Algunas palabras sobre Bajar es lo peor de Mariana Enríquez (Anagrama,2022)

Se edita por primera en España la primera novela de Mariana Enriquez, uno de esos fenómenos inesperados de las letras hispánicas, que ha revolucionado a los lectores españoles -y de todo el mundo-, con sus cuentos de terror gótico contemporáneo (Los peligros de fumar en la cama y Las cosas que perdimos en el fuego, ambas editadas también por Anagrama en España) y su mastodóntica novela-río, salvaje y afónica, con suficientes gritos en la oscuridad que parece un agujero negro que captura cualquier sonido, Nuestra parte de la noche, Premio Herralde de novela en 2019, traducido a distintos idiomas y que es un viaje a lo más profundo de la noche del interior de la Argentina, aquella que se acerca a la confusión de las fronteras, al animismo pagano y la sapiencia vieja de los cultos primigenios.

Esta primera novela, Bajar es lo peor, aparecida en las estanterías argentinas a mediados de los noventa, es una historia de iniciación, sórdida y vampírica, tóxica y romántica, pero donde ya se empiezan a intuir algunas de las malas semillas con las que Mariana irá sembrando su literatura en sus siguientes entregas como autora. Eran los noventa. Vengan conmigo a recordar algunas de sus mejores pesadillas, por favor.

Para la lectura, como siempre, hemos preparado una sesión-mixtape (escuchen)

Todo comienza en el verano de 1816, en una casa a orillas del lago Lemán, en Suiza. Luego la tormenta se detiene y acabamos en Buenos Aires. Vuelve la lluvia, emigrante rico a la capital del Tercer Mundo. Narval es un esquizoide adicto, un bello yonqui que añora los tiempos en los que los padres fundadores se inyectaban Pervitin en los baños de la avenida Pueyrredón… pero ya no estamos en aquella época, los monstruos son distintos, uno ya no puede perderse en las calles de Buenos Aires, porque la ciudad te llena los ojos de lágrimas, no para de llover y aquellos chicos, bellos como luceros del alba, se debaten entre lo angelical y la caída al ritmo que toque en el Sonic. ¿El Sonic es un videojuego o el amante de Sugar Kane? En el walkman, en las venas, la lluvia llega, como la canción de los Jacobites. ¿Qué pasa cuando acaba Heroin de la Velvet Underground? ¿hay algo más? Lou Reed mentía. Él prefería, como Val, meter por la aguja estimulantes que provocaran fuegos artificiales al otro lado de las gafas oscuras. Narval no quiere mirar a la gente, no quiere ver a nadie de nuevo, sucio y desquiciado, espaldas contracturadas y fasos quemando el suelo, como manchas en el alma.

En los bares de los que habla Mariana suena la pandereta de Ian Atsbury y todos parecen sacados de los primeros minutos de El ansia de Tony Scott, sobre todo en la parte que David Bowie se da un atracón con Peter Murphy. Los chicos que no hacen nada, el vampirismo de vagos en los últimos años, antes de la crisis de la conversión. Facundo y Narval, como las grandes parejas de malditos en la literatura, bailan danzas de nicotina y fluidos, mientras vuelan. Facundo es un gólem de belleza pura, electricidad sin tormenta, con un pasado pleno de sueños terroríficos, de maternidad abandonada. Es un bebé hambriento.

«Sus viajes en la infancia, en los veranos del niño, al interior del país, esa huida del porteño, tiene algo de oscuro y salvaje que se repetirá en la obra de la Enriquez de manera metódica. Allí descubrirá, como tantos otros, que los que están allí han ganado el terreno a la selva, como malas artes, machete en mano, pero la oscuridad acaba venciendo y es un virus que impregna al visitante cuando regresa. Se venga y hace que nada crezca, ni la vida».

Como lector de la obra de Mariana busco patrones en esta novela fundacional, la locura de las mujeres, la locura como algo hereditario, la locura se transmite, se convierte en paranoia y solo dormir acompañado, de cuerpos o sustancias, puede dar descanso.

