Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Los Cien Mil hijos de San Trail

Ayer alcanzaron los 100.000 ‘me gusta’ en Facebook. Lo celebraban viéndose muy por encima de eventos como el Maratón de París (56k) y a escasa distancia del ¡Maratón de Nueva York! (125k). En efecto: los Poletti, apellido ligado a la dirección deportiva del Ultra Trail de Mont Blanc, estaban ayer de celebración.

De indudable capacidad mediática, un maratón masivo como los históricos que todos tenemos en mente anda en estos momentos por los cincuenta mil amigos en facebook. Berlín y París dan esa cifra. El monstruo londinense acumula menos de noventa mil. Para que os hagáis una idea de lo que mueve una opinión en las redes sociales emitida desde esas organizaciones, nuestro maratón de Barcelona reúne una tercera parte de seguidores.

Pues bien. El señor Ultra Trail de Mont Blanc y sus señores organizadores tienen pendientes de las actualizaciones de la red social de las carreras a más gente que las de los principales maratones del mundo.

Estamos hablando de una carrera de una especialidad muy joven del mundo del correr. Una modalidad del correr que ha estado alejada hasta hace unos escasos meses de las cadenas de televisión. Recordemos que únicamente Eurosport ha emitido un resumen de larga duración (que podéis consultar en este vídeo) y que ni se emite en directo, salvo las cámaras de ultratrail.tv. Es probable que, si en algún evento se están dando pasos de gigante hacia la globalización del llamado ‘trail running’ (correr por la montaña, en esencia), sea en el UTMB.

Likes, no likes.

Y, entre tanto ¿es una medición significativa lo que una carrera acumule en términos de popularidad de las redes sociales? Creo que sí. Mucho.

No significa que sea mejor o más bonito. Es la medición de que, un mensaje emitido desde la carrera, salta automáticamente a un número creciente y gigantesco de usuarios, fans, potenciales clientes o aficionados a las andanzas en el monte.

¿Es sintomática de algo?

Al menos es evidente que la expectación está creada. La proporción de quienes lo siguen y optan por un dorsal es exagerada, comparado con las cifras de participación de los grandes circuitos de ruta. Chicago o Londres acumulan diez veces más corredores que las diversas distancias que terminaremos en Chamonix.

En 1823 eran aproximadamente cien mil los defensores del Antiguo Régimen, los que echaron una mano al reaccionario Fernando VII. Creo que las cosas han cambiado mucho y ahora, contar hasta cien mil, podría ser hasta un síntoma de buena salud.

¿Y tú? ¿Has pasado a hacer click por su perfil en facebook?

[-10] para Montblanc: detalles que lo convierten en una carrera casi perfecta

¿Qué es eso que tanto se habla de que la organización del UTMB es prácticamente perfecta? ¿Es para tanto? ¿De verdad se acerca tanto a un Tour de Francia o a un Maratón de Nueva York de las carreras de montaña?

No emitiré juicio hasta que no lo vea con mis propios ojos de cordera agotada. Falta ver la logística, la resolución de conflictos cuando la meteorología o los inconvenientes del momento lo requieran, el trato al corredor, mil cosas.

Pero, para ir entrando en materia, os daré unas pistas del material que llega a mis manos. Una de las maneras de chequear el estado de salud de un evento o una empresa es ver cuánto se trabaja en las oficinas de comunicación de la carrera.

Todos recordamos nombres y eventos de lo contrario. Donde uno se entera de los cambios 48 horas antes, cancelaciones o modificaciones, o notas de prensa donde predomina la información menos relevante, las fotos con los políticos de la zona.

Pues bien, en las últimas dos semanas, las personas que movilizan el departamento de prensa del Ultra Trail del Mont Blanc han logrado lo que parecía imposible: la avalancha de información me ha sobrepasado. Han tenido el cuidado de mantenernos al día de (agarraos):

1. Resumen personalizado de horarios y alojamiento.

2. Invitación a probar una nueva línea de frontales Petzl con uno de los corredores más famosos del orbe montañero: Seb Chaigneau.

3. Recordatorio de que visitemos y cumplimentemos el espacio ‘salud para el corredor’, donde quedará grabada tu información de emergencia médica

4. Algunos nombres a seguir entre los 100 mejores que asistirán según la Asociación Internacional de pruebas trail (ITRA)

5. La Web tv en la que se podrá seguir cada una de las cinco carreras: en ultratrail.tv

6. Métodos de seguimiento LiveTrail® para facebook, twitter, vamos, de lo mejor en materia de seguimiento en línea en pruebas al aire libre. O por SMS para familiares y amigos.

