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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Unas cuantos vídeos para que te lances a correr (o reniegues de ello para siempre)

Imágenes. Vídeos y más vídeos. La red está llena de imágenes en las que se muestra todo el esplendor del deporte. Siempre he afirmado que correr, aunque parece épico, tiene bastante poca enjundia literaria. Para nosotros puede parecer tremendamente emotiva una descripción de los sufrimientos de una carrera, un entrenamiento o la superación personal permanente. Pero la trama siempre es sufrir y llegar o no llegar. Esto será objeto de bronca para otro día.

Hoy vamos a por algunos ejemplos bonitos, emocionantes o diferentes. Recopilemos material para esas tardes en las que no hay absolutamente nada en la televisión. Para eso está internet, donde además escoges tú lo que te apetece ver.

Reserva bebida y comida para atrincherarte. Pincha el HDMI en la televisión más grande que tengas. Hay un poco de todo. No todo va a ser la preciosista épica del Ultra Trail du Mont Blanc y sus combinaciones de paisaje, música y cansancio. Que también podría ser.

Una típica.

El Espíritu de la Maratón. Es un largo documental donde varias personas van hablando sobre la motivación y cómo afrontan los 42km195m de la prueba de Chicago. Muy americano, muy bien contado, muy en inglés. Ya sabes que es lo que toca en tus ratos libres. Idiomas.

 

Y todo esto, ¿de dónde viene?

¿Por qué tanto maratón? ¿Por qué tanta pasión con esos kilómetros cuando podían ser la mitad… o el doble? En el documental «La Odisea del Corredor de Fondo» (2 partes) que emitió rtve hace tiempo se repasa más sobre los orígenes y la esencia de correr más lejos y más deprisa que los demás. Ver para … correr

 

Una de hacer cosas casi imposibles.

Una vuelta de tuerca. La montaña. Gran Trail de Peñalara cobijó en 2012 un excelente trabajo de REC Mountain. Sirvió como cabecera a la prueba y, en 10 minutos, se saldan todas las cuentas con el concepto «correr durante muchos kilómetros por los entornos más duros».

 

Una de aventura exótica. 

Ni es saludable ni es recomendable por aquello de los límites racionales del deporte. Pero la Yukon Arctic Ultra es una prueba que discurre por unos de los últimos lugares vírgenes. Y han editado una hora de reportaje para que unos babeen y otros se mesen los cabellos. El impagable aventurero y deportista de grandes distancias Ser13gio me puso sobre la pista de este vídeo.

¿Todavía te quedan ganas de empezar a correr?

Pero ¡dónde vas! ¡Espera!

Un mes para el RNR Madrid Maratón

Mañana es 28. En breve nos cambiarán la hora. En nada estaréis poniendo las piernas a broncear.Y, antes de que os déis cuenta, estará Madrid cortada con miles de locos corriendo por el asfalto.

Y nosotros sumaremos uno más. Seremos un dorsal más en la salida masiva y esperamos contaros todo desde la misma experiencia de este nuevo aire que tiene el clásico maratón madrileño.

¿Piensas correr?

Nosotros sí. O correr y corretear. Corretear es un límite indeterminado y difuso y se parece mucho a caminar. Qué mas da. Nos dan seis horas.

Supongamos que tú ya tienes un plan y unas velocidades determinadas. ¡Ánimo con ese último mes! No te daremos aquí más indicaciones porque los experimentos, a última hora, ni con gaseosa.

Si estás preparado para la batalla con el objetivo único de llegar a meta, ten en cuenta siempre la prudencia por bandera. El calor aparecerá de golpe en un par de semanas. Cuenta con ello. Héroes son quienes recorren 40 kilómetros perseguidos por la guerra o el hambre. Asegúrate que disfrutarás y sufrirás lo mínimo. Así que deja, por favor, las heroicidades para otro momento. ¿Qué entrenar en este mes? Prometemos dar alguna pista. ¿Has probado a meterle el diente al plan que proponemos en esta entrada?

