El otro día, escribiendo sobre Rutger Hauer, me fijé en uno de sus últimos trabajos, una serie sobre nazis llamada Valkiria: El amanecer del cuarto Reich y protagonizada por un tal Sean Patrick Flanery.
El nombre no me sonaba pero en cuanto le vi la cara en el tráiler le reconocí. Estaba exactamente igual que hace veinte años, era él: ¡el joven Indiana Jones!
Ay, Indy. Cuántos suspiros me ha arrancado el doctor Jones, profesor de arqueología y aventurero en sus ratos libres. El mejor personaje de la historia del cine según una encuesta que hizo la reputada revista Empire.
¿Quién ha podido resistirse al encanto de Indiana Jones? ¿Quién no quiso ser como él y vivir sus trepidantes aventuras?
Pues bien, muchos nos sentimos desolados cuando en 1989 sus andanzas parecían finiquitadas para siempre con esa grandiosa película que es La última cruzada.
Entonces George Lucas decidió consolarnos con una serie de televisión que retrocedían en el tiempo para mostrarnos los inicios en la vida de tan insigne personaje. Eran Las aventuras del joven Indiana Jones, emitida entre 1992 y 1993.
«Antes de que el mundo descubriera a Indiana, Indiana descubrió el mundo«. Así rezaba su eslogan que daba pie a las correrías de un pequeño Indy en su niñez y también de su versión adolescente, encarnada por Sean Patrick Flanery, un actor hasta entonces prácticamente desconocido.
Oh, una nueva decepción. Todos queríamos ver a River Phoenix en ese papel, por algo había encarnado al joven Indy en La última cruzada. Y lo hizo muy bien.
Lo cierto es que George Lucas también quería a River Phoenix para la serie, pero él rechazó la propuesta, alegando que su etapa televisiva ya había quedado atrás y que no quería volver a la pequeña pantalla.
Esto, claro, no lo sabíamos los telespectadores de a pie en una época en la que Internet estaba en pañales, y consecuentemente veíamos a Sean Patrick Flanery como un intruso, un robapapeles.
Pero me enganché igualmente a la serie, y capítulo tras capítulo, poco a poco y sin darme cuenta, me fue convenciendo. A veces salían las versiones jóvenes de personajes de las películas, como Abner Ravenwood y René Belloq, y también se asomaban variopintos personajes de principios del siglo XX como Franz Kafka, Pancho Villa (encarnado por Francesco Quinn, hijo de Antohy Quinn) y la exuberante espía Mata Hari.
Al igual que las películas de Indy, la serie también estuvo producida por papá Spielberg, contó con un presupuesto altísimo y un rodaje intenso en 23 países del mundo.
Querían que Harrison Ford ejerciera de narrador, introduciendo cada uno de los capítulos, pero él estaba muy ocupado con su carrera cinematográfica y al final accedió a hacer una intervención en el capítulo titulado The Mystery of the Blues. Lo curioso es que salía con barba porque entonces Harrison Ford estaba rodando El fugitivo y no podía cortársela.
La narración quedó al cargo de un viejo Henry Jones de 93 años (¡toma spoiler!!) encarnado por George Hall. Para crear su apariencia, se inspiraron en el director de cine John Ford, según confesó el propio George Lucas.
Lo bueno era que el viejo Indiana de vez en cuando nos soltaba perlitas sobre su vida, para regocijo de los fans, como cuándo y dónde nació el famoso héroe: el 1 de julio de 1899 en New Jersey.
George Lucas se encargó del guión y escribió hasta 70 capítulos, pero solo 31 fueron rodados. No renovaron a una tercera temporada por lo insostenible del presupuesto, aunque se hicieron algunas películas para televisión.
Curiosamente, fue en Las aventuras del joven Indiana Jones donde Lucas se topó con las famosas calaveras de cristal que tanto le impactaron y que dieron lugar, catorce años más tarde a (¡nooooooo!) Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal.
La serie contó con un reparto de altos vuelos, con actores clásicos como Christopher Lee, Vanessa Redgrave y Max von Sydow en el papel de Freud.
Y también artistas que comenzaban a despuntar como Catherine Zeta Jones, Daniel Craig, Anne Heche, y Elisabeth Hurley.
¿Y qué fue de su protagonista, Sean Patrick Flanery?
Aquel papel le dio el pase a un drama sobrenatural, Powder (1995) en el que interpretaba a un albino con extraños poderes. Lo malo es que estaba tan caracterizado que apenas se le reconocía.
Luego tuvo otra gran oportunidad con la película de acción Los elegidos (1999) y su secuela, estrenada diez años después, donde compartía protagonismo con Norman Reedus, más conocido como Daryl de The Walking Dead.
Siguió en la línea de lo paranormal con un personaje recurrente en la serie La zona muerta (2002-2007) y también participó en capítulos aislados de Más allá del límite, Stargate, Embrujadas, C.S.I. y Numb3rs.
En 2010 trabajó en la película de terror Saw VII 3D y en 2013 tuvo una participación muy activa en Dexter.
Y los últimos años se ha mantenido en series como la mencionada Valkiria: El amanecer del cuarto Reich o películas de segunda fila. Para el año que viene cuenta con un montón de estrenos como Furthest Witness, My First Miracle y Trafficked , pero nada relevante.
En lo que a mí respecta, siempre será el joven Indiana Jones. ¿A vosotros os gustaba en este papel? 🙂
Hizo la segunda parte de Los elegidos. En ingles llamada:
The Boondock Saints, All saints day
En la que salía él, pero su cara ha cambiado muchísimo. No se sabe bien por qué. Hay especulaciones por internet, no se sabe si enfermedad o cirujía
02 diciembre 2016 | 1:47 pm
Agárrate los machos, ¿dónde está mi comentario? si no había nada malo ni ofensivo en él, tan contento he accedido a tú blog para leerme porque sólo me interesa leer lo que yo escribo, ni me interesa lo que opinan los otros ni nadie más que yo, por eso no tengo televisor (o como si no lo tuviera), de la radio sólo escucho música (buena música) y no he leído un periódico en toda mi vida que no sea en formato digital, y ahora encima no puedo ni leer lo que me interesa que son mis opiniones y mis ideas ¡Hay que joderse, esto es censura!
02 diciembre 2016 | 8:14 pm
¿no te lo advirtieron tus papás? si te quedas pegada al televisor corres el peligro de empequeñecer de repente hasta que tu cuerpo mide sólo unos centímetros, entonces se abre una puertecita de detrás de tu televisor y empiezan a descender unas escaleras diminutas para que tú puedas subirlas y meterte dentro antes de que alguien te pise por accidente, pero entonces ya es demasiado tarde porque has caído en una trampa y te conviertes en una jubilada del público de Sálvame para el resto de la eternidad, y tienes que aplaudir a cada momento con la mirada fija en el cogote de Kiko Matamoros y solo te dan de comer bocadillos de choped ¿como te crees si no que consiguen tener su público estos programas? te absorben, Y por cierto que raro que no te guste tambien el viejo Indiana Jones, como parece que te gustan todos
04 diciembre 2016 | 11:39 am