Volvemos a lo de siempre, al Plan B, al mini-Cd que salía en el primer Zona de Obras que me compré. El número 12. Año 1998. En la portada salía un príncipe disfrazado de payaso. Entrevistaban a El Niño Gusano, Los Planetas y la Habitación Roja. Descubríamos que a Ana D. le gustaban los Chunguitos.
«Un mini-Cd que sonaba una y otra vez en el equipo que tenía en la casa de mis padres. Se colocaba en el centro del reproductor. Cuatro canciones: Suárez, Estelares, Pánico, Victoria Abril -antes de cambiarse el nombre a Victoria Mil-, Daniel Melero y cerraban Babasónicos».
Vi a Pánico en directo, compré discos de los Encargados, me enamoré de Rosario Blefari y con los años descubrí que mis amigos Juan Luis y Luis, de Nubosidad Variable, habían hecho lo imposible para que vinieran a tocar Moretti y sus Estelares a España. Pero lo más importante, lo fundamental era cómo sonaban los Babasónicos. Escuchaba la noche del mono loco de Nona Rubio. El Rock Sónico era la vida. La verdad. Necesitábamos actitud. Y ellos iban sobrados de eso.
Babasónicos debutan en 1992 con Pasto y, hasta que llega Jessico en 2001 las canciones y los discos se desperdigan en la historia del Nuevo Rock Argentino: Trance zomba, Dopádromo, Babasónica, Vórtica-Marxista, Miami, Groncho y Vedette. Entre medio discos de remezclas, rap, un pinchadiscos en la banda, títulos acelerados, narcosis, carisma y muerte. Serie Zeta. Serie B. Plan Z desde el Espacio Exterior.
En directo siguen tocando Su ciervo de Dopádromo, Desfachatados de Miami y a mí me siguen volviendo loco Viva Satana, Patinador Sagrado, Gronchótica, Tripeando y D-Generación.
En 1992 telonean a Soda Stéreo en algunas de las presentaciones de Dynamo. El disco más experimental de la historia del rock latinoamericano. Palabras mayores. El espíritu de Daniel Melero y sus magnetófonos, sus secuenciadores, sus sintetizadores. Cerati y Melero.
En 2001 aparece Jessico. Es el final de todo. El comienzo de todo. El mejor disco del siglo. En el primer año. Buenos Aires está al borde del colapso y viajo a Palermo Bagdad esperando encontrarme con Adrián Dárgelos saliendo de algún baño de un boliche. Los dos temblando por lo que se viene o por lo que ya ha llegado. Todas las canciones de Jessico son buenas. Y las remezclas. Es un disco donde Buenos Aires se deja devorar por la frontera mundial, los restos urbanos, el DF y las alucinaciones del peyote entre los muchachos que mezclan valium con lexatín. El Loco, Pendejo, Deléctrico o Fizz. Jessico Dancemix y Jessico Megamix. Elige, si quieres bailar o si quieres parar.
En julio de 2002 tomo un vuelo a Buenos Aires. Hay tiros por las noches, no siempre funcionan las tarjetas de crédito y compro libros de segunda mano en las librerías de la calle Corrientes. Compro en un shopping un cedé doble, Obras cumbres, con una recopilación de los temas previos a Jessico. Guardo el disco con la esperanza de poder pincharlo alguna noche en Zaragoza. Nunca sucederá.
Pido amor y encuentro salvajismo. Han dejado de vender anfetas naranja en el apoteque, en realidad no sé por qué pido eso, si ya está claro que, pase lo que pase, he perdido esa batalla. El día que volaba hacia Madrid tocaban Babasónicos, en Luna Park, me refiero.
Las buenas siempre en letras grandes, por si hay que pinchar con poca luz:
Los dos siguientes discos de Babasónicos, Infame (grabado en los estudios Panda a lo largo de 2003) y Anoche (2005) siguen la trayectoria de Jessico: singles para la radio que están lleno de referencias maliciosas y remezclas enfermas de algunos de los mejores artistas de la nueva ola latinoamericana.