¿Saldrás a animar a las calles?

La organización ha editado un seguimiento en transporte público. También puedes ponerte en contacto con ellos para ser voluntario. O meter ruido si pasan por tu zona. Sería cuestión de preguntar si la policía local te multaría o no en caso de que quieras ser más atrevido pero.. ¿por qué no bajas unas mesas de tijera y montas un puesto de bulla y avituallamiento informal? Quizá los corredores más rápidos no paren pero si avisas con tiempo y prometes jamón y cerveza, ¡ahí estaremos!

¿Huirás de la ciudad?

¿En serio tienes mejor plan? ¿Y no podrías postponerlo?

¿Ha previsto Madrid2020 celebrar el maratón?

Me vuelvo loco pero no encuentro el recorrido. En 2016 la propuesta era homicida pero, al menos, existía. Llevo dos días rastreando la Web de la candidatura. El video del MasterPlan. Nada. No hay referencias.

¿Dónde está el recorrido diseñado para las pruebas de ruta del atletismo?

Marcha (10, 20 o 50km) y el evento que (quizá) más simbolismo tiene en los eventos del atletismo, el maratón, están perdidos en la candidatura. En las últimas ediciones se ha optado por recorridos parciales a los que se han dado varias vueltas. Londres había modificado la tradicional y multitudinaria prueba para dar unas cuantas vueltas. Pero Londres tiene un maratón con más de 40.000 participantes y la parte corredora de la ciudad estaba pendiente de cómo sería la carrera. Pekín diseñó un recorrido-escaparate desde la plaza de Tiananmen y el estadio olímpico. Pero Pekín tenía un motivo de exhibición al mundo. Berlín o Barcelona, en sus respectivos campeonatos continentales de atletismo, optaron por un bucle accesible para el público y los medios. Una solución más europea.

Pero, ¿qué tiene preparado Madrid?

Yo es que no veo nada. ¿Qué presentarán para correr en un clima casi venusiano? Julio y Agosto regalarán a los supercorredores temperaturas de casi 40ºC y una contaminación sencillamente ingobernable.

Como precedente está el dossier presentado en la candidatura de 2016. ¿Alguien recuerda este mapa en la vieja candidatura?

Corredor madrileño. ¿Qué te parece?

Párate un momento a pensar. A una hora intempestiva de verano para que no haya temperaturas extremas. Avenida de Arcentales, Cementerio de la Almudena, Alcalá, Ventas, Menéndez Pelayo, Atocha y las rondas. Seguimos para línea. Terminar el bucle hacia arriba con Bailén, Princesa, los bulevares y de Colón hacia el centro.

Para bingo. Para regresar en dirección al Estadio de la Peineta. Con que haya solo uno de los miembros del comité evaluador que tenga un pasado maratoniano, estamos jodidos.

¿Qué recorrido ‘dibujarías’ para que el maratón tuviera brillo y condiciones apetecibles?

Juega a ser miembro del Comité Organizador. Que es sábado.

Milán – Barcelona (1895)

Hace unos meses encontré en las estanterías de ese bloguero y periodista llamado Andy Milroy una referencia traducida de la prensa italiana histórica. Marco Della Croce escribía sobre varios tipos que compitieron en una carrera pedestre durante más de mil kilómetros entre Milán y Barcelona. 

A pie. Es necesario insistir.

Diez etapas totalizando el millar de kilómetros. Delante el italiano Carlo Airoldi, un musculoso y completo ‘sportsman’ que lo mismo boxeaba que pedaleaba que corría a pie. Tal fue la ventaja que acumulaba a la entrada a la ciudad de Barcelona que pudo tomarse un segundo al escuchar las noticias sobre el segundo clasificado. No eran buenas.

Era la última etapa, de un centenar de kilómetros como cada una de las demás. Habían partido de Figueras, según los registros de la época. De Figueras a Barcelona. Plantéatelo por un segundo.

