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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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La dieta macrobiótica: una perspectiva sobre su origen, postulados, riesgos y beneficios

Yin_Yang

Tocaba ya el comentar en el blog el tema de la famosa dieta macrobiótica. Lo cierto es que sin comerlo ni beberlo la semana pasada recibí tres consultas al respecto de este peculiar planteamiento dietético y, por si esta no fuera poca casualidad, un compañero me hizo llegar un video con muy poca gracia en el que se ve a los participantes de la actual edición de Masterchef en un taller de cocina macrobiótica… No sé que tendrá que ver el culo con las témporas, pero sea como fuere tanta carambola macrobiótica ha facilitado sin duda alguna este post. Voy a tratar de ser lo más aséptico posible en la descripción del asunto y de esta forma, inicialmente, acudir en la mayor parte de los casos a las fuentes que están a favor de este sistema y que por lo tanto lo promueven. Posteriormente daré mi opinión y las razones en las que la fundamento.

Origen de la Macrobiótica

Hay pocas dudas a la hora de hacer descansar el nacimiento de la cuestión macrobiótica tal y como hoy la conocemos (más o menos) en una persona concreta: George Ohsawa (1893-1966), un japonés que estableció una característica forma de comer en base al equilibrio entre el Yin y el Yang, dos conceptos de la filosofía taoísta que expresan la eterna dualidad de todo lo existente en el universo y que son al mismo tiempo fuerzas opuestas pero complementarias.

Desde una perspectiva más práctica según el análisis que realizó en 2011 el Ministerio de Sanidad sobre el estado de las terapias alternativas, la dieta macrobiótica se definió como “una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang. Se basa en la búsqueda del equilibrio físico y emocional a través de la nutrición”.

También en sentido formal la base de datos de encabezados de terminología médica define la dieta macrobiótica como: “Una forma de interpretar la nutrición fundamentada en el consumo de granos de cereales integrales, legumbres, verduras cocidas y en el principio chino Yin-Yang. Aboga por una dieta consistente en alimentos ecológicos y cultivados en proximidad a su lugar de consumo, verduras de temporada, ricas en carbohidratos complejos, a la par que menos grasas, azúcares y alimentos procesados ​​químicamente”.

En cualquier caso, los expertos en macrobiótica hacen sus interpretaciones. De este modo se expresa literalmente el propio centro (La Biotika) donde se llevó a cabo el taller de cocina macrobiótica para los participantes de Masterchef al respecto de esta filosofía de vida/alimentación:

La macrobiótica es el estudio y aplicación del Orden del Universo en la alimentación y en nuestra vida cotidiana.

Está basada en la observación y aplicación de este Orden, teniendo en cuenta la energía de los alimentos [Nota: por energía en este contexto no se entienden ni calorías ni julios… ni nada que se parezca formalmente hablando al concepto de “energía”], no de sus propiedades ya que estos al mezclarse con nuestros jugos digestivos se transforman.

El organismo utiliza la energía de los alimentos ingeridos para construir nuestras sustancias. Para mantener nuestra salud o restablecerla es necesario comer alimentos vivos como los cereales, que son alimentos con memoria y con luz. También se utilizan verduras de raíz (son las que tienen más energía) verduras de hoja de temporada y del lugar, legumbres, fruta del tiempo, excepto la naranja, que nos produce mucha acidez y está manipulada genéticamente, pescado, carne blanca, sal marina, miso, tamari y gomasio. Se evitan los alimentos extremos como la carne roja, los quesos, la charcutería, los huevos, las frutas tropicales, la miel, el azúcar, la leche, el café, las bebidas industriales y todo lo que no proceda directamente de la tierra o que haya pasado por la industria, incluida la industria dietética.

Para saber si un alimento es más Yin o más Yang hay que observar su origen, apariencia, composición, mecanismo [¿?] y finalidad. Conociendo y observando este Orden, nos convertimos en nuestros propios médicos, nos hacemos libres y no dependemos del juicio de los demás.

[…]

Para saber que nuestros riñones funcionan adecuadamente hay que observar si hacemos pipí tres a cuatro veces cada 24h y para saber que el estado de nuestro intestino es el adecuado, nuestras deposiciones tiene que ser sin olor (si hay olor hay fermentación), enteras (si se deshacen hay exceso de acidez) y que floten (si se hunden hay exceso de proteínas). Observando y aplicando este Orden, nos hacemos libres y felices [¿?].

