El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Día Nacional de los Celiacos (ayer) y de la Nutrición (hoy)

Como siempre y últimamente por estas fechas, la última semana de mayo acoge dos importantes citas con aquellas reivindicaciones que tienen a la alimentación como eje central.

Día Nacional del celiaco

CapturaLa primera en el calendario y en mi opinión más importante sin lugar a dudas es la conmemoración de la figura del paciente celiaco organizada por FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España) que aglutina el grueso de este colectivo de pacientes a través de sus ya numerosas asociaciones territoriales repartidas por toda la geografía nacional.

Se lema, este año, con la que está cayendo al respecto de la “moda anti gluten” no podía ser otro: “El gluten no es mi opción. Soy celíaco, es mi condición” y han realizado un video para celebrar esta jornada.

Me parece encomiable y muy necesaria la labor de estas asociaciones a la hora de prestar apoyo y aconsejar a los aquejados de celiaquía en todas aquellas cuestiones que les afectan en el día a día. Por lo tanto, no puedo sino recomendarlas a todas las personas afectadas y familiares que quieran recibir el apoyo necesario para desenvolverse con más soltura ante el maremágnum de complicaciones que habitualmente implica la cuestión celiaca. Por mi experiencia (solo he tenido ocasión de trabar contacto con una de estas asociaciones, en concreto la de Aragón y solo puedo decir maravillas de ella) las personas que están a su cargo merecen toda mi admiración tanto en dedicación como en profesionalidad. Así pues, mis felicitaciones y toda mi solidaridad con el fin de hacer valer vuestros derechos.

Día Nacional de la Nutrición 2015

En la jornada de hoy, además, se conmemora el Día Nacional de la Nutrición un evento tradicionalmente promovido por la FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética) y que este año tiene como eje central la importancia de la alimentación durante la gestación y la lactancia. Para ello, su lema: “Comer bien es el mejor ‘te quiero’”.

Ni que decir que las tensas relaciones entre el colectivo de dietistas-nutricionistas (hoy no representados en el seno de esta federación) no quita para que un servidor se haga eco de la importancia que tiene la alimentación de la madre en su salud cuando está embarazada o dando pecho, así como en la salud de su bebé. (Sobre esas tensas relaciones dejé una nota al final de este post con los enlaces pertinentes).

El caso es que en este Día Nacional de la Nutrición la FESNAD, patrocinada a la sazón por Danone, Coca-Cola Company, Bezoya (Grupo Pascual), Central Lechera Asturiana y Fundación Eroski (tal y como queda aquí reflejado) ha puesto un material didáctico a disposición de la ciudadanía y de los profesionales para que lo expliquen o lo impartan. En él se recogen las indicaciones que esta Federación ha considerado que debería reunir la alimentación de las mujeres en esta situación fisiológica y a las que puedes acceder a través de este enlace (que cada uno, ejem, considere su idoneidad).

Alimentación y embarazo con otra perspectiva

DNN 2015El Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España (CGDNE), junto con la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) han preparando un material específico para dar a conocer las recomendaciones de alimentación en el embarazo basadas en la evidencia científica (y sin patrocinio de la industria). Me consta que hay mucho trabajo detrás de esta campaña que se pretendía hubiera estado lista mucho antes del día de hoy… pero que no ha sido posible. Dicho material consta de:

Prometo actualizar este post en el momento que dicho material esté completo. Además de los enlaces aportados, la imagen anterior es uno de los poster con las que desde el colectivo de dietistas-nutricionistas se pretende poner en valor y celebrar el Día Nacional de la Nutrición haciendo destacar la importancia de una correcta alimentación durante la gestación.

Para acabar, y por aquello de cerrar el círculo en un post con dos temas, me gustaría dejar aquí un reciente estudio publicado al respecto del aumento de complicaciones que tienen en el embarazo las mujeres celiacas: Increased rates of pregnancy complications in women with celiac disease. En concreto y por resumir ese aumento de las complicaciones en o tras el embarazo de las mujeres celiacas se tradujo en un número significativamente mayor de abortos espontáneos, partos prematuros, y un mayor retraso en la aparición de en la primera menstruación tras el parto.

Al respecto de estos temas quizá te interese consultar:

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Aspartamo, transgénicos, bisfenol A y gluten: la industria hace su agosto con la mala ciencia

De entrada estos cuatro elementos tienen en común que todos han sido objeto de al menos un post en este blog (ver enlace 1, enlace 2, enlace 3 y enlace 4 a modo de ejemplo, aunque hay más) y que han sido tratados porque son temas de candente actualidad… Pero más allá de esta circunstancial anécdota tienen bastante más en común.

El caso es que, como veremos más adelante, la mala ciencia, la pseudociencia, o la falta de evidencia al respecto de un determinado tema son utilizadas en no pocas ocasiones como motor de cambio o de “mejora” por parte de la industria alimentaria, la cual modifica su línea empresarial utilizando como “primer motor causal” las modas populares o las tendencias a pie de calle. Para los fines que en este caso se persiguen poco importa lo que la ciencia diga, lo importante es lo que piensen los consumidores que a fin de cuentas comprarán y consumirán (o dejarán de hacerlo) en base a sus creencias… ya sean atinadas o no. Tenemos muchas muestras de ello; pero en este post pretendo aportar solo el ejemplo de cuatro casos que, tal y como he puesto de manifiesto, son especialmente sangrantes en el mundo de la conspiración alimentaria: se trata del aspartamo, de los transgénicos, del bisfenol A y del gluten. Vamos allá.

El aspartamo

AspartamoEl tema del uso del aspartamo y de PepsiCo es quizá el ejemplo más actual y representativo de lo que quiero decir. Me refiero a PepsiCo, porque esta refrescante compañía ha anunciado que a partir de agosto algunos de sus productos más representativos que utilizan el aspartamo como edulcorante acalórico cambiarán su formulación en Estados Unidos dejando de usar este edulcorante y lo sustituirán por otro que no tenga (aunque injustificada) tan mala prensa entre la población general. Y a la empresa no le duelen prendas a la hora de reconocerlo. Según esta compañía, la primera causa de la caída de las ventas de uno de sus buques insignia, la Pepsi Diet, que descendió más de un 5% el año pasado, es su contenido en aspartamo que es percibido por parte de los consumidores como un riesgo para la salud. Da igual que PepsiCo sepa que el uso del aspartamo es seguro… el consumidor es el que consume (valga la redundancia), el que por tanto aumenta sus beneficios… y si este, el consumidor, le asocia un perjuicio potencial a su consumo da igual lo que diga la ciencia al respecto, PepsiCo prescinde de él y ya está… todos más contentos: el consumidor que adquiere un refresco más saludable que no tiene el diabólico aspartamo (nótese la fina ironía) y ellos, la empresa, haciendo (más) caja. Que la evidencia al respecto de la seguridad del aspartamo sea otra pasa a un segundo plano o, directamente, se manda a tomar… viento. La pela es la pela.

Los transgénicos

TRansgénico

Otro de los ejemplos más característicos de lo que quiero decir lo tenemos en la cadena de comida rápida con aura beatífica Chipotle, de la que a estas alturas ya me estoy arrepintiendo del post que le dediqué. El tema es que, tal y como puedes comprobar en el primer enlace de este apartado, esta cadena de “restaurantes” ha decidido prescindir de cualquier ingrediente transgénico en su oferta en base a tres argumentos: 1º que teóricamente (dicen) aun no se conocen los efectos a largo plazo sobre los consumidores y el medio ambiente de los productos transgénicos; 2º que el cultivo de transgénicos podría dañar el medio ambiente y; 3º que Chipotle debería ser un lugar en el que los consumidores pudieran consumir alimentos libres de productos transgénicos. Resulta curioso el observar que su tercer argumento en realidad no sea argumento alguno sino la reiteración de la decisión adoptada, es decir, prescindir de los alimentos de origen transgénico.

