Cuando los Rolling Stones vendían Rice Krispies

Los Rolling Stones retratados por Philip Towsend, 1963

Los Rolling Stones retratados por Philip Towsend, 1963

Eran todavía unos novatos en 1963. Sólo habían grabado tres singles, tres versiones, y perdían en todas las comparativas: la torpe y fofa Come On (comparen con la original y viciosa de Chuck Berry); el quiero y no puedo I Wanna Be Your Man (a la que ganaba de calle la que cantaba Ringo Starr) y una tercera de Not Fade Away (¿a quién se le ocurre enfrentarse a la voz halitósica y quebrada de Buddy Holly?).

Estaban dando palos de ciego pero eran muy guapos, sabían posar y tenían un agente (más joven que ellos) que había trabajado para los Beatles y creía sabérselas todas en el negocio del packaging pop, Andrew Loog Oldham.

Por orden del manager se uniformaron con trajes tan ridículos como los de los Beatles; modificaron el nombre de la banda (quitaron el apóstrofe de slang negro de The Rollin’ Stones y lo escribieron con todas las letras, The Rolling Stones); expulsaron de la alineación titular del grupo al pianista fundador Ian Stewart, que no cumplía el molde de delgado y greñudo, y empezaron a poner cara de malotes en las fotos.

Andrew Loog Oldham y su 'producto'

Andrew Loog Oldham y su 'producto'

Obsesionado con presentar al quinteto como alternativa a los Beatles -obsesión que asumía implícitamente la condición de segundones-, Oldham difundió eslóganes que pretendían vender a su grupo como una pandilla de canallas incorrectos: «¿Dejaría que su hija se casase con un Rolling Stone?», «El grupo que no hace música, hace sexo»…

La historia es bien conocida: tardaron (hasta 1965 no grabaron un buen disco, Out of Our Heads), pero lo consiguieron; creyeron tanto en su imagen de marca que mutaron en proyección de un ideal -ficticio: eran niños pijos de escuelas de arte, pero pasaban por ser más curritos que los Beatles, verdaderos proletarios del pop británico-; se codearon con la izquierda exquisita, el satanismo y los círculos arty; grabaron obras anárquicas y excelentes, entre ellos las piezas cumbre del rock sucio, Sticky Fingers (1971) y Exile on Main St. (1972); inauguraron el rock-estadio; se convirtieron en tópicos sólo por estar vivos y (según parece) seguir haciendo rock…

Poco hay de oculto en la carrera de los Rolling Stones. ¿Por qué los traigo a Top Secret, la sección del blog dedicada a páginas poco conocidas de la historia cultural?

Lean esta letra:

Te levantas por la mañana y hay un chasquido en el lugar
Te levantas por la mañana y hay un crepitar en tu cara
Te levantas por la mañana y hay un estallido que dice:
«Rice Krispies para ti y para ti y para ti»

Echa la leche y oye el chasquido que dice: «Es bueno»
Echa la leche y oye el crepitar de ese arroz
Levántate y oye el estalldo que dice: «Es arroz»
Oye como crujen. ¡Rice Krispies!

Finales de 1963, el grupo más perverso y sensual del Reino Unido compone -en concreto el querubín turbio Brian Jones- graba, y cobra de la compañía Kellogg, un jingle publicitario para Rice Krispies, el arroz inflado que hace snap, crackle and pop.

Ánxel Grove

1 comentario

  1. Dice ser Jose luis

    Una vez más los archisabidos tópicos: hablar de Rolling Stones significa mencionar necesariamente a Beatles aunque no venga a cuento, y hacerlo de forma despectiva hacia los primeros. Sólo entraré en ese juego para situar un artículo perverso en sí mismo:
    I wanna be your man fue una composición de Lennon/McCartney en principio porque interesaba a ambas partes hacerlo así: los Stones manejaban un tema del grupo de moda, y los Beatles adquirían madurez componiendo para otros; la primera versión es la del quinteto de «pijos» y le gusta tanto a los cuatro «proletarios» que deciden grabarla e incluirla en su primer lp (o segundo, no recuerdo): algo sabrán de música Lennon y compañía. Todos coincidirán desde entonces que el sonido sucio de la versión stoniana supera con creces a la simplona de Ringo. ¿Todos? No, todavía hay alguien, Anxel, que se resiste a admitir que en ocasiones los Rolling Stones eran geniales dentro de la relativa sencillez de sus esquemas musicales…
    Decir que Out of our heads es su primer lp bueno, es olvidar que toda música hay que contextualizarla, y que The Rolling Stones (su primer disco) estuvo 21 semanas en el número 1 inglés, lo que se entiende porque es un disco que revitaliza e impulsa el rock, haciendo una labor impecable de reinvidicación de músicos negros, en un momento en que la discriminación y el racismo era moneda de cambio. Pero es que The Rolling Stones II supera el anterior, y es por la época de su lanzamiento cuando los Stones comienzan a sacar una serie de sencillos que son los que los consolidarán, no como segundones, sino como una entidad musical de referencia del nivel de Beatles, aunque con menos ventas.
    Mucho se habla de la influencia de los de Liverpool en los Stones: sería interesante, novedoso y arriesgado para el status, analizar la inversa, que la hay y bastante (al final de los sesenta a Lennon le gustaba más estar con sus amigos de Londres que con sus compañeros del alma).

    15 noviembre 2011 | 08:39

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