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Entradas etiquetadas como ‘manipulacion’

La manipulación exagerada de TVE

Por Antoni Pérez

El pirulí, Torrespaña (Archivo).

El pirulí, Torrespaña (Archivo).

TVE es o tendría que ser una televisión plural, que nos representase a todos, que sus contenidos o programas lograran captar la atención de todos. Pero lo cierto es que en estos últimos años se ha convertido en algo grotesco; los programas divulgativos de mañana y tarde son ñoños, dirigidos a una sociedad que está dormida, casposos, con un nivel bajo en lo referente a autocrítica de la sociedad o programas rompedores, de futuro que enganchen a la audiencia.

¿Y qué nos encontramos? Una televisión que se ha convertido en un gran museo que mañana y tarde ofrece películas, ya no de serie B, de serie F o G, en programas que recuperan cachitos de nuestra historia, que teniendo gran valor documental, cansan y duermen al público.

La explicación es la manipulación exagerada del medio, anulando a los profesionales y gestionada por adláteres políticos la han destruido por completo, pasando a ser algo así como el hilo musical de una residencia de ancianos que duerme al personal, sedándolos, o destruyendo cualquier amago de exaltación, no vaya a ser que nos activemos demasiado.

Maquillar la realidad

Por Sheila Aguerri Vázquez

Una cumbre de líderes europeos.

Angela Merkel, Christine Lagarde, Jean-Claude Juncker y Mario Draghi en una cumbre de líderes europeos. (GTRES)

El Diccionario de la Real Academia Española define ‘eufemismo’ como la “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. En los tiempos que corren estamos atravesando, sin darnos cuenta, una crisis lingüística en la que las palabras sirven de escondite a la realidad y se olvidan de la verdadera esencia de la definición propuesta.

Así pues, nos encontramos ante “desaceleraciones transitorias” o “crecimientos negativos de la economía” en lugar de “crisis”, cuya solución, ya que estamos, se consigue mediante “apoyos financieros” y “préstamos favorables”, pero nada de “rescates”.

¿Los “recortes”? ¡Eso no existe! Si acaso son “reformas estructurales necesarias”, lo que por cierto suena hasta poético. La rebaja de los sueldos es una “devaluación competitiva de los salarios”, los desahucios son “procedimientos de ejecución hipotecaria” y las subidas de impuestos son “novedades tributarias”.

No sirve de nada maquillar una realidad a la que ya hemos visto las imperfecciones y, tal y como afirmó en su día el escritor estadounidense Joseph Wood Krutch, “cualquier eufemismo deja de ser un eufemismo después de un tiempo y acaba mostrándose su verdadero significado; es un juego perdido, pero seguimos intentándolo”. Y vaya si seguimos.

Cansados de la corrupción

Por Ángel Villegas Bravo

Además de la indignación, que ya hace mucho tiempo es infinita, qué tremendo cansancio me producen los numerosísimos escándalos de corrupción que se ensartan, uno tras otro, desde hace varios años. Qué vergüenza causan las declaraciones de quienes, ante el hecho de verse afectados por esos casos, acuden a excusas tan zafias como envolverse en la bandera, en la patria y achacar que se hayan sacado a relucir sus vergüenzas a ataques o tramas contra sus partidos, sus gobiernos, su identidad, su idioma.

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Operativo policial contra la corrupción. (EFE)

Que hartazgo ante tanta mendacidad, tanta manipulación, tanto saqueo del dinero público. Y qué impotencia ver cómo todos estos supuestos, o probados, delincuentes escapan indemnes, o casi, de tanto atropello.

Vivir en un país donde los gobernantes mienten impunemente y defienden a esos corruptos, sin que ello tenga consecuencias, es terriblemente desmoralizador, porque se tiene la sensación de estar indefenso ante cualquier tropelía que se le ocurra a cualquiera que tenga en su mano la posibilidad de usar esa impunidad.

Y eso, que por sí solo es una desgracia, se convierte en rabia y vergüenza insoportables cuando se tiene conciencia de que todo ese dinero sustraído es el que falta para la ciudadanía, para sanidad, educación, dependencia, bibliotecas, becas de universidad y tantas otras necesidades de los que pagan esos impuestos que saquean los delincuentes.

¿Y aún se extrañan de la desafección de la ciudadanía hacia las instituciones?

 

Por Maria E. Bolaños

A mí lo que preocupa de verdad es la corrupción institucionalizada. El 3% parece que se ha generalizado en los gobiernos nacionalistas y patriotas. Extraña coincidencia.

Los que más dicen querer a sus patrias, la desangran. ¿Cómo se llama a esto? ¿Es posible que hayan llegado a considerarse por encima del bien y del mal? No puedo pensar en una España del mañana sin que se solucione esta cuestión, sin que se depuren todas las responsabilidades. No veo la diferencia entre unos y otros.

Esta es la única emergencia nacional, todo lo demás son fuegos  artificiales para distraer nuestra atención.Nes

Innecesarios varones

Por Xabier Vila Fernández

En su famosa novela 1984, George Orwell introdujo el concepto de “neolengua”, entendida por él como aquel lenguaje tendenciosamente creado para “solucionar necesidades ideológicas”; es decir, cuya intención es estrictamente política: está orientado a imponer una determinada actitud mental a todo aquel que se vale de sus palabras para expresarse. Lo llamativo es que este autor imaginó semejante tipo de manipulación de la lengua en sociedades totalitarias, por eso debería preocuparnos que, por el contrario, esta esté tan presente en las democracias del siglo XXI.La creación de Adán

El ejemplo que con mayor frecuencia escucho (y leo) en los medios de comunicación y en las aulas universitarias (aunque hay otros muchos), es el empleo deliberado y en exclusividad de la voz varón para aludir a los hombres. Así, se utiliza tanto para referirse a un presunto asesino, como a los muertos en un accidente o a los asistentes a un evento. Y hasta explican los profesores de universidad que “En el siglo XIX los varones trabajaban en las minas, en tanto que las mujeres lo hacían en otras actividades”.

Cualquiera que se moleste en consultar un diccionario de español comprobará que en esta lengua la palabra varón designa a las personas de sexo ―no género― masculino, mientras que su correlativo para mentar al sexo ―no género― femenino es la voz hembra, no la voz mujer. Mujer y hombre son vocablos que denotan no el aspecto biológico de nuestra naturaleza, sino el racional y social. En consecuencia, lo correcto, justo y educado para con quienes nos sentimos hombres además de varones, es que se refieran a nosotros con esa hermosa palabra: hombre, la cual se ajusta más a nuestra identidad y construcción sociales que a nuestra herencia biológica. Lo demás es eso; neolengua.