que terminaron por hacer encanarse a los asistentes. Aquí te las dejo para que juzgues tú mismo si este compendio de titulares reales como la vida misma son o no motivo de risa en especial cuando se tiene la perspectiva de verlos juntitos.

De la cerveza se ha dicho y se está diciendo:

 Cerveza 1

Cerveza 2

Y del vino se ha dicho y se está diciendo:

Vino 1Vino 2Bueno, no sé cómo lo verás tú, pero en mi opinión creo que hace días que nos hemos pasado cuatro pueblos con esto de recomendar beber cualquier bebida alcohólica y usar para ello la salud como ariete. ¿Sabes porqué? Pues por que el consumo de bebidas alcohólicas sea en la medida que sea, tiene más perjuicios que beneficios. Así, de modo gráfico puse esta diapositiva para ilustrarlo.

Riesgo vs beneficioAhora bien, si queremos ponernos serios también podemos… por ejemplo usando esta bonita gráfica que resume el estudio que hace unos pocos años se publicó en The Lancet en el que se analizaban la magnitud de los daños ocasionados por distintas drogas en Reino Unido ya estén legalizadas o no… te sugiero que mires a la izquierda.

 Lancet

Así pues, recomendar poblacionalmente cualquier ingesta, aunque sea moderada, de bebidas alcohólicas representa en suma un importante incremento del riesgo sobre elementos que tienen un notable impacto en la Salud Pública.

En resumen

¿Pueden (o deben) las bebidas alcohólicas estar presentes en una dieta saludable? Lamentablemente con lo que hoy sabemos, la ciencia no tiene las respuestas claras, contundentes y dicotómicas (sí o no) que nos gustaría. Existen infinidad de riesgos conocidos ligados al consumo de bebidas alcohólicas. Al mismo tiempo el consumo moderado de algunas de estas bebidas se ha asociado con mejores indicadores de salud… sin embargo, la evidencia al respecto no es ni coherente ni concluyente. Con estas premisas ¿no resulta un tanto temerario hacer la presión que se hace en su consumo a partir de la salud? A mí me parece que sí.

Aquí te dejo la diapositiva final en la que después de una hora de charla y no pocas risas de complicidad con el auditorio, resumí mí intervención.

 Resumen

Mi agradecimiento más sincero a los organizadores de Pint Of Science Spain (muy en especial a Fernando Gomollón @gomobel, JuanJosé Sáez @jjsaenzde y José Luis Cebollada) por querer contar conmigo en la primera edición de este evento en España, y por supuesto, a los asistentes que de tan buen grado aceptaron (y agradecieron) mis puntos de vista… lo pasamos francamente bien.

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Si quieres profundizar más sobre la relación del consumo de bebidas alcohólicas en la salud quizá te interese consultar:

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Imagen: @juan_revenga

Nutrición-área 51: ortigas para muscular «natural» (curioso, pero no)

El planteamiento, así de partida, recuerda, y no me digas que no, al rollete de Popeye y sus espinacas… pero en más extravagante. Una particularidad que es precisamente, la de su exotismo, un denominador común de buena parte de todas esas soluciones para obtener grandes resultados a partir de atajos.

Para ser sincero he de reconocer que el planteamiento ortiguero era nuevo para mí hasta hace unas semanas cuando un lector me dirigió esta consulta. La idea, descrita en pocas líneas, viene a sugerir que el extracto de ortiga (Urtica dioica), más en concreto de su raíz, tendría un potencial efecto para aumentar los valores de testosterona basales y, a partir de ahí, favorecer el aumento de la masa muscular.

Una somera búsqueda en internet, en plan a lo bruto, ya sirvió para sacarme de dudas y centrar el tema. Esta “solución” es frecuentemente propuesta en el marco de algunos gimnasios, más en concreto en aquellos en los que el culto al bíceps se ha elevado al rango de religión… supongo que ya te estarás imaginando en cierta medida el aspecto de sus feligreses partidarios.

Así se puso un primo segundo de Bugs Bunny cuando dejó las zanahorias y se pasó a las hortigas

Así se puso un primo segundo de Bugs Bunny cuando dejó las zanahorias y se pasó a las ortigas

Sus defensores alegan que…

Para supuestamente obtener ese aumento de la testosterona circulante y que esta ejerza un efecto anabolizante (efecto más que contrastado de esta hormona) quienes promueven el uso del extracto de raíz de ortiga plantean lo siguiente: en realidad no es que se aumente la cantidad neta de testosterona circulante sino que su efecto radica en que algunas sustancias del extracto de ortiga, los lignanos, interferirían con las moléculas transportadoras de testosterona. De este modo, al no producirse la unión proteína transportadora-testosterona, quedaría más hormona de esta “libre” que es precisamente la forma biológicamente más activa de la testosterona.