7. Conferencias que se celebrarán en ese sarao fantástico donde las marcas quieren estar: el Salón del Ultra-Trail

Es una buena batería de asuntos, como veis. ¡Y en solo dos semanas! Espero que sirva como guía y que alguien pase a alguien el enlace de este post. De los detalles del buen trabajo se aprende y todo mejorará. Con esa metodología y medios no habrá burbuja que valga sino crecimiento de calidad.

Me queda una duda. Si cuidan así a los medios de comunicación, ¿cómo no cuidarán a los auténticos protagonistas de la aventura, los corredores?

© The North Face® Ultra-Trail du Mont-Blanc® – Clément Vaillant

¿Están quemando tu bosque? Denúncialo

Foto: EFE

Unos amigos de la sierra de Algeciras, en concreto los archiconocidos corredores de fondo autodenominados Kroquetas, denuncian en las redes sociales que los incendios de la zona están cargándose su magnífica y excepcional sierra. Sí, un espacio verde donde Iván, Azarías, Sergio Pérez o Manué entrenan, respiran y viven el campo. Su libertad, la que el bosque da para todos, como menciona Sergio.

 Arde mi casa, la zona de recreo donde he compartido visita con buenos amigos. Mi casa es así de hospitalaria, caben todos los que quieran, es muy grande. Pero lo siento, no os puede acoger ahora, esta ardiendo. 

El compañero de TV Alvaro Gallardo tuiteaba el otro día con esa mezcla de desesperación y de no poder hacer más que denunciarlo.

La semana pasada teníamos corredores como Tito Parra haciendo turnos para apagar el incendio tremendo de Guadalajara. Sí, corredores de montaña, los que son acusados de degradarla. Tito es un profesional de los bosques. Los salva de arder.

En el incendio se veían afectadas más de mil hectáreas de un parque de elevado interés ecológico. De nuevo.

¿Está desangrándose tu bosque?

¿Salta el fuego desde las manos del hombre a las sendas y árboles por los que corres o paseas?

Denúncialo.

Grita alto. Me ocuparé de mantener abierto este post y reenviaré los comentarios que dejéis para que no se olvide la gente de una cosa: la masa forestal de nuestros montes y bosques nos llegó de nuestros padres y la tendremos que dejar intacta a nuestros hijos.

Ya no se trata de correr o de no correr. Es la cubierta vegetal de nuestro planeta.

¿Correr? Eso es de cobardes

Animado por haber estado repasando los comentarios a favor y en contra de mi penúltimo post (ya sabéis, el de la dureza del correr por la montaña), le dí una pensadita a esta exposición pública del correr.

«Es una moda estúpida. Ya estás mayor para hacer el tonto por el campo»
«Correr tanto para que luego te retires, eres un mierda»
«Un pico y una pala os daba yo»

Es un ramillete que muchas veces se ha popularizado en ese global «Correr es de cobardes». Frase que ha provocado respuestas, adhesiones en mitad de una ronda de vinos, títulos de libros y hasta de formas de ver las cosas.

Habría mucho que lidiar, si es mejor cobarde vivo que valiente descuidado. O si deberíamos dedicarnos a correr y tomarlo como un íntimo proceso espiritual o subirse al lobby runnero hasta modificar los cimientos del mundo.

¿Qué pienso yo de todo esto? Cobarde es escudarse en un alias para insultar pero asumo los riesgos de ser portada en algunos momentos en este diario. A partir de ese instante debo enfrentarme a las consecuencias. Internet es así.

Pero (ay, los peros), salen puntos y más puntos a favor de si salir a corretear. Más, con la que cae. Metámosle mano al solomillo con espíritu de magacín de verano. Cuatro contra cuatro.

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Exacto. Superficialidad, inconsistencia y liviana tontez. Es verano.

Correr no es de cobardes:

  1. Quita los sofocos del día a día. Alguien que se enfrenta con el deporte a las ganas de coger un arma y liarse a tiros es un valiente.
  2. ¿Cobardes? No te han visto llegar por los pelos a rescatar a tu pequeño de la piscina de bolas, raudo como Usain Bolt. Ni aguantar duro e impenitente las ocho horas de paseo por las compras de Navidad.
  3. Puedes decir que tu velocidad media de trote es mayor que la de un atasco en las arterias de tu ciudad. Además, ahorras humos a ese cielo marrón-gris que respiran hasta tus enemigos.
  4. Bueno. Salvo que tengas enemigos con respiración anaerobia. En ese caso, vigila con qué microorganismos te juntas. Claro que, en este caso, serías todavía menos cobarde.