(Ahí queda eso)

Los niveles de la dieta macrobiótica

Bien. Más allá de las interpretaciones más o menos personales de quien en España dicen ser expertos en esta filosofía, el grueso de aquellos que estudian y practican un estilo de vida macrobiótico (o “vida prologada” según su etimología ‘Macro’ = grande o largo; y ‘Bio’ = vida) reconocen que la forma de alimentación macrobiótica está jerarquizada en 10 niveles que van desde el -3 al 7, sin pasar por el cero. No he sido capaz de averiguar el porqué de esta curiosa forma de numerar diez niveles. Lo normal, digo yo, hubiera sino numerarlos del 1 al 10 (me pregunto por qué no los numeraron del -4 al 6 o del 592 al 601… solo por decir dos de entre las infinitas posibilidades)

El caso es que partiendo del nivel -3, el de iniciación, y con el objetivo de llegar al séptimo nivel 7 de máxima excelencia, el macrobiótico practicante va a tener que ir adaptando la composición de su dieta en base a las siguientes proporciones de alimentos:

Imagen1

Datos adaptados de Macrobiotic Guide

Tal y como se puede contrastar, la dieta macrobiótica además de basar sus postulados en las características Yin o Yang de los distintos alimentos (atribuciones que realiza sin guardar lógica alguna) es un patrón que tiende claramente al vegetarianismo para acabar siendo una dieta cerealista especialmente restrictiva. Así, las cinco primeras dietas (desde -3 a +2) incluyen alimentos de origen animal pero en una proporción claramente decreciente. A partir de ese punto (en las dietas +3 a +7) se prescinde de los alimentos de procedencia animal, serían por tanto veganas con cantidades crecientes de cereales. De hecho, el último peldaño dietético está compuesto exclusivamente por cereales en grano que además ni tan siquiera pueden cocinarse (si triturarse, pero tampoco demasiado).

Riesgos macrobióticos

Una buena parte de la población que conoce algo del tema macrobiótico suele asociar a este planteamiento oriental una imagen más o menos saludable sin conocer que en realidad, una vez en la autopista macrobiótica, su trayectoria conduce hacia un estilo dietético francamente restrictivo y deficitario en numerosos micronutrientes además de en proteínas, tal y como se puede contrastar con facilidad. Así, los riesgos de llevar una dieta macrobiótica a sus últimos niveles podría aumentar el riesgo con bastante probabilidad de ser deficitarias en proteínas, hierro, calcio, vitaminas A, D, C y B12; y por lo tanto aumentar el riesgo de anemia, escorbuto e hipocalcemia, entre otros. Tal es así que desde el punto de vista epidemiológico la dieta macrobiótica ya cuenta con víctimas mortales. Fallecimientos atribuibles en la mayor parte de los casos a llevar hasta sus últimas consecuencias sus postulados. Pero hay más.

Las múltiples alegaciones y propiedades que hacen descansar en la dieta macrobiótica quienes la promueven (como por ejemplo afirmar en ocasiones con no poca vehemencia que sirve para curar el cáncer) hace al mismo tiempo que aumenten las probabilidades de que determinadas personas abandonen tratamientos verdaderamente efectivos en favor de esta dieta… con su consiguiente riesgo.

Beneficios macrobióticos… y mi opinión

Veamos, prescindir del azúcar o de los alimentos que la incorporan en cantidades importantes como la miel; prescindir al mismo tiempo de alimentos procesados; no pasarse con los alimentos proteicos, en especial con las carnes rojas… hacer un uso más o menos importante de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas); priorizar el consumo de alimentos de temporada y cercanía… son mensajes con los que me he mostrado muy alineado tanto en mi vida profesional como a lo largo de muchos de los artículos de este blog. Son consejos que muchos de mis compañeros dietistas-nutricionistas darían con el fin de seguir un patrón de alimentación saludable. Sin embargo, hay víctimas colaterales (desde el punto de vista alimentario) que no tienen ni pies ni cabeza: ¿por qué se evitan las naranjas, las frutas tropicales, los huevos, etcétera?

Porque son más o menos Yang… o porque son más o menos yin… o vaya usted a saber, se me contestará. Es decir, los criterios sobre los que se construye este patrón dietético no tienen ni pies ni cabeza, no se han demostrado jamás y dudo mucho que se demuestren nunca… Déjame que te ponga un ejemplo práctico de las razones a través de las cuales se promociona este el estilo dietético. El siguiente fragmento está entresacado de uno de los libros que en la actualidad mejor acogida está teniendo en esto de la alimentación de estilo Zen (de clara inspiración macrobiótica), esta obra se llama “Revitalízate” y su autor el médico (sí, con carrera de medicina) es Jorge Pérez-Calvo:

El cereal yin (con alta carga electromagnética atrae la energía celeste yang) y al mismo tiempo su calidad yang con respecto a la tierra hace que también atraiga a la energía terrestre hacia arriba. La energía celeste por vocación llegará hasta la tierra. Así se consigue un completo flujo del chi (energía) por todo el cuerpo. Se universaliza más el pensamiento y asume una visión más holística de la realidad.

