Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Archivo de noviembre, 2013

Una serie basada en ‘Ghost’

 

Sí, es cierto. No es ninguna broma. Según informa Deadline, Paramount ha encargado una serie de la mítica Ghost, dentro de su estrategia por adaptar todas las películas de su propiedad y relanzar así su cadena de televisión, Paramount TV. La idea, para la que se ha escogido a Ghost como avanzadilla, pasa por transformar sus filmes míticos en varios capítulos para una ficción. Aunque eso suponga profanar la memoria de sus largometrajes.

ghostEste nuevo despropósito, un síntoma más de la crisis de ideas que se están viviendo en Estados Unidos a la hora de hacer series, contará con responsables de calidad. Los encargados de escribir el piloto serán Akiva Goldsman (ganador del Oscar al mejor guión adaptado por Una mente maravillosa) y Jeff Pinkner (Alias, Fringe y Lost); es decir, se está eligiendo a gente con bagaje para intentar lanzar algo decente. Aunque me temo que lo único que les ha ocurrido es que les ha caído un marrón (de arcilla) como una casa de grande.

Lo que se desconoce por el momento es quiénes tendrán el papelón de encarnar a los protagonistas. Pero parece poco probable que actores consolidados se atrevan con tal empresa. Los cheques pueden ejercer de acicate, claro. Tampoco sabemos nada de la escena del jarrón.

Ghost es el filme romántico por excelencia. La relación entre una chica (Demi Moore) y el fantasma de su novio (el desaparecido Patrick Swyaze) tras la muerte de este fue un exitazo de taquilla sin precedentes en 1990, año de su estreno, ya que recaudó 500 millones. En los Oscar también salió bien parada, con estatuillas para Bruce Joel Rubin al mejor guión original y para Whoopi Goldberg como mejor actriz secundaria.

Con esta ‘novedad’, el año que viene nos vamos a encontrar con varias series adaptadas de películas, caso de Fargo, con spin-offs de ficciones por capítulos, como el ya anunciado de Cómo conocí a vuestra madre, y con ‘lázaros’ seriéfilos, con el ejemplo de Se ha escrito un crimen. Es decir, que a este paso a la industria televisiva de EEUU le va a pasar lo mismo que a la musical: le tocará vivir de la recopilación y de lo facilón con el único propósito de hacer dinero. Nada que sorprenda, por otro lado.

No sé qué opinaréis los que seáis más fans de Ghost; esos que pertenecéis al grupo que la ve las 325345435326325 veces al año que la suelen poner en la tele. A mí me parece un disparate. Las tramas originales parecen defenestradas en favor de resucitar muertos. Y nunca mejor dicho.

El fracaso de los Peaky Blinders de Cillian Murphy

Existen determinados asuntos a los que calificamos de éxito solo con leer o escuchar las características que atesoran. Vaticinar un supuesto acierto es un vicio que todos tenemos, aunque en los tiempos que vivimos tengamos más posibilidades que nunca de equivocarnos. Las series, como debe ser, no son una excepción. No es la primera vez que prevemos que una o varias van a triunfar para que luego resulten un fracaso. A mí ya me había pasado en esta temporada con The Blacklist. Y ahora, otra vez.

Peaky4

Las particularidades de mi nueva decepción eran muy prometedoras; confluían una cadena que solo emite maravillas, como la BBC; uno de mis actores preferidos (y creo que de muchos), que no es otro que Cillian Murphy (Origen, Batman Begins Red Lights); y un argumento basado en mi temática de referencia, la mafia y los gánsters (la RAE insta a escribirlo así); y encima, ambientada en el Reino Unido de los años 20. Eso es, a grandes rasgos, Peaky Blinders. Una de esas británicas que apuntaba a maravilla. Hasta que la he visto y me he cerciorado de que no se merece tal calificativo.