En resumen: consumo de ortiga menos uniones de globulinas con la testosterona → más testosterona libre mayor efecto (anabolizante) de esta, que era lo que se buscaba.

Suena bien… pero ¿funciona?

Ortiga

Nadie hasta la fecha ha diseñado y publicado un estudio que con la suficiente calidad sostenga que este proceso… y su resultado sobre la masa muscular sean los que se han mencionado hace un momento. Uno de los más serios realizados hasta la fecha contrastó los niveles de testosterona en 558 pacientes divididos entre aquellos que tomaron extracto de ortiga tres veces al día durante seis meses y los que tomaban placebo… pero no encontró diferencias en la cantidad de testosterona entre los sujetos de ambos grupos. Hay que decir que el estudio en cuestión no estaba centrado en la ganancia muscular y sí en las implicaciones de la testosterona en la hiperplasia de la próstata.

En otro estudio llevado a cabo en ratas, se contrastó que efectivamente la administración de extracto de raíz de ortiga aumentaba la cantidad de testosterona en estas… las pegas metodológicas sin embargo son varias: no hubo grupo placebo, el ensayo no fue “a ciegas”, se midió solo la cantidad de testosterona, no su efecto posterior sobre la masa muscular y, evidentemente, se realizó en roedores con las dificultades que tiene extrapolar las conclusiones a los humanos. Este estudio, de nuevo, estaba enmarcado en la investigación de soluciones en los casos de hiperplasia de próstata, además de que los investigadores ofrecieron otros mecanismos de acción distintos a los anteriormente expuestos.

Por último, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también tuvo que posicionarse sobre el posible efecto de la ortiga para “vigorizar el cuerpo”. Su respuesta fue que el hecho de “vigorizar el cuerpo” (que era lo que el solicitante preguntaba si podía usar como alegación de salud en un alimento o suplemento) es demasiado genérico y poco específico como para poder hacer una alegación de salud sobre la ortiga… Quién sabe que pasaría si se preguntaran estas cosas a la EFSA con más talento… y además se aportaran algunas pruebas, pero de momento es que nones.

En resumen: La idea de que consumir ortiga de alguna forma (o algunos componentes de esta) pueda tener un impacto sobre la masa muscular de una persona no parece descabellada pero está lejísimos de ser probada… Y es que, si algo tiene el colectivo que generalmente habita en esos tempos de adoración al cuerpo llamados gimnasios, es que suelen flipar un buen rato con este tipo de mensajes guayones.

Si te ha gustado esta entrada igual te interesaría consultar:

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Imágenes: Karen Shaw vía freedigitalphotos.net y http://giphy.com/gifs/muscle-bugsbunny-ZKh7vs4vGOqqs

Pues no, las fórmulas lácteas no son iguales (y ni mucho menos mejores) que la leche materna

Parece mentira que aun nos veamos en estas, pero no puedo dejar pasar el comentar algunas cuestiones que me vinieron a la cabeza tras leer la pasada semana el post de mi vecina Madre reciente al respecto de la donación de leche materna y que se tituló: 1.315 madres, 4.967 litros, 1.500 bebés. Hoy es el Día Mundial de la Donación de Leche Materna.

Leche materna vs fórmula

De veras que me parece increíble que a estas alturas haya quien argumente que las fórmulas lácteas sean igual de buenas que la leche materna ya que según comentaron algunos participantes en el maremágnum de opiniones que se suscitó a continuación, las fórmulas artificiales actuales son de suma calidad (que sí, pero que no). Es más, según alguno cree, se le incorporan esos componentes “imprescindibles” que argumentan los partidarios de la leche materna… lo que (casi parece que se lee entre líneas) termina en un producto hasta mejor aun que la leche materna. O quizá no sea tan increíble el saber de personas que así piensan, fíjate: según este estudio se puso en evidencia que, al menos en Estados Unidos, el porcentaje de personas que estaba de acuerdo con la afirmación “la fórmula infantil es tan buena como la leche materna” pasó de un 14,3% en 1999 a un 25,7% en 2003 (no voy a hacer mayor comentario… que se me hincha la vena mala)

Mencionemos de nuevo que en este tema parece que es imposible encontrar opiniones mesuradas o simplemente educadas que no terminen en el insulto y el menosprecio del que no opina de la misma forma que uno. Es decir, que en base a mi experiencia, tanto los defensores de una y otro postura (lactancia materna vs lactancia artificial) suelen en muchos casos estar, ambos, bastante embebidos de cierto fundamentalismo. Así pues, tras santiguarse tres veces y tocar madera con los dedos cruzados mientras se pisa una caca (que es lo que los supersticiosos harían cuando uno se arriesga a volver a escribir sobre estos temas) vamos allá…