Curiosamente, Carlo Airoldi fue rechazado como eligible por el príncipe Constantino de Grecia en 1896 y no pudo participar en los primeros Juegos de la Era Moderna. En Atenas el príncipe griego estimó que no cumplía con los valores olímpicos de amateurismo ya que recibió un premio en metálico de dos mil pesetas de 1895.

Dos mi pesetas por correr mil kilómetros. Magra profesionalización, ¿no creéis?

El sol estaba pegando de lo lindo y la entrada por los arrabales de Barcelona se hacía por tapias desconchadas, por el norte, por el camino (aún) ruinoso que comunicaba la España de Cánovas con la Francia en que los hermanos Lumiére habían estrenado la proyección de la luz y la imagen sobre una pantalla.

El italiano, cuya historia será contada por Manuel Sgarella en 2005, se sabe vencedor de la sfida organizada por el diario La Bicicletta.  A su lado circula un juez motorizado y le comunican que el segundo clasificado y su gran rival en la brutal expedición pedestre, Louis Ortégue, está atravesando momentos difíciles. Probablemente entre los árboles que daban sombra a la entrada desde El Clot hacia el ensanche se tomó una de las decisiones menos conocidas de la historia del deporte.

Louis Ortégue era un nombre famoso en la rara especie de los “pedestrian”. Había corrido el maratón en un tiempo espectacular para la época (contando solamente 40km) de 2h31. Sus enfrentamientos con otros italianos habían hecho imprescindible su presencia en la Milán – Barcelona. Previamente había batido al gran Achille Bargossi, conocido como la Locomotora Humana, en enfrentamientos en Lyon y El Cairo. Al francés apenas le resta llegar derrotado a la meta de la Ciudad Condal pero el esfuerzo está siendo más cruel de lo necesario.

Recordemos. Llevan corridos más de mil kilómetros en diez días.

El corredor que fue posteriormente acusado de profesionalismo y desposeído del derecho de ser el primer campeón olímpico de maratón, dio media vuelta y se acercó a interesarse por el segundo clasificado.

«Luigi», brevemente. El francés apenas debía tener la visión más clara. Reconoce a su compañero de liderazgo deportivo. Poco más.

En meta hay una expectación azuzada por la presencia de elementos marinos de la madre patria italiana, las incipientes sociedades civiles y excursionistas de Barcelona, la ciudadanía y público curioso en general. Barcelona está bullendo de entretenimiento. Es el final del siglo y la expansión del ocio ha llevado la gente incluso a acudir en masa a las corridas de toros de las ‘noyas’, las mujeres-torero.

Airoldi subió a sus hombros al segundo clasificado y se arrancó en dirección a la meta. Entró en meta cargando con Ortégue.

La ciudad de Barcelona no podía hacer menos que premiar el gesto y le sacudió dos mil pesetas de las de finales del siglo XIX.

La modernidad del gesto y de la historia completa del forzudo deportista están ampliadas por la ulterior expedición a pie hasta Atenas, el año en que los Juegos arrancaban su epopeya más gloriosa y menos mística. Airoldi fue a pie por todo el arco mediterráneo sorteando Albania, Dalmacia y llegando a Atenas buscando su propio sustento.

Quizá hablemos de él en otro momento.

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Foto: Commons Wikimedia.

¿Cómo afectará al maratón de Roma la elección del nuevo Papa?

Los corredores que han planificado el viaje. La ciudad que diseñó el recorrido. Los vuelos reservados. Los hoteles pagados. Y, el día 17, domingo, es probable que todo sufra un serio revés. Mínimo una modificación, si no una cancelación. Porque el Vaticano estará concluyendo el proceso de elección de quién será el nuevo Papa. O celebrando el primer Angelus del nuevo sucesor de San Pedro.

Pero no es solamente eso.