Correr es de cobardes:

  1. Sales a correr por no mirar a los ojos a la pila de ropa de planchar.
  2. Correr para llegar a tiempo a que no te cierren la tienda de referencia mientras haces pereza para bajar a por verdura. Y eso que tu chino (también de referencia) abre hasta las 23h.
  3. Quítate ese plástico que recubre tu lorza mientras corres o te deshidratarás sin adelgazar. Afronta tu realidad delante de tu espejo y repite conmigo y en voz alta «Necesito un cambio estructural de hábitos alimentarios»
  4. Es el cuarto viaje de familia que organizas aprovechando que hay una carrera en… Aparca el tema y disfruta de un hotel playero con setenta horas diarias de actividades familiares. Apechuga, que dijiste lo de «en la salud y en la enfermedad».

Correr: La industria yanqui echa cuentas

Hace unas semanas ya salió el informe global que elabora la ‘Outdoor Industry’ norteamericana. Es decir: la industria del ocio y tiempo libre. Es interesante saber cosas de una sociedad. De la propia es ideal aunque conduce muchas ocasiones a la frustración.

Mitiguemos, entonces, los daños mirando a otro lado. Asunto en el que somos especialistas en España.

Veamos las cifras del informe anual del sector que consideras tu favorito. El informe se colgó en una web abierta y al alcance de todos. En esencia,

Un número record de norteamericanos participaron al menos en una actividad reglada al aire libre en 2013. Casi un 50% de los estadounidenses mayores de seis años lo hicieron, contabilizando 142.6 millones de participantes.

Corre, camina o gatea.

Este es un blog de correr. Veamos cómo nos va en las variedades de calle, parque, campo o risco asesino.
De 6 a 24 años, correr en sus mil acepciones fue el más popular de los ejercicios al aire libre. Un 29.3% (23.8 millones de participantes) superó a la combinación de bicicleta, BTT, BMX por más de cinco puntos porcentuales y cuatro millones de jóvenes.

En España correr tiene un cariz más maduro, como sabréis, además de cifras de mujeres participando en carreras merodeando el 25-30% de media. En EEUU, por sexos, un 50% para cada uno.

El número varía tomando a los adultos mayores de 25 años pero correr (o corretear) sigue siendo la preferencia número uno. El 16.2% de los adultos, 33.8 millones de participantes, por delante del sorprendente entretenimiento de la pesca (que se llevó un 14.8%).

En algunas ocasiones he citado matices en cuanto a grupos raciales en los estudios norteamericanos sobre el running dichoso. La reacción de muchos lectores no fue totalmente positiva, pero si somos una sociedad multicultural tenemos que entender cuales son los gustos de nuestros conciudadanos. Otra cosa es que nos la cojamos con papel de fumar. En 2013, de cada 100 jóvenes de 6 a 24 años que practicaban ‘esto’ en Estados Unidos, el 68% era parte de la américa blanca, con apenas un 11% entre afroamericanos y un 10% en hispanos (siendo estos la principal lanzadera demográfica del país). Quizá correr no sea tan entretenido fuera de algunos ámbitos sociales. Es algo para curiosear e incluso preguntar a los propios implicados. Aconsejo el artículo Why is Running so White?

Y es que la actividad deportiva es más que sentarnos después de un trote a tomar una cerveza y comentar la jugada. La industria, como fantásticamente explica Sergio Fernández en sus entradas denominadas €uros, mueve cifras mareantes. La entidad con la que abríamos este post resume en sus anuarios cuatro líneas.

La actividad al aire libre sostiene en EEUU 6.1 millones de puestos de trabajo directos. Al año se gastan 646.000 millones de dólares en deporte al aire libre, de los cuales cuarenta mil millones van a tasas federales y otros cuarenta mil a impuestos locales.

¿Nos hacemos ahora una idea del alcance de esta tontada del correr? No es extraño que suframos y contribuyamos a esta fiebre. Hay que ser un consumidor muy sensato y saber qué nos beneficia para que un ejercicio sencillo como trotar no nos coma ni nos convierta en cazadores de tendencias.

De todos modos, ¿quién tiene la potestad de impedir que cada uno haga el bobo como mejor le parezca?

Sé libre. Corre. O no. Pero no te lo pienses mucho, como dice Chema. Te podría comer la industria y perderías la capacidad de decisión que nos hizo famosos como especie.

