El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Nutrición-área 51: «Ojo de halcón» para adelgazar

Ojo de halcónLo reconozco, este podría ser uno de los temas prototípicos de la mencionada “nutrición-área 51” y, a pesar de que parece broma, no lo es. Tristemente. Se trata de la enésima bobada para adelgazar y se llama “ojo de halcón”.

Reconozco abiertamente que me sorprendió el saber de esto el otro día cuando una compañera (Diana Martínez ‏@gabinetedm) lo puso en Twitter, es más, a resultas solo del cartel, no tenía ni idea de qué podía ser… ¿tendría que ver con algo de jugar a tenis, o con aquello de convertirse en un aguerrido arquero? Al fin y al cabo ambas actividades requieren ejercicio físico y, si de adelgazar se trata, pues la de aquel. Pero va y no. Deja que te cuente que la cosa se pone surrealista.

Algo que por otra parte ya se barruntaba cuando en el mismo anuncio se puede leer lo de que “si no adelgazas te devolvemos el dinero”. Expresiones de este tipo apestan. Posteriores indagaciones (ya digo que andaba más perdido que un supositorio en el oído) me llevaron a saber que se trata de una piedra. Sí, una piedra, pero con poderes claro; de qué si no eso de que te va a ayudar a adelgazar. No he podido averiguar qué tipo de piedra es esta geológicamente hablando (así de lejos parece ónice) o si los múltiples poderes que se le atribuyen proceden de su ubicación geográfica original o si le han sido transmitidos por la acción de algún tipo de chamán.

Es lamentable que a estas alturas de siglo y en nuestro entorno haya gente que se aproveche de la desesperación de terceras personas para hacer su agosto y atracarles con engaño (lo que se llama fraude, vamos). Lo más gracioso de todo es que las fuentes consultadas al respecto de este supuesto remedio gemoterápico coinciden sólo en parte a la hora de atribuirle sus propiedades. Ya te puedes imaginar la calidad de las fuentes consultadas, pero al menos en la que se cita en el anuncio, se pueden contrastar las múltiples aplicaciones de esto llamado “ojo de halcón” que empieza, como cabría esperar, por aquello del adelgazamiento y luego se mete en unos berenjenales chákricos de padre y muy señor nuestro:

Es bueno para adelgazar ya que quita la ansiedad por comer. Angustia. Dislexia. Sistema circulatorio. Intestino. Piernas. Saca del subconsciente lo que hay detrás de un cuello y hombro rígido. Gases. Todas las patologías cardiacas. Disuelve patrones de pensamiento restrictivos y negativos y las conductas arraigadas.

Es una de las piedras que llaman y atraen el poder del chakra base. […] Aplicada en el primer chakra, si la llevas puesta o meditas con ella, infunde paz y curación en las realidades físicas. Es una de las mejores piedras para emplear en la lucha contra esquemas negativos manifestados en enfermedad física.

Cura la energía terrestre y asienta las energías. Estimula y da vigor al cuerpo físico. Fomenta la visión y la intuición. Incrementa las capacidades psíquicas Incrementa la clarividencia

Limpia y energetiza el chacra básico. Puesto en la esquina de la riqueza de una habitación, el ojo de halcón atrae abundancia. Disuelve patrones de pensamiento restrictivos y negativos. Disuelve las conductas arraigadas. Pone los asuntos en perspectiva. Mejora el pesimismo. Mejora el deseo de culpar a los demás por los problemas que uno mismo se ha buscado. Trae a la superficie las emociones encerradas

Trae a la superficie las enfermedades de vidas presentes y pasadas. Sobre el tercer ojo, ayuda a volver a la fuente de un bloqueo emocional. Saca a la superficie las razones psicosomáticas que están detrás de un hombro congelado o un cuello rígido.

La cosa se explica por sí sola, opino; y a pesar del mucho juego que podrían dar, me voy a ahorrar los comentarios sarcásticos.

Como digo, otras fuentes, además de y con ausencia de, le atribuye las siguientes propiedades:

Se la aplica en el chakra coronario. Nos permite analizar los acontecimientos del diario devenir. Piedra de defensa de los medios negativos, donde los campos vibratorios producen fatiga, malestar o dolores físicos. Ubicada sobre los ojos, nos ayuda a adquirir una visión interior, mayor compostura y equilibrio. Aclara el fino material de nuestros canales de energía. El Ojo de Halcón fortalece nuestros órganos respiratorios y actúa los chakra cardíaco, umbilical y esplénico. También es beneficioso para problemas del bajo vientre, huesos y articulaciones. Tiene un efecto favorable sobre el torrente sanguíneo. […] Contra el mal de ojo. Recomendable cuando se está en campos negativos, ya que da fuerza y estabilidad. Acuario y Géminis: favorece la ampliación de perspectivas en el análisis de los acontecimientos de la vida cotidiana. Protege de los campos vibratorios negativos, etc. [y claro está] Suele reducir la sensación de hambre, por lo que es muy recomendable llevarlo puesto a la hora de hacer dieta.

Que digo yo que, que al menos se podría pedir un poco de coherencia por parte de los gemoterapeutas para estafar a la gente. Es decir, podrían ponerse de acuerdo.

En fin, un vivo ejemplo de porqué funcionan estas cosas… porque es lo que determinadas personas quieren oír. O como decía aquel, mientras haya bobos habrá engañabobos. Una pena.

Nota: Por si te has quedado con la misma duda que yo me quedé al saber de esto, he llegado a conocer que el famoso «ojo de halcón» para que funcione solo hay que llevarlo puesto, es decir no hay que ubicar la piedra en ningún orificio, ni trgársela, ni nada de cosas raras. Solo ponérselo encima.

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Imagen: @gabinetedm

Nutrición-área 51: La dieta del hombre lobo

nixxphotography vía freedigitalphotos.net

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Ya sabéis que a estas páginas suelen llegar muchas dietas milagro que, normalmente no suelo incluirlas en la bizarra “Nutrición-área 51”, pero esta es ya el colmo.

Como puedes observar en esta ocasión se trata de la dieta del hombre lobo, aunque tal y como suele suceder en estos casos no es otra cosa más que un método del tiempo de nuestras abuelas (o casi) con un lavado de cara. Es decir, esto de la dieta del hombre lobo no es otra cosa que la conocida “de toda de la vida” como dieta de la luna.