Peaky5

La historia sobre una modesta familia de mafiosos a la que teme toda la ciudad que se dedica a las apuestas ilegales y a recolectar dinero por ‘protección’ llama la atención de cualquiera. Si además, le añades una historia paralela, como contar los estragos que han causado en los personajes la I Guerra Mundial, pues le sumas una carga dramática que te permite varias formar de narrar. Una miríada de aparentes virtudes que deberían formar un mecanismo perfecto de entretenimiento y buena ficción. Pero ni por esas.

Peaky6

Para el que le interesa más la historia para decidirse o no, la serie va sobre esta familia de mafiosos que tiene planes para hacerse con el control de las carreras de caballos que controlan otros gánsters. Un robo equivocado lo cambiará todo: sin querer, se hacen con varias cajas que contienen armas muy potentes y cuya desaparición hace saltar las alarmas en el Gobierno británico. Todo por el miedo a que el IRA se haga con ellas.

La matriarca de los Shelby, Polly (Helen McCrory, Harry Potter), le pide al líder, Tommy (Cillian Murphy), que se deshaga de ellas. Algo a lo que él se niega, ya que quiere obtener réditos de este latrocinio involuntario. Será entonces cuando aparezca el inspector Campbell (Sam Neill, Parque Jurásico), un policía que ha tenido éxito en su lucha contra los terroristas en Belfast, y al que un jovencísimo Winston Churchill encargará la misión de recuperar las armas. Aunque para hallarlas tenga que usar métodos poco ortodoxos.

El porqué del fracaso

Peaky Blinders empieza bien. En los dos primeros episodios los Shelby ponen las cartas sobre la mesa, algo que se agradece, y la interpretación de los actores es sublime. No se le puede pedir más. A partir del tercer capítulo es cuando empieza a flojear. Los gánsters son demasiado amables. Su lentitud no es soportable: es excesiva. Las tramas avanzan a duras penas y aparecen otras que, aunque podrían encajar, de primeras te dejan la sensación de haber entrado con calzador. Y así hasta su final de temporada.Peaky1

Escudarse en una argumento atractivo y en contar con gente de la talla de Sam Neill, Helen McRory o Annabelle Wallis (Los Tudor) no vale si tu serie es un peñazo. Es como tener la plantilla del Barça y acabar último. Y es que muchas estrellas juntas no siempre se traducen en un producto fastuoso (algo de lo que sabe mucho Florentino Pérez, por acabar con la referencias futboleras).

Peaky2Peaky Blinders es oficiosamente el fracaso más exitoso de la temporada británica. Su creador, el prolífico Steven Knight, ha logrado crear dos personajes casi perfectos (los de Tommy Shelby y el inspector Campbell), mientras el resto da la talla. Pero se la ha pegado con el ritmo que ha imprimido a las tramas y con éstas en sí. Sencillamente, no atrapa.

La banda sonora es otro aspecto que me ralla la maldita cabeza. Incorporar de fondo canciones de Jack White (ya sea en solitario, The White Stripes o The Raconteurs) y música de un estilo similar me parecería genial en otro tipo de serie. Incluso sería un punto a favor. El problema es cuando lo haces en una serie ambientada en los años 20. A mí me chirría. Llamadme purista, pero creo que no pega. No todo es malo, claro.Peaky3

A favor de Peaky Blinders: que su temporada sea de seis episodios, las ya mencionadas interpretaciones y la idea. En contra tiene lo demás. No engancha, es soporífera y algunas historias no casan con el argumento principal. Le sobran las excesivas tribulaciones de algunos personajes, como el repetitivo trauma de Tommy Shelby con la guerra que le lleva a ser un adicto a las drogas; y le falta más acción, frescura y ritmo; e incluso más “mafia”, es decir, asesinatos, enfrentamientos, extorsión y menos amabilidad por parte de los chicos malos. Porque los gánsters son de todo menos indulgentes.

Si os gustan Cillian Murphy y Sam Neill, deberíais verla. Pero os vais a aburrir.