Dejad paso. Este sí que corre. Y corre mucho

Aclarando términos. Hoy se incorpora a los blogs de 20Minutos Chema Martinez. Sí, ese. El que corre.

Digamos que el que corre como se debe correr. Por si alguno creíais que del correr solamente se podía hablar de manera socarrona y relacionado eternamente con la buena vida, el comer, el vino y el parar bajo un pino a tomar la sombra, chiquillos, chiquitinas, no. Digamos que correr, correr, es lo que ha hecho toda la vida el héroe de Villaviciosa de Odón. Aquí, el abajo firmante, se desplaza algo más deprisa que caminando.

Y es que a 20Minutos ha llegado el correr con mayúsculas. Un pedazo de campeón al que tendrán, sugerencia suya, que ponerle un ordenador y una mesa en la Casa de Campo madrileña.

Cuenta esto con pequeños problemas que seguro que este diario solventará de manera veloz.

1. Costará convencerle para que mantenga la boca cerrada. No porque sea un polémico guerrillero sino porque va siempre sonriendo. Corre y sonríe. Su eslogan ‘no pienses, corre’ es casi más ‘no pienses en qué cara poner, ríe’. A veces esa risa, ese gesto, coño, ¡da rabia! En todas las fotos en que uno sale asoma un gesto de angustia o cansancio. Pero Chema va siempre medio comiéndose el viento medio descacharrado de la risa.

2. Este diario tendrá que establecer dos turnos para que tengamos listos los posts. O, si deciden cerrar la edición bloguera y salir a tomarse unas cañas cuando Chema y los jóvenes terminen y entreguen el material, que sepan que otros escribimos más lento. Si les pillo con la tercera ronda de cervezas prometo robarles las tapas de la cuarta.

3. Os compararéis con sus ritmos y pensaréis que no corréis una castaña. Pero es que Chema es meta-humano. Tiene mitad de humano y mitad de gacela. Nosotros tenemos mitad de humano y mitad de culo silla de oficina, o asiento de furgoneta de reparto o mitad de cuarto de ir sirviendo mesas. Sería deseable que 20Minutos lanzara una campaña contra los excesos de velocidad en los parques. No sea que os volváis locos.

Comprendedle, es un muchachuelo del 71. Va a toda prisa. Para sus carnes magras el viento es eso que le seca el sudor a veinte por hora.

Solamente nos queda darle la bienvenida. Mirad, por ahí va, a todo trapo. Ay, los mozos.

¿Qué tiene de especial el maratón de Nueva York para ser premiado?

Hoy la fundación que entrega los premios Príncipe de Asturias, el príncipe que mañana ya no lo será, premia a esa ciudad que se levantó un día de otoño sufriendo los efectos del bestial fenómeno climático del Atlántico. Las redes sociales arden: los aficionados al correr y al espectáculo, aplauden que, por fin, el entretenimiento rey de la década destrone a Casillas o Xavi. Entre tanto rechinan los aficionados a otros deportes o a premiar a los líderes de la imaginería deportiva. Los Javier Gómez Noya, Mireia Belmonte, quedan fuera de la ceremonia de premios.

¿Qué posee ese evento deportivo como para que haya despertado la mayoría de los votos del jurado?

Entenderemos mucho de ello si nos remontamos dos años escasos. La fecha de 4 de noviembre de 2012 pasará a a historia como el domingo en que no se celebró el Maratón de Nueva York. La tormenta atlántica Sandy dejaba la ciudad arrasada. Más de cuarenta muertos y millones de habitantes comprobaban la debilidad de sus infraestructuras. En Hoboken, Nueva Jersey, había tal balsa de agua que podría sepultar cien ballenas. Una semana más tarde, en pleno preparativo para la carrera, aún había colas a pie para poder llenar una garrafa con la savia que alimenta el árbol yankee: la gasolina.

El ‘momentum terribilis’ neoyorquino ponía a prueba la capacidad de reacción de la ciclópea maratón. Tanto de cara a la ciudad como al resto del mundo deportivo.

Y es que se trata de más que una prueba deportiva. Son cuarenta o cincuenta mil corredores, atravesando el icono del desarrollo occidental de todo el siglo XX (antes de que los Dubais y Shanghais levantaran la cabeza aún más alto). Un espectáculo que fuerza al alcalde a considerar que la ciudad necesita todos los recursos posibles para hacerla realidad.

Cortar la circulación de ocho millones de habitantes es poner una fiesta deportiva a los pies de una urbe. Al tiempo, un espectáculo televisivo y global que debería no romper el espíritu de la carrera.