En cualquier caso, en mi opinión resulta lamentable el pretender usar unos argumentos que en realidad están más que contrastados, mientras se genera la duda, el temor, de que no lo están. Llegados a este punto creo que puede resultar especialmente interesante consultar este post al respecto de las 7 argumentaciones propagandísticas de quienes están en contra de los productos transgénicos.

El bisfenol A

Bisphenol_AEl tercero de los ejemplos alude a la decisión de algunas empresas, e incluso países, de prohibir el uso controlado del bisfenol A en los envases en contacto con los alimentos. Así, diversas empresas han optado en prescindir de este elemento y usar su ausencia como argumento de venta de sus productos a pesar de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de emitir un informe relativo a la ausencia de riesgo con respecto a la actual exposición a esta sustancia, tal y como te conté en esta entrada.

Lo más curioso de este caso es que los más partidarios de las teorías conspirativas argumentan como punto a favor de la eliminación del bisfenol A que países como Francia o Canadá ya han prohibido su uso lo que, al usar estos argumentos, en esencia, no hace más que poner en evidencia la falacia populista, es decir, la que utiliza como argumento “lo que hacen muchos” para dar por buena una determinada acción… y eso, perdónenme que se lo diga, no es precisamente ciencia. Y es que, si algo tiene la ciencia, es que es muy poco democrática: la razón no se obtiene por mayoría.

El gluten

Para terminar con los ejemplos, acabo con una de las tendencias populares más en alza a día de hoy y que ha desembocado en una estrategia comercial concreta por parte de numerosas empresas a la hora de saber aprovechar el miedo indocumentado de una buena parte de la población. Es decir, en este caso, tal y como sucede en los anteriores, se trata de explotar un jugoso filón mercantilista que, sin ciencia… o al menos sin la suficiente ciencia que respalde ese miedo, termine en un interesante beneficio para la empresa que sepa aprovechar el desustanciado tirón. Así lo puse de manifiesto en varios post anteriores cuando me referí a los pretendidos beneficios universales de la dieta exenta de gluten (aquí, aquí y aquí).

La dieta exenta de gluten (más allá de que alguien sea celiaco o posea la denominada y aun poco clara sensibilidad al gluten no celiaca) causa furor, y tal y como ponen de relieve numerosos estudios prospectivos, constituye una destacada tendencia desde hace años con el fin (muy poco claro a la luz de la evidencia) de obtener algún beneficio sobre la salud.

Así, resulta francamente destacable que a pesar de que cada vez más gente busca productos “libres de gluten” con el fin de mejorar no importa qué condición de salud, la ciencia no encuentra justificación para esos pretendidos beneficios. Sin embargo, la realidad no importa cuando se contrasta el mercado y se observa cómo, cada vez con mayor frecuencia, se realizan alegaciones buenrollistas al respecto de la ausencia de gluten en no importa qué alimento. A este respecto merece muy mucho la pena echar un vistazo al artículo de revisión ¿Es el gluten el gran agente etiopatogénico de enfermedad en el siglo XXI? en el que se contrasta lo que te digo: un mercado que crece como la espuma fruto de la demanda popular a pesar de que la ciencia no atribuye, ni de lejos, lo que el consumidor pretende encontrar en una dieta exenta de gluten:

Revisada la literatura se intuye un posible efecto positivo de ciertos grupos de pacientes diagnosticados con enfermedades neuronales, y sin antecedentes de celiaquía o sensibilidad [al gluten no celiaca que] podrían beneficiarse de la dieta exenta de gluten. Esta posible evidencia, sugiere la necesidad de futuras líneas de investigación que podrían dar resultados muy esperanzadores. Para [el resto de] la gran mayoría de enfermedades aún es pronto, aunque consideramos que es necesario realizar estos estudios, ya que la gran inmensidad de resultados, poco consistentes y de poca evidencia científica que hemos observado en bases de datos no científicas, está ocasionando que la población general esté orientándose hacia la elección de productos sin gluten, como un patrón de dieta más saludable, sin que nosotros hayamos podido encontrar esta asociación en la presente revisión.

Sea como fuere, creo que estos cuatro ejemplos ponen de relieve con claridad meridiana cómo la opinión popular influida por una mala interpretación de la ciencia (o directamente, por la pseudociencia) condiciona las iniciativas de la industria alimentaria cuando al parecer lo más importante para esta lo constituye el balance de cuentas. Una pena, ya que de esta forma lo único que se consigue es entrar en un peligroso ciclo de retroalimentación positiva no limitado.

Con todo esto no quiero decir que corras a abrazar ahora refrescos con aspartamo, alimentos transgénicos, envases con bisfenol A o productos sin gluten… no. Más que nada porque una alimentación más o menos correcta y segura no tiene ninguna necesidad de estos elementos. Pero lo que sí quiero decir es que nuestras decisiones alimentarias no deberían tampoco estar basadas en la pseudociencia o en datos parciales de la ciencia… por muy habituales que sean.

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Imagen: Yikrazuul y Calvero vía Wikimedia Commons; Mister GC vía freedigitalphotos.net

Nutrición y trastornos del espectro autista (capítulo 2): muchas dudas y pocas certezas

Dudas y respuestas

El pasado viernes, en el capítulo 1 de esta mini saga, se abordaron las posibles (y poco claras hasta la fecha) causas de los trastornos del espectro autista (TEA) durante el embarazo y su relación con la situación nutricional de la madre. Así, y como lo prometido es deuda, hoy toca conocer qué se sabe de cierto al respecto de los posibles tratamientos de niños diagnosticados de TEA cuando esos tratamientos están vinculados con la alimentación, o más en concreto con algunos nutrientes determinados. Ya te adelanto que de lo que se sabe de verdad, “a ciencia cierta”, hay poco.

Introducción general sobre el tratamiento de los TEA

Tal y como te conté, como no hay un único TEA, tampoco hay un único tratamiento para las personas diagnosticadas con algún tipo de estos trastornos. Además, como hasta el momento los TEA no tienen cura y en una buena parte de los casos se desconocen las verdaderas causas, no existe ése fármaco o sustancia que lo “cure” y que a muchos nos gustaría que existiese. Así, el Centro de Control de Enfermedades (CDC) norteamericano reconoce que:

No hay un tratamiento único e ideal […]. Sin embargo, es muy importante enseñarle al niño las destrezas específicas en un contexto bien planeado y estructurado. Algunos niños reaccionan bien a un tipo de tratamiento mientras que otros tienen una reacción negativa o no reaccionan para nada al mismo tratamiento. Antes de escoger el programa de tratamiento, es importante hablar con los proveedores de atención médica del niño para comprender los posibles riesgos y beneficios.

También es importante recordar que los niños con TEA se pueden enfermar o lesionar de la misma manera que los otros niños que no tienen estos trastornos. Los chequeos médicos y dentales de rutina deben ser parte del plan de tratamiento. A menudo es difícil saber si la conducta de un niño está relacionada con una TEA o si es producto de una afección independiente. Por ejemplo, los cabezazos contra un muro pueden ser un síntoma de TEA o un signo de que al niño le duele la cabeza […]. Vigilar un desarrollo saludable significa no solo prestar atención a los síntomas relacionados con los TEA, sino también estar pendiente de la salud física y mental del niño.

