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Alejandra Paggi, investigadora en Regiones Ultraperiféricas de la UE: «El sentimiento hacia Europa es de cercanía»

Habla de su criatura de estudio —la ‘diplomacia territorial’: la de los territorios no independientes— con alegría incierta y metáforas maternales: «Estoy haciendo un bebé». Luego ríe. Alejandra Paggi (Argentina, 1982) es politóloga y vive desde hace casi dos años en la isla caribeña de Martinica, una de las Regiones Ultraperiféricas (RUP) de la Unión Europea, perteneciente a Francia.

Como en un blog no hay necesidad de ser estrictamente cartesiano con los géneros, os diré que conocí a Alejandra gracias a un comentario suyo en el post que dediqué a las RUP. Fue la única canaria —aunque argentina de nacimiento vivió hasta los 18 años en el archipiélago— que me defendió (¡y con argumentos!) aquel día… pese a mi obvia ignorancia. Aunque no es por ello que la traigo aquí, claro.

Su historia —que dejó entrever ya en su comentario— de joven investigadora en asuntos europeos me llamó la atención. Lo habitual es que si eres joven y eres investigador vivas o merodees por Bruselas o Estrasburgo, que escribas para algún think tank de renombre o estés adscrito a un grupo de trabajo universitario. Alejandra no. Terminó la carrera en Granada, se fue a Francia y de ahí dio el salto a Martinica. Nomadismo isleño.

Alejandra Paggi, politóloga e investigadora (A.P).

Alejandra Paggi, politóloga e investigadora (A.P).

Dice Alejandra que si estuviera pagada como investigadora en una universidad, «lo que tarda tres meses en hacer lo haría en una semana». Pero luego para compensar cita a Lula: «Si tú perserveras, tarde o temprano obtendrás algo». Ese algo, para Alejandra —que «no vive» mientras investiga: prepara también unas oposiciones del Estado francés y cuida a una niña de cinco años— es la política.

No la política de moqueta, mítines de cartón piedra e inauguraciones, sino la política de las relaciones diplomáticas profundas y de la cooperación compleja. En especial, su predilección es América Latina. En ese sentido tiene entre manos un proyecto prometedor: un estudio comparado de la acción exterior de EE UU y Europa en Puerto Rico y las RUP.

Se trata, por resumirlo, de analizar las dinámicas de aislamiento o dependencia de los territorios no independientes —Martinica o Canarias, en el caso de Europa, Puerto Rico en el de EE UU— para ver qué posibilidades de interacción con el entorno cercano existen (relaciones comerciales, acción conjunta, integración regional, etc). Suena interesante y diferente a todo lo que hasta ahora había escuchado. Y también prometedor.

Alejandra, es casi inevitable que salga en la conversación, necesita financiación: los inconvenientes habituales de ser un outsider académico. Además, dice, aunque la diplomacia le encanta, sus dotes diplomáticas no las tiene muy desarrolladas, lo que a veces es un problema serio en este mundillo mandarín. Volará en breve a Canarias: «Les mando correos, uno tras otro, pero nadie responde». Un viaje relámpago. Luego, a seguir con su ocupada vida en Martinica. Una vida más monacal que caribeña.

Pregunta: ¿Cómo comenzaste a interesarte por Europa?

Respuesta: Como nacional de un Estado miembro de la UE y más particularmente con la situación que atraviesa España y su relación con Europa es inevitable no interesarse en el tema. Sin embargo en lo que concierne a lo académico la verdad es que ha sido mi interés por las RUP lo que me ha llevado a profundizar en una visión global de Europa, su acción exterior y el papel de las regiones en el engranaje europeo y más concretamente en la relación bidireccional Europa-RUP, RUP-Europa.

P: ¿Por qué te especializaste en el estudio de las Regiones Ultraperiféricas?

R: Digamos que aún no soy una especialista, pero estoy en ello. Todo empezó en Martinica, aquí la realidad de la ultraperiferia y su proyecto de integración regional me llevó a la cuestión de  investigar cuál es la realidad canaria en torno a su cooperación regional con su entorno geográfico inmediato; y me surgió la idea de realizar un estudio comparado de estas regiones. A partir de ahi la investigación me llevó a las RUP y evidentemente a Europa. Aunque mi estudio se centra en una de las herramientas al servicio de las RUP: la diplomacia territorial.

P: Eres Canaria, ¿cómo se percibe la UE desde allí? En general, ¿existe una visión positiva de la pertenencia la Unión o cierta sensación de desamparo?

R: Personalmente considero que el tema «Europa» causa siempre dos visiones opuestas, tanto en Canarias como en Europa, entre los euroescépticos y los partidarios de la construcción europea. Sin embargo, por mi experiencia personal, creo que en general, las regiones ultraperiféricas, y en este sentido Canarias, tienen muy presente la importante intervención económica, a través de los fondos europeos, en el desarrollo de la región. Por otro lado, creo que el sentimiento, propiamente dicho, es de no cercanía con lo que entendemos por Europa debido a factores más bien culturales y obviamente territoriales.