El entretenimiento absurdo de Sleepy Hollow

Soy de esa generación que alquilaba películas para verlas en casa. Pero no de cualquier manera: eran cintas EN VHS que sacaba DE UN VIDEOCLUB. Eso que para chavales a los que solo saco cuatro años resulta extrañísimo y completamente vintage; tanto que te llaman viejo si has tenido walkman o discman. Una de las que arrendé fue Sleepy Hollow. Esto fue por el año 2000, ya que la estrenaron en 1999. Me dijeron que era una película de terror, lo que me habría disuadido al instante de verla dado mi historial miedoso. Pero Tim Burton ya era más que un simple director para mí, por lo que sabía que no podía ser así. Sleep2

Y resultó todo lo contrario: me partí de la risa. Cada vez que el jinete sin cabeza cortaba una ídem, sin el espectáculo correspondiente de sangre gracias a la alta temperatura de su espada, yo casi me tiraba por el suelo. Luego estaba Johnny Depp en su papel de hipocondríaco y miedoso Ichabod Crane, que también me hacía bastante gracia. La película era el paradigma de lo que debe ser un filme de entretenimiento, en definitiva. La duda estaba en si la pseudoadaptación del cuento de Washington Irving a la televisión iba a ser tan entretenida como en el cine. Y lo es, pero no a ese nivel. Pero es bastante meritorio, ya que su argumento es totalmente absurdo.

Sleep4La serie de Sleepy Hollow que emite Fox está ambientada en la actualidad, con el fondo del mismo pueblo estadounidense en el que convivieron supuestos entes que solo aparecen en los cuentos o en las historias para no dormir. Un lugar en el que parece reinar la paz tras siglos viviendo entre leyendas… Hasta que aparece de nuevo el ‘jinete sin cabeza’ haciendo de las suyas. A la vez que él, también ‘resucita’ Ichabod Crane (Tom Mison), un antiguo profesor de Historia en Oxford que luchó en la Guerra de la Independencia junto a George Washington y que fue el encargado de liquidar al malo de la serie. Aunque ello le costase su vida y separarse del amor de su vida, Katrina Cane (Katia Winter).

Al despertarse tras más de 200 años desaparecido se encuentra el percal de otro mundo, en el que se bromea con que hay dos Starbucks por calle o donde hay una especie de carruajes con unas ventanas que suben y bajan. Y cuando se entera de que su peor enemigo anda montando de nuevo a su caballo, buscará la forma de detenerle. Para ello contará con la ayuda de la teniente Abbie Mills (Nicole Beharie), una joven policía que cuando era una niña aseguró haber visto seres extraños un día que paseaba junto a su hermana por un bosque. Algo que les valió que les colgasen el sambenito de ‘locas’ oficiales en el pueblo. Quizá por eso, porque a él también le consideran un chiflado, decide ayudarle tras decidir que es cierto que sus ojos han visto a un tipo de uniforme que no tiene cabeza dando rienda suelta a su habilidad con el hacha.Sleep1

De ahí parte este despropósito divertido, que no se queda en el villano que todos asociamos a la trama. Se tocan otros palos de lo paranormal o mitológico, tales como las brujas que emplean magia negra o los seres con los que se atemorizaba a los niños si no se portaban bien o no se metían en la cama a su hora. Es decir, que Crane y Mills han de lidiar con todo tipo de monstruos que en la serie sí existen. Y todos ellos resultan incomprensiblemente entretenidos.

Sleep5Bien, ¿qué es Sleepy Hollow? Es una amalgama entre Embrujadas, Fringe o Supernatural que obvia la historia original, ofreciendo así un producto donde la coherencia histórica o la realidad plausible no están invitados a su fiesta. Los dislates y los argumentos rebuscados, a la vez que metidos con calzador, marcan todas las tramas. Lo mejor que tiene es esto: va de cara. Desde el principio te deja claro que no pretende ir de trascendente; y menos aún busca que te creas que existen en realidad todos esos malvados de cuento con los que han de tratar los personajes.