Así, con este necesario preámbulo, el CDC clasifica las distintas propuestas de tratamiento actuales de TEA en cuatro grupos: terapias conductuales y de comunicación; tratamientos nutricionales; tratamientos farmacológicos y; medicina complementaria y alternativa

Como verás, aunque los tratamientos nutricionales están claramente diferenciados de aquellos pertenecientes a la medicina complementaria y alternativa, el CDC reconoce que sobre los primeros (y qué decir sobre los segundos) existen muchas propuestas (nutricionales) que no cuentan con la base científica necesaria para hacer una recomendación general. Un tratamiento no comprobado puede ayudar a un niño, pero no a otro.

De esta forma, en el abordaje de los TEA la mayor parte de los tratamientos generales incluyen algún tipo de consideración en relación a la alimentación. De forma general, estos cambios suelen incluir la eliminación de ciertos alimentos y la frecuente utilización de suplementos vitamínicos o minerales. Los tratamientos nutricionales se basan en la idea de que las alergias a los alimentos o la falta de vitaminas o minerales causan síntomas de TEA. Sin embargo, y a pesar de que algunos padres creen que los cambios en la alimentación provocan cambios en la manera en que el niño siente o actúa, lo cierto es que no hay un consenso científico a este respecto tal y como se verá a continuación. En cualquier caso antes de cambiar en algún sentido la alimentación de su niño con TEA es imprescindible hablar antes con su médico y con un nutricionista para asegurarse de que el niño recibe unos aportes nutricionales adecuados.

TEA y tratamiento nutricional: lo que se sabe y nada es casi lo mismo

Que más nos gustaría a nosotros que las cosas fuesen tan “sencillas”, pero va ser que no. A pesar de que no pocas personas se han subido al carro de tratamientos alternativos (entiéndase en este caso, sin pies ni cabeza) de la mano del Dr. Aprovechategui (= aprovechemos el filón de gente desesperada) y de que existen infinidad de planteamientos nutricionales que proponen tratar en mayor o menor medida los síntomas de los TEA, lo cierto es que no hay nada, de nada, claro. Ni los que proponen la restricción de ciertos elementos nutricionales (el más típico y recurrente en la actualidad el famoso gluten que sale hasta en la sopa), ni tampoco los suplementadores o enriquecedores, en el que los ácidos grasos del tipo omega tres, el ácido fólico y los famosos probióticos se llevan la palma. Da igual, aunque nos haría mucha ilusión que las cosas fuesen tan sencillas, la realidad nos dice que  no lo son. Puede que en determinadas casos concretos se experimente algún tipo de mejoría, pero ni parece que se pueda hacer una generalización, ni tampoco (y esto es lo peor) se está en condiciones de describir unas circunstancias concretas en las cuales un determinado tratamiento nutricional esté indicado.

En este sentido merece muy mucho la pena tomar nota de lo que el Instituto de Salud Carlos III (en su Instituto de Investigación de enfermedades raras) sostiene sobre el uso de protocolos dietéticos para el tratamiento del autismo:

La controversia se fundamenta en los testimonios de las familias que usan estas dietas con sus hijos, así como la propia labor de difusión de los propios autores de este tratamiento.

En el lado contrario, están los profesionales que buscan evidencias médicas sobre el tratamiento con estas dietas y o no las encuentran, o lo que encuentran son solo evidencias muy parciales, nunca refrendadas por sistemas de evaluación considerados como patrones para la aplicación de tratamientos médicos de cualquier tipo en las personas. Estos métodos están específicamente diseñados para garantizar la eficacia, la seguridad y la calidad del tratamiento que se quiere aplicar y el uso de las dietas no debe ser nada que se salga de esta norma. Cambiar unos alimentos por otros de otro tipo pero de igual contenido calórico y composición de compuestos básicos, no implica problema alguno. Los alimentos naturales pueden contener compuestos que pueden, sin lugar a dudas, producir alteraciones en el organismo de ciertas personas susceptibles, pero los alimentos fabricados con fines concretos (libres de una substancia específica, etc) deben ser evaluados cuando se pretende utilizarlos de manera sistemática y como alternativa terapéutica para una patología. Para ello se deben probar usando criterios de manera que se puedan comparar sus efectos con otras personas que no están sometidos a esa intervención dietética, es decir, casos con el mismo diagnóstico, ajustados por la distribución de otras variables importantes como edad, sexo, tiempo de evolución, severidad, etc. Se debe hacer un seguimiento por igual a los dos grupos y con el tiempo suficiente para ver si la intervención a estudiar (la dieta en este caso) produce efectos sostenibles a largo plazo y también se deben evaluar sin que el médico que hace el estudio sepa que tratamiento está haciendo cada niño. Trabajar con ambos grupos de casos de manera ciega, es decir, que los investigadores que evalúan el beneficio del tratamiento y recogen también los inconvenientes, no conocen el grupo al que están asignados los casos (con tratamiento dietético o sin tratamiento con estas dietas).

Así, en el mismo documento enlazado (es muy recomendable que le eches un vistazo para entrar más detalle) se hacen una serie de reflexiones y recomendaciones al respecto del planteamiento de cualquier tratamiento nutricional enfocado a los TEA:

Hoy en día está ampliamente aceptado que los TEA son trastornos neurobiológicos cuyo origen puede estar ocasionado en periodos prenatales, sin que se puedan descartar factores preconcepcionales. Por lo tanto, no parece que factores externos, como puede ser la dieta, a los que todos nos exponemos durante los primeros años de vida, puedan ser los causantes de estos trastornos, al menos como factores etiológicas o causales.

Tampoco parece que si no son las causas últimas, puedan ser alternativas terapéuticas que curen el autismo, dado que ni parecen incidir en un supuesto factor causal, ni tampoco está clara la relación entre el potencial efecto beneficioso y el factor neurobiológico responsable de los TEA.

Es obvio que en medicina se han usado tratamientos que claramente eran beneficiosos pero cuya relación con el factor causal o los mecanismos de producción de la enfermedad no se conocieron hasta pasados muchos años del inicio de su utilización. No obstante, existen reglas aplicables a cualquier tratamiento que se propugne como beneficioso para una entidad clínica, que deberían respetarse, sobre todo si tras la decisión de adoptar o no una terapia dietética pueden existir daños asociados no controlables que pueden afectar tanto al niño tratado (bajo contenido en compuestos necesarios para la vida) como a la familia (carga socioeconómica).

En la actualidad, no existen datos de ensayos clínicos con estas dietas que hayan demostrado beneficio, por lo que es necesario conocer que el escepticismo de los científicos es razonable porque no es permisible creer en beneficios derivados de testimonios personales, por muy valiosos que estos sean, sino se siguen de una comprobación y demostración de la eficacia de una manera más específica y contrastada. Esta es la manera habitual en la que se debe trabajar para garantizar la seguridad de las personas y es por lo que el método científico ha sido desarrollado. No podemos, por tanto, admitir otros criterios para aplicar tratamientos a las personas con TEA, por mucho que la falta de disponibilidad de terapias curativas sea un factor que nos presione para una búsqueda más activa de tratamientos para estas personas.

Lo cierto es que en este post me había planteado hacer una revisión personal de lo que se sabe al respecto de elementos dietéticos concretos (como la presencia o no del gluten, el peso de los probióticos, de los omega tres o del ácido fólico) pero después de echar un vistazo a tan claras palabras por parte del Instituto de Salud Carlos III considero que no merece la pena enfangar el mensaje: No hay un tratamiento dietético claro en los casos de TEA, y quien lo plantee miente como un bellaco si, en especial, ofrece algún tipo de garantía al respecto de la mejoría.

Lo dicho, en mi opinión, como cada caso de TEA es un mundo diferente, te sugiero que si estás interesado consultes tanto con un médico como con un dietista-nutricionista sensatos.