Roma puede ser la madre de todos los caos. Según cuenta Franco Pasqualetti en Leggo, coincidirán varios eventos que requieren del control del tráfico.

La representación política celebra la fiesta de la unidad de Italia, organizada en el palacio del Quirinale, la residencia gubernamental, rodeada por los últimos kilómetros del recorrido del maratón. Por la tarde-noche se juega el partido de la Lega entre la Roma y el Parma.

¿Qué riesgos reales corren los participantes que viajan a Roma el próximo fin de semana?

Según el Sindaco romano (el gobierno de la ciudad) están listos para afrontar todo. Si como apuntan todas las fechas se entroniza al nuevo Papa el mismo domingo, «el evento sería desplazado a por la tarde y habría una ruta alternativa para evitar crear problemas a los fieles y los corredores«.

Prioridades.

Si a esto se le suma la presencia del Presidente de la República por el Día de la Unidad Nacional la mera presencia del mismo arrastrará la policía local para tener cortado todo el caótico tráfico romano.

La propia organización subía ayer viernes el mismo pronóstico a su web. En caso de ceremonia de nominación papal, prepárense ustedes para correr por la tarde, en un horario aproximado de 2 a 4 de la tarde y con las «necesarias modificaciones del trazado».

Recordar que el trazado de la carrera discurre por los sitios más emblemáticos y, entre los km 13 y 20 se va por el Lungotevere (la orilla del Tíber) cruzándose el territorio Vaticano. Esto supone que, entre primeros y últimos, hay ya una hora y media con los viales cortados por la masa corredora. Pero no hay que ser ciego. Prioritá uno será el asunto vaticano. Los medios de todo el planeta y la seguridad terrestre y aérea tendrá que estar concentrada en este ceremonial.

Pero no es solamente la celebración del maratón romano. Está la Stracittadina Fun Run, carrera recreativa que también sale del Coliseo y que se celebra sobre 5km, que reúne casi 100.000 participantes (en 2010 fué la prueba más numerosa de Europa). Anoche se confirmaba en twitter por Maratona di Roma que iría de la mano, en horario y zona de salida, para no comportar más riesgo. Se celebraría, curiosamente, un evento casi diez veces más masivo pero que queda circunscrito a las vías dei Fori Imperiali, il Quirinale, y la bajada posterior por la trasera de las Termas de Trajano.

En cualquier caso, ya hace más de diez días el diario La Repubblica alertaba sobre las consecuencias para los corredores, sobre todo extranjeros, que podrían perder sus vuelos de regreso. El maratón romano congrega casi diez mil participantes, de los cuales un porcentaje son extranjeros.

Además de extranjeros, miles de corredores alojados en hoteles deben abandonar sus habitaciones y sacar su equipaje a mediodía. En facebook ya se empiezan a mostrar las primeras señales de preocupación dado que la organización, por motivos logísticos, no puede aceptar más bolsas que las ufiziali de Asics.

¿Cómo terminará todo? ¿Será un ejemplo de paciencia y de reorganización a la italiana?

¿Se repetirá el caos del maratón de Milano de hace unos años, con el tráfico prácticamente abierto y los participantes abandonados a su suerte?

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Foto: Maratona di Roma.

Maratón de Barcelona. Quedan pocos días para la gran fiesta

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Luisa piensa que esta semana va a discurrir demasiado despacio. Se mirará las pulsaciones. Cada café le sabrá como si fuera el último. Los pronósticos de tiempo para Barcelona serán siempre ilusionantes pero también sofocantes.

Luisa tiene un dorsal para el Zurich Marató de Barcelona.

La chica de la sonrisa (en la foto, durante su participación en la marató de 2012) corre muchas mañanas por Diagonal hasta el mar, hasta la vela y al llegar ve que todavía no está lleno de gente. Y es que no es Domingo 17. Las simulaciones de cada fin de semana son tristes decorados vacíos. Ella lo conoce de su paso en la segunda parte de la carrera del año pasado en que hizo unos fabulosos 4h30.