Sleepy Hollow está bien si no tienes nada más que hacer. Aunque, con la cantidad de buenas series que hay, cabe preguntarse si es necesario gastar tiempo en algo tan fútil. Yo personalmente no me voy a quedar con ella porque no me aporta nada; y eso que la teniente Mills es un incentivo para continuar viéndola. Ni aunque John Noble aparezca (aunque me encantaría volver a disfrutarle en un papel).  Pero para aquellos que no encuentren nada a su gusto en la vasta oferta de la actualidad, esta puede ser una de las opciones. Su objetivo lo cumple: entretener desde el paroxismo de la tontería que suponen sus guiones. A vuestro juicio queda.

Los juguetes de los poderosos en Hijos del Tercer Reich

La segunda guerra mundial es uno de los episodios históricos preferidos para aquellos que se dedican a la ficción. No manejo cifras de cuántas películas y series se han hecho sobre el tema, pero sí sé que varias de ellas han pasado a sus respectivos olimpos. En la televisión, la reinvención vino de la mano de Hermanos de Sangre (o Band of Brothers, para los puristas). Una miniserie que se convirtió en imprescindible por su calidad, sus grandes guiones cargados de historias humanas con las que identificarse, y el acierto a la hora del casting y las localizaciones. Hijo1

En Hermanos de Sangre (y en The Pacific, la más reciente, pero más limitada que su predecesora) se planteaba todo desde una visión épica: la de liberar al mundo del yugo que pretendían imponer los nazis y los aliados de Hitler. La guerra necesaria contada desde una perspectiva heroica de lograr que el mundo fuese mejor. Aunque hubiese que cargarse a todo el que hiciese falta. Y la verdad es que a todos los que la vimos nos encantó, sin pararnos a pensar si existía otro enfoque. La de los vencidos, por ejemplo.

Hijo3Hasta que ha llegado Hijos del Tercer Reich a desmontar todos los tópicos sobre la guerra a la vez que a mostrarnos que existió otro tipo de experiencias, las de los que creían pelear por el nazismo, para un grupo que tomó parte en la contienda: la de una lucha innecesaria, a la que vas engañado para luego descubrir que estás preso por tus propios superiores. En la que te das cuenta de que eres un simple peón que los poderosos usan para sus peleas del ‘yo la tengo más grande’. Donde ya luchas por tu propia supervivencia y para evitar las represalias que traería una derrota.

En Hijos del Tercer Reich (Unsere Mütter, Unsere Väter es su título original en alemán) se aborda el nazismo desde las experiencias de cinco amigos que van a verse envueltos en la guerra de su führer de maneras muy distintas. Dos de ellos son soldados que intentarán derrocar a Stalin en su camino hacia Rusia, una es enfermera que quiere servir a su país curando a sus valientes compatriotas que dan la vida por Alemania, otra perseguirá su sueño de ser cantante relacionándose con jefazos nazis, y el último es un judío que de repente se encuentra con que ya no es un alemán para el resto simplemente por sus creencias.Hijo4

Se separan convencidos de que pasarán la próxima Navidad juntos, ya que la propaganda les asegura que la guerra está prácticamente terminada. Pero descubren de la forma más cruda posible que eso no será así. Que todo era una mentira y que la lucha no ha acabado, sino que está acabando con ellos y con su país. Y de repente, se encuentran sumidos en una espiral de la búsqueda por una vida que les está siendo arrebatada por los caprichos totalitarios de sus gobernantes.