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Imágenes:  Stuart Miles freedigitalphotos.net

Piensa en una enfermedad… ¿ya? Puedes culparle al gluten

Panes variosLa actual fobia hacia el gluten está alcanzando el paroxismo en Estados Unidos y, como bien sabes, tal y como suelen suceder estas cosas, nos salpicará… o a lo mejor peor, no solo nos salpicará la estulticia norteamericana en este sentido, sino que nos ahogaremos en su gluteínico y absurdo maremoto. Ya tenemos algunas muestras en nuestro entorno.

Es posible que algo haya llegado hasta tus oídos. El origen de esta manía superlativa e injustificada hacia el gluten tuvo un detonante bien conocido hace tres años cuando se publicó un libro de adelgazamiento al uso (al uso de las tonterías a las que nos tienen acostumbrados este tipo de libros) titulado Wheat belly, escrito por el cardiólogo William Davis, y que viene a traducirse más o menos como “Barriga triguera” aunque en España se ha publicado como “Sin trigo, gracias”. Su portada ya nos avanza un estribillo bastante común en esta clase de libros: “Aléjate del trigo, pierde peso, y rencuéntrate con la salud”. Qué bonito, qué sencillo… qué chorrada.

Este detonante literario no hizo sino aprovechar la ola de una creciente corriente anti gluten y anti trigo que se venía gestando desde hacía unos pocos años atrás en Estados Unidos. Digamos que el tal médico lo único que hizo fue aprovechar esa ola y surfearla al modo y manera que algunos médicos tienen de interpretar la salud, es decir, aprovecharse sin fundamento científico alguno (o apenas fundamento) de una tendencia en aumento y con ello forrarse (supongo) vendiendo su obra.

Buena prueba de la magnitud de esta fiebre anti gluten la puedes encontrar en este ensayo que hace pocas semanas dedicó con todo lujo de detalles el conocido medio The New Yorker a la cuestión del trigo y del gluten. El artículo es largo y está en inglés, pero de verdad te recomiendo que le dediques un tiempo porque es francamente esclarecedor de hasta donde está llegando esta absurda moda en la que hasta la comida para perros se ha sumado a la corriente sin gluten.

Y es que la cuestión ha dado un salto mortal con la publicación de estas obras. Hasta el punto no ya de obtener mejores digestiones cuando lo que se come no contiene gluten (algo que no tiene el menor sentido más allá de la población celiaca o con sensibilidad al gluten no celiaca), sino que además en la actualidad se le está culpando a este elemento de una cantidad importante de diversas enfermedades y situaciones metabólicas y neuropatológicas que van desde la artritis, la diabetes o el asma, hasta la esclerosis múltiple y la esquizofrenia pasando por el autismo (entre muchas otras)

El tema, desde un punto de vista crematístico no tiene desperdicio… da escalofríos el saber (según The New Yorker) que hasta un tercio de la población adulta norteamericana manifiesta estar intentando reducir el gluten de su dieta. En esta paranoica búsqueda de la excelencia libre de gluten se estima que en 2016 el mercado estadounidense de los productos sin gluten genere unas cifras de venta cercanas o superiores a los 50.000 millones de dólares. Para que puedas poner esta cifra en contexto baste decir que esta cifra de ventas será el doble que la generada en 2011 por esta gama de productos; o conocer que en 2013 la venta de suplementos dietéticos y vitaminas se cuantificó “solo” en unos 26.400 millones de dólares.

¿Hay pruebas que sustenten las propuestas antigluten?

La verdad es que ninguna, al menos entre las serias. Sí que es cierto que en concreto el médico William Davis, el autor de Wheat Belly, es especialmente prolijo en citas bibliográficas para aportar credibilidad a sus argumentos. Sin embargo, descontextualiza las conclusiones, las toma a medias (solo la parte que le interesa) o basa sus recomendaciones en estudios de escasa calidad (habiendo otros que con más calidad sostienen lo contrario y que casualmente se olvida de citar). En sentido contrario ya hay quien le ha dedicado a su obra un análisis pormenorizado desde un punto de vista serio y de las evidencias. En este documento, Wheat Belly: An Analysis of Selected Statements and Basic Theses from the Book, (Un análisis de las principales sentencias y tesis del libro “Barriga triguera”) los autores de la Universidad Saint Paul, le dan un “repasito” a los planteamientos de este médico viniendo a decir lo que ya sabemos y que de alguna manera conté en esta entrada: No sin pruebas… y tampoco con pruebas “retorcidas” o sesgadas.

En mi opinión se trata de una moda buenrollista más. Así, este posicionamiento implica más la adopción de una cierta postura “en la onda” o estilo que de vida “guay”, que un verdadero cambio dietético conducente a una mejora en la salud. Cambio dietético que salvo lo ya apuntado no tiene además ninguna justificación científica y que además solo puede permitirse una élite ya que el precio de los alimentos sin gluten son, habitualmente, más caros que sus homólogos con gluten. Una injusta situación en especial para los celiacos que ven como se frivoliza con sus circunstancias.

Por el momento, ya lo ves, con este panorama se podría parodiar la canción de Michael Jackson y sus cuatro hermanos, Blame it on the Boggie (Échale la culpa al Boggie) y modificar su estribillo (traducido) tal que de esta manera:

  • No culpes a los rayos del sol
  • No culpes a la luz de la luna
  • No culpes al hecho de que sea un buen momento
  • Échale la culpa al boogie gluten

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Imágenes:  Apolonia vía freedigitalphotos.net

 

¿Tan especiales son los runners que necesitan un pan aparte (y qué “pan”)?

Pan Runner 4

Runners” o corredores, y “pan” entre comillas o pan a secas… esas son algunas de las cuestiones de hoy. ¡Ah, casi se me olvida! y proteínas, muchas proteínas… proteínas a cascoporro. ¿Puede haber algo más trendy?

Recientemente hemos asistido al lanzamiento de un nuevo producto etiquetado desde la empresa SantaGloria como “Pan runner”, el “pan” para deportistas y personas que se cuidan; así que si tú eres de esa clase de personas que ha decido no cuidarse, este “pan” al parecer, no es para ti (qué poco me gustan este tipo de alegaciones). En su promoción han invertido no pocos recursos, entre ellos y principal, la colaboración del reconocido cocinero Jordi Cruz.

Más allá del evidente oportunismo derivado de la unión de tres de las tendencias más actuales (lo del correr, lo del consumo de panes “selectos” y lo de las proteínas) un simple vistazo a su etiqueta es probable que no deje indiferente a nadie, en especial si se tienen en mente los más habituales ingredientes de lo que la mayoría de los mortales entiende por pan y no digamos ya si se observa su habitual composición nutricional, es decir, el resultado.

La cuestión de sus ingredientes y su denominación como “pan”

Para empezar el pan-pan de toda la vida es, según el RD 1137/1984 por el que se regula la reglamentación técnico-sanitaria para la fabricación, circulación y comercio del pan y panes especiales…

el producto resultante de la cocción de una masa  obtenida por la mezcla de harina de trigo y de agua potable, con o sin adición de sal comestible, fermentada por especies de microorganismos propios de la fermentación panaria”.

Además luego se aportan una serie de definiciones referentes a “panes especiales” (integral, con grañones, de Viena, francés, biscotes, colines, etcétera) en los que el “pan para corredores” o “para personas que se cuidan” no es solo que no aparezca si no que difícilmente se puede encajar el producto en cuestión en alguna de las definiciones recogidas.

Y es que, según la lista de ingredientes del pan runner, este producto consta de:

Mezcla de proteínas (27%) (proteína de trigo, proteína de soja, proteína de altramuz), grano triturado de soja, semillas de lino (15%), semillas de girasol (9%), harina de soja, harina de trigo integral, salvado de trigo, fibra de manzana, sésamo (2%), sal, malta de cebada, regulador de acidez. [Es destacable hacer constar que la lista de ingredientes de la etiqueta del producto anteriormente referenciada y la mencionada en la página web del fabricante difieren en cierta medida].