Ella no sabe que aquella zona, en los recorridos de los maratones de los años ochenta, era una trasera a la que nadie en su sano juicio acercaba el recorrido. Sí se pasaba de manera tangencial por algunos sectores de Diagonal y se incidía mucho en las ediciones como la que corrimos desde Mataró a la cima olímpica de Montjuïc. Pero puedo asegurar a Luisa que aquello era un erial. Eran los estertores de una relación que terminó con ruptura. Como un mal matrimonio. Por su cabeza podemos asegurar que ni pasaba por su cabeza correr cuarenta y dos kilómetros.

Probablemente en aquellos años ella desconociera que se celebraba uno en la ciudad. La promoción era escasa.

Las mejoras de la ciudad de las eternas mejoras.

El domingo Luisa correrá su segudo maratón. El año pasado se le salía la alegría por los poros porque terminó en su debut sobre el mejor de los guiones posibles. Ni el mejor escritor podía haber regalado a la chica del pelo recogido una película así. Barcelona le ofrecía la posibilidad de una prueba con miles de personas. Lució el sol para templar su cansancio. Porque correr un maratón cansa. Le dolieron las piernas lo justo y a las pocas semanas estaba de nuevo soñando por la carretera de Mongat, soñando con que pasasen los doce meses lo más rápido posible.

Más de película: Su empresa patrocina la prueba y se propone sacar a Barcelona a la calle. Los ánimos de la joven agencia donde trabaja Luisa saltan por los pasillos, por las salas de reuniones. En cada despacho hay un fan de los maratonianos como ella. Tanto la ciudad como los patrocinadores han entendido que los eventos deportivos de masa dan a la ciudad más que quitan.

Luisa y sus compañeros de aventura tendrán el respaldo de la gente. Ahora sí salen a animar. Se calcula que en 2012 hubo unos 200.000 espectadores. Salen solos, con los niños, a comprar el pan o el periódico, o en grupos organizados y aglutinados por la prueba. El año pasado, por primera vez, hubo gente que se quedó sin posibilidad de ayudar. En 2013 ciento ochenta voluntarios de Zurich Seguros estarán en el recorrido. En el kilómetro treinta, sus compañeros estarán en una carpa propia, justo cuando se nubla la vista y ni siquiera se perciben las viejas chimeneas de Sant Adriá. Si a un corredor le falta más, puestos y charangas y grupos más o menos informales jalonarán los últimos diez kilómetros.

«Hasta el veinte hay bastante público. Es una pasada correr a las diez de la mañana por la ciudad y ya ver público pero, a partir del treinta, ¡es increíble»

Hay que cortar el entusiasmo de Luisa. Porque ni siquiera es Lunes y, de seguir así, llegará a sufrir un colapso emocional antes del Jueves. Y queremos que el Domingo 17 esté en la plaza de España dispuesta a disfrutar como lo hace cuando surge su tema preferido.

Su marató.

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Foto: Marató Barcelona.

Consultorio del corredor: envía todas tus dudas

¿Corro poco? ¿Demasiado? ¿Esta zapatilla me viene bien? ¿Conoce alguien el recorrido de esta carrera? ¿Cómo se aparca en el entorno del polideportivo? ¿Es seguro correr de noche?

El martes toca consultorio. Será un momento especial porque se podrán citar y criticar, mencionar o sugerir todas las marcas, pruebas, sin censura o política de excepción comercial.

Envía todas tus dudas mañana martes al formulario de comentarios y este blog se convertirá de manera excepcional en un consultorio para el corredor. Novato, experimentado o curioso, el martes, al confesionario.

Nota:

Se contestarán los comentarios desde las 00.00 hasta las 23.59 de mañana, martes 5 de marzo. Si dejáis comentarios anteriores serán contestados por orden de aparición.

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Están locos estos galos

– «¿Los romanos, Obelix

¿Locos los romanos? Los que están de terapeuta son nuestros vecinos franceses.