Con la carne de polaridad yang, se repele y atrae menos energía celeste. Se focaliza más la mente y se siente más atracción por lo terrestre, lo material y lo concreto. Promueve una mentalidad más materialista y menos empática con el entorno.

Es decir, poesía Zen en estado puro sin lógica alguna. En mi caso particular, si me lo hubieran vendido como que hay una tipificación de los alimentos entre aquellos que favorecen el aumento del nivel de midiclorianos y otros alimento que los disminuyen… con el fin de acercarte más al conocimiento de La Fuerza de La Guerra de las Galaxias (nada que ver con Newtons, kilopondios ni Dinas), ciertamente que un servidor hubiera quedado más complacido.

Imagen2

Ahora en serio; las recomendaciones dietéticas que se postulan desde la macrobiótica pueden ser más o menos recomendables en sus primeras etapas, pero desde luego no por sus extravagantes explicaciones que pertenecen más al terreno de lo esotérico que de la ciencia. Además, en los niveles más avanzados la dieta macrobiótica supone en mi opinión un riesgo para la salud por sus claras carencias nutricionales. Todo ello sin olvidar el riesgo que supone que a alguien con una enfermedad importante se le llene la cabeza de pájaros y termine abandonando un tratamiento efectivo y basado en la evidencia. Y es que, puestos a asumir la existencia de extrañas energías en los alimentos para construir un determinado planteamiento dietético… ¿qué nos impedirá creer en fantasías e ideaciones netamente más peligrosas? ¿cuándo una «locura» pasa de ser solo divertida a ser peligrosa??

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Imagen: digitalart vía freedigitalphotos.net y Alec Guiness caracterizado de Obi-Wan «Ben» Kenobi de http://es.starwars.wikia.com/wiki/Obi-Wan_Kenobi

Las 10 «dietas» de mayor crecimiento en Internet en España en 2013

Stuart Miles vía Freedigitalphotos.net

Stuart Miles vía Freedigitalphotos.net

Comentaba el otro día el habitual Top-five de los peores planteamientos dietéticos para perder peso que la Asociación Británica de Dietética publica periódicamente a finales de año. Al final, en algunos comentarios tanto en Twitter como en este medio se preguntaba a resultas del post si se podría hacer un Top-five similar pero en España. Yo la verdad no me veo capaz… de dejarlo solo en cinco y menos teniendo en cuenta que habría de explicar primero qué criterios he utilizado para ello, para lo cual creo que además me faltarían herramientas, es decir datos objetivos.

En cualquier caso Javier Salas, un periodista con un perfil más que interesante en Twitter (@javisalas) y cofundador de la recomendable web Materia, me hizo llegar este listado referente a las 10 busquedas con mayor crecimento en internet conteniendo la palabra dieta. Es preciso aclarar que no son, o no tienen porqué ser las búsquedas más populares, son las que más han crecido en este último año.

El listado incluye desde búsquedas referidas a dietas milagro a otras búsquedas en las que la palabra dieta no está circunscrita (al menos de forma intrínseca) al tema de las dietas milagro. Veamos cuáles han sido las búsquedas en internet que más han crecido este 2013 conteniendo la palabra dieta, de más a menos:

Primer puesto

Dieta macrobiótica: Un planteamiento dietético que mezcla ciencia (poca) con abundantes sinsentidos (muchos) y basa el modelo de alimentación ideal en el principio de equilibrio ying-yang. Ya adelanto que no soy ningún experto en el conocimiento de este tipo de planteamientos, así que si quieres saber un poco más te sugiero que mires esta entrada de la Wikipedia o que preguntes a Isabel Preysler.

Segundo

Dieta mediterránea: Evidentemente esta es una de esas búsquedas que no está vinculada al seguimiento de una dieta milagro. Tampoco sé muy bien qué tipo de dieta sería esta, ya que a pesar de lo que yo entiendo por dieta mediterránea no todo el mundo lo tiene igual de claro. De hecho lo que yo pienso de la misma tampoco lo tengo muy seguro. Si quieres conocer un poco más de la dieta mediterránea te sugiero que te leas este monográfico por capítulos que publiqué el pasado verano.

Tercero

Dieta del ayuno: Es difícil explicar, por no decir imposible, que es la “dieta del ayuno” ya que hay diversas variantes… ayuno dentro de unas determinadas horas de un día, ayuno a días alternos o seguidos en una misma semana, etcétera. Pero como ves, así, sobre el papel, no suena muy atractivo. Hice un post en su día sobre la dieta de las 8 horas que podría aplicársele.