Pan Runner 1

Llegados a este punto he decir que todas las personas que he consultado y que dedican su vida a la producción del pan en el plano científico más relevante manifiestan que a duras penas se le puede catalogar como “pan” a este producto, y las razones son básicamente dos:

  1. Por un lado, la presencia anecdótica de la harina de trigo que sin mencionar su porcentaje en el etiquetado está por debajo seguro del 9% (ya que el último ingrediente mencionado y referenciado con su cantidad relativa son las semillas de girasol, 9% y,
  2. Por el otro, la ausencia de levadura y por tanto de un proceso fermentativo.

Más allá de las definiciones legalistas y tomando en consideración la cultura panaria más ancestral y llegándonos hasta nuestros días, desde una perspectiva histórica, costumbrista y cultural todo pan que se precie ha de pasar por un mínimo proceso fermentativo con independencia del origen de sus harinas. Solo hay una excepción a esta norma y sería el pan ácimo que, este sí, está referenciado en la norma antes mencionada. En cualquier caso, el pan runner nada tiene que ver tampoco con el pan ácimo al que habitualmente se asocian una serie de cuestiones culturales y relativas a la religión judeo-cristiana.

Por lo tanto, en lo que se refiere a sus ingredientes, según la opinión de los expertos consultados y la mía propia, es que hay muy pocos elementos que faciliten el que se le pueda etiquetar a este producto como “pan” ya no solo legalmente, sino también a partir de una perspectiva cultural y tradicional. Yo desde luego tengo mis serias dudas. Bollo de cereales, barrita (si tuviera esta forma) de cereales serían definiciones que encajarían más en su denominación.

La cuestión nutricional: rara, rara, rara (para un pan)

Aquí es cuando la cosa se desmadra. El despropósito nutricional de hacer pasar esto por pan en cuanto a sus aportes es, al mismo tiempo, su argumento de venta. Como tú bien sabes el pan básico aporta unas 250 kcal/100g. En este aporte calórico intervienen, groso modo y por orden, los hidratos de carbono (80%), las proteínas (14%) y las grasas (6%) con un aporte de fibra de 3,5g por 100g de pan blanco… 6g en el integral.

Pan Runner 2

Pues bien, los aportes nutricionales de este “pan” consisten en 282 kcal/100g de producto; y a este aporte contribuyen la grasa con el 46% de las calorías, las proteínas con el 36% y los hidratos de carbono con el 7%… el mundo al revés, ¿lo ves? Pan para deportistas, con un par. Ole. Sí señor, más anchos que largos.

Te lo pongo en una tabla para hacerlo más fácil:

 Tabla pan para runners

Nota Bene: Si te has dado cuenta, los porcentajes de los tres macronutrientes en el caso del pan blanco suman el 100%, y en el caso del “pan” para runners, “solo” el 90%, ¿dónde está el 10% que falta? Pues en este caso SantaGloria ha hecho las cosas bien y según marca la legislación le ha atribuido 2 kcal/g a la fibra. Así, en este “pan” se ha dado por supuesto (bien supuesto) que sus 13,3 gramos de fibra aportan 26,6 kcal… es decir, redondeando, el 10% que faltaba.

Esto señores, es un despropósito cuando uno se refiere a él como “pan”. ¡Ojo! No se me malinterprete, no digo que sea un alimento poco saludable, lo que digo es que no es lo que se espera de algo que dice de sí mismo ser pan y… llegado el caso, no me parece que esté reparto de macronutrientes sea el más indicado en el caso de los “runners” que es de lo que se trata. No es que me parezca que haya un exceso de proteínas, que podría, pero sí una estrepitosa falta de hidratos de carbono de absorción lenta. Siguiendo con el tema de las proteínas y estando como está la fiebre antigluten tan extendida, quizá a los señores de SantaGloria, se les «ha olvidado» el descomunal chute de gluten que a buen seguro tiene este producto. Conste que no tengo nada en contra del gluten cuando no hay circunstancia que así lo indique, pero caramba, a la vista de los ingredientes me imagino (no puedo hacer otra cosa que imaginarlo ya que es un dato que no aportan, aunque tampoco están obligados) que la cantidad de gluten habrá de ser muy superior a la del pan de verdad.

Por último, en cuanto a las grasas, impensable proporción para algo que, de nuevo, se hace llamar pan. De la mano de tanta semilla y demás, su perfil lipídico es especialmente “positivo”, es cierto, pero esto no es algo que le corresponda, creo, al pan de verdad.

Me despido, “mucha miga” tiene este “pan”, pero en mi opinión, muy poco fundamento nutricional y sí mucho comercial. Me gustaría probarlo, pero en Zaragoza no hay tienda de SantaGloria a la que poderse acercar a comprarlo. Y habremos de darnos prisa ya que… ¿te imaginas este producto en el mercado dentro de 2 años? Yo no. Si me equivoco o no, el tiempo lo dirá. En mi opinión se trata de un producto más para hipsters, gafapastas, runners de pegatina en su indumentaria o forzudos de gimnasio que para personas que realmente «se quieren cuidar». Para estos últimos, los tendenciosos «panes» tienen poco, muy poco, que ofrecer.

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Nota 1: Que el pan para runners “tiene mucha miga” no es una frase hecha. Otros blogueros, han aportado su perspectiva al respecto de este producto. Curiosamente, apenas hay disonancias en el análisis. Puedes consultarlos, por ejemplo, de la mano de Mikel Iturriaga (@mikeliturriaga) en su blog El Comidista; en el blog vecino de esta casa, La Gulateca (@LaGulateca); o a través de la perspectiva de otra compañera dietista-nutricionista, Griselda Herrero Martín (@NorteSalud). No quiero olvidarme de agradecer las interesantes opiniones de Iban Yarza (@ibanyarza) para la confección de este post.
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Nota 2: PREMIOS BITACORAS 2014

Este blog, El Nutricionista de la General, participa en los Premios Bitacoras 2014 en la Categoría de Salud. Date una vuelta por el blog y si te gustan los contenidos puedes votarlo:

¡Gracias!

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Imágenes: @ibanyarza (¡Gracias!)

Toda la verdad sobre la cocaína con (o sin) gluten

La industria alimentaria y más en concreto su publicidad ha sido en no pocas ocasiones objetivo de críticas en este blog, pero se ha de ser consciente que son los propios consumidores los que tienen cierta dosis de la culpa en los “goles” que encajan. Y para muestra… qué mejor que los problemas que para algunos genera una rayita de coca.

 

Solo hay que tener en cuenta la consulta que una potencial consumidora (no de alimentos precisamente) hace en un medio digital (el glorioso “yahoo respuestas”) al respecto de si la coca (farlopa, vamos) lleva o no gluten. El tema ha sido muy comentado la semana pasada (trending topic o algo así lo llaman) y diversos medios con no poca guasa se han hecho eco del tema. La pregunta es de tal calado, que después de un tiempo publicada sin mayor trascendencia y cuando ha empezado «popularizarse», es cuando yahoo ha decidido retirarla (y por tanto también las respuestas habidas) en base a sus “normas de la comunidad”.