Este hecho no vuelve sino a poner de relieve que en el mundillo este de las dietas milagro no es más que una cuestión cíclica o si se prefiere, de modas, o de quita y pon. Veamos, cuando sea que suceda una dieta digamos que “nace”; es entonces se pone de moda (es la novedad); llega a su apogeo; es normal que tenga algunas variantes o digamos que «se reproduce» (algo que molestan mucho al gurú de turno que inventó la original); decaen y finalmente “mueren”. Como ves, algo muy parecido al resto de seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y mueren.

Pero en este caso, si hubiera que comparar las dietas con los seres vivos de verdad, estas serían sin lugar a dudas como las setas o los hongos. Ya que realmente no “mueren”, bueno en realidad las setas sí, pero antes de hacerlo dejan cuajado el suelo de una serie de esporas (una forma de vida latente que esperará unas condiciones adecuadas) para germinar y dar lugar de nuevo a una esplendorosa seta.

Sobre las dietas desconozco cuál demonios es el sistema que tienen para reproducirse (esporas creo que no es, aunque a veces lo parezca por su importante proliferación) pero lo que si que está claro es que una vez una dieta ha caído en el olvido, al poco tiempo, cuando otro gurú opina que las condiciones son las favorables vuelve a resurgir tan lustrosa o más que la dieta original. A diferencia de las setas, las dietas despistan más, se les cambia el nombre y entonces no son reconocibles de inmediato y parecen, solo lo parecen, nuevas. Ha pasado con las dietas más conocidas, las disociadas, las del grupo sanguíneo, la de Montignac, la del pomelo, la del tomate… y por supuesto la Dukan que, para la mayor parte de la opinión popular se presentan como dietas novedosas cuando de eso nada de nada.

Pues bueno, a lo que iba aquí tienes la enésima absurdez dietética titulada como digo la dieta del hombre lobo, antes, la dieta de la luna y punto. Se ha de reconocer que el nuevo nombre la dota de más empaque, puede incluso hacer inclinar la imaginación de los incautos usuarios que se va a ganar en fortaleza, en fiereza… quien sabe, según el mensaje subliminal de su nuevo nombre. Pero la tontería es la misma. ¿Y cuál es la tontería?

Pues no deja mucho a la imaginación, muy en resumen comer o ayunar en virtud de las fases de la luna (vamos, que como todo el mundo sabe, es lo que hacen los hombres lobo de pro). En sus descojonantes desconcertantes postulados afirma que:

Las diferentes fases de la luna afectan  al “ritmo corporal interno” siguiendo la misma pauta que los mares y los océanos. Según sus defensores, uno de los factores que más influye en la pérdida de peso es la capacidad de nuestro organismo de absorber agua y esto está ligado a la fuerza de atracción que ejerce la luna sobre los líquidos, y en mayor medida cuando la luna cambia de fase. Es decir, que los líquidos del cuerpo tienden a seguir los ritmos de las mareas, y que son provocadas por la influencia de la luna. Además, supuestamente la importancia de esta dieta es que los kilos reducidos no se vuelven a recuperar por la influencia de la fuerza gravitacional que ejerce la luna sobre los líquidos del cuerpo humano… [mejor lo dejo aquí, que no merece la pena ni gastar teclado].

Te preguntarás porque la he sacado hoy a colación. El motivo no es otro, como puedes suponer que el saber que está pegando fuerte al menos en el mundo anglosajón, no muy lejos de nuestras fronteras, y ya sabes eso de las barbas, el vecino, el recortar y el remojar. Sé que a los asiduos lectores de este blog no les hace ninguna falta que yo ponga como hoja de parra a este postulado dietético, pero es posible que algún desustanciado que busque información por internet se tope con este post y tenga un momento de lucidez y la mande a tomar por… esto, digo, que se olvide ella.

En la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición hay desde hace mucho tiempo un apartado con dietas milagro (muy poco actualizado, todo hay que decirlo)  y esta es la parte que le dedican a la dieta de la luna… hoy dieta del hombre lobo (aunque no lo digan).

Supongo que Boris Vian, se estará revolviendo en su tumba… de risa.

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Nota: Quiero agradecer a un lector generoso (Joan es lo único que sé de él por su correo) la oportunidad de saber del resurgir de esta tontería y ponerme al día.

Test genéticos listos para su uso: todavía no

DNA 2Si hay algo que parece estar pegando fuerte últimamente en el terreno de la salud a la hora de comercializar determinadas “soluciones” diagnósticas es el tema de los test genéticos al alcance de “cualquiera”. De cualquiera que se los pueda pagar, porque desde luego, aunque hay una amplia horquilla de precios, baratos no son.

Los laboratorios que comercializan este tipo de análisis genéticos muchas veces a partir de «centros de salud» un tanto dudosos, también desde algunas farmacias o incluso a través de internet suelen afirmar que sirven para tener una fotografía (habría que ver con qué nivel de detalle) de nuestra general predisposición genética para sufrir determinadas enfermedades metabólicas o degenerativas. Estamos hablando de patologías como el cáncer, diabetes, obesidad, psoriasis, artritis reumatoide, enfermedad coronaria, e incluso del riesgo de alguien a padecer una determinada adicción, etcétera.

Con esta “fotografía” de nuestra predisposición y por tanto del riesgo para terminar padeciendo estas enfermedades en un tiempo más o menos corto, se supone que el interesado ha de ponerse en manos de un profesional de la salud para que este establezca las medidas preventivas que mejor se pueden adoptar en su caso para minimizar dentro de lo posible el riesgo. Entre ellas, claro está el que comemos o dejamos de comer. En resumen, con la medicina basada en la genética se pretende obtener la información genética de un individuo con el fin de poderlo guiar de la mejor manera en el proceso de toma de decisiones clínicas.

La verdad es que suena de maravilla y los recientes avances en materia de nutrigenómica han disparado las esperanzas de unos consumidores siempre ávidos de soluciones. Y claro, siempre que hay ávidos consumidores los ávidos vendedores no andan muy lejos. No faltan aunque las “soluciones” que plantean no sean todo lo ideales que ellos nos quieren hacer creer. Me temo que, una vez más y a juzgar por lo que ponen de relieve recientes artículos científicos, se está vendiendo la moto sin manillar demasiado pronto. Me explico.