Leche materna vs fórmula: composición

Para que el que quiera utilice los argumentos que le dé la gana, pero que los utilice bien, veamos a continuación cuáles son las diferencias bromatológicas de ambos productos, de la leche materna frente a la leche artificial, de modo general. Ni que decir tiene que esta comparativa está basada en generalizaciones aceptadas de ambos productos y que dependiendo de la leche particular que se considere se podrían encontrar no pocas discrepancias aunque las características nutricionales de uno y otro producto estén más que marcadas.

Comparación leche materna fórmula

Así, tal y como se puede contrastar el mayor parecido entre la leche de fórmula y las leches maternas es su aporte energético (nada relevante en cualquier caso, un combinado de ron y refresco de cola puede tener las mismas calorías que un bocata de jamón). Sin embargo, la cantidad de proteínas es un 40% más abundante en la fórmula, tienen más hidratos de carbono y suelen tener menos grasa. Pero si encontramos notables diferencias entre la cantidad de macronutrientes, más significativa me parecen las que encontramos en relación a su calidad.

En cuanto a las proteínas en la lecha materna el 30% lo constituye la caseína y el 70% restante las proteínas del suero entre las que destacan alfa-lactoalbúmina (de alto valor biológico para el bebé), seroalbúmina, beta-lactoglobulinas, inmunoglobulinas, glicoproteínas, lactoferrina, lisozima, enzimas, moduladores del crecimiento, hormonas y prostaglandinas. Una composición cualitativa muy difícil de igualar por las diversas fórmulas ya que la fracción proteica de la leche materna es especialmente digerible e hipoalergénina cuando se compara con la de las fórmulas.

En cuanto a la grasa de la leche materna (y a pesar de sufrir importantes fluctuaciones en su contenido tanto a lo largo del periodo de lactancia como de un mismo día) posee una proporción relativamente estable en cuanto a la proporción de ácidos grasos: cerca de un 42% de ácidos grasos saturados y en torno al 57% de poliinsaturados. Toda la leche materna es especialmente rica en estos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y quizá por eso la mayoría de las fórmulas están enriquecidas con ellos desde hace dos o tres décadas. Sin embargo, es preciso saber que aunque la “la percha” sobre la que se construyen la mayor parte de las fórmulas lácteas para lactantes es la leche de vaca desnatada, esta se ve enriquecida con diferentes mezclas de aceites procedentes de la colza, la soja, el coco, el girasol y la oleína de palma.

El caso de los hidratos de carbono también merece mención especial. El origen de los carbohidratos de la leche materna es sin duda alguna la lactosa. Su alta concentración (en comparación con la leche de vaca) facilita la absorción del calcio y el hierro y promueve la colonización intestinal de una flora microbiana fermentativa que mantiene un ambiente ácido en el intestino que inhibe en cierta medida el crecimiento de bacterias, hongos y parásitos. Por su parte, en el caso de las fórmulas también suele ser la lactosa el principal hidrato de carbono, no obstante no es infrecuente encontrarlas con ingredientes tan poco apetecibles como el sirope y maltodextrinas de maíz.

En cuanto a los micronutrientes, las fórmulas están enriquecidas “a cascoporro” con minerales que parecen especialmente interesantes, más en concreto el calcio y el hierro cuya presencia es notablemente superior a la de las leches maternas.

Nutrientes a parte

Más allá de los nutrientes clásicos, su cantidad y origen, la leche materna presenta singularidades concretas que difícilmente podrán ser igualadas algún día en las fórmulas… o no al menos a corto plazo y a un precio más o menos asequible (como si las actuales lo tuvieran… que esa es otra). Me refiero por ejemplo a factores anti infecciosos como los anticuerpos, la inmunoglobulina A, la lactoferrina (que “secuestra” el hierro haciéndolo inaccesible a las posibles bacterias y por este mecanismo frenar su proliferación), las lisozimas… Quizá por estas razones la incidencia de infecciones es menor en lactantes alimentados al pecho que en aquellos con lactancia artificial.

Así pues: no, las fórmulas lácteas no son iguales que la leche materna… y ni mucho menos mejores. De forma que si existe la posibilidad de crear entornos en los que se estimule la donación de este preciado fluido entre las madres que les sobre leche para que otros bebés puedan aprovecharse de ello, pues bienvenido sea.

Ahora ya… que cada cual, haga lo que le dé la gana.