El caso es que esta aprendiza de drogadicta celiaca se hacía llamar Sofía y al parecer debía estar muy, pero que muy sensibilizada con su condición de intolerante al gluten. Casi todo son hipótesis, pero de lo que no cabe duda es del cacao que tiene en su cabeza y de lo poco que conoce la enfermedad que suponemos padece. Y claro preocupada como está porque sus amistades se ponen hasta las cejas de benzoilmetilecgonina (perico, vamos) a la salida de las discotecas y se lo pasen chupi, ella pregunta si esta sustancia lleva o no gluten… no sea, apostilla ella misma, que el hecho de esnifarla pudiera hacerle algún daño, o que su consumo le comporte algún perjuicio sobre su, al parecer, delicada circunstancia celiaca… en sus propias palabras, que le dañe su salud (sic)

Sé que esto no es más que una mera anécdota, o quiero pensar que así es. Pero en cierta medida pone de relieve lo susceptibles que pueden llegar a ser algunos consumidores al respecto de las cuestiones ¿técnicas? de los alimentos y su publicidad (sin ir muy lejos, mira este tipo de torticeras estrategias al respecto de la lactosa). Vale que el tema de la nieve no es una cuestión alimentaria, pero asombra como algunas personas pueden sufrir de este tipo de cortocircuitos (o ser de circuito corto, que no es lo mismo) y hacerse la picha un lío.

Pero al final, la coca ¿tiene o no tiene gluten?

Lo más «gracioso» es que tras hacerse famosa esta pregunta, no son pocos los que redundan en la duda en diversas redes sociales… lo que no hace sino poner de relieve, otra vez, el nivelón de algunos consumidores. Algo así como jajajajaja… juas, juas y demás, pero que alguien me diga si al final la coca tiene o no gluten.

A ver, me resulta ridículo tener que contestar esta duda, similar a la de estar preocupado por el color con el que, supongamos, están pintadas las 200 balas con las que un terrorista chiflado está a punto de taladrarte la cabeza, ya que tu cromoterapeuta te ha dicho que eres alérgico al blanco roto y al rosa palo (todo esto sea dicho, me imagino que lo sabes, con el mayor de mis respetos hacia la enfermedad celiaca). Es decir, me da igual que tenga o no gluten y que seas celiaco/a en el momento que te propones consumir este tipo de sustancias

En cualquier caso, te diré que la cocaína pura no tiene el famoso gluten. Ahora bien, nadie consume cocaína pura sino que lo hace con coca «cortada» es decir «rebajada» con otras sustancias. Y como ya sabrás, esa cocaína susceptible de meterse por las narices no procede de laboratorios registrados y demás, sino que una cantidad importante de mierdas, sin control, puede incorporarse en su comercialización trapicheo y de las que no tengo ni repajolera idea de cuáles pueden ser… pero lo más gracioso es que el consumidor final tampoco. Vete si no a pedirle el prospecto a tu camello. Así pues, nadie sabe si la coca que vaya a esnifar Sofía o quien sea, tiene gluten, ácidos grasos trans o lactosa (bueno, lactosa, es muy probable que sí ya que la leche en polvo es una de las sustancias con la que se suele «cortar» habitualmente). Lo que nos lleva al principio, y que es… qué más dará alma de cántaro. Qué más dará.

Sacando punta a la cuestión te recomiendo que no te pierdas este post de El Mundo Today quien ya en 2009 ironizaba sobre la cuestión con una de sus geniales entradas. Quién sabe si el lío de Sofía no estuvo en cierta medida provocado por esta “noticia”.

 

El ansiado Top-Five de las peores dietas milagro para 2014

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Esto empieza a ser un clásico. Me refiero a la clasificación que anualmente hace la Asociación Británica de Dietética (BDA) sobre las dietas milagro que más riesgo tienen de popularizarse entre la población general el próximo año, al menos entre la población británica. Y bueno, como no están tan lejos y conocemos de sobra el comportamiento viral de este tipo de absurdeces dietéticas, es también bastante probable que notemos su influencia por estos lares. Así ocurrió si recuerdas con la dieta OMG que estaba en la clasificación del año pasado (que se abordó convenientemente en el blog en este enlace y en este otro) y que llegó hasta España a bombo y platillo… y poco impacto, afortunadamente.

Pues bien, en esta nueva edición tenemos nuevas y dantescas incorporaciones (aunque algunas sean viejos planteamientos, como ya veremos) y algunos sean viejos conocidos. Vamos allá con este ignominioso y actualizado ranking.

5º puesto

Ocupado por uno de esos viejos conocidos a los que aludía. Me refiero a la dieta o o método Dukan. Un astro que al parecer está en un ocaso anunciado en el mundo de las dietas milagro. Recordemos que sus planteamientos ocuparon el número uno de esta poco honorable clasificación en las tres últimas ediciones. Qué decir que no se conozca ya de este maravilloso método; así que pasemos al cuarto puesto… ¡Ah sí!, se me olvidaba, se puede decir, por ejemplo, el dato sin importancia que recoge la BDA en su clasificación: que a su creador, Pierre Dukan, este año 2013, se le ha prohibido ejercer como médico de cabecera en Francia. Significativo. Sigamos

4º Puesto

Otro “sistema adelgazante” que repite presencia, y puesto, este año con respecto al anterior y que hace dos años ocupaba el 2º puesto. Se trata de de la práctica de la alcorexia o también llamada drunkorexia. Está claro que se me acumula el trabajo, el año pasado anuncié un post dedicado a abordar esta salvaje propuesta dietética y sin embargo ha pasado un año y aún no lo he hecho. Queda pendiente, sin falta, para este 2014. Palabrita. De momento y como avance baste decir lo mismo que transmití el año pasado por estas fechas, se trata  en seguir un patrón de alimentación francamente contenido y restrictivo a lo largo de un día o incluso de la semana con la meta puesta en un próximo, nunca muy lejano,  consumo compulsivo de bebidas alcohólicas. La finalidad es que las calorías de más de las bebidas alcohólicas no te hagan engordar ya que para eso se ha ido creando un balance negativo.

3º Puesto

Nueva a medias, se trata de la dieta exenta de gluten con el fin de adelgazar. ¿Te extraña, te parece que no hay base científica para postularla con esos fines? Pues tienes razón, es una magufada sin mayor sentido que el hacerse popular a base de utilizar el respaldo de personas conocidas, léanse famosillas y famosetes. Entre ellas algunas de las más destacadas Gwyneth Paltrow, una tipa que día sí, día también se despierta con ganas de contarnos su última excentricidad dietética. Acumula ya varias, a cuál más absurda. Gwyneth, bonita, a ver si lo entiendes en español que sé que el rollo spanish te pone (recuerda tu Erasmus o lo que sea en Talavera de la Reina, localidad que, hay que ver, te ha hecho hija adoptiva): ser famosa por lo que haces delante de las cámaras no te convierte en experta en nutrición. Anda maja, déjalo, please. Give up, porfis.

 2º Puesto

Una de las verdaderas novedades. Nueva en la lista y nueva en sus planteamientos, al menos para mí y entrando con fuerza, se trata de un planteamiento mitad (pseudo) médico, mitad (pseudo) morfológico. Es la dieta del biotipo. Por lo que cuenta la BDA se trata de poner en relación seis tipos hormonales diferentes con también seis patrones de distribución de la grasa corporal. Una vez establecida esta bio-tontería que solo sus promotores son capaces de defender, se trataría de hacer listas de alimentos prohibidos, alimentos permitidos y, por supuesto recurrir al tema de los suplementos curalo-todo. Esta claro que he de hacer los deberes y ponerme al día. Queda pendiente el detallar su funcionamiento en una próxima entrada. De momento empieza muy mal ya que reúne una buena parte de todos los rasgos diferenciales de las dietas milagro populares y que puedes consultar en esta entrada.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las reinas de las dietas milagro más peligrosas para 2014 al tiempo que menos recomendables, en el  number one y por tanto en la cimaaaaaaaa…

1º Puesto para

Una vieja conocida de este blog, que al parecer han sacado del baúl de los recuerdos y la han desempolvado, el respiracionismo (este sí que ha sido tratado en el blog y puedes consultarlo pinchando en el enlace). O sea, alimentarse solo de los rayos del sol (el “solo” es importante y no está puesto a tontas y locas). Es decir, es la propuesta de adelgazar dejando de comer. Nos ha jorobado. En su descargo, he de decir que es la única de esta lista que tiene un sustento científico importante. Es más, llevado a sus últimas consecuencias te termina dejando, muy, pero que muy delgadito o delgadita. Tanto como para que te pongan un pijama de pino y… hala, a criar malvas. Hay que decir que no seríais los primeros, o lo que es lo mismo, hay historias de éxito detrás que garantizan sus resultados (modo irónico: on).