La miniserie de tres capítulos de hora y media de duración cada uno es el fiel reflejo de la ingenuidad y la mentira en la que vivían millones de alemanes durante los años en los que Hitler ostentó el poder. De gente que creía luchar por su país cuando no era consciente de los crímenes que sus gobernantes estaban cometiendo en todo el mundo y contra varios sectores de su propia población, como los judíos y los gitanos. Una época en la que se tenía la convicción de que había que delatar a todo aquel que estaba perseguido para ser leal a la patria; aunque luego se darán cuenta de que eso solo hace que seas una mala persona. Todo acompañado de una banda sonora espectacular y totalmente desgarradora.

Hijo2

Esto le ha costado críticas tales como que humaniza el nazismo a la vez que la acusan de falta de rigor histórico. Sobre la segunda no me pronuncio porque no soy historiador; en cuanto a la primera, no creo que sea así. Que relate cómo muchos alemanes vivieron engañados gracias a la efectividad de la propaganda de Goebbels, personalizando especialmente en tres de los protagonistas, dado que una solo piensa en sus aspiraciones y el otro es una víctima que sabe qué está pasando, es mostrar la ignorancia que padecía la sociedad alemana. Y es que antes no se podía cotejar con lo que se decía en otros lugares del mundo. No era tan fácil obtener otro tipo de información en la Alemania de aquellos que no fuese la que querían los nazis que se conociese. Un lastre cultural del que en España somos expertos tras 40 años de dictadura.

Hijo5

Lo más lacerante en Hijos del Tercer Reich son las frases de los personajes, que describen a la perfección el despropósito en el que se han metido. “Los auténticos vencedores de esta guerra son las moscas. Las alimentamos con nuestra carne”, dice uno de los protagonistas, cuando se da cuenta de que son simples juguetes que colman las aspiraciones totalitarias de sus jefes. Los mismos que les ordenan jugarse la vida por una oficina minúscula que está en ruinas, a la que intentan acceder 20 hombres y solo llegan dos; y en la que, cuando son capaces de tomarla, se dan cuenta de que ninguno de los instrumentos que necesitan funcionan. “Por esto”, dice uno de los soldados preso de la ira mientras solloza.

Y es que la guerra no es algo épico ni necesario para el mundo, digan lo que digan. Es un ejercicio de resistencia a la muerte; y en la que en un momento determinado solo importa uno mismo. “¿Cómo se sobrevive?”, pregunta un soldado a otro más veterano. “Esperas a que disparen al de al lado”, responde éste. Un aforismo cruel y draconiano que forma parte de la realidad nos guste o no.

Hijo6Pero también nos enseña que una guerra puede ser la mayor escuela de compañerismo y empatía que existe. En Hermanos de Sangre ya se nos daba esta lección; aquí se lleva más allá. “Primero es por tu patria, luego es por tus compañeros”, llegan a decir. Aquí buscan sobrevivir, es cierto; pero no es menos verdad que se intenta que todos lo hagan. Porque los tiros te los van a pegar a ti. A nadie más. Una soledad con la que no cuentas y a la que acudes con ambición por un objetivo que crees legítimo.

En definitiva, Hijos del Tercer Reich es una serie que sirve para demostrar que nacionalismo y chauvinismo son dos tonterías que los de arriba emplean para manipular a los que estamos abajo con el objetivo de que nos la juguemos en sus guerras. Haya rifles de por medio o no. Y es que nadie elige donde nace. ¿Luchar por tu país? ¿Acaso lo hará esa nación por ti? ¿Qué te han hecho los soldados del llamado bando enemigo o gentes del país a masacrar? Nada. Pero al que tiene el poder le interesa tener más. Y por eso tienes que matarte tú.

Comedias para un puente sin horarios: Brooklyn Nine-nine y The Wrong Mans

Tras el desajuste biológico provocado por una noche de Halloween que hizo estragos entre estómagos y horarios habituales, lo que lleva al descontrol absoluto de un día que puedes dar prácticamente por perdido, permanecer en casa es casi una obligación. Y si eres de los valientes que han empalmado la noche del jueves con esta anterior del viernes no te queda otra opción que no salir de la cama o de trasladarte al sofá y no moverte más en todo el día. Wrong1

Y qué mejor para esta jornada post desenfreno que una serie (o más) con las que no tengas que pensar mucho y que, además, puede que te hagan reír. A mí hay dos que  me han funcionado en esas mañanas o tardes en las que no me apetece hacer nada de nada. Se trata de Brooklyn 99, que es la absurda, y The Wrong Mans, más inteligente y compleja.