En el artículo titulado Genetic tests obtainable through pharmacies: the good, the bad, and the ugly (“Los test genéticos en farmacias: el bueno el feo y el malo”) se pone de relieve de forma bastante gráfica que en este terreno se están lanzando las campanas al vuelo demasiado pronto y afirma que se debe hacer entender que el actual conocimiento del genoma es bastante rudimentario y que puede, metafóricamente hablando, ser comparado con el conocimiento que se tiene del disco de Festos (sea este o no un fraude), en el que a pesar de comprender la función de un gen aislado (y sus variantes) no es nada sencillo entender todas las conexiones metabólicas y genéticas que puede tener una determinada enfermedad y terminar dando una respuesta categórica.

El estudio se refiere, claro está, a las pruebas genéticas basadas en la búsqueda de variantes genéticas asociadas a enfermedades comunes con una etiología multicausal; y no a esos otros test genéticos válidos para el diagnóstico de enfermedades monogénicas muy penetrantes, tal y como señala la European Society of Human Genetics  en este documento de posicionamiento.

Una muestra de lo que quiero decir la tenemos (con todas las precauciones que la fuente precisa) en este artículo de una periodista del The New York Times: I Had My DNA Picture Taken, With Varying Results (“Una instantánea de mi DNA con resultados inciertos”). En él esta periodista se hace tres análisis genéticos a partir de tres proveedores distintos que ofrecen “respuestas genéticas” para las mismas enfermedades. Lamentablemente para lo que cabría esperase o bien los resultados de unos u otros test no coincidían en gran medida, o bien la lectura que unos y otros laboratorios hacían de un mismo o similar riesgo era contradictoria.

Más allá de estos resultados, la periodista se puso en contacto con algunos expertos en la materia y les preguntó al respecto de su opinión sobre este tipo de test. La declaración más gráfica a mi modo de ver fue la del Dr. Robert Klitzman que afirmó que:

La utilidad de estos análisis es comparable a tratar de comprender el significado de un libro leyendo solo la primera letra de cada página.

No es la primera vez que estas cuestiones salen a colación en este blog y por tanto no me quiero despedir sin invitarte a que sopeses la respuesta del Dr. José María Ordovás, uno de los investigadores que a día de hoy son punta de lanza en estas materias, cuando se le pregunta de forma directa por estas cuestiones:

¿Y esos tests genéticos son fiables hoy?

Hay una gran variedad. Hay algunos construidos sobre bases (tanto por número de genes analizados como por la solidez de la información) que no llegan a ser muy fiables; otros se lo toman con más calma pero con mayor integridad, se plantean ir produciendo generaciones de tests fiables con los conocimientos que se tengan en cada momento. Una buena guía es elegir el que apuesta por el sentido común en lo que ofrece; los que no se sustentan son aquellos tests genéticos que, basados en uno, dos, tres genes, ya dicen “usted tiene tal riesgo de enfermedad, no puede comer de esto ni esto y cada mes le vamos a recetar estas píldoras”. Y además, sin médico de por medio, o todo por internet. Yo eso no lo recomiendo, es un gasto inútil y un peligro, tanto en términos de falsa seguridad como de los riesgos o de los remedios que ofrecen. Pero los tests basados en lo último de la ciencia, administrados por profesionales de la salud y que se apoyan en diferentes gamas del sentido común […] pueden ayudar a mejorar la salud de una persona. También por su valor psicológico, porque al individuo, un test genético le infunde un sentimiento de “esta es mi solución”. Pero, insisto, siempre hay que ser prudentes.

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Análisis de la validez de los famosos como prescriptores de salud

Tal y como habrás podido comprobar a partir de la trayectoria de este blog han sido varias las ocasiones en las que se han puesto de relieve algunas intervenciones de diversas celebridades en los medios de comunicación cuando dirigen a la población general mensajes relacionados con la salud. Como digo hay ya varios ejemplos, entre ellos destacaría el siguiente par de entradas:

Doña Isabel: su estilo de alimentación es mejorable

La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre

Pero como bien sabes estos post no dejan de ser una opinión, la mía, por mucho que aporte argumentos para defenderla.

Sin embargo, recientemente se ha publicado un artículo en la prestigiosa revista British Medical Journal que analiza dentro de sus posibilidades los mecanismos del impacto de las intervenciones de los y las celebrities en materia de salud. En el artículo titulado: Following celebrities’ medical advice: meta-narrative analysis (Un análisis metanarrativo del seguimiento de los consejos en materia de salud por parte de los famosos) se hace como digo un análisis de estas circunstancias.

Nota: Sobre el significado de un “análisis metanarrativo” la verdad me ha pillado un poco desprevenido. He encontrado una aproximación al sentido de este tipo de análisis en la Wikipedia de la siguiente forma:

discursos totalizantes y multiabarcadores, en los que se asume la comprensión de hechos de carácter científico, histórico y social de forma absolutista, pretendiendo dar respuesta y solución a toda contingencia”.

El caso es que tal y como se pone de relieve en el artículo mencionado, es frecuente que personas especialmente conocidas entre la población general (presentadores, actores, médicos incluso…) se atrevan a lanzar consejos y recomendaciones directamente relacionados con la salud, participen en campañas de publicidad de productos diversos y promocionen sistemas y terapias diversas. En algunas ocasiones, las menos, no es algo que estas celebridades busquen de forma consciente, pero el hecho de conocer algunas anécdotas de su vida relacionadas con la salud hace que la opinión pública reaccione en un sentido u otro. Por ejemplo, tras conocerse el diagnóstico de cáncer de mama de la cantante Kylie Minogue, las peticiones de consultas para hacerse una mamografía aumentaron un 40% en algunos estados australianos.

Sin embargo, el problema principal viene cuando el mensaje sobre la salud en el que con toda la intención participa una persona famosa no está basado en pruebas concretas al respecto de su eficacia. O cuando ese mensaje entra en conflicto directo con aquello que promueven las autoridades sanitarias y profesionales en base a la mejor evidencia científica disponible.

Muy en resumen,  el artículo establece cuatro caminos a partir de los cuales la población general termina por sobrevalorar aquellos mensajes sobre la salud en los que intervine de una u otra forma un personaje famoso.