Bien, ahora que ya os las he contado, no me digáis que os pillaron desprevenidos.

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Por fin un poco de sensatez en el IVA del pan “sin gluten”

Afortunadamente los celiacos están de enhorabuena. La última y reciente modificación del IVA había dejado el pan para celiacos en una situación inconveniente, que anteriormente estaba gravado con el 8% y pasaba a tener el 10%. Lo que es (o era) un auténtico despropósito tal y como señalé en este post (“Pisar la manguera, palos en las ruedas y otras puñetas nutricionales”).

En dicha entrada denunciaba la falta de sensibilidad del gobierno con un colectivo de enfermos, el de los celiacos, que veía como su único tratamiento, el consumir alimentos exentos o libres de gluten, pasaba a ser poco menos que considerada una extravagancia alimentaria y “su pan” el de sin “sin gluten” se circunscribía dentro del grupo de “productos dietéticos” y, por lo tanto, con el nuevo IVA incrementado.

 

Sin embargo, una noticia del pasado 27 de septiembre me ha alegrado el cuerpo el conocer en el canal web “Noticias jurídicas” que la ministra Dña. Ana Mato ha anunciado que el pan “sin gluten” contará con un IVA superreducido por primera vez. Nada más leerla, pensé en el importante tirón que tenía este blog y en el ¡mira tú como me leen en el Congreso!… pero me temo que no ha sido así.

Según parece la noticia parte de la respuesta que ha dado el Congreso de los Diputados a una pregunta formulada por el Grupo Parlamentario CiU a este respecto y que ha decidido ofrecer una muestra del compromiso del Gobierno con los celíacos y sus familias.

 

Pues me parece bien, es más, me parece estupendo. Lo digo en serio. A ver si además de la medida tomada con el pan para celiacos el resto de ciudadanos vemos algo más que “una muestra” de ese compromiso con la salud por parte de este Gobierno y, tal y como decía Paco Martínez Soria en ya no me acuerdo qué película, “recibida muestra, envíen partida”. Por ejemplo, no estaría nada mal que se promocionara el consumo de pan integral entre la población general poniendo su IVA (actualmente en el 10%), por lo menos, al nivel del pan normal (el 4%). Que digo yo ¿qué les costará?

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Foto 1: dfb

Foto 2: islandlife

¿Cómo afrontar el gluten en los medicamentos?

 

 

Algunas personas quizá se sorprendan al conocer que algunos medicamentos aporten gluten (ver entrada al respecto). Quienes desde luego no se sorprenderán serán aquellos que sean celiacos y que por tanto se esfuerzan a diario por descartar aquellos alimentos que contienen este elemento de forma más o menos solapada. Para ellos, ingerir aunque sea pequeñas cantidades de gluten con los alimentos podría suponer el aumento del riesgo de desencadenar un brote de su enfermedad. Recordemos que el único tratamiento para este tipo de enfermos es el seguir una dieta lo más exenta posible de gluten. Pero lo peor viene cuando además esta situación no es diferente cuando se trata de medicamentos. Algunos medicamentos tanto de venta libre como aquellos obtenidos con receta pueden suponer una fuente de gluten.

En algunos medicamentos el almidón (como producto derivado de los cereales que pueden contener gluten) es utilizado como excipiente en la manufactura de comprimidos y cápsulas. La normativa vigente (en vigor desde 1991) obliga a que los fabricantes de los medicamentos declaren tanto en el envase como en el prospecto el gluten y/o el almidón de aquel cereal susceptible de aportar gluten. Desde aquel año diversas las leyes (Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios) y reales decretos (RD 1345/2007, de 11 de octubre) han regulado el uso de esta información y los procedimientos de autorización.

Pero las preguntas importantes para todo celiaco son:

¿Puede un medicamento que declare aportar gluten proporcionar una cantidad significativa de esta sustancia?

¿Cuánto gluten aporta un medicamento con gluten?

Estas preguntas se las planteó y resolvió en su día la Asociación de Celiacos de Euskadi y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia por lo menos en lo que se refiere a los alimentos genéricos, y evidentemente las respuestas dependerán del medicamento considerado.

En cualquier caso en el texto “El gluten y los alimentos genéricos” se pone un ejemplo bastante revelador. Supongamos que una persona celiaca con una enfermedad crónica distinta de esta tiene que tomar diariamente un fármaco que contiene gluten, en concreto Atenolol 100 mg EFG x 30 comprimidos, un medicamento cuya dosis habitual es de 1 comprimido al día en el tratamiento de la hipertensión arterial o infarto agudo de  miocardio. Este medicamento genérico declara en su ficha técnica la máxima cantidad de almidón de trigo que se encontró en su día (2009) en un genérico: 35 mg

Entonces para hallar la cantidad de proteínas totales en ese almidón tenemos que hacer las siguientes operaciones (suponiendo que dicho almidón aporta la máxima cantidad de proteínas admitida por farmacopea, es decir, el 0,3 %):

35 mg x (0,3 / 100) = 0,105 mg de proteínas totales por comprimido.

Si tomamos en consideración que de toda esta cantidad de proteína entre el 80-85% es gluten, y tomando el máximo posible (85%) tendríamos un máximo de 0,089 mg de gluten por comprimido.

0,105 mg de proteínas x (85/100) = 0,089 mg de gluten que tomaría diariamente una persona con este tratamiento

¿Es mucha esta cantidad?

Pues la verdad es que es escasa (no digo irrelevante pero si ciertamente pequeña). Para ello se puede comparar la cantidad aportada por uno de estos comprimidos con la de un alimento que suelen (o suelen poder) incluir diariamente los celiacos en su alimentación: el pan apto para celiacos. Así, incluso esta clase de pan «para celiacos», en 100g aporta hasta 3 partes por millón (3ppm) de gluten, es decir, contiene unos 0,3mg de gluten (3ppm en 100g son 0,3mg). Es decir, puede haber más del triple de gluten en 100 g de pan que se considera exento de él que en un comprimido que declara almidón de trigo y que contiene la máxima cantidad de gluten permitida.

Ni que decir tiene que en el caso de los celiacos toda ingesta de gluten tiene un efecto acumulativo y que el monto total de estas proteínas ha de estar controlado en función del tiempo y de las fuentes de gluten que se incluyan (alimentos, bebidas como la cerveza y como puede comprobarse también medicamentos). Pero en relación a este tema se hace preciso tomar muy en consideración que existen un amplio abanico de medicamentos tanto genéricos como no, que no contienen gluten. Si en cualquiera de los casos se hiciera imprescindible el tomar un medicamento que declara tener gluten o almidón de trigo, las cantidades de gluten que se ingerirían serían pequeñas y habitualmente bien toleradas por la mayoría de las personas celíacas, en especial si hay un control médico de todas las circunstancias. De todas formas ante cualquier duda o sospecha sobre este tema, se recomienda consultar tanto al médico como al farmacéutico.