Qué hace el personal de la tierra vecina abandonando los kilómetros bien marcados y tirándose al fango o a la campiña es un misterio insondable. Quizá sea el esprit de picnic o que los principios morales rousseaunianos se han mutado de los principios de posesión a los principios del gorrineo.

La Transbaie es un ejemplo. Kilómetros por las marismas del Somme en los que se chapotea, se hunde uno hasta los tobillos y se monda de risa.

La Transbaie. Qué holgorio. Pero es un ejemplo de correr para disfrutar. Como el archimencionado Marathon du Medoc. Posiblemente, el maratón más largo del mundo. ¿Está mal medido? No, es más largo por las eses frenéticas que se hacen de avituallamiento a avituallamiento.

¿Te apuntarías a un sarao en el que se toman estas fotos?

Sí. Es un avituallamiento. Con burdeos isotónico. Así se explica lo de las eses.

No tiene mucho que ver con la imagen de teóricos estirados dictando sentencia de muerte con la actitud que ha trascendido de las películas o de los viajes de nuestros emigrantes. Más bien tiene toda la pinta de una posición que quita hierro al trascendental hecho de correr (un maratón, en este caso). Vamos, que están contentos de hacer el gamba en un día de deporte al aire libre.

¿Nadie va a poner orden en este marasmo?

Lo poco que he rastreado en los foros de corredores y demás redes sociales francesas, no hay mucho purismo entre la sección routier. No he leído asunciones de que «os estáis riendo de los maratonianos de verdad» ni «dejadnos con nuestros tiempos que también os respetamos a vosotros con vuestros disfraces». Lo habrá, pero hay un buen mercado para los corredores más recreativos, entre los que me incluyo.

Por si alguien tenía dudas de la variedad de chuflas que hacen los galos al programa olímpico, que aireó un barón francés del que quizá quieran alejarse, otro botón.

¿Y estos? ¿No tienen casa que andan de noche por ahí?

Es el Ultra Trail del Mont Blanc. No es una carrera por el campo. No es una ruta senderista de larga duración. No es una excusa para sacar el jugo a nuestros materiales ni nuestras piernas. Son casi ciento setenta kilómetros que se hacen en un tiempo máximo de dos días escasos. ¿Alguna promesa a la virgen o algo? Pero… ¿el monasterio de Lourdes no está en los Pirineos?

Rien de rien. Es que no hay manera de dar la vuelta al macizo entero del monte blanco por otro lado. ¿Para qué discutirlo? Más cuando el éxito del formato es tal que supuso un rebautismo de las carreras de/por montaña. Desde el empujón mediático de la prueba de Chamonix, existe una nueva categoría a la que nadie parece discutir su epistemología: el ultra-trail es el ultra-trail y no se da más vueltas. Más largo, más burro.

Lo dicen en Italia pero yerran como han errado con su presidente: «sono pazzi questi romani» (SPQR). En este caso los que «sono pazzi» son los mismos galos. Pero esto no se lo vas a explicar a René Goscinny y Albert Uderzo.

Ya. A saber esos dos qué maratones han corrido.

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Fotos: Courrier Picard; RunnersWorld; Pascal Tournaire

Preparando el maratón: ¿cuánto tiempo tengo para intentarlo?

Escena:

Macho alfa comenta entre sonoras risotadas que el jueves se inscribió en un tour operador que le iba a transportar a la experiencia deportiva de su vida. El maratón de Nueva York. Los contertulios le admiran y sopesan entre la desconfianza y una pizca de sensatez que, quizá, no, seguramente, es una barbaridad de la que el macho alfa tendrá que retirarse. O que sufrirá en su organismo las terribles consecuencias de su bravuconada. Los chacales componentes de la manada tiran de sonrisa para que no se note la envidia ni la ansiedad. Alguno de los contertulios, del sexo que sea, deseará irse a la cama con semejante torrente de energía.

