¡Hola a todos!
Bueno, bueno, bueno. Como sabéis, anoche estuve en la rueda de prensa/debate/carajal en la casa de Guadalix, durante la gala de Gran Hermano VIP.
¡Voy a contaros todos los oscuros secretos que descubrí! Bueno, en realidad descubrir, descubrir… con deciros que yo estuve en la tumba de Tutankamón antes que Howard Carter y no me fijé en que había un tesoro…
Total, que la aventura arrancó (porque íbamos en bus y tenía que arrancar) a las 19.32 h. A esa hora ya estábamos los medios acreditados camino de Guadalix. No había peli en el bus. Quedé desolado. Yo he hecho un Madrid-Albacete-Murcia sólo por ver pelis gratis.
No, lo desmiento: el chaval que aparece a la derecha de la foto no soy yo repetido, es Juan M. Fdez, de Bluper. Y sí, me senté delante, como los niños buenos. Cerca de la profe. Bueno, y cerca de la salida. Por si hay que echar patas.
Hay dos caminos para ir a la casa de Guadalix: uno de personas y otro que le pondría los testículos de corbata a Fernando Alonso por las curvas que tiene. Fuimos por el primero. Igual que haría Alonso, pero nosotros más rápido.
La gente se había puesto guapa para ir a la gala. Yo hice voto de fealdad así que llevé una camiseta roja de Cálico Electrónico vestido de sadomaso. Saber estar que tiene uno… Yo he hundido bodas con unas chanclas y unos pantalones cortos de pana que tengo.
Al llegar a Guadalix y sus gentes nos recibieron con alborozo. Ah. No. Que no se enteraron. Es raro porque yo iba haciendo calvos a diestro y siniestro. Es lo que pasa cuando no hay peli. Si saben cómo me pongo ¿para qué me invitan?
Esta es la casa de Guadalix. Por fuera. Sí, es más fea que un sobaco. Ya os lo he contado alguna vez, está a las afueras del pueblo, en una colina y la componen una serie de naves industriales dentro de las cuales están todas las dependencias. El camino que sube hasta la casa es como si estuvieras yendo a Supervivientes. En esas zarzas se ha perdido más gente que en el Triángulo de las Bermudas.
Una vez dentro nos habían habilitado el antiguo apartamento de GH 16 para la prensa. Hice pis en el mismo retrete en el que Maite Galdeano hacía sus cosas. Cuando tiré de la cadena sonó la cancioncilla de los papeles del camión. Me dio miedo.
El Súper más súper de todos, Floren Abad, nos contó cómo iba a ir la cosa. Como no quería que me echaran como me echaron de los últimos diez bares, iglesias y cárceles en las que he estado, procuré no decir que iban a salir los concursantes uno por uno, por no jorobar la sorpresa.
Nos dieron bocadillos y gominolas. No las cogí porque quería mantener mi independencia como medio independiente de la independenciedad. Perdonad las erratas pero aún me estoy sacando paluegos: sí, comí.
Bueno. La cosa fue en la sala de pruebas. Me he coloqué en primera fila. Se han visto buitres leonados tardar más en lanzarse a una oveja muerta que yo pillando silla. Me doy a mis fans. Y si queréis saber más de mí, siempre sé dónde ponerme en los cáterings para pillar primero de las bandejas de los camareros. Así sobrevivo.
Los concursantes flipaban al entrar en la sala. Salían por una puerta que comunicaba con el salón. Como al entrar la gente les aplaudía a saco creo que pensaban que habían ganado el concurso. Si no, no se entiende que Lozano, Rappel y Laura estuvieran a punto de llorar en los primeros segundos.
Luego se les pasaba cuando la gente les preguntaba y les caían hostias como panes de hogaza de dos kilos y del mes pasado. Me gustó una cosa que nos dijo Sandra Barneda antes de empezar, «recordad que vosotros les veis como personajes, pero detrás hay personas, pensad en la persona», para que no fuéramos muy duros.
Para el caso que se le hizo lo mismo podría habernos dicho la fórmula de la Coca-Cola, quién mató a Kennedy y que si queríamos arroz, Catalina.
Os diré que Carlos Lozano parece más guapo en persona y que estaba en su salsa. En la sala había además de la prensa bastante público y eran mayoritariamente fans de Carlos, aunque había seguidores de Laura Matamoros, también entre los periodistas.
Sí, es inexplicable, lo sé, pero a la gente también le gusta el Bitter Kas y Paquirrín ha conseguido reproducirse dos veces.
El caso es que se coreó mucho el nombre de Carlos, incluso en las pausas de publi y cuando no había directo y a Laura se la abucheó bastante. Eso hundió un poco a Laura. La primera vez salió sonriente, pero la cara se le fue transmutando hacia la ira/pena/cabreo. Era como mirar a Falete cuando se le acaba el plato.
Y ¿por qué está tan renegrida? No es que se haya puesto morena, es que la han dejado demasiado tiempo en el tostador. Pero esa capa de hollín no se la sacas rascando con el cuchillo. Esta muchacha puede hacer de Baltasar en la próxima cabalgata sin maquillarse.
Os diré que en las distancias cortas Laura Campos mejora. Sí, es más basta que limpiarse el culo con lija, pero es muy maja, se lo pasa bien, saluda a todo el mundo y parece buena chica. Rappel… en fin. Me dio la sensación de ser más malo que hacerte un porro con polvo matarratas y fumártelo mientras saltas de un quinto piso a un foso lleno de estacas afiladas.
Y joder, cómo se enrolla. Es de los que para contarte que se le ha escapado el autobús comienza narrando los inicios de la invención de la rueda y luego va paso por paso con detalles pormenorizados sobre la evolución de la automoción. Si estáis jubilados ya no dejéis que Rappel os cuente nada porque acabáis vuestros días en esa conversación, que van a poneros los nietos flores a la tumba y está allí Rappel con una túnica acabando de contar la historia.
Me dijeron que se lió parda en el plató entre Matamoros y Javi, ¿no? Pues es raro… los dos parecen el tipo de gente que ha ido al club de debate de la facultad y que prefiere el intelecto a los bíceps… Espera, ah, no, que pensé que estaba hablando de otros dos. Estos chavales ven a una paloma blanca con una rama de olivo en el pico y la revientan a patadas. Pacifismo puro.
El momento de la expulsión fue muy tenso. Es curioso, pero Laura Matamoros estaba especialmente inquieta, ¿pensaría que podía irse ella? Ya sabéis que se fue Dani, al que le iba a preguntar que qué iba a hacer con el dinero del premio… ja ja ja ja ja.
Hablando de preguntas. Muy buenas respuestas de todos a los que les pude calzar una, véase Lozano, Matamoros y Campos. Sandra Barneda tuvo paciencia conmigo y me dio la palabra cuatro veces. Creo que mis gestos amenazantes cada vez que me miraba hicieron efecto. Bueno, eso haber secuestrado a su perro una hora antes.
Ya sabéis que mi rollo no es ‘hater’, así que preferí preguntar a mi estilo: haciendo el canelo. Espero que os gustara. Me hizo especial ilusión leeros en los comentarios y en las redes. ¡Os quiero con un huevo y vestido de Lagarterana 😉 !
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