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Foto 1: RambergMediaImages

Foto 2: frogthroat

Foto 3: dfb

Fuentes consultadas:

Gluten y medicamentos genéricos

Academy of Nutrition and Dietetics

Preguntas y respuestas en torno a la celiaquía

Con motivo del día de la enfermedad celiaca celebrado ayer 27 de mayo, creo interesante el aclarar algunas cosas sobre este tema para quienes aun habiendo oído hablar al respecto, no sepan en esencia de qué se trata. Por cierto, hoy día 28 es el Día Nacional de la Nutrición, motivo por el cual se hizo una entrada en su día con el lema de esta edición (Enseñar a comer es enseñar a crecer) que participa en el primer Festival de Blogs de Nutrición y Dietética.

¿Qué es la celiaquía?

En sentido estricto, se trata de una intolerancia alimentaria permanente provocada por una respuesta autoinmune en personas genéticamente predispuestas que se exponen (a través de la alimentación) a un complejo de proteínas denominadas, en genérico, gluten. De una forma más coloquial, se trata de una intolerancia que sufren algunas personas al comer aquellos alimentos que incorporan gluten.

¿Dónde se encuentra el gluten?

El gluten está presente:

  • De forma natural en el trigo, la cebada, el centeno, la avena y el triticale (un híbrido de trigo y centeno);
  • También en aquellos alimentos que de forma tradicional se elaboran con estas materias primas (pan, bollería, repostería, galletería, cerveza, etc.); y
  • En otros alimentos que utilizan este tipo de materias primas como recurso tecnológico para aportar algunas cualidades organolépticas, por ejemplo textura en algunas salsas, volumen en fiambres y/o embutidos, etc.

Esta última situación, frente a las dos anteriores, es la que complica en cierta medida la vida del celiaco ya que tiene estar constantemente pendiente del etiquetado en este tipo de alimentos para saber si contienen algún tipo de ingrediente o aditivo que pueda suponer la ingesta de gluten.

¿Cuáles son los efectos de incorporar gluten si se es celiaco?

La principal consecuencia de la exposición continuada al gluten en un celiaco es la malnutrición ya que una produce una atrofia de la superficie de absorción intestinal dificultando dicho proceso, es decir, ocasiona una atrofia de de las vellosidades del intestino que deriva en una absorción deficiente de nutrientes, sea el que sea: hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales y vitaminas.

¿Cuáles son sus síntomas?

En general provoca distintos déficits nutricionales y en el caso de niños o adolescentes puede cursar con retraso en el crecimiento. Además de forma más inmediata puede cursar con pérdida de apetito, pérdida de peso, diarreas crónicas, sensación de plenitud o distensión abdominal, alteraciones del humor y del carácter, etc. No obstante, es preciso destacar que ya sea en el adulto o en el niño los síntomas pueden ser más o menos atípicos o no presentarse, lo cual dificulta su diagnostico.

¿Quiénes padecen celiaquía?

En general se estima que la enfermedad celiaca afecta a 1/100 personas. Pueden padecerlo tanto niños como adultos y tiene un componente genético importante, por lo que suele ser frecuente que dentro de una misma familia haya más de un caso. Se calcula que por cada paciente diagnosticado hay muchos otros que, siendo celiacos, permanecen sin diagnostico.

¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad celiaca?

Resulta fácil enunciar el tratamiento, pero no tan fácil que el paciente celiaco lo ponga práctica. El único tratamiento válido consiste en excluir de la dieta del celiaco los alimentos que contienen gluten y centrar su dieta  en aquellos productos que, en su origen, no contienen gluten. Es importante tomar en consideración qué un retraso en la aplicación de este tratamiento o lo que sería lo mismo, en el diagnóstico, aumenta el riesgo de que estas personas sufran otras patologías, por ejemplo: malnutrición, depresión, infertilidad tanto masculina como femenina, abortos y determinados tipos de cáncer.

Si no soy celiaco ¿me puedo beneficiar de una dieta exenta de gluten?

Recientemente han saltado a la palestra los casos de algunos deportistas que no siendo en principio celiacos han conseguido ciertos logros deportivos tras seguir una dieta exenta de gluten. Tal es el caso, por ejemplo de Novak Djokovic (aunque diversas fuentes apuntan a que su nutricionista sí que le ha diagnosticado una intolerancia al gluten). En este sentido, no se conoce hasta la fecha una relación causa y efecto directa de estas dos circunstancias. Si una persona que no es intolerante al gluten experimenta mejores resultados, marcas o sensaciones al apartar los alimentos con gluten de su dieta será, con mucha probabilidad, por lo que hasta la fecha se conoce como un ejemplo más de “amimefuncionismo”.

¿Qué alimentos están permitidos, cuáles podrían ser sospechosos y cuáles han de ser evitados con certeza de la alimentación de un celiaco?

  • Alimentos sin riesgo:
  1. Leche y lácteos derivados como los quesos, el requesón, los yogures y la cuajada.
  2. Carnes y derivados cárnicos frescos, congelados o en conserva al natural. Embutidos como la cecina, el jamón serrano y el jamón cocido de calidad extra.
  3. Pescados frescos y congelados sin rebozar, mariscos frescos y pescados y mariscos en conserva al natural, en aceite o en salmuera (agua y sal).
  4. Huevos y derivados.
    Todas las verduras, hortalizas y tubérculos.
  5. Todas las frutas.
  6. Entre los cereales, el arroz y el maíz.
  7. Todas las legumbres secas o en conserva cuando se presentan al natural.
  8. El azúcar, la miel, los aceites, la mantequilla, el café en grano o molido, infusiones, refrescos de naranja, limón y cola, vinos y bebidas espumosas. Frutos secos naturales. Sal, vinagres de vino, especias en rama, en grano y todas las naturales.

 

  • Alimentos que han de considerarse, en general, «sospechosos» de contener gluten (dependerá en gran medida de las marcas):
  1. Patés y embutidos como el  choped, la mortadela, el chorizo, la morcilla, las salchichas, etc.
  2. Quesos fundidos, aquellos “de untar”, de sabores, el “especial” para pizzas, etc.
  3. Conservas cárnicas, albóndigas y hamburguesas “preparadas.
  4. Conservas de pescado en salsa o con tomate frito. Sucedáneos de marisco y pescado tipo surimi.
  5. Salsas, condimentos y colorantes alimentarios.
  6. Sucedáneos de café, chocolate y cacao y otras bebidas de máquina.
  7. Frutos secos tostados o fritos con harina y sal.
  8. Gominolas y golosinas, determinados tipos de helado, turrones y productos navideños.
  9. E incluso aquellos productos dietéticos y productos etiquetados “sin gluten” que no se encuentren acompañados de un análisis adecuado.

 

  •   Alimentos que con toda seguridad contienen gluten:
  1. Pan elaborado con harina de trigo, cebada, centeno y avena. Bollos, pasteles y tartas. Galletas, bizcochos y productos de repostería. Higos secos. (Siempre y cuando no hagan alegación “sin gluten” en base a la legislación vigente)
  2. Pasta alimenticia: fideos, macarrones, tallarines…
  3. Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales: cerveza, agua de cebada.
  4. Productos manufacturados en los que entre en su composición cualquiera de los cereales antes citados en cualquiera de sus formas: harinas, almidones, féculas, sémolas, proteínas…
  5. Obleas de comunión.

 

A modo de consejo: Tanto si usted sospecha que puede sufrir la enfermedad celiaca, como si ya esta diagnosticado le recomiendo que se ponga en contacto con la Asociación de Celiacos más próxima a su localidad. Por lo que a mí me consta es encomiable las labores que ejercen de asesoramiento y de servicio que prestan a este colectivo y a sus familiares. La Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) aglutina a todas esas asociaciones y constituye en estupendo punto de información al respecto.

 

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Foto 1: Xuanxu