En la edición de 2012, repasemos, los riesgos eran evidentes. Aparte de calles inundadas, lineas de metro cortadas por los desperfectos y un sistema metropolitano completo cogido apenas por alfileres, había más actores en juego. Los mismos que dan la verdadera dimensión de este maratón.

Todo no es apuntalar lo derribado por vientos de cien kilómetros por hora o drenar vaguadas donde se podrían disputar pruebas de remo olímpico. Las ciudades se han sobrepuesto a condicionantes similares. Más aún las ciudades pujantes del globo. Cuentan con los mejores medios y en días la tecnología es capaz de ganar terreno a la naturaleza, como siempre ha sido. Hay otros condicionantes. Dicen que más de 350 millones de condicionantes.

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El club.

El New York Road Runners Club (NYRRC) es una organización que desde 1976 mueve miles de visitantes a la ciudad bajo la excusa de correr la distancia mítica de los juegos olímpicos. Cientos de miles de corredores optan cada año a los dorsales que dan derecho a atravesar Brooklyn, Queens, Manhattan y Bronx en mitad de una vorágine de público y símbolos de la civilización occidental.

En 2012 había 42.000 plazas a disposición de cuantos quisieran contribuir al dinamismo de un evento que deja en la ciudad de NY un negocio estimado de 350 millones de dólares. El pastel es de tal calibre que Michael Bloomberg, dueño del imperio de la información financiera con su propio nombre, sostuvo la celebración de la prueba hasta escasamente 48 horas de su teórico inicio.

Los corredores viajan hasta Nueva York  optando a los paquetes que se adjudican por todo el planeta. Repito. Todo el planeta. Probablemente estemos hablando de un evento que en 2013 acogía a más de cien nacionalidades. La carta para que un deporte sea olímpico dice que deberá ser practicado en 75 países en categoría masculina. Sobran las comparaciones.

Ha sido el motor de esa gran expansión del mundo del correr. Desde las hazañas que tuvieron en vilo a los norteamericanos en los juegos olímpicos de los años setenta, la ‘gran manzana’ tomó el testigo de popularizar el deporte más sencillo del mundo. Su salón de la fama está cimentado en las leyendas con los apellidos más conocidos del correr: Shorter, Salazar, Waitz, Krinstiansen o Seko. Y el crecimiento derivaría en más capacidad de inversión. Desde Chase Manhattan Bank hasta los años más recientes, la bola de nieve solo hacía una cosa: crecer.

Todo corredor quería ir, una vez en la vida, a su Meca. Si no corrías en NY te quedabas sin argumentos cuando hablabas de tu afición en la oficina. Si alguien quería tirar el dinero contigo, ¿por qué no regalarte un viaje con dorsal?

¿Deriva su poder en la inversión empresarial en la ciudad?

El articulista Chris Smith encarnaba desde la revista Forbes a los que defendían la postura de que los 350 M$ no lo eran todo. Era justo después de aquel «fuera máscaras» del otoño de 2012. Es más, aseguraba, “se verán disminuidos por los efectos devastadores de Sandy”, apuntaba, preguntándose si la ‘morale’ del ciudadano que pelea por que las bombas de la NYPD y NYFD puedan drenar su calle estaría para salir a hacer negocio con los potenciales 2 millones de espectadores.

Fue una mala semana para meterse en embolados. La inauguración del estadio de los Brooklyn Nets también quedaba afectada por la tormenta devastadora. Como escribía el periodista Jacobo Rivero, el revivir ‘pijo’ de la época de los Dodgers a los Nets. Recordemos que suponía el estreno de la franquicia de New Jersey a un distrito con una densidad de población tres veces mayor que la de Madrid. Una inversión de 1.000 millones de pavos en el pujante Brooklyn, barrio de-popular-a-clase-media-alta y que acercaba a la ciudad de los Knicks su segunda franquicia de la NBA, el mayor espectáculo del mundo.

Maldita Sandy. El alcalde Bloomberg había tenido que envainársela porque, si no se podía coordinar con seguridad a veinte mil personas en un recinto cerrado, mal se podría asegurar la comodidad de 40.000 corredores y otros tantos acompañantes que buscan alojamiento, consumen bienes y corren por cinco de los ‘boroughs’ de la ciudad.

