Tal y como habrás podido comprobar a partir de la trayectoria de este blog han sido varias las ocasiones en las que se han puesto de relieve algunas intervenciones de diversas celebridades en los medios de comunicación cuando dirigen a la población general mensajes relacionados con la salud. Como digo hay ya varios ejemplos, entre ellos destacaría el siguiente par de entradas:
Doña Isabel: su estilo de alimentación es mejorable
La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre
Pero como bien sabes estos post no dejan de ser una opinión, la mía, por mucho que aporte argumentos para defenderla.
Sin embargo, recientemente se ha publicado un artículo en la prestigiosa revista British Medical Journal que analiza dentro de sus posibilidades los mecanismos del impacto de las intervenciones de los y las celebrities en materia de salud. En el artículo titulado: Following celebrities’ medical advice: meta-narrative analysis (Un análisis metanarrativo del seguimiento de los consejos en materia de salud por parte de los famosos) se hace como digo un análisis de estas circunstancias.
Nota: Sobre el significado de un “análisis metanarrativo” la verdad me ha pillado un poco desprevenido. He encontrado una aproximación al sentido de este tipo de análisis en la Wikipedia de la siguiente forma:
“discursos totalizantes y multiabarcadores, en los que se asume la comprensión de hechos de carácter científico, histórico y social de forma absolutista, pretendiendo dar respuesta y solución a toda contingencia”.
El caso es que tal y como se pone de relieve en el artículo mencionado, es frecuente que personas especialmente conocidas entre la población general (presentadores, actores, médicos incluso…) se atrevan a lanzar consejos y recomendaciones directamente relacionados con la salud, participen en campañas de publicidad de productos diversos y promocionen sistemas y terapias diversas. En algunas ocasiones, las menos, no es algo que estas celebridades busquen de forma consciente, pero el hecho de conocer algunas anécdotas de su vida relacionadas con la salud hace que la opinión pública reaccione en un sentido u otro. Por ejemplo, tras conocerse el diagnóstico de cáncer de mama de la cantante Kylie Minogue, las peticiones de consultas para hacerse una mamografía aumentaron un 40% en algunos estados australianos.
Sin embargo, el problema principal viene cuando el mensaje sobre la salud en el que con toda la intención participa una persona famosa no está basado en pruebas concretas al respecto de su eficacia. O cuando ese mensaje entra en conflicto directo con aquello que promueven las autoridades sanitarias y profesionales en base a la mejor evidencia científica disponible.
Muy en resumen, el artículo establece cuatro caminos a partir de los cuales la población general termina por sobrevalorar aquellos mensajes sobre la salud en los que intervine de una u otra forma un personaje famoso.
- Desde un punto de vista económico la presencia de personas famosas diferencia, y de algún modo avala frente a la competencia, aquellos productos o servicios que ellos respaldan con sus declaraciones o comportamiento. A partir de ahí se produce una especie de respuesta gregaria del estilo “dónde vas Vicente; donde va la gente” tendente a la imitación de aquello que han hecho otras personas en su misma situación (sea esa situación real o inventada con fines publicitarios)
- Desde un punto de vista más publicitario se produce una especie de asociación entre lo que el famoso es y lo que hace, se proyecta una transferencia de cualidades de forma que el consumidor llega a creer que hacer lo que hace el famoso le proporcionará de alguna forma sus mismos rasgos. De esta forma, seguir el consejo de un famoso proporcionaría al individuo los caracteres con que le gustaría ser percibido. Esta distorsionada posibilidad se ve influida al atribuir la aparente exitosa vida del famoso a todos los aspectos de la vida, incluida la capacidad para dar consejos de salud. Es lo que se conoce como efecto halo.
- En el terreno psicológico esto tiene una fácil comprensión cuando se tiene en cuenta el condicionamiento clásico, es decir, la percepción positiva que se tiene de determinadas personas es independiente de aquello que en un momento dado están promocionando. Al mismo tiempo, determinados individuos pueden verse tentados de seguir el consejo de un famoso con el fin de reducir el posible malestar psicológico que les produciría el seguir conductas incompatibles con las suyas.
- Por último, y desde un punto de vista más sociológico, con respecto al increíble impacto de todo aquello que sale por la boca de un famoso, es preciso tomar en consideración el importante manejo que estas personas tienen de las redes sociales. Además, el seguir de forma pública (en la redes) el consejo de un famoso le puede reportar a uno un cierto posicionamiento y crecimiento de su estatus en esas redes.
Como dato importante, el estudio resalta que los profesionales sanitarios deben contrarrestar en la medida de sus posibilidades aquellas intervenciones negativas de los famosos en especial cuando se les pregunta acerca de la última propuesta de moda. Para ello esos profesionales de la salud deben dirigir a los interesados a fuentes de información fiable y contrastable.