Pero  uno de los/as asistentes a la cerveza after work mira de reojo a su teléfono y teclea «correr el maratón«. El/la asistente no llegará nunca a macho/hembra alfa en la oficina pero, dos o tres escalones por debajo, ¿por qué no?

¿Qué me costaría mirar esto de correr un maratón?

Ya hago ejercicio y salgo a caminar por la montaña. Y si lo dejo otro año ¿no estará pasándose el arroz de cometer estas locuras? O ya corro y me da un miedo atroz pero… si lo hacen miles de personas en el mundo, ¿no será tan traumático? O estoy entrenando para correr 21km y siempre he declarado que mi distancia máxima es correr dos horas. O…

¿Me daría tiempo en un año? ¿Me daría tiempo en tres meses? ¿En un mes?

Un año parece un tiempo razonable. Si haces algo a la semana, un año es un tiempo suficiente como para ir acostumbrando el cuerpo a salidas a correr paulatinamente más completas. No más largas, sino que combinen potencia, larga duración o lo que se nos cruce en forma de plan, esquema de entrenamientos o grupo de amigos. En un año podemos dedicar tiempo, meses, a perder peso, fortalecer articulaciones, machacar el metabolismo.

Pero, reconozcámoslo. En estos tiempos ¿quién hace planes a tan largo plazo?

La idea probablemente te dura a fuego lento durante unos días. Miras el calendario y ves hacia donde va el calendario de los maratones más cercanos. O te invitan porque tienes la suerte de (a) trabajar (b) en un patrocinador o en sabe Dios qué  circunstancias te ves arrostrado a correr. Te dejas, quien no.

Miras y te quedan tres meses. Al pánico se le sucede la búsqueda en google. «Plan de preparación en x meses«. Cuidado con estos planes. Cuidado con todo (últimamente parezco un agente de seguros de vida, no hago más que recomendaros prudencia).

Tu preparación tiene que ir encaminada a estar en movimiento entre cuatro y seis horas. Ve con paciencia haciendo entrenamiento variado y que siempre te quedes con ganas de más. Un truco que uso en épocas de escasez de tiempo es (ya lo conté) dejar las ganas para el fin de semana. A dos meses vista de esa prueba grande, aumento la duración en horas de mi salida grande. No importa el ritmo ni la intensidad o el terreno; simplemente alargo media hora el asunto.

Yo seguiría unos pasos básicos. Para novatos o lanzados sin conocimiento.

1. Escoge debut teniendo en cuenta los cierres de control. Si vas apurado, que sepas que media hora más de cierre (p.ej. 6h en lugar de 5h30) te suponen un colchón de comodidad. Y el tráfico cortado y los servicios de la carrera disponibles para ti.

2. Trocea el maratón en secciones entre avituallamientos. Entrénalo así y practícalo en carrera. Cada 5km se puede y debe parar a beber, caminar 100m y estirar un poco. Si quieres, incluye algo de sólido. Un maratón de buenas a primeras puede ser una aventura suicida pero… ocho tramos de 5km… (borra esa sonrisa de la cara, esto sigue)

3. Deja la euforia para la PSP. Quédate atrás del pelotón de salida y comienza sumamente prudente. Si vas a respetar el punto anterior, los primeros tramos de 5km te sabrán a poco. Pero a mitad de carrera irás recogiendo cadáveres.

4. Sonríe. Es una fiesta. Han cortado la ciudad para ti y para tu entretenimiento. ¿Qué es eso de llevar la señal del guerrero trascendental en tu gesto?

Lo demás es de una importancia relativa. Ya te contarán los principios físicos del maratón: lo del muro, lo de estrenar o no ropa o calzado, lo de qué comer y qué beber… para eso hay tanta información como personas.

Si apostaste fuerte y estás decidido a meterle el diente a esta gran fiesta deportiva, ante todo, recuerda: correr es de cobardes. Aún estás a tiempo de retirarte de la apuesta.