El multimillonario alcalde de NY veía como se le multiplicaban los enanos en su circo particular del ocio y deporte. El domingo jugaban los Giants (NFL) su partido contra los Steelers en un MetLife Stadium que no había sufrido daño alguno pero con las conexiones en transporte público todavía tocadas en todo el estado de New Jersey. Todo en mitad de un estropicio que mantenía a millones de personas sin electricidad o que, el Domingo 4 por la mañana, aún tenía el 38% de las gasolineras del entorno sin combustible.

Bloomberg no había renunciado a ser ese alcalde Demócrata en 2001 o a los trinos de gloria del Partido Republicano en 2007 para convertirse en un damnificado. Este carácter de alcalde independiente y casi medieval era el sucesor del duro ex fiscal anti narcóticos Ralph Giuliani, que también adoraba a su manera al maratón más famoso del mundo. Era un guiño histórico; el halcón judío que pasa a gobernar con mano de broker el legado del fiscal italiano. Giuliani se había convertido durante la crisis del 11-S en la imagen pública. El huracán Sandy dejaba un escenario de terror (las primeras estimaciones hablaban de 90.000 millones de dólares en daños) y sesenta muertos.

Una delicada situación a escasos días de las elecciones.

Patrocinadores.

¿Cuentan otros deportes con este sustento tan feroz? ¿Podría alguno de los deportistas no premiados, Mireia, Javi Gómez Noya, hacer lobby de tal manera? En la ceremonia de entrega de premios en Oviedo todos irán de smoking. Mary Wittenberg, la CEO del club de corredores de Nueva York, no lucirá patrocinadores en su gala pero hay chaqués que relucen más que otros.

Más ejemplos. Volvamos a 2012.

La imagen de muchos estaba en juego. La del patrocinador principal, sin ir más lejos, empezaba a quedar en entredicho. ING, uno de los bancos más internacionales, acababa precisamente de ver cómo su competidor en el muy ético mundo financiero holandés, Rabobank, había decidido retirarse del patrocinio del mundo del ciclismo.

ING tiene que contestar las voces que saturaban la web de la prueba dos días antes de celebrarse todo un maratón de Nueva York. En un escenario de crisis, el sponsor principal no podía contribuir a una fiesta mientras miles de vecinos estaban pasando dificultades. ING era el patrocinador principal de la carrera desde 2003 y tenía firmado un contrato que se renovaba anualmente por valor de entre dos y tres millones de dólares.

El binomio NYRRC-ING anunciaba velozmente que donaría 500.000 dólares para ayudar en los trabajos de recuperación más inmediatos. ¿No es este carácter solidario una razón más que poderosa para vender la imagen responsable de una empresa? Quizá también esto sea premiado por la Fundación Príncipe de Asturias.

Al mismo momento Businessweek filtraba las más crudas reacciones de una opinión pública dividida. Las redes sociales, el gran enemigo de las corporaciones verticalistas, machacaban sin piedad desde ambos flancos, los clientes del maratón y los potenciales afectados por ella.

¿Por qué debería celebrarse una maratón que es prácticamente un desfile civil, mientras todavía se están recuperando cuerpos de ciudadanos fallecidos? Ciudad ciclotímica como pocas, Nueva York representa el extremo del sentimiento de ciudadanía para la fiesta y para el duelo. Si Sandy hubiera golpeado la costa este apenas 200km más al sur, mismamente, el escaparate del maratón estaría siendo un ejemplo de superación corporativa y de solidaridad del mundo del deporte, sin ir más lejos.

Aún así, muchos, los que habían viajado y los que habían entrenado, sintieron que le debían algo a la ciudad que los acogía.

La gente tomó las calles, a pesar de todo.

Sólo NY es capaz de generar estas sinergias. Añadiremos Boston, probablemente, por el carácter también cruel y catastrófico de su edición de primavera, marcada por los ataques terroristas. Alrededor de Central Park, la habitual meta, miles de corredores rindieron homenaje ciudadano a la carrera, a la ciudad, a los afectados por el tormentón atlántico.

Probablemente estas sean razones que el jurado del Príncipe de Asturias haya tenido en cuenta.

O probablemente no. Pero nunca lo sabremos.

 

Corriendo por Beatriz

Cuento, entre los mejores amigos que esto de correr me ha tirado en cara, una panda ecléctica y tripera que tienen su base deportiva y personal en La Mancha. Son los imprescindibles de Corriendoporelcampo. Todo lo que tienen de grandes oradores lo tienen de grandes de todo lo demás. De corazón sin control, de humor sin medida y de hambre y sed sin posibilidad de aplacamiento.

Qué le vamos a hacer. La genética nos dota de cosas buenas y de otras, simplemente, «cosas».