Hay algo en esos sueños terroríficos que te recuerdo a la obsesión, a la distancia de la maternidad, ¿Qué tal un bebe terrorífico girando la cabeza 180º y pegado al techo? ¿Recuerdas a Spud? Dormir de día, dormir en la hora en la que los strigori muestran sus cartas, ¿hay grietas en la ciudad de Buenos Aires? ¿Cuál es el culto favorito de la Santa Marya del Buen Aire cuando llega el ahogo? Narval y sus fantasmas pútridos, explícitos, de sexo y demencia, presencias que como insectos reptantes que se encuentran atrapados entre las derruidas grietas de la ciudad.

Esta idea de maldad atrapada, que se repite en el terror argentino reciente, empezando por la novela gráfica con texto de Mariana Enriquez e ilustraciones de Laura Dattoli, Chicos que vuelven, pero que encontramos también en la serie de animación Frecuencia Kirlian o la película Historia de lo Oculto, ambas de Cristian Ponce y, por supuesto, Aterrados de Demián Rugna que copia en algunos de sus planos ideas sacadas directamente de los textos de Mariana.

«Jeringuillas llenas de agua, gafas a lo John Lennon, los noventa con bares que tienen nombre de videojuego o de banda de Kim Gordon, ya he escrito sobre eso antes. Gus Van Sant en «My Idaho Privado», prefiero al padre Murphy y a Desmond Dekker cantando The israelites. Banda sonora para un atraco de vaqueros a la farmacia».

Mariana escribe de Byron, de Polidori, de Shelley, del vodka que deja mejor aliento. Hay láudano moderno y vampirismo romántico, alejado del terruño sucio y gusanero de los años que se avecinan. «La merca lo hace todo» dice uno de los personajes. La sangre se derrama de forma voluptuosa, como un fluido cobarde. Carca improvisa once minutos camino de la casa de la araña. En encendido colapso de popper caducado, gente que sueña con ser parte de Palermo Hollywood en un telo villero.

«Suena China Girl de David Bowie y el tiempo se detiene, la lluvia es el reclamo para huir a las colonias exteriores, ángeles suspendidos en el cielo, esperando su turno para aterrizar. En las casas abandonadas de Buenos Aires, en cada esquina, la entrada a otra ciudad, a otra Buenos Aires».

La plata del río, el charco: esta vida trata de corregir su trayectoria y tú, tus personajes, cualquiera, hacéis lo imposible por volver a desviarla. El río, la vida desemboca de una boca en otras bocas y sabes que esa sangre compartida acaba siendo un licor excesivo que más que embriagar envenena.

Carolina, como la Bony de Nubes Grises, es una extraña que rompe el círculo sagrado del sexo, la tiza y la sal, tabaco mascado, le dijo el payaso al ladrón. Sudores mezclados, rabia y alucinaciones. Cuerpos que en mixtura perfecta forman un color imposible. Queremos tu entrega absoluta. Resuena en la habitación del pánico. En el mundo del pánico. Mentes y muertes compitiendo por el último trago.

«En el futuro todas las fisuras tapadas con masilla se abrirán y ese día los ricos se pararán sobre el piso y dejarán que el terror les ahogue al atravesarlos. Solo los malditos saben respirar en el terror. Todos los monstruos despedazarán la belleza de Buenos Aires hasta dejar un almíbar pútrido y masivo».

Mis amigos aman a Ian.

No es un mal libro, es un libro para seguidores de la Enriquez, deseosos de conocer el momento en el que comenzó, en el que se abrieron las puertas, cuando aún quedaban algunos restos de admiración/copia de las propuestas anglosajonas de Dennis Cooper o los vampiros de Bret Easton Ellis en Los confidentes.

En este libro Buenos Aires es una urbe minúscula, casi anegada, con rostros vacíos, planos, folios en blanco. En sus siguientes historias Marina abrirá las puertas del averno y los fantasmas hambrientos buscarán saciar su apetito mientras el sonido de las uñas roídas sobre la pizarra de la vida es la banda sonora perfecta. Cada barrio, cada esquina de la urbe será un escondite potencial para los monstruos. En Bajar es lo peor, el tono es casi teatral, minimalista, de escenarios reducidos, piezas alquiladas donde la suciedad es bella, ciudad de altas pasiones, de ángeles caídos que se retuercen como insectos boca abajo. Alas rotas frente a dientes afilados.

1 comentario · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser L

    Buen artículo pero el protagonista se llama NArval, como los animales …

    16 agosto 2023 | 5:04 pm

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