Si te has quedado con ganas de seguir leyendo y sobre todo profundizando sobre el tema te recomiendo sigas por este post del experto en el tema Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) Lactancia materna: deliciosa conexión entre la inmunidad de la madre y la del bebé

Y si quieres leer más en de lo publicado en el blog sobre el tema:

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Imágenes: Boians Cho Joo Young vía freedigitalphotos.net

Aspartamo, transgénicos, bisfenol A y gluten: la industria hace su agosto con la mala ciencia

De entrada estos cuatro elementos tienen en común que todos han sido objeto de al menos un post en este blog (ver enlace 1, enlace 2, enlace 3 y enlace 4 a modo de ejemplo, aunque hay más) y que han sido tratados porque son temas de candente actualidad… Pero más allá de esta circunstancial anécdota tienen bastante más en común.

El caso es que, como veremos más adelante, la mala ciencia, la pseudociencia, o la falta de evidencia al respecto de un determinado tema son utilizadas en no pocas ocasiones como motor de cambio o de “mejora” por parte de la industria alimentaria, la cual modifica su línea empresarial utilizando como “primer motor causal” las modas populares o las tendencias a pie de calle. Para los fines que en este caso se persiguen poco importa lo que la ciencia diga, lo importante es lo que piensen los consumidores que a fin de cuentas comprarán y consumirán (o dejarán de hacerlo) en base a sus creencias… ya sean atinadas o no. Tenemos muchas muestras de ello; pero en este post pretendo aportar solo el ejemplo de cuatro casos que, tal y como he puesto de manifiesto, son especialmente sangrantes en el mundo de la conspiración alimentaria: se trata del aspartamo, de los transgénicos, del bisfenol A y del gluten. Vamos allá.

El aspartamo

AspartamoEl tema del uso del aspartamo y de PepsiCo es quizá el ejemplo más actual y representativo de lo que quiero decir. Me refiero a PepsiCo, porque esta refrescante compañía ha anunciado que a partir de agosto algunos de sus productos más representativos que utilizan el aspartamo como edulcorante acalórico cambiarán su formulación en Estados Unidos dejando de usar este edulcorante y lo sustituirán por otro que no tenga (aunque injustificada) tan mala prensa entre la población general. Y a la empresa no le duelen prendas a la hora de reconocerlo. Según esta compañía, la primera causa de la caída de las ventas de uno de sus buques insignia, la Pepsi Diet, que descendió más de un 5% el año pasado, es su contenido en aspartamo que es percibido por parte de los consumidores como un riesgo para la salud. Da igual que PepsiCo sepa que el uso del aspartamo es seguro… el consumidor es el que consume (valga la redundancia), el que por tanto aumenta sus beneficios… y si este, el consumidor, le asocia un perjuicio potencial a su consumo da igual lo que diga la ciencia al respecto, PepsiCo prescinde de él y ya está… todos más contentos: el consumidor que adquiere un refresco más saludable que no tiene el diabólico aspartamo (nótese la fina ironía) y ellos, la empresa, haciendo (más) caja. Que la evidencia al respecto de la seguridad del aspartamo sea otra pasa a un segundo plano o, directamente, se manda a tomar… viento. La pela es la pela.

Los transgénicos

TRansgénico

Otro de los ejemplos más característicos de lo que quiero decir lo tenemos en la cadena de comida rápida con aura beatífica Chipotle, de la que a estas alturas ya me estoy arrepintiendo del post que le dediqué. El tema es que, tal y como puedes comprobar en el primer enlace de este apartado, esta cadena de “restaurantes” ha decidido prescindir de cualquier ingrediente transgénico en su oferta en base a tres argumentos: 1º que teóricamente (dicen) aun no se conocen los efectos a largo plazo sobre los consumidores y el medio ambiente de los productos transgénicos; 2º que el cultivo de transgénicos podría dañar el medio ambiente y; 3º que Chipotle debería ser un lugar en el que los consumidores pudieran consumir alimentos libres de productos transgénicos. Resulta curioso el observar que su tercer argumento en realidad no sea argumento alguno sino la reiteración de la decisión adoptada, es decir, prescindir de los alimentos de origen transgénico.

En cualquier caso, en mi opinión resulta lamentable el pretender usar unos argumentos que en realidad están más que contrastados, mientras se genera la duda, el temor, de que no lo están. Llegados a este punto creo que puede resultar especialmente interesante consultar este post al respecto de las 7 argumentaciones propagandísticas de quienes están en contra de los productos transgénicos.

