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Datos y opiniones críticos sobre la lotería: muy regresiva y con poco retorno

Europa tiene muchas cosas de las que avergonzarse. Por ejemplo, ser el continente que inventó la lotería moderna. Para los que no jugamos nunca se trata de una batalla perdida, pero no está de más –ahora que llegan días en los que los medios de comunicación se vuelcan en dar cobertura acrítica a todo tipo de azares navideños– comentar cómo está el asunto de la lotería en la Unión Europea y en el mundo.

Cada vez se gasta más dinero en lotería. El informe anual de la Word Lottery Association referente a 2013 (quizá el compendio estadístico más fiable y de los pocos actualizados y disponibles) confirma un incremento de la actividad económica en el sector del 3,8% respecto al año 2012. Europa es, de todos, el continente que más gasta, y en concreto España el país de la UE que más lotería consume y que mayor gasto per cápita presenta (más de 100 euros cuando la media europea en 2011 estaba en 69, según el anexo de la European Lotteries).

Chema Moya / EFE

Chema Moya / EFE

Más allá del sentimentalismo obsceno al que apelan los anuncios, la lotería en Europa (y España no es una excepción) tiene un carácter «marcadamente regresivo», como me explica por correo electrónico el sociólogo Roberto Gavia, profesor de la Carlos III y autor del libro Fortuna y virtud (Sílex, 2013). Es cosa sabida la relación entre renta y gasto en lotería, aunque no muy publicitada: «Los sectores más desfavorecidos son los que más boletos compran», asegura Fernando Ramos, economista de la Universidad de Olavide en su artículo La Lotería Nacional en España, 1850-2000: Perfil Histórico del consumidor de loterías.

Según la World Lottery Association, de cada dólar gastado en lotería en el mundo, solo 28 céntimos retornan a la sociedad. El resto no. Pero no es solo eso, sino que el dinero que se destina a ‘buenas causas’ no suele tener ningún efecto cuantitativo sobre las mismas. Me lo explicaba también Gavia: «Las transferencias de ingresos de loterías a obras sociales no tienen efecto porque inmediatamente se detrae de otros fondos públicos lo que se transfiere a través de loterías, con lo que el resultado neto para estos programas no varía».

Por ejemplo, y siempre según la WLA, del total de ingresos anuales de Loterías y Apuestas del Estado en España, 8,5 millones van a parar a la Hacienda pública y 1,5 a actividades sociales (no detalladas). En Francia sucede algo parecido con la Française de Jeux. Allí, 12 millones de euros acaban en el Tesoro y 2,8 van a ‘buenas causas’, y concretamente todo sin excepción a promocionar el deporte. En Rumanía, el ratio es más equilibrado, aunque la recaudación de su lotería nacional también es mucho menor. Así, 319 mil euros van al Estado (que como en los otros casos no se detalla qué hace este con él) y 40 mil a causas sociales, en el caso rumano todo el monto se dedica a actividades culturales.

Son tres ejemplos de cómo los Estados administran el dinero que ingresan por los juegos de azar que ellos mismos sustentan. Un negocio tan redondo como los bombos mismos del sorteo de Navidad en España. Hace unos años, The Guardian publicó datos que venían a confirmar los indicios de que los beneficios sociales de la Lotería Nacional en Reino Unido no se distribuían de manera justa, lo que hace sospechar que aquí en España, y en el resto de Europa, pueden darse problemas similares. Es un buen tema para eso que ahora se llama periodismo de datos, ¿no? En cualquier caso y para terminar, siguiendo esta línea os dejo con el genial monólogo contra la lotería que se largó John Oliver en su programa hace poco (que descubrí gracias a @suanzes).  Sus dardos apuntaban a las loterías de EE UU, pero no hay mucha diferencia.