  • Desde un punto de vista económico la presencia de personas famosas diferencia, y de algún modo avala frente a la competencia, aquellos productos o servicios que ellos respaldan con sus declaraciones o comportamiento. A partir de ahí se produce una especie de respuesta gregaria del estilo “dónde vas Vicente; donde va la gente” tendente a la imitación de aquello que han hecho otras personas en su misma situación (sea esa situación real o inventada con fines publicitarios)
  • Desde un punto de vista más publicitario se produce una especie de asociación entre lo que el famoso es y lo que hace, se proyecta una transferencia de cualidades de forma que el consumidor llega a creer que hacer lo que hace el famoso le proporcionará  de alguna forma sus mismos rasgos. De esta forma, seguir el consejo de un famoso proporcionaría al individuo los caracteres con que le gustaría ser percibido. Esta distorsionada posibilidad se ve influida al atribuir la aparente exitosa vida del famoso a todos los aspectos de la vida, incluida la capacidad para dar consejos de salud. Es lo que se conoce como efecto halo.
  • En el terreno psicológico esto tiene una fácil comprensión cuando se tiene en cuenta el condicionamiento clásico, es decir, la percepción positiva que se tiene de determinadas personas es independiente de aquello que en un momento dado están promocionando. Al mismo tiempo, determinados individuos pueden verse tentados de seguir el consejo de un famoso con el fin de reducir el posible malestar psicológico que les produciría el seguir conductas incompatibles con las suyas.
  • Por último, y desde un punto de vista más sociológico, con respecto al increíble impacto de todo aquello que sale por la boca de un famoso, es preciso tomar en consideración el importante manejo que estas personas tienen de las redes sociales. Además, el seguir de forma pública (en la redes) el consejo de un famoso le puede reportar a uno un cierto posicionamiento y crecimiento de su estatus en esas redes.

Como dato importante, el estudio resalta que los profesionales sanitarios deben contrarrestar en la medida de sus posibilidades aquellas intervenciones negativas de los famosos en especial cuando se les pregunta acerca de la última propuesta de moda. Para ello esos profesionales de la salud deben dirigir a los interesados a fuentes de información fiable y contrastable.

Otro tema importante que me parece interesantísimo destacar del estudio es que la participación de los famosos a la hora de ofrecer mensajes de salud puede tener tanto una vertiente negativa (cuando lo hacen mal) como una positiva, cuando su popularidad se aprovecha para hacer una adecuada promoción de la salud. Algo que supo hacer muy bien la British Heart Foundation para promover una adecuada reanimación cardiopulmonar (aprovechando para ello el marco de la genial película «Snatch: Cerdos y diamantes«)

En resumen: zapatero a tus zapatos; y si esos «zapateros» se van a dedicar a otras cosas distintas de «sus zapatos» sería muy aconsejable, e incluso positivo, el aprovechar la popularidad de esas persona para lanzar mensajes alineados con la las directrices de las autoridades sanitarias (y no al contrario, como habitualmente estamos acostumbrados)

Dicho esto y ya que estamos, no quiero escapar la oportunidad de mencionar las desafortunadas declaraciones de una presentadora, Patricia Pérez, que al parecer ha fichado como “nutricionista” para una conocida emisora de radio, esRadio. Los despropósitos en materia de nutrición y dietética de esta mujer son diversos y hasta cierto punto hilarantes. Puedes ver su estelar debut en el programa de Federico Jiménez Losantos, “Es la mañana de Federico” en este enlace.

Como ya ha habido un compañero que se me ha adelantado a la hora de hacer una crítica pormenorizada de su discurso (y del resto de tertulianos) te dejo con la entrada de “Mi dieta cojea” titulada “¿Por qué no te callas? La anti-divulgación del personaje de turno” (insuperable, gracias Aitor)

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Campañas para desenmascarar estrategias fraudulentas de adelgazamiento

debspoons vía freedigitalphotos.net

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El problema generalizado del sobrepeso y de la obesidad en las sociedades desarrolladas es muy similar en todas partes. Con ligeras diferencias en las cifras relativas a las personas afectadas, el problema es muy parecido. Una buena parte de la población pesa más de lo que sería aconsejable para su salud. En todos los continentes implicados también cuecen similares habas en lo que respecta a la existencia de métodos fraudulentos para adelgazar. En todas partes también hay, se supone, organismos sanitarios de la administración implicados en poner un cierto coto a estas prácticas abusivas. Por no despistar mucho el foco de la atención me gustaría centrar la entrada de hoy en el muy diferente proceder que tienen estas instituciones en dos marcos bien concretos, el de los Estados Unidos con la FDA (Administración para los medicamentos y los alimentos) y el de la Unión Europea con la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria)

Lo que me gustaría destacar es que a pesar de que en ambos entornos se dispone de un cuerpo normativo que trata de regular estas cuestiones, en el caso de los USA de vez en cuando, tampoco muchas veces, pero sí de vez en cuando, se dan a conocer campañas concretas con las que se trata de advertir a los consumidores sobre el peligro de estos productos o sistemas fraudulentos. En ciertas ocasiones también se conocen denuncias concretas sobre determinados fabricantes de estas “milagrosas” soluciones. Sin embargo, en el tema que nos ocupa y en nuestro entorno estas iniciativas brillan por su ausencia. Existe la normativa en cuestión (normalmente la referida a las alegaciones en los alimentos y complementos nutricionales) pero nadie aparentemente se encarga de hacerla cumplir, de hacer campañas específicas en épocas de especial riesgo (como es el actual con el cambio de año) o de imponer las correspondientes sanciones cuando se rebasan ciertos límites. O al menos yo no tengo constancia. ¿Por qué puedo enlazar que la Comisión Federal de Comercio estadounidense sanciona y multa a una serie de fabricantes por publicidad engañosa en la venta de productos para la pérdida de peso y no lo puedo hacer en el caso de la UE?

Las respuestas posibles son dos. Bien por que existiendo esas denuncias yo no me haya enterado, bien por que no se hayan producido.

