Los gatos no son el plan B de aquellos sin tiempo para un perro #DíadelGato

Hoy es el Día Internacional del Gato, un día creado coincidiendo con el aniversario de la muerte de Socks, el gato de los Clinton, para intentar reivindicar a este animal, que ni es egoísta ni es traicionero, algo de lo que ya os hable el 20 de febrero del año pasado.

El gato tampoco es (o al menos no debería ser) el plan B de aquellos que no tienen suficiente tiempo como para atender a un perro. Y de eso es de lo que quiero hablar hoy desde este blog.

Me he encontrado con relativa frecuencia a gente enamorada de los perros,que han crecido con ellos, que los conocen y es lo que realmente querrían como compañero. Pero los horarios, los viajes, las diferentes situaciones personales o familiares les impiden tener perro. Y entonces se plantean tener gato. Como plan alternativo que requiere menos tiempo y atenciones.

A veces esa relación nacida de un rebote acaba bien. Se trataba de personas amantes de los animales que, cuando abrieron su hogar y su corazón a un gato, se enamoraron de este animal tras abrir los ojos a sus méritos propios.

En otras ocasiones no fue así. No acabaron nunca de entender la idiosincrasia felina, no fueron capaces de superar sus prejuicios o aquello de verle como un sustituto a lo que realmente deseaban.

A priori, aunque haya casos de éxito, plantearse adoptar un gato solo porque no puedo atender al perro es un error.

Si se adopta un gato debe ser porque uno está deseando compartir su vida con este animal, cuyos individuos son tan distintos. Debemos habernos informado previamente de sus necesidades y comportamiento, aunque luego en cada gato pese mucho la personalidad (gatonalidad) de cada cual.

Tienen mucho que ofrecer, son una compañía maravillosa. Pero sumar un miembro a nuestra familia siempre debe ser algo meditado, todos debemos estar de acuerdo y preparados.

Damisela, pese a ser una belleza, lleva dos años intentando encontrar un hogar sin éxito.

Incomprensible. Es joven (tres añitos), cariñosa y tranquila. «Solo busca mimos y brazos en los que ronronear». Se lleva bien con otros gatos.

En la asociación Bastet buscan un hogar definitivo para ella, «Damisela fue rescatada de la calle por un matrimonio de ancianos, que temen o que pasará con ella y sus compañeros felinos cuando fallezcan».

Damisela se encuentra en Murcia pero se envía a cualquier provincia vacunada, con chip, castrada, test y contrato de adopción.

Contacto: www.equipobastet.com/contacto

4 comentarios

  1. Dice ser MiMiga

    Totalmente de acuerdo. Un gato nunca debería ser una «alternativa» a un perro. Hay que informarse muy bien antes, porque convivir con un gato necesariamente también cambia la vida – y la casa.

    Que un gato sea más fácil de mantener que un perro – es otro mito.
    Cierto, no hay que sacarlo a pasear, pero ahí ya termina la «comodidad». Un gato requiere, igual que un perro, que le dediquemos diariamente tiempo para jugar con él, cuidarlo y mimarlo. Además necesita que adecuamos nuestra casa a sus necesidades especie específicas. El «enriquecimiento ambiental» no es opcional, es imprescindible si queremos convivir con un felino feliz – y en algunos países incluso anclado en las leyes de protección y bienestar animal. Muchos de los «comportamientos indeseados» en gatos vienen directamente de no conocer y/o atender a sus necesidades intrínsecas.
    También hay que tener en cuenta, que la relación de los gatos con sus humanos no está basada en una jerarquía, como en el caso de los perros.

    Y por último, para compartir tiempo con un perro, no hace falta que sea el propio. Colaborar con una protectora, p.ej. cómo voluntario paseando a los perros, apadrinar, ser casa de acogida… permite compartir un tiempo con ellos y al mismo tiempo ayudar.

    21 febrero 2017 | 12:57

  2. Dice ser Eva

    A mí me pasó lo que describes, por ganas y por la mala fama de los gatos habría convivido con un perro pero por falta de tiempo y espacio adopté un gatito; me cambió por completo la forma de verlos al segundo día. Cariñoso sin ser empalagoso, inteligente, atento, juguetón, con su propia personalidad… no pararía de contar lo que me encanta de él y lo estupendo que es abrir la puerta y encontrarle esperando a que le haga unos mimos. Imagino que cada uno será diferente y que sí habrá algunos que hagan honor a su mala fama, pero creo que si se les da una oportunidad son unos compañeros maravillosos

    21 febrero 2017 | 20:35

  3. Dice ser ROCIO

    cada día que leo tu blog, no sé si llorar o llorar. Hace casi 6 años, Lola llegó a mi vida. La adoptamos, y con su carita sucia, sus ganas de juego, sus ronroneos constantes, sus mimazos a la hora de dormir buscando las piernas de «mami», me ganó tanto, que me hice vegetariana al mes siguiente. En mi familia no hay 2 hijas, hay 3. Mi marido, no era muy amante de animales en casa, pero fué él quien decidió adoptarla, y fué maravilloso, no hay día que no la mire y la achuche y la quiera (la queramos, porque es una más en la familia). La sorpresa fué éstas navidades, por mi cumpleaños, y ante el amor tan profundo que tengo a todos los animales, mi marido me otorgó una segunda oportunidad de seguir queriendo, a mi Sofi. También adoptada, de una camada que no sabía que iban a hacer con ella, con apenas mes y medio y recién destetada de su madre, para mi, fué como una segunda adopción, tan blanquita, tan pequeña, tan bonita. Hicimos el proceso de acercamiento a Lola con mucho cariño, con cuidado, con mimos extras, repartiéndonos el trabajo entre los 4 para que la mayor no tuviera celos a la pequeña, y ahora son inseparable. Las quiero tanto, que no entiendo todo el daño gratuito con que el ser humano trata a los animales en general. Siempre con respeto a la vida, a la vida humana, y a la vida animal. Gracias por la labor que haces, cómo me gustaría poder hacer más.

    02 marzo 2017 | 21:20

Los comentarios están cerrados.