El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Análisis de la validez de los famosos como prescriptores de salud

Tal y como habrás podido comprobar a partir de la trayectoria de este blog han sido varias las ocasiones en las que se han puesto de relieve algunas intervenciones de diversas celebridades en los medios de comunicación cuando dirigen a la población general mensajes relacionados con la salud. Como digo hay ya varios ejemplos, entre ellos destacaría el siguiente par de entradas:

Doña Isabel: su estilo de alimentación es mejorable

La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre

Pero como bien sabes estos post no dejan de ser una opinión, la mía, por mucho que aporte argumentos para defenderla.

Sin embargo, recientemente se ha publicado un artículo en la prestigiosa revista British Medical Journal que analiza dentro de sus posibilidades los mecanismos del impacto de las intervenciones de los y las celebrities en materia de salud. En el artículo titulado: Following celebrities’ medical advice: meta-narrative analysis (Un análisis metanarrativo del seguimiento de los consejos en materia de salud por parte de los famosos) se hace como digo un análisis de estas circunstancias.

Nota: Sobre el significado de un “análisis metanarrativo” la verdad me ha pillado un poco desprevenido. He encontrado una aproximación al sentido de este tipo de análisis en la Wikipedia de la siguiente forma:

discursos totalizantes y multiabarcadores, en los que se asume la comprensión de hechos de carácter científico, histórico y social de forma absolutista, pretendiendo dar respuesta y solución a toda contingencia”.

El caso es que tal y como se pone de relieve en el artículo mencionado, es frecuente que personas especialmente conocidas entre la población general (presentadores, actores, médicos incluso…) se atrevan a lanzar consejos y recomendaciones directamente relacionados con la salud, participen en campañas de publicidad de productos diversos y promocionen sistemas y terapias diversas. En algunas ocasiones, las menos, no es algo que estas celebridades busquen de forma consciente, pero el hecho de conocer algunas anécdotas de su vida relacionadas con la salud hace que la opinión pública reaccione en un sentido u otro. Por ejemplo, tras conocerse el diagnóstico de cáncer de mama de la cantante Kylie Minogue, las peticiones de consultas para hacerse una mamografía aumentaron un 40% en algunos estados australianos.

Sin embargo, el problema principal viene cuando el mensaje sobre la salud en el que con toda la intención participa una persona famosa no está basado en pruebas concretas al respecto de su eficacia. O cuando ese mensaje entra en conflicto directo con aquello que promueven las autoridades sanitarias y profesionales en base a la mejor evidencia científica disponible.

Muy en resumen,  el artículo establece cuatro caminos a partir de los cuales la población general termina por sobrevalorar aquellos mensajes sobre la salud en los que intervine de una u otra forma un personaje famoso.

  • Desde un punto de vista económico la presencia de personas famosas diferencia, y de algún modo avala frente a la competencia, aquellos productos o servicios que ellos respaldan con sus declaraciones o comportamiento. A partir de ahí se produce una especie de respuesta gregaria del estilo “dónde vas Vicente; donde va la gente” tendente a la imitación de aquello que han hecho otras personas en su misma situación (sea esa situación real o inventada con fines publicitarios)
  • Desde un punto de vista más publicitario se produce una especie de asociación entre lo que el famoso es y lo que hace, se proyecta una transferencia de cualidades de forma que el consumidor llega a creer que hacer lo que hace el famoso le proporcionará  de alguna forma sus mismos rasgos. De esta forma, seguir el consejo de un famoso proporcionaría al individuo los caracteres con que le gustaría ser percibido. Esta distorsionada posibilidad se ve influida al atribuir la aparente exitosa vida del famoso a todos los aspectos de la vida, incluida la capacidad para dar consejos de salud. Es lo que se conoce como efecto halo.
  • En el terreno psicológico esto tiene una fácil comprensión cuando se tiene en cuenta el condicionamiento clásico, es decir, la percepción positiva que se tiene de determinadas personas es independiente de aquello que en un momento dado están promocionando. Al mismo tiempo, determinados individuos pueden verse tentados de seguir el consejo de un famoso con el fin de reducir el posible malestar psicológico que les produciría el seguir conductas incompatibles con las suyas.
  • Por último, y desde un punto de vista más sociológico, con respecto al increíble impacto de todo aquello que sale por la boca de un famoso, es preciso tomar en consideración el importante manejo que estas personas tienen de las redes sociales. Además, el seguir de forma pública (en la redes) el consejo de un famoso le puede reportar a uno un cierto posicionamiento y crecimiento de su estatus en esas redes.

Como dato importante, el estudio resalta que los profesionales sanitarios deben contrarrestar en la medida de sus posibilidades aquellas intervenciones negativas de los famosos en especial cuando se les pregunta acerca de la última propuesta de moda. Para ello esos profesionales de la salud deben dirigir a los interesados a fuentes de información fiable y contrastable.

Otro tema importante que me parece interesantísimo destacar del estudio es que la participación de los famosos a la hora de ofrecer mensajes de salud puede tener tanto una vertiente negativa (cuando lo hacen mal) como una positiva, cuando su popularidad se aprovecha para hacer una adecuada promoción de la salud. Algo que supo hacer muy bien la British Heart Foundation para promover una adecuada reanimación cardiopulmonar (aprovechando para ello el marco de la genial película «Snatch: Cerdos y diamantes«)

En resumen: zapatero a tus zapatos; y si esos «zapateros» se van a dedicar a otras cosas distintas de «sus zapatos» sería muy aconsejable, e incluso positivo, el aprovechar la popularidad de esas persona para lanzar mensajes alineados con la las directrices de las autoridades sanitarias (y no al contrario, como habitualmente estamos acostumbrados)

Dicho esto y ya que estamos, no quiero escapar la oportunidad de mencionar las desafortunadas declaraciones de una presentadora, Patricia Pérez, que al parecer ha fichado como “nutricionista” para una conocida emisora de radio, esRadio. Los despropósitos en materia de nutrición y dietética de esta mujer son diversos y hasta cierto punto hilarantes. Puedes ver su estelar debut en el programa de Federico Jiménez Losantos, “Es la mañana de Federico” en este enlace.

Como ya ha habido un compañero que se me ha adelantado a la hora de hacer una crítica pormenorizada de su discurso (y del resto de tertulianos) te dejo con la entrada de “Mi dieta cojea” titulada “¿Por qué no te callas? La anti-divulgación del personaje de turno” (insuperable, gracias Aitor)

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