Además de la normativa comunitaria en este sector tenemos la normativa nacional. Desconozco hasta que punto la una y la otra pueden entrar en conflicto, pero hasta el momento en que siga en vigor la normativa española entiendo que debiera hacerse cumplir. Digo yo que para eso estará. En España tenemos leyes para aburrir en este terreno, claras con respecto a lo que sí se puede hacer y bien concisas con respecto a lo que no. Sin embargo, tal y como comentaba en esta entrada y en esta otra, desconozco las razones por las que no se aplica y se persigue y sanciona a los que desde mi punto de vista son unos claros infractores. Desde luego que no será por falta de ocasiones. Si quisieran, la recaudación sería más sencilla que multar los excesos de velocidad con un radar. Los infractores, al menos tal y como yo lo veo, no se ocultan, es más, con toda clase de información al respecto de su origen (nombre del fabricante, denominación comercial, etc.) se anuncian en medios de comunicación nacional; en prensa, radio, televisión e internet. Las páginas web de estos fabricantes están cuajadas de verdaderas tomaduras de pelo, anunciando a bombo y platillo todo aquello o al menos una buena parte, de todas esas acciones que, a mi juicio y según la normativa, tienen prohibido hacer. ¿Dónde están nuestras autoridades sanitarias, por qué no hacen nada, acaso la ausencia de sanciones en este sentido nos ha de hacer creer que no hay infracciones?

No lo sé. Igual sí que hay sanciones y no nos estamos enterando porque no se hacen tan públicas como en Estados Unidos. Pero a tenor de cómo campan a sus anchas todos estos fabricantes me da que esta no es la realidad. Soy de la opinión que además del efecto punitivo de las multas, estas tienen o podrían tener un matiz ejemplarizante. De esta forma cuando se conozca que a un fabricante/anunciante de estos productos milagro se le ha dado un sartenazo importante (nada de la obligación de cesar en la publicidad y gracias… me refiero a un sartenazo importante) quizá otros se tienten las ropas antes de hacer lo mismo o algo parecido.

Con las arcas públicas en claros números rojos, este tipo de recaudación podría ayudar, quien sabe si a mejorarlos. Nos sería el objetivo primordial, pero desde luego que se podrían matar dos pájaros de un tiro.

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Nota: quiero agradecer a una fiel y correspondida seguidora en Twitter, @tu_endocrino, la información facilitada para esta entrada.

Dietas depurativas: tan abundantes como absurdas

Praisaeng vía freedigitalphotos.net

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A estas alturas del año, pasada la vorágine de las fiestas de Navidad y con los “nuevos” buenos propósitos, es probable que hayas tenido alguna tentación de ponerte a seguir una dieta depurativa. De hecho, esta época es la fetén para que este tipo de absurdos planteamientos hagan mella en tu bolsillo. Su seguimiento, además, servirá casi con toda probabilidad para aumentar tu sabiduría sobre procedimientos dietéticos estúpidos (ya ves que pedazo de ventaja), y quien sabe si incluso tu salud pueda verse afectada en sentido negativo. Un lujazo, vamos.

Dieta depurativa, a partir del método de turno que corresponda, suele ser el reclamo publicitario más visible: suena bien, es molón y aporta ese toque de buen rollo con el que tantas veces los misiles de las alegaciones fraudulentas tratan de derribar el dique de nuestra racionalidad… pero hay otras expresiones de similar calado, es decir, ninguno: dieta detoxificante (o solo detox), dieta purificadora, dieta para eliminar toxinas. Así, Internet, los establecimientos de herbodietética e incluso (tristemente) no pocas farmacias ponen a disposición de quien quiera ser su cliente un amplio abanico de soluciones depurativas… a cuál más ridícula.

¿Por qué son tan molonas?

En esencia ya lo conté en esta entrada, porque nos dicen aquello que queremos oír. Porque su planteamiento buenrollista resuena de forma eufónica en el interior de nuestro ser. Pero que algo “suene” bien no es garantía de que funcione. Ni mucho menos. Sucede algo muy parecido a la ya comentada actitud de “compensar”. De hecho en el concepto de dieta depurativa subyace el mismo posible error que con el tema de “compensar”. A fin de cuentas se trata de algo muy parecido; más o menos se trata de tomar consciencia de que se ha hecho mal durante un determinado tiempo para puntualmente seguir un patrón más o menos restrictivo, con el fin de abandonarlo en un periodo de tiempo también más o menos corto… y de esta forma volver a la casilla de salida en una especie de dietética espiral infinita.

¿En qué consisten?

Hay muchas y por tanto sus características son variopintas, pero suelen consistir en seguir un patrón de alimentación normalmente muy escaso con una presencia importante de frutas, vegetales en general, zumitos… otras veces están vinculadas a la toma de determinados yogurcitos, cereales de desayuno, etcétera. Muchas de ellas también están planteadas por sistemas comerciales con nombre propio y a base de preparados o sustitutivos de comidas.

No pocas personas asocian el efecto depurativo o desintoxicate al hecho de “evacuar”. Es decir, para muchos este efecto no es más que una forma más o menos chic de decir que sirve para ir al baño. Vamos, que las dietas depurativas son dietas para cagarse. Al final la pregunta que hay que contestar es una…

Pero, ¿tenemos que depuranos, o tenemos que detoxificarnos?

La respuesta ha de ser contundente: claro que sí. Y para ello nuestra biología tiene establecidos sistemas que llevan a cabo estas acciones. Nuestros riñones, nuestro hígado…, realizan estas acciones diariamente y sin que les pidamos el favor de que lo hagan de forma especial. Es decir, no hace falta seguir ninguna dieta depurativa cuando esta es planteada como un periodo dietético de quita y pon. Lo que se aconseja es seguir una dieta saludable constantemente y que cada sistema funcione dentro de las mejortes condiciones que, constantemente, sus propietarios, es decir, nosotros, seamos capaces de ofrecerle.

Además, el tema de la cuestión desintoxicante o depuradora referido a la dietética se enmarca de forma habitual entre aquellos sistemas alternativos poco recomendados y con una escasa (por no decir nula) aceptación entre la comunidad sanitaria reconocida, tal y como se pone de manifiesto en este estudio.

Por último, estas cuestiones depurativas y detoxificantes reúnen, siempre, más de una de las “banderas rojas” que caracterizan a las denominadas dietas milagro o populares: sacar conclusiones simplistas de cuestiones complejas, incluir la compra de, vete a saber, que productos, hacer listas de alimentos buenos y malos, prometer resultados rápidos, etcétera.