Sí que se pudo pinchar en Zaragoza con frecuencia Irresponsables, Putita, Risa y Sin mi diablo. Irresponsables es un tango y así lo grabó CUCUZA CASTIELLO. Las remezclas pasan por las manos de gente como Kinky, El Instituto Mexicano de Sonido, Victoria Mil y los mexicanos Plastilina Mosh.
Mis ojos eran un vídeo tape. No dejes que llueva, Daniel. Melero se encarga de agarrar Putita y convertirla en cuatro versiones de sí misma, monólogos interiores.
Con Anoche seguimos enganchados, confiábamos en el advenimiento de la banda hasta España. El encadenado Carismático y Yegua era mágico. Se mezclaban como una persona recién levantada de un sueño, completamente aturdido. Se abría con Así se habla, uno de los temas que siguen tocando en directo tres lustros más tarde. Una trilogía: Jessico, Infame y Anoche. Sagrada, como las escrituras. Como el 16 de marzo de 2006.
En el Centro Cívico Laín Entralgo y con la complicidad de Javier Benito de la Lata de Bombillas y Pedro Vizcaíno de Grabaciones en el Mar llegan los Babasónicos a Zaragoza. Yo no sabía que diez años más tarde iba a dar clase en un instituto al lado. Por entonces escribía poemas y colaba frases de Babasónicos porque nadie los conocía lo suficiente para pillar el homenaje (llámalo como quieras). Zona de Obras, Pablo Ferrer… hay una grabación con dos temas de Jessico de aquella noche. Estábamos pocos pero sabíamos a lo que íbamos. Bendito seas, Adrián.
En 2007 aparece un disco en directo grabado en Luna Park llamado Luces con temas de la trilogía básica. Mientras terminan de grabar su primer material nuevo en tres años fallece el bajista de la banda Gabriel Mannelli y entra Carca para sustituirlo. La banda se quiebra. Carca es un tipo con carisma, un Spinetta rabioso e invisible de pastillas imposibles. El disco se llama Mucho y yo intento reengancharme a la banda. El ídolo, con ese sabor parecido a El Loco y el rollo fronterizo y la canción melódica de Pijamas. Cada vez son un grupo mayor, estadios y premios. Qué fue de los amantes de Satana. ¿A ti qué te importa, Octavio?
En 2011, el año que todos mis amigos han muerto, aparece A propósito y aunque imagino que leería algo en las revistas de la época las cosas en España estaban mejorando. Cerati había muerto y nadie sabía dónde paraba Charly. Estos días he escuchado Flora y Fauno y es un tema espectacular. También Chisme de Zorro con su efluvio opiáceo o la percusión de Tormento.
Diez años más tarde de fundar la modernidad aparece un disco de descartes de Jessico. Se llama Carolo. La gente no olvida. Es como las cabezas que reclamaba Salomé en Berlín. Ya habíamos escuchado la versión de Hilda Lizarazu de El Loco para un compilado de rock nacional y, hace unos años el mismo cover hecho por Miranda que es una de las interpretaciones más bellas que he podido escuchar en estos años. Más canciones son revisadas por distintas bandas cuando pasan veinte años, es decir, hoy, ahora, estos días. Organizado por el periodista Bebe Contepomi se puede escuchar aquí. Me mata La fox hecha por Adicta.
Bruno Galindo y Adrián Dárgelos se conocen en Madrid en 1999. Intercambian libros y poemas. Unos años más tarde Babasónicos compone las bases para un EP de spoken word en el que Bruno Galindo pone la voz. El experimento, maravilloso, se llama Babasónicos vs. El Público. Busquen y escuchen. Magia pura.
¿Qué nos queda, Octavio? ¿En qué año estás? Busco por plataformas y están llenas de recopilaciones y discos en directos, compilaciones de rarezas y algunos discos con material nuevo: Romantisísmico del año 2013 que tiene el single La lanza como tema principal y en 2018 llega Discutible. Durante el año de la pandemia componen el que será su último lanzamiento hasta la fecha, Trinchera que aparece el 28 de abril de 2022. Hace cuatro meses. Con uno de sus temas, Bye, bye abren y cierran ahora sus conciertos. Y este artículo. Porque es un tema para recordar.