PS. Los investigadores, sociólogos y economistas, llevan años tratando de aprehender las razones por las que se juega a lotería y por qué se da esa correlación entre clases sociales más desfavorecidas y mayor gasto. Si queréis saber cómo está el estado de la cuestión os recomiendo leer Why the poor play the pottery. Sociological approaches to explaining class-based lottery play. Se trata de un artículo de 2013 de dos investigadores del Instituto Max Planck que viene a cubrir la falta de una explicación general al tema. Además de un repaso a los diferentes enfoques racionalista, utilitarista, etc. apuntan a que las estructuras sociales deberían ser un factor cada vez más a tener en cuenta para explicar ciertos comportamientos de la población respecto al juego.

5 comentarios

  1. Dice ser nekane

    Cachis la mar!
    doy fé que lo del anuncio de éste año d ela lotería no anda tan descaminado
    cierta vez en una empresa catalan, mi amiga y yo recien llegadas nos negamos rotundamente a participar en la participación anual de loteria de la empresa… te puedes creer que cayó un gran pellizco y ni te cuento la cara de bobas que se nos quedó a ambas…
    tienes TODA la razón en lo que dices, pero el dinero es solo papel y ayuda la hostia en éste cruel mundo lleno de tentaciones, así que a nadie nos amarga un dulce, pero claro… a esa determinación también llegué a fuerza de cumplir años, cómo no!…

    10 diciembre 2014 | 17:22

  2. Dice ser Tomas Parra

    Tenemos un estado-casino que se lucra fomentando la adiccion al juego en sus ciudadanos con el objetivo de venderles papeletas para el sorteo de una libertad que les aleje de la miseria, el miedo y la inseguridad que él mismo genera y mantiene.

    Si tuvieramos unos gobernantes eficientes y un estado responsable ningun ciudadano estaria en la miseria ni soñando con que le tocase la loteria para salir de la misma.

    10 diciembre 2014 | 17:30

  3. Dice ser Warp

    A mi me parece que la lotería es uno de los grandísimos inventos del Estado y de la Hacienda Pública. Nadie te obliga a jugar, si gastas compras ilusión, si no ganas, ya has pagado un poco más de impuestos a las arcas públicas, y si te toca, el Estado también gana con sus impuestos.

    Con no jugar tienes bastante y sirve para obtener una mínima recaudación de una masa enorme de gente que no paga ni un euro en impuestos.

    ¿No has leído «La lotería en Babilonia», de Borges? Ya estás tardando.

    10 diciembre 2014 | 17:34

  4. Dice ser Nacho

    Gracasi, Warp. Opino como tú, sí. Y leí La lotería de babilonia. Supongo que una lotería así, que premiase en negativo tendría al menos algo de emoción… :).

    10 diciembre 2014 | 19:23

  5. Dice ser Sebas191

    Creo que es de cajón porqué juegan en mayor proporción las clases desfavorecidas. Si a alguien le basta lo que tiene es estúpido jugar, pero cuando uno se las ve y desea para llegar a fin de mes, es normal que se intente buscar la suerte, nunca se sabe…
    Pareciendome un artículo interesante, no creo algún dato de los que pones, o falta añadir algún dato a cifras que das, que estaría bien que aclararas: ¿hacienda sólo recauda 8 millones y medio? No creo que sea una cifra anual, puedo equivocarme, ya que creo que eso lo recauda hacienda por juego en una sola semana (cuando no diariamente).
    En fin, mi enhorabuena a los que no necesitan que les toque nada y no se ven obligados a jugar y suerte a los que lo nececitan ;).
    PD: Lo que me parece vergonzoso es la incitación continua que se hace desde todos los medios para que se juegue, porque se da el mensaje equivocado de que esa es la solución de los problemas, cuando la verdadera solución sería tener un estado más justo y solidario con los que lo están pasando mal, sin necesidad de suerte. Y opino que esta incitación al juego es ayudar a crear otros problemas, muchas veces graves.

    11 diciembre 2014 | 09:50

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