 

El hecho es que también irán a correr y gatear y arrastrarse, en esta justa proporción, a la prueba más mencionada en los círculos de corredores campestres. Sí, los chicos del CxC estarán en Chamonix intentando llegar en tiempo de que les atiendan en meta del Ultra Trail de Mont Blanc.

Allí nos encontraremos, entre ese marasmo de montañeros afilados y de expertos ultrafondistas. Los CxC (y yo, en cierta medida, al estar más cercano a su filosofía que a las otras) aportaremos cierto contrapunto. A decir verdad, todo esto les cogió un tanto de trasquilón porque se presentaron al sorteo de plazas esperando no ser escogidos y acumular meses de experiencia para, sí, apostar fuerte en 2015.

Pero la mala suerte les fue esquiva y les tocó. El no saber hacer las cosas a medias tiene consecuencias como esas. Así pues, empezaron a pensar en cómo hacer que tanto correr y tanto contarlo tuviera una aplicación práctica. Y se les cruzó la historia de Beatriz.

Bea.

Beatriz Peláez Díazy aquí paso el teclado a los amigos del CxC– tiene seis añitos (cumplirá siete el próximo 15 de octubre) y vive en Poblete (Ciudad Real). Beatriz no puede correr. Tiene atrofia muscular espinal tipo III, una enfermedad degenerativa que afecta a su sistema nervioso central, a sus motoneuronas, provocándole una progresiva debilidad y degeneración muscular.

Su sistema respiratorio y su musculatura se van atrofiando poco a poco. Como consecuencia de ello, Beatriz irá perdiendo capacidad para andar, moverse, comer o respirar.

Y mis amigos han pensado en «vender» los 168 kilómetros que recorrerían  cada uno de los tres integrantes del club el próximo mes de agosto en el Ultra Trail del Mont Blanc. Con ello, para que todo lo obtenido por ello se destine íntegramente a hacerle a Beatriz la vida un poco más fácil.

¿Quieres conocer algo más de este proyecto solidario? ¿Sientes insana curiosidad por conocer cómo relatan sus aventuras de corredores por el campo? Entra en su web y pasa un rato imaginándotelos ahí, al lado, cerveza o plato de migas en mano.

 

La sopa de ajo de la madre de un corredor

Pan del día anterior, ajo, una pizca de pimentón y unos trozos de jamón, caldo de cocido y huevo desliado. Cuatro cucharas y un camarero que sale a correr por el monte con camisas a cuadros.

Es inevitable pensar en las tendencias y en la super especialización del mundo del corredor. Acto seguido, acostumbro a dejar de lado esos pensamientos y coger una de las cucharas y reponer los líquidos perdidos. Mientras las prensas del mundo exprimen sin remedio todas las campañas tecnológicas, esas que nos permiten correr más, más lejos y -sobre todo- más bellos, Gabi se disculpa porque agotaron los judiones.

Uno es que que va pidiendo una cazuela de judiones cuando se nota que ya ha caminado y corrido todo lo corrible. Es Ley de vida y con ella tienen que convivir los míos. Siempre he dicho que la cocina castellana de cuchara templa el cuerpo. Y, como la castellana, otras muchas.

Sales y líquidos perdidos, grasa perdida por los minutos y horas en movimiento, temperatura si se da el caso de tener que recuperarla… pero en la generación de los setenta, decir «sopas de ajo» era mirar aquellos perolos que desayunaban nuestros abuelos mientras los urbanitas pedíamos colacao.

Y que nos colaran la leche.

Han pasado dos décadas y ahora somos maduritos a los que el deporte intensivo nos ha vuelto a entrar la necesidad de comer bien. Los del gremio venimos de estar cinco horas en carrera o de revolcar nuestra bicicleta por barrizales y sembrados y algunos han declarado la guerra a los suplementos artificiales.

Creo que quedan en sitios como este Asador donde se cocinan sopas de ajo que levantan un muerto.

Señores, Gabi. A la puerta de su Asador de Ángel. En Cercedilla (c/Pontezuelas).

Los chefs corredores

Guisar un diseño previo, pensar, resistir durante horas en un entorno sofocante, entrenar duramente para contener las ganas de rendirse. ¿Un plan de deportista de élite? No. Es la descripción de la jornada habitual de un cocinero.

Si añades que unos cuantos cocineros han alcanzado la categoría de chef y su responsabilidad se multiplica por diez, y que a las jornadas maratonianas de una cocina hay que añadir una notoriedad pública, ¿te extraña que solamente les quede tiempo para calzarse unas zapatillas?