Empecemos por la segunda, que nos pilla más cerca por ser británica. Esta disparatada comedia de BBC lleva a la televisión una historia basada en todo lo contrario a esa frase que dice “estar en el momento adecuado en el lugar adecuado”. Y es que aquí los dos protagonistas, Sam (Mathew Baynton) y Phil (James Corden), uno que trabaja para un ayuntamiento y otro que es uno de los conserjes del edificio, se encuentran de repente implicados en un asunto turbio en el que están implicados los servicios secretos, la policía o mafias de distinta procedencia.

Wrong2Todo esto les ocurre después de que uno de ellos se encuentre un teléfono tirado en la carretera y responda a una llamada, donde una voz le avisa que debe pagar una cantidad de dinero determinada para evitar la muerte de una mujer que está secuestrada. Y en lugar de apartarse y entregar el móvil a las autoridades, los muy inconscientes optan por hacer caso a las advertencias que no van dirigidas a ellos y ya se meten hasta el cuello en unas tramas donde los asesinatos y las traiciones son constantes.

The Wrong Mans es un no parar de dislates con los que no puedes dejar de reír por la mala suerte que tienen los dos protagonistas a la hora de meterse en líos. Problemas que no buscan y que van enlazando para su desgracia, poniendo siempre en juego su propia integridad. Por ejemplo, cuando rescatan a una persona y esta misma les acuse de asesinato teniendo pruebas que les implican en este. Situaciones desternillantes causadas por el drama de dos individuos naif a los que persigue la mala suerte. Y lo mejor de todo: un argumento novedoso. Hay que verla.

La comedia de Andy Samberg

Brooklyn Nine-nine, emitida por Fox, va sobre una estación de policía de Nueva York (como el nombre indica) en la que abundan los agentes peculiares. La historia es la típica: lidian con casos de asesinatos, robos o secuestros, como en todos los distritos de la ciudad. La cuestión es que los policías hacen competiciones para ver quién detiene más o se pisotean los unos a otros para resolver casos. También están los que tienen miedo a las armas o llevan años sin resolver casos por pura pereza. «La ley, pero sin orden», como dice uno de sus lemas. Brook2

La serie está protagonizada por Andy Samberg, muy conocido en Estados Unidos e Internet por ser uno de los habituales de Saturday Night Live e intérprete de temas tan virales e hilarantes como I just had sex o Jizz in my pants con The Lonely Island, banda surgida del mismo programa. El resto del elenco lo conforman actores de la pequeña pantalla bastante conocidos, como Andre Braugher, Stephanie Beatriz, Terry Crews o Melissa Fumero.

Brook1Brooklyn Nine-nine es muy tonta. No gusta a muchos porque su humor es típico, aunque resultón. Tampoco abusa de los chistes sexuales o negros, sino que vive de las situaciones y los reproches que se dan entre sus personajes. Pero a mí me gusta. Simplemente porque me hace reír y es entretenida a la vez que frívola.

Que la protagonice Samberg tiene una ventaja y un inconveniente. La primera es el tirón que tiene este actor para atraer a un gran sector del público. La segunda es que no son pocos los que no le soportan y no le pueden ni ver porque no sabe hacer otra cosa que el payaso. Aquí repite ese papel de ir de gracioso, triunfador y líder. Y le sienta perfectamente. A mí al menos me parece gracioso, al contrario de lo que me pasa con Stephen Merchant, a colación de la otra vez que hablé sobre comedias. Es absurda, pero al menos va de cara y no intenta ir de profunda.