¿Dónde está el límite?

No sé si fue antes el huevo o la gallina. Qué vino antes, si la pregunta y después el amigo Josef Ajram con su oleada de WITL, o si la ecuación se construyó de derecha a izquierda. En cualquier caso, muchas veces te habrás preguntado donde está tu límite.

Límites hay múltiples en el mundo del ejercicio, o del correr. En mi teoría de barra de bar colocado maliciosamente en el kilómetro 24 de un maratón se me ocurren, al menos, tres:

Límite agónico. El esfuerzo y hasta qué punto debe llegar en intensidad. En este cubo entran las razones médicas y fisiológicas. También la capacidad de asimilar el entrenamiento, de vomitar ácido láctico, del bocasangre que medio inventó Antonio Alix en aquellas parrafadas de internet.

¿Cuánto de esto se debería llegar a consumir como sustancia adictiva? ¿Incluimos mucho de entrenamiento agónico en nuestro presupuesto de deportista recreativo? ¿Hay incluso alguna moralidad dentro de a qué ritmos debemos correr? Como podemos ver no se nos ocurren más que desvaríos y preguntas. Cada uno corre a todo lo que da cuando le da, como sentenció uno que conocí.

Límite de razonabilidad. La sociabilidad del correr, la relación con el entorno familiar, la amistad, la posibilidad real de que comience a ser un problema o siga siendo esa fantástica herramienta de compartir ratos con gente.

El mes pasado intercambié un simpático cruce de tweets con unos amigos de México en el que me decían que «esto» no era un hobby sino un modo de vida. Coloquemos las barreras donde nos guste más. Siempre siendo conscientes de dónde termina nuestro límite y dónde empezarían los de los demás.

Creo que se me entiende.

Límite en extensión. Suelo poner esto muy entre comillas. La distancia que nos empieza a parecer suficiente o descabellada. En una primeravera normal una persona puede ver suficiente que se corran dos medios maratones, cuatro carreras de 10km de modo intenso, o tener dorsal para cuatro maratones y dos ultra trails. Habitualmente se asocian unos años de experiencia a unos kilometrajes límite.

Autocrítica; presunción o veterana habilidad. De aquí a la mitad del año tengo programados 70km para el sábado que viene. En Abril, el Rock’nRoll Madrid Maratón, quizá una de 50km por las llanuras manchegas con los chicos de Coriendoporelcampo. En mayo un maratón campestre informal y, en Junio, 80km con 7000 metros de desnivel por el macizo de Peñalara. ¿Es excesivo? ¿Irreal?

En la primera de las mencionadas definiciones de límite, para nada será agónico. En ninguno de los kilómetros que recorra iré siquiera a tope, ni a unas pulsaciones tales que me resequen la garganta u opriman el pecho. Me gustaría mantener el límite agónico lo más lejos  de mi historial clínico, hasta ahora inmaculado.

¿Razonable? El 100% del tiempo está acordado con mi familia. Ninguna de las carreras interfiere mi sociabilidad. Al contrario, la aumentan. Se basan en el hecho de salir a correr con alguien para ser realidad. Muchas de las carreras se harán por la noche mientras mi familia duerme. En ninguna de ellas quedaré cojo o lisiado como para impedirme la vida normal al día siguiente.

¿Demasiados e innecesarios kilómetros? Podría ser. Podría correr pruebas urbanas como ya hice en su día. Podría jugar a divertirme dominando la bonita distancia de los 21 kilómetros, corriendo en progresión o acompañando a algún camarada novato o a mi mismísimo padre. Podría apuntarme a algún ekiden de relevos o a crosses universitarios en los que un amateurismo sano y escolar te rodea y reconforta.

Podría. Pero miraría por las ventanas de casa o del coche y sentiría como se me escapan los secretos de ese camino que se aleja serpenteando por la colina.

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Foto: Steven Lane. The Columbian.