No nos vamos a callar si se nos falta al respeto o se pisotean nuestros derechos

Hoy me he desayunado con una noticia que se repite con demasiada frecuencia: la discriminación flagrante de una persona con discapacidad por la mala imagen que pueda dar en cierto evento, hotel o restaurante a los asistentes. Algo que me enerva especialmente, debo confesar.

Sucedió durante una charla comercial que una empresa iba a realizar en un hotel de Motilla de Palancar (Cuenca). Tres hermanas, una de ellas con síndrome de Down, acudieron al evento, pero se llevaron una sorpresa muy desagradable. «Cuando vieron a mi hermana vino hacia nosotras un chico de la empresa que organizaba el evento para decirnos que no podía estar allí porque iba a asustar a la gente», confesó Ascensión Leal, una de las hermanas, al digital Hoy. Las tres hermanas, y muchos de los asistentes al evento decidieron abandonarlo en solidaridad.


Por eso hoy he publicado una carta en la sección de opiniones de 20minutos dirigida a aquellos a los que a los que la discapacidad asusta, incomoda o desagrada.

Cada vez se nos va a ver más y no nos vamos a quedar callados si se nos falta al respeto o se pisotean nuestros derechos o los de las personas a las que amamos.

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