Así que ya sabes, pasa de este tipo de dietas y retoma cuanto antes un patrón de alimentación adecuado. Tu bolsillo, tu tranquilidad y tu salud te lo agradecerán.

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Stuart Miles vía freedigitalphotos

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Esto empieza a ser un clásico. Me refiero a la clasificación que anualmente hace la Asociación Británica de Dietética (BDA) sobre las dietas milagro que más riesgo tienen de popularizarse entre la población general el próximo año, al menos entre la población británica. Y bueno, como no están tan lejos y conocemos de sobra el comportamiento viral de este tipo de absurdeces dietéticas, es también bastante probable que notemos su influencia por estos lares. Así ocurrió si recuerdas con la dieta OMG que estaba en la clasificación del año pasado (que se abordó convenientemente en el blog en este enlace y en este otro) y que llegó hasta España a bombo y platillo… y poco impacto, afortunadamente.

Pues bien, en esta nueva edición tenemos nuevas y dantescas incorporaciones (aunque algunas sean viejos planteamientos, como ya veremos) y algunos sean viejos conocidos. Vamos allá con este ignominioso y actualizado ranking.

5º puesto

Ocupado por uno de esos viejos conocidos a los que aludía. Me refiero a la dieta o o método Dukan. Un astro que al parecer está en un ocaso anunciado en el mundo de las dietas milagro. Recordemos que sus planteamientos ocuparon el número uno de esta poco honorable clasificación en las tres últimas ediciones. Qué decir que no se conozca ya de este maravilloso método; así que pasemos al cuarto puesto… ¡Ah sí!, se me olvidaba, se puede decir, por ejemplo, el dato sin importancia que recoge la BDA en su clasificación: que a su creador, Pierre Dukan, este año 2013, se le ha prohibido ejercer como médico de cabecera en Francia. Significativo. Sigamos

4º Puesto

Otro “sistema adelgazante” que repite presencia, y puesto, este año con respecto al anterior y que hace dos años ocupaba el 2º puesto. Se trata de de la práctica de la alcorexia o también llamada drunkorexia. Está claro que se me acumula el trabajo, el año pasado anuncié un post dedicado a abordar esta salvaje propuesta dietética y sin embargo ha pasado un año y aún no lo he hecho. Queda pendiente, sin falta, para este 2014. Palabrita. De momento y como avance baste decir lo mismo que transmití el año pasado por estas fechas, se trata  en seguir un patrón de alimentación francamente contenido y restrictivo a lo largo de un día o incluso de la semana con la meta puesta en un próximo, nunca muy lejano,  consumo compulsivo de bebidas alcohólicas. La finalidad es que las calorías de más de las bebidas alcohólicas no te hagan engordar ya que para eso se ha ido creando un balance negativo.

3º Puesto

Nueva a medias, se trata de la dieta exenta de gluten con el fin de adelgazar. ¿Te extraña, te parece que no hay base científica para postularla con esos fines? Pues tienes razón, es una magufada sin mayor sentido que el hacerse popular a base de utilizar el respaldo de personas conocidas, léanse famosillas y famosetes. Entre ellas algunas de las más destacadas Gwyneth Paltrow, una tipa que día sí, día también se despierta con ganas de contarnos su última excentricidad dietética. Acumula ya varias, a cuál más absurda. Gwyneth, bonita, a ver si lo entiendes en español que sé que el rollo spanish te pone (recuerda tu Erasmus o lo que sea en Talavera de la Reina, localidad que, hay que ver, te ha hecho hija adoptiva): ser famosa por lo que haces delante de las cámaras no te convierte en experta en nutrición. Anda maja, déjalo, please. Give up, porfis.

 2º Puesto

Una de las verdaderas novedades. Nueva en la lista y nueva en sus planteamientos, al menos para mí y entrando con fuerza, se trata de un planteamiento mitad (pseudo) médico, mitad (pseudo) morfológico. Es la dieta del biotipo. Por lo que cuenta la BDA se trata de poner en relación seis tipos hormonales diferentes con también seis patrones de distribución de la grasa corporal. Una vez establecida esta bio-tontería que solo sus promotores son capaces de defender, se trataría de hacer listas de alimentos prohibidos, alimentos permitidos y, por supuesto recurrir al tema de los suplementos curalo-todo. Esta claro que he de hacer los deberes y ponerme al día. Queda pendiente el detallar su funcionamiento en una próxima entrada. De momento empieza muy mal ya que reúne una buena parte de todos los rasgos diferenciales de las dietas milagro populares y que puedes consultar en esta entrada.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las reinas de las dietas milagro más peligrosas para 2014 al tiempo que menos recomendables, en el  number one y por tanto en la cimaaaaaaaa…

1º Puesto para

Una vieja conocida de este blog, que al parecer han sacado del baúl de los recuerdos y la han desempolvado, el respiracionismo (este sí que ha sido tratado en el blog y puedes consultarlo pinchando en el enlace). O sea, alimentarse solo de los rayos del sol (el “solo” es importante y no está puesto a tontas y locas). Es decir, es la propuesta de adelgazar dejando de comer. Nos ha jorobado. En su descargo, he de decir que es la única de esta lista que tiene un sustento científico importante. Es más, llevado a sus últimas consecuencias te termina dejando, muy, pero que muy delgadito o delgadita. Tanto como para que te pongan un pijama de pino y… hala, a criar malvas. Hay que decir que no seríais los primeros, o lo que es lo mismo, hay historias de éxito detrás que garantizan sus resultados (modo irónico: on).

Bien, ahora que ya os las he contado, no me digáis que os pillaron desprevenidos.