El bisfenol A

Bisphenol_AEl tercero de los ejemplos alude a la decisión de algunas empresas, e incluso países, de prohibir el uso controlado del bisfenol A en los envases en contacto con los alimentos. Así, diversas empresas han optado en prescindir de este elemento y usar su ausencia como argumento de venta de sus productos a pesar de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de emitir un informe relativo a la ausencia de riesgo con respecto a la actual exposición a esta sustancia, tal y como te conté en esta entrada.

Lo más curioso de este caso es que los más partidarios de las teorías conspirativas argumentan como punto a favor de la eliminación del bisfenol A que países como Francia o Canadá ya han prohibido su uso lo que, al usar estos argumentos, en esencia, no hace más que poner en evidencia la falacia populista, es decir, la que utiliza como argumento “lo que hacen muchos” para dar por buena una determinada acción… y eso, perdónenme que se lo diga, no es precisamente ciencia. Y es que, si algo tiene la ciencia, es que es muy poco democrática: la razón no se obtiene por mayoría.

El gluten

Para terminar con los ejemplos, acabo con una de las tendencias populares más en alza a día de hoy y que ha desembocado en una estrategia comercial concreta por parte de numerosas empresas a la hora de saber aprovechar el miedo indocumentado de una buena parte de la población. Es decir, en este caso, tal y como sucede en los anteriores, se trata de explotar un jugoso filón mercantilista que, sin ciencia… o al menos sin la suficiente ciencia que respalde ese miedo, termine en un interesante beneficio para la empresa que sepa aprovechar el desustanciado tirón. Así lo puse de manifiesto en varios post anteriores cuando me referí a los pretendidos beneficios universales de la dieta exenta de gluten (aquí, aquí y aquí).

La dieta exenta de gluten (más allá de que alguien sea celiaco o posea la denominada y aun poco clara sensibilidad al gluten no celiaca) causa furor, y tal y como ponen de relieve numerosos estudios prospectivos, constituye una destacada tendencia desde hace años con el fin (muy poco claro a la luz de la evidencia) de obtener algún beneficio sobre la salud.

Así, resulta francamente destacable que a pesar de que cada vez más gente busca productos “libres de gluten” con el fin de mejorar no importa qué condición de salud, la ciencia no encuentra justificación para esos pretendidos beneficios. Sin embargo, la realidad no importa cuando se contrasta el mercado y se observa cómo, cada vez con mayor frecuencia, se realizan alegaciones buenrollistas al respecto de la ausencia de gluten en no importa qué alimento. A este respecto merece muy mucho la pena echar un vistazo al artículo de revisión ¿Es el gluten el gran agente etiopatogénico de enfermedad en el siglo XXI? en el que se contrasta lo que te digo: un mercado que crece como la espuma fruto de la demanda popular a pesar de que la ciencia no atribuye, ni de lejos, lo que el consumidor pretende encontrar en una dieta exenta de gluten:

Revisada la literatura se intuye un posible efecto positivo de ciertos grupos de pacientes diagnosticados con enfermedades neuronales, y sin antecedentes de celiaquía o sensibilidad [al gluten no celiaca que] podrían beneficiarse de la dieta exenta de gluten. Esta posible evidencia, sugiere la necesidad de futuras líneas de investigación que podrían dar resultados muy esperanzadores. Para [el resto de] la gran mayoría de enfermedades aún es pronto, aunque consideramos que es necesario realizar estos estudios, ya que la gran inmensidad de resultados, poco consistentes y de poca evidencia científica que hemos observado en bases de datos no científicas, está ocasionando que la población general esté orientándose hacia la elección de productos sin gluten, como un patrón de dieta más saludable, sin que nosotros hayamos podido encontrar esta asociación en la presente revisión.

Sea como fuere, creo que estos cuatro ejemplos ponen de relieve con claridad meridiana cómo la opinión popular influida por una mala interpretación de la ciencia (o directamente, por la pseudociencia) condiciona las iniciativas de la industria alimentaria cuando al parecer lo más importante para esta lo constituye el balance de cuentas. Una pena, ya que de esta forma lo único que se consigue es entrar en un peligroso ciclo de retroalimentación positiva no limitado.

Con todo esto no quiero decir que corras a abrazar ahora refrescos con aspartamo, alimentos transgénicos, envases con bisfenol A o productos sin gluten… no. Más que nada porque una alimentación más o menos correcta y segura no tiene ninguna necesidad de estos elementos. Pero lo que sí quiero decir es que nuestras decisiones alimentarias no deberían tampoco estar basadas en la pseudociencia o en datos parciales de la ciencia… por muy habituales que sean.

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Imagen: Yikrazuul y Calvero vía Wikimedia Commons; Mister GC vía freedigitalphotos.net