Cuarto

Dieta de la alcachofa: Aaaaay, esta sí que sí. Esta sí que sí da guerra y mira que es más vieja que mear contra la pared, parece mentira que décadas después de su inicial planteamiento a base de capsulitas y ampollitas, siga dando el mal que da (que no te engañe el título, porque de alcachofas nada de nada). Es más, lo que me llama la atención es precisamente que haya crecido tanto como para estar en este Top-ten. Quizá me quedé corto en su día cuando abordé sus planteamientos en el blog y la tildé de la madre de las dietas milagro (en España, me refiero). En fin, ver para creer.

Quinto

Dieta Del Delfín: En sentido contrario, esta sí que no me extraña que haya crecido tanto como para estar en este listado. Ahora bien, sus planteamientos son de risa (como la de estos salados cetáceos). Sobre sus planteamientos tienes un resumen en esta entrada, aunque te recomiendo que empieces por esta introducción.

Sexto

Dieta Bonn Appétit: Aquí me han pillado (ahora es cuando me ves corriendo a Google a investigar que tipo de dieta es esta). ¡Aaaay sí! ahora que lo veo me acuerdo, el planteamiento adelgazante de Jean-Michel Cohen, el acérrimo y galo enemigo de Dukan. Lo cierto es que no he leído demasiado de este planteamiento, pero de lo que sí me acuerdo es que ponía el acento en dos elementos. El primero en ser un plateamiento dietético más o menos equilibrado (me refiero a la proporción de macronutrientes: grasas, hidratos de carbono y proteínas) y, el segundo, en el disfrute en la mesa de las recetas propuestas. Sin embargo, la primera entradilla que me ha ofrecido el buscados de Google empieza mal o al menos con algo que no me gusta nada: “La dieta Bon Appétit para adelgazar rápido y barato con Jean-Michel Cohen”. Ya ves, promesas de rapidez, seguridad y precio… elementos los dos primeros prohibidos en la publicidad de este tipo de servicios con pretendida finalidad sanitaria. En contraposición, lo mejor de este tema, a mi modo de ver, radica en el no plantear fases, ni periodos de duración de la dieta, sino establecer el modelo dietético como un cambio vitalicio saludable.

Séptimo

Dieta enzima prodigiosa: Que decir ya que no se haya dicho de este despropósito ¿dietético? En fin, te dejo con la entrada que hice al efecto (no dejes de leer las otras que hay de otros autores al final del post)

Octavo

Dieta Thinking: Había oído hablar vagamente del tema, pero no demasiado. Puede tratarse de un abordaje más o menos original y diferente de estas cuestiones del adelgazamiento, centrado al parecer más en especial en las cuestiones psicológicas que nos pueden hacer terminar comiendo mal. Une psicología, el famoso coaching (un poco demodé a estas alturas) ejercicio físico y nutrición. Buenos planteamientos en principio pero tengo que decir esto porque si no reviento: me mosquea que entre tanto equipo del “Método Thinkingno haya ni un solo dietista-nutricionista… un montón de psicólgos, personal trainers, licenciados en derecho y empresariales, un par de médicos, una licenciada en nutrición, pero ni un solo dietista-nutricionista. Lo considero un desacierto y un punto para mejorar. Aparte de estas cuestiones “menores” me molesta mucho la utilización en su web de testimonios “reales o ficticios” para dar credibilidad al método (que además vuelve a ser ilegal), así como al parecer ofrecer una garantía de éxito.

Noveno

Dieta Gourmet: Tampoco la conozco demasiado. Sus planteamientos están recogidos en un libro que no he tenido la oportunidad de contrastar. No obstante sé de boca de su autora, la médico Ana Luzón, que se trata de ofrecer una serie de herramientas para adelgazar alejada de las dietas milagro al uso, poniendo el acento en el disfrute de lo que se come, mientras se hace forma “equilibrada”. Ahora bien, como digo, no puedo decir en base a qué se establece ese equilibrio, ni como se articula.

Décimo

Dieta Smart: Su presencia en este listado es otra de las sorpresas para mí. Conocí el libro “la dieta Smart” en 2012 y por lo que sé ha pasado sin pena ni gloria. Está escrito por la Dra. Reina García Closas y no coincido con sus planteamientos dietéticos. Básicamente altos en proteínas y con una estrategia de dietapor fases” (para mí un error), con listados de alimentos permitidos y prohibidos en cada una de esas fases, con más instrucciones que un sumbarino nuclear (es decir, nada claro y menos para un profano en la materia) y también poniendo el acento en su publicidad sobre su garantía de eficacia. Y me da igual que el libro esté prologado por Walter C. Willett, a mí ni me convence, ni me gusta.

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En resumen, ¿con qué me quedo? pues posiblemente con la mezcla de la parte buena de aquellos planteamientos que no sean, en mi opinión, abiertamente malos. Y aquí hoy ya he dejado buenas pistas.

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