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Bebidas que no son la leche (de soja, arroz, almendras…)

zole4 freedigitalphotos.net

zole4 (freedigitalphotos.net)

Una especie de conciencia antilácteos está permanentemente presente en nuestro entorno haciendo recaer sobre el consumo de leche miles de aspectos negativos para la salud. Este posicionamiento antilácteo al que me refiero funciona además como una especie de dial que ofrece distintas intensidades. En la postura más light de este posicionamiento están quienes defienden su consumo solo cuando el producto en sí tenga un origen ecológico; luego están los que ecológica o no, la leche solo será un producto aceptable mientras no haya sido sometida a ningún tratamiento incluida la pasteurización (sí, ya sé que parece increíble, pero de esto también hay) ya que al parecer estos procesos son los causantes de Dios sabe cuántos males; a continuación están aquellos enemigos a ultranza de la leche como producto animal que es y proponen en sustitución el consumo de otras bebidas vegetales, blancas, a las que desustanciadamente llaman leche. En el bando contrario a cualquiera de estas posturas están los que afirman que la leche, la original, es poco menos que imprescindible para un correcto mantenimiento de la salud y que se hace preciso tomar no sé cuantos vasos o litros al día. ¿Qué tal si aclaramos un poco estas cuestiones? Luego que cada cual haga lo que le dé la gana, pero haga lo que haga, por favor, que no trate de convencer a los demás de sus planteamientos y, si lo hace, que aporte pruebas.

Ni la “leche de soja” ni las “otras”… son leche

Antes de continuar es imprescindible hacer algunas aclaraciones semántico-legales. En el contexto alimentario, la legislación advierte que el nombre de “leche” hace referencia a:

La secreción mamaria normal de animales lecheros obtenida mediante uno o más ordeños sin ningún tipo de adición o extracción, destinada al consumo en forma de leche líquida o a elaboración ulterior

Por si esta definición no hubiera quedado clara, el mismo texto legal hace la siguiente aclaración (supongo que sabedora de los múltiples atropellos que se cometen en este sentido):

Podrán denominarse “leche” sólo los alimentos que se ajusten a la definición formulada

Así pues, ni “leche” de soja, ni “leche” de almendras, ni “leche” de arroz… ni “leches” varias. La denominación de estos productos será, normalmente, “bebida de…” o “bebida a base de extracto de…” lo que corresponda en cada caso (puedes comprobarlo yendo a tu nevera o mirando en el súper).

¿Son estas bebidas un buen sustituto de la leche de verdad?

La respuesta es depende. Depende de para qué, me refiero. Desde un punto estrictamente nutricional, como puedes imaginarte, no tienen mucho que ver, así que de sustituto en este aspecto, ni bueno ni malo, sencillamente no lo son. Llegado este punto es necesario aclarar que si por algo destaca la leche como alimento y por algo se la ha recomendado con tanta insistencia (hasta llegar casi a la vehemencia) es por su riqueza en calcio y por ser una fuente dietética de este mineral especialmente importante (recuerda que ser rico en un nutriente y ser al mismo tiempo una buena fuente del mismo no tienen porqué ser una cosa consecuencia de la otra). Pero no es ni de lejos la única fuente dietética de este mineral, según el “manual” Krausse Dietoterapia 12ª ed, las verduras de hoja verde como la col, el brócoli, las espinacas, las espinas pequeñas del pescado, las almejas y las ostras, son, entre otros, buenas fuentes de calcio. Además, también pueden serlo algunas bebidas enriquecidas (en calcio, se entiende), como la de soja, al igual que otros zumos enriquecidos pueden contener tanto calcio como la leche de vaca.

Pero es preciso hacer dos aclaraciones para quien lee demasiado deprisa: en estos últimos casos se refiere a las bebidas enriquecidas (lo digo para que los amantes de lo “natural” lo tengan en consideración) y; Tener tanto calcio como la leche no quiere decir, insisto, que el producto termine siendo tan buena fuente dietética como esta; las cuestiones de la biodisponibilidad, la presencia al mismo tiempo de otros nutrientes que faciliten o dificulten su absorción, etcétera también son elementos a tener en cuenta.

Sin embargo, este tipo de bebidas sí que podrían ser un buen sustituto como elemento intercambiable por razones de conveniencia (a quien le guste, claro). Me explico, si alguien ha decidido no tomar leche por la causa que sea y a la hora de desayunar le apetece un café “con leche” o una tacita de cacao soluble el utilizar como sustituto la bebida de soja, de almendras o la que sea, será más conveniente que, por ejemplo, mezclar el café con el zumo de naranja o poner el cacao en polvo en un vaso de agua calentita…. por decir algo.

¿Entonces que es mejor tomar: leche o bebida de soja?

Esta pregunta es de similar calado a ¿qué es mejor tomar: pan de molde o lonchas de mortadela? Es decir, si por mejor se refiere a sus efectos sobre la salud… no son alimentos nutricionalmente comparables. Pero que no cunda el pánico. Si quieres y te gusta, puedes tomar las dos cosas, leche y bebida de soja… o las cuatro: leche, bebida de soja, pan de molde y mortadela. Además, que algo sea bueno o malo dependerá, tal y como vimos en esta entrada de múltiples factores. De momento de la frecuencia con la que se consume y de su cantidad y, además del resto de nuestra alimentación y del resto de nuestra vida.

Pero, al final, ¿hay que tomar leche?

No. Ni es obligatorio, ni indispensable, ni en sentido estricto tampoco diría que lo es el aconsejar una determinada ingesta de leche al día. De hecho, las más recientes recomendaciones sobre la leche, me refiero a aquellas que me parecen más acertadas, se refieren a la leche como un alimento más, sin darle una mayor importancia y sin asignarle un grupo de alimentos propio, con su frecuencia y cantidad de consumo. Estas recomendaciones de las que hablo son las de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Si bien, como sabrás, otras recomendaciones como las del Gobierno estadounidense y más en nuestro entorno, las del Ministerio de Sanidad, siguen otorgando a la leche y en general a los lácteos un papel diario “indispensable” dentro de las recomendaciones. Es más, en el caso del plato de la alimentación saludable de la universidad de Harvard la alusión al tema lácteo es para referirse a controlar su cantidad más que a fomentar su consumo. Es decir, leche si quieres sí, pero no te pases y en especial no la uses como «bebida» en sustitución del agua (algo más frecuente fuera de nuestro hispánico entorno).

En resumen, siempre que lleves una adecuada alimentación la leche es un alimento más sobre el que no es necesario hacer recomendaciones concretas, como tampoco se hacen sobre el consumo de tomates o de las pipas de clabaza, por decir algo.

Ahora bien, el decir esto y creerse las ideas conspiranoicas que a menudo se oyen sobre la leche no son la misma cosa (imprescindible este bodrio documento resumen para ilustrar esas tonterías tomado de la ínclita “Discovery Salud”). Así pues, ni maldita, ni bendita, cuando oigas hablar de la leche que sepas que… blanco y en botella.