 

 

Pues cada vez es más frecuente. Estos lobos solitarios de lo más alto de la pirámide de la cosa culinaria son, muchos, corredores. No sé por qué tenía que extrañarnos. Desde este lado de la mesa vemos pasar por delante de nuestras narices, qué sé yo, aceites estupendos para untar panes de naranja, de pasas, capuccinos de verduras o las archifamosas maravillas de carnes, pescados o espeluznantes arroces (ay, el de atún rojo, remolacha y aire de parmesano de Jesús Almagro). Al otro lado de la mesa, más bien en la cocina, un equipo que dirige un tipo que corre para soltar el estrés, para no volverse loco. Otro probablemente corra porque es lo único que le permite disfrutar de la ciudad. David Muñoz (propietario de Diverxo, entre los mejores según la guía Michelin) iba corriendo desde el barrio hasta el restaurante. La excusa de perder peso o de probar nuevas sensaciones llevan a conocidos cocineros como el madrileño Paco Roncero (el gobernante de los timones sobre el Casino de Madrid) o al archifamoso Gordon Ramsay (el iniciador de Pesadilla en la Cocina en su versión anglosajona) a meterse entre pecho y espalda kilómetros sin parar.

 

¿Hay un punto de celebrity running?

Quizá sí. Correr está de moda, como todo el mundo empieza a notar. Pero también hay un mucho de masoquismo perfeccionista. Es posible que la búsqueda última del plato ‘diez’, sometida bajo un rigor casi científico, sea lo que mueve a estos seres de chaqueta preferentemente blanca.

El corredor echado a perder -como quien os escribe- tendrá más o menos miramientos en inscribirse a una carrera o salir a correr solo por el campo. El cocinero es un animal del detalle, de la perfección. Cuando corre, corre con mayúsculas. Y esto no está ni bien ni mal. Es así.

Para un cocinero no solamente se trata de ofrecer un gusto sino un aspecto, una sorpresa a quien está repiqueteando nervioso con el pie en el suelo de la sala. Mirando de reojo a esos bacalaos confitados o los lomos de venado a los anisados, uno entiende parte de la pasión que estos artistas ponen en todo. ¿Quiere decir esto que yo nunca aplicaré esa obsesión en mis platos? Pues puede que sea también muy cierto. En ningún sitio dice que me queden energías para intentar la perfección a las cazuelas. Pero aquí estamos echando un rato.

¿Seguimos? Gracias.

Entonces, ¿no comen macarrones con tomate? ¿Se hinchan a taboulée con aire de mango?

Ni de coña. Si algo no son estos bestias de la cocina es idiotas. Echadle un ojo. Un corredor que se tira en plancha a por las tres horas y media como David Muñoz en el exigente recorrido de Madrid se aprieta un arroz con carrilleras.

El desparramo dialéctico de las nuevas cocinas amenaza en todos los frentes de la vida. Y nos lo hemos creído. Hemos asimilado que la cocina es vapor, es concepto. Lo mismo que al correr por el campo se le han adherido setenta etiquetas (trail, freestyle, ultra trail running, etc) y a un hecho tan cotidiano como alimentarnos le han salido bandos y facciones a ambos extremos del espectro conocido, al cocinar para estar listo para correr también. Si David Muñoz hace arroz con carrilleras antes de su maratón quizá tengamos que parar a entender qué nos está explicando.

Sí, en el correr hay mucha cosa energética y hasta cierta espiritualidad. Recientemente el dueño de DiverXo declaraba que «el deporte me aporta salud mental. Sin él, con todo lo que nos está pasando, sería imposible mantener la cordura. Tanta exigencia, tanta intensidad, tanto estrés… todo es tan bestia que sin el deporte no podría mantenerme».

Aún así y conocedores de todo ello, estos superdotados de los sentidos también gastan hidratos a partir de las dos horas de carrera. Se acalambran si les faltan sales. Dejan de lado una profesión y unos conceptos con los que investigan a diario. Es su trabajo. Conocer las reacciones del cerebro humano frente a todas las posibilidades que dan unos productos que sirven para comer. Que mi esposa me pille mirando al infinito y secándome los ojos porque hay un helado de uva garnacha, una carne, escuchar a mis hijos, que me derroten por los sentidos, no tiene que ver con que el deporte necesita una alimentación sana, sólida.

Os dejo con esta amalgama de pensamientos. Viene un bizcocho-tiramisú de naranja, perfecto.

Mañana podré correr durante horas. Los de las barritas sustitutivas os lo perdéis.