P: Como politóloga, ¿qué fortalezas y qué debilidades presenta Europa en el siglo XXI?

R: Esta es una pregunta compleja, porque habría que hacer un análisis profundo de las razones de la existencia de Europa como unión político-territorial. La debilidad mayor creo que sigue siendo la composición y los problemas que esta provoca para conseguir una verdadera unión política. A pesar de la cesión real  de soberanía de los estados miembros a la UE en determinados temas, como el económico, existen aún demasiadas disparidades entre los estados miembros a nivel político, lo que impide homogeneizar ciertas políticas públicas fundamentales, como lo relativo a la inmigración. A lo que podemos añadir la percepción de falta de legitimidad del Parlamento europeo para tomar ciertas decisiones. Pero la Unión Europea es un socio importante en el desarrollo económico y social de nuestro archipiélago. En cuanto a las fortalezas, es paradójicamente la unión su mejor baza, dado el contexto de globalización, una unión de países con políticas públicas comunes puede favorecer la construcción de una Europa fuerte, con un margen de maniobra importante en materia de acción exterior que puede beneficiar a sus miembros en materia económica, comercial, cultural, etc.

P: ¿Cuéntame algo más sobre tus investigaciones? ¿Has recibido alguna beca de la UE?

R: Comenzando por tu segunda pregunta, la respuesta es no. Es una investigación que por ahora financio personalmente, pero con la que espero crear un campo de estudio interesante y con el tiempo a lo mejor poder financiar el proyecto con fondos europeos a través de becas dispensadas a por la UE o la CA de Canarias. En cuanto a mis investigaciones, como he mencionado anteriormente, estoy centrada en el estudio de la ‘diplomacia territorial’ como estrategia para el desarrollo de las RUP y la integración en sus entornos geográficos directos. La ‘diplomacia territorial’, es un concepto relativamente nuevo, que innova en el campo de la diplomacia convencional, puesto que son entes no estatales los que planifican su estrategia internacional y diplomática. ¿Cuál es el interés de este estudio?, pues precisamente añadir un elemento nuevo, extremadamente útil, para que las RUP puedan aumentar su grado de autosuficiencia y crear relaciones internacionales y de cooperación estables con sus vecinos.

P: ¿Te gustaría acabar asesorando a alguna institución europea o prefieres ‘ir por libre’ o trabajar en la Universidad?

R: En el campo profesional, barajo todas las posibilidades, creo que todas ellas están relacionadas, y que es interesante poder poner en práctica las conclusiones de una investigación. La retroalimentación de la práctica con la teoría y viceversa, pero me gustaría sobre todo, poder profundizar en las distintas realidades de todas y cada una de las RUP y con el tiempo poder participar a la creación de un espacio de encuentro entre todas ellas más allá de las conferencias de integración regional organizadas por la UE.

P: ¿Cómo convencerías a un joven euroescéptico de que el futuro de todos está en una Europa unida?

R: Le diría que se documentara y sacara sus propias conclusiones. Porque creo que es tan respetable pensar una cosa como la otra, pero le pediría por supuesto que argumentara su respuesta. Aunque si me permites, yo iría más allá, y diría que el futuro de todos está en un mundo unido…

P: Vives en Martinica, que es otra RUP, ¿qué actuaciones concretas, visibles, se llevan a cabo allí que lleven el sello de la UE? ¿Cómo es la vida allí? ¿Muy diferente a Canarias?

R: Martinica es una realidad compleja de la que podría escribir otra tesis. Pero desde que llegué enseguida tuve un sentimiento de cercanía con la isla, no sabría explicarlo, la única razón que encontré es el hecho de ser canaria. El espíritu isleño está muy presente y eso me ha ayudado a adaptarme rápidamente y sentirme como en casa. Sin embargo, tenemos historias muy diferentes, pertenecemos a dos países que tampoco se parecen política y culturalmente, que a su vez forman parte de Europa…y fueron justamente todos estos sentimientos encontrados lo que dio como fruto mi interés en el tema de las RUP y la relación de éstas con Europa y con el mundo. La vida aquí se asemeja bastante a la vida en Canarias en términos de cotidianeidad, pero la forma de hacer las cosas y la mentalidad es diferente en muchos aspectos, consecuencia del pasado histórico y de su historia política. No quiero extenderme demasiado, porque tendría mucho que contar con respecto a la acción exterior de Martinica. Pero quiero destacar el trabajo del Presidente regional Serge Letchimy, al que admiro profundamente, y su hombre de batalla en la materia, el señor Jean-Yves Lacascade, Director delegado de asuntos europeos y cooperación para la región de la Martinica, sin el que no habría sido posible realizar este estudio, él es mi «maestro».