Como el tema lácteo da para mucho, te sugiero que si quieres visitas estas otras entradas:

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Nutrición-área 51: análisis instantáneo de minerales y vitaminas por espectrofotometría

Supón que tu médico o tú sospecháis que andas bajo de un de determinado mineral o vitamina… o en sentido contrario que tienes unos niveles excesivos de metales pesados en tu organismo y que cualquiera de estas situaciones pueden estar poniendo en jaque tu salud. Lo tradicional, como sabrás, es que se te haga una extracción de sangre y en ella se observen los niveles de aquellos elementos sospechosos ya sea por su déficit o por su exceso. Y eso, como sabes, lo del análisis de sangre, es un engorro, además es relativamente caro y requiere cierto tiempo. Aunque no te lo pagues tú directamente y vayas por la Seguridad Social este tipo de analíticas tienen un precio considerable. Así, siguiendo los cauces habituales, tras varios días, los resultados estarán en manos de tu médico quién podrá pautar el correspondiente tratamiento y recomendar si corresponde las oportunas medidas dietéticas. Incluso si es un médico majo, podría derivarte a estos efectos a un dietista-nutricionista.

Pues bien acabo de ser conocedor del el enésimo disparate diagnóstico (como sabrás hay varias entradas dedicadas a estas cuestiones, más en particular a los diversos y fraudulentos sistemas de detección de intolerancias alimentarias). En este caso se trata de un aparato de tamaño no superior al de un ratón de ordenador que emite unos “pulsos de luz” y que sabiamente aplicados en cuatro puntos concretos de la superficie de la palma de la mano puede hacer este diagnóstico de elementos (vitaminas y minerales) en el acto. Ya ves qué maravilla, sin extracciones de sangre, por un precio infinitamente menor y sin esperar ya que los resultados se vuelcan inmediatamente tras el “análisis” en un ordenador. Puedes ver su funcionamiento en este explícito vídeo:

Te cuento todo esto porque el sistema en cuestión está pegando fuerte. Bueno, en realidad quién lo está haciendo es la empresa que comercializa estos aparatos en España que se denomina OligaScan a base de hacer promoción del aparato en cuestión entre las consultas de médicos, nutricionistas…

¿Cómo se supone que funciona el OligoScan?

A través de una información técnica difícil de comprender salvo que se sea un experto en estas cuestiones la página web del distribuidor afirma lo siguiente:

El método utilizado por el OligosScan para obtener resultados sobre la concentración de elementos traza en los tejidos examinados es el de la espectrofotometría. Es un método de análisis cuantitativo que consiste en medir la absorción o densidad óptica de una sustancia química.

El principio básico es que cada compuesto químico absorbe, emite o refleja la luz (radiación electromagnética) a lo largo de un intervalo de longitudes de onda. Cuanto más concentrada es la muestra, más se absorbe la luz dentro del límite de las proporciones establecidas por la ley de Beer-Lambert.

La espectrofotometría se utiliza en muchos campos: la química, la farmacia, medio ambiente, alimentación, biología, medicina, clínica, industrial y otros.

Pues sí, tanto la espectrometría como la espectrofotometría son técnicas que tienen su utilidad en ámbitos diversos, incluido el sanitario. Pero nadie, absolutamente nadie había propuesto hasta la fecha la utilidad que este sistema propone. Nada inconveniente por otra parte, aquello de la novedad, más al contrario. Pero tal y como sostenía C. Saganafirmaciones extraordinarias requieren evidencias también extraordinarias”.

Como digo, para entender el intríngulis de estas cuestiones hay que ser un experto actualizado y como yo no me lo considero, pregunté a un profesor y compañero de la facultad de CC. de la Salud de la Universidad San Jorge (farmacéutico y especialista en técnicas analítica) que me ilustrara… pero lo cierto es que no pudo ayudarme demasiado, nada más exponérselo le entró un elocuente ataque de risa del que aun no se ha recuperado.

Así pues, recurrí a la búsqueda bibliográfica, más en concreto a la de los estudios de validación de estas técnicas para los fines propuestos y: cero. Cero pelotero. No es que no saliera muy bien parada esta técnica frente a un análisis de sangre, la realidad es que no encontré ni un solo estudio que la haya comparado. ¿Podría ser que se me hubiera olvidado hacer una mínima búsqueda de cuestiones científicas en PubMed? No, afortunadamente, la respuesta me la dieron en la propia empresa OligoScan

Con toda mi buena fe me dirigí por teléfono a la empresa que los comercializa para ver si me podían informar con más detalle. Les pregunté más en concreto por los estudios que avalaran el sistema. Y me quitaron un peso de encima. No los hay, me respondieron sin el menor rubor; se trata de una técnica tan novedosa que no hay estudios publicados. Actualmente, me dijeron, se están realizando, y pronto verán la luz. Sin embargo, ellos no dudan en vender un sistema de cuya eficacia ellos son los únicos garantes. Bien, bien.

De igual modo, me dieron referencias de profesionales médicos que ya tienen implantado en su consulta el OligoScan con, resultados “francamente positivos”. Uno de esos profesionales sanitarios, para que te hagas idea es este de aquí. En su página web podemos echar un vistazo a la línea de su profesionalidad. Un centro en el que se dan cita la biorresonancia (¿te suena?), la homeopatía, la medicina cuántica, la nutrición ortomolecular, las “frecuencias Rife” (mira, aquí me ha pillado por completo, gracias a la «wiki» me entero de qué va esto, que si no…), las típicas terapias alternativas (y peligrosas) contra el cáncer, etcétera. Así pues, haciendo bueno el dicho “dime con quién andas y te diré cómo eres” tampoco es imprescindible intentar entender los entresijos de esta maquinita habida cuenta el marco en el que su uso se circunscribe.

Por último, si te has dado cuenta, en la página del distribuidor hay una sugerente pestañita que pone “estudios científicos” y que pide a gritos pinchar sobre ella. Ahí se encuentra un pdf descargable que no tiene desperdicio: 35 referencias bibliográficas, algunas de origen dudoso que, sinceramente, no sé qué tienen que ver con el sistema en cuestión.

Hasta la semana que viene, aprovecha el finde sin tener en cuenta que hoy sea “frauday”

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