Otro tema importante que me parece interesantísimo destacar del estudio es que la participación de los famosos a la hora de ofrecer mensajes de salud puede tener tanto una vertiente negativa (cuando lo hacen mal) como una positiva, cuando su popularidad se aprovecha para hacer una adecuada promoción de la salud. Algo que supo hacer muy bien la British Heart Foundation para promover una adecuada reanimación cardiopulmonar (aprovechando para ello el marco de la genial película «Snatch: Cerdos y diamantes«)
En resumen: zapatero a tus zapatos; y si esos «zapateros» se van a dedicar a otras cosas distintas de «sus zapatos» sería muy aconsejable, e incluso positivo, el aprovechar la popularidad de esas persona para lanzar mensajes alineados con la las directrices de las autoridades sanitarias (y no al contrario, como habitualmente estamos acostumbrados)
Dicho esto y ya que estamos, no quiero escapar la oportunidad de mencionar las desafortunadas declaraciones de una presentadora, Patricia Pérez, que al parecer ha fichado como “nutricionista” para una conocida emisora de radio, esRadio. Los despropósitos en materia de nutrición y dietética de esta mujer son diversos y hasta cierto punto hilarantes. Puedes ver su estelar debut en el programa de Federico Jiménez Losantos, “Es la mañana de Federico” en este enlace.
Como ya ha habido un compañero que se me ha adelantado a la hora de hacer una crítica pormenorizada de su discurso (y del resto de tertulianos) te dejo con la entrada de “Mi dieta cojea” titulada “¿Por qué no te callas? La anti-divulgación del personaje de turno” (insuperable, gracias Aitor)
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Y los ejemplos siguen, y siguen, y siguen…y no sólo en nutrición (http://arpcomunicacion.wordpress.com/2013/03/16/por-que-no-te-callas/). De todas formas, No estaría de más que ante esta realidad cada cual hiciera un poco de autocrítica ¿Por qué no nos fiamos o directamente no nos creemos lo que dice un sanitario (llámese médico, nutricionista, farmacéutico, enfermera…) que está formado para ello y en cambio nos tragamos sin dudar cualquier chorrada que sale de la boca que el/la actriz/modelo/cantante/novelista de turno? ¿Ser buena actriz te convierte en médico? ¿Cantar como los ángeles te capacita para diseñar una dieta para celiacos? Yo creía que no.
22 enero 2014 | 09:45
Me he visto completamente superado por la metodología del estudio, ¡qué complejo y qué difícil de valorar el meta-análisis narrativo! No es muy común este tipo de publicaciones en investigación cualitativa.
Genial y muy útiles los 4 caminos diferentes que identifica el estudio, me han encantado.
Gran post Juan.
Y gracias sin duda por la mención, habrá que estar atentos mañana 😉
22 enero 2014 | 09:58
lo mejor será la experiencia de cada uno, porque ni te puedes fiar de los famosos (obvio) ni de los blogueros ni de la medicina oficial (superpufo) ni de las alternativas naturales (para mí lo mejor ya que no buscan beneficio).
22 enero 2014 | 10:18
Daniel L,
Si las alternativas naturales no buscan beneficio ¿qué buscan?
Es decir, ¿para qué se vende un producto sin eficacia demostrada si no es para ganar dinero?
Podemos llamar al tarot online, que no busca ganar dinero, sino preocuparse por nuestra vida sentimental a altas horas de la noche.
22 enero 2014 | 10:35
Llama la atención que la dieta, como estilo de vida saludable, no como tratamiento médico, es producto del siglo XX y su industrialización de la comida.
22 enero 2014 | 10:53
En el fondo y no tan en el fondo, estamos aborregados, tenemos más cultura que hace 40 años pero seguimos endiosando a los menos indicados (futbolistas, cantantes, actores…), así que todo lo que digan o hagan es cuasi-sagrado y encima alimentado por los medios de comunicación para hacer ¿share?
Más autoestima, menos puerilismo y un poco de sentido común cambiaría muchas cosas.
22 enero 2014 | 11:05
Sinceramente lo que diga el famosillo de turno, personalmente me la refanfinfla -con perdón-
Todos sabemos que comer sano significa:
comer menos de lo que quisieras, comer lo que menos puede gustar y apartar lo más rico y sabroso, hacer ejercicio y aún así apechugar con el paso de los años, el bendito metabolismo y el cansancio hormonal que cambian tu cuerpo sí o sí y termina enseñándote que si quieres estar tan delgada como a los 25, te arrugarás como las tortugas, porque no nos engañemos, a ciertas edades no se está «delgado», se está «consumido» y los michelines pasan a ser colgajos; si por el contrario, te das a los placeres y no te medio torturas en un gimnasio, estarás sin una sola arruga y serás todo tu un solo y terso michelín.
Y hablando de famosos, harán y dirán lo que quieran sobre dietas y ejercicio, pero tooooodos terminan pasando por el quirófano.
22 enero 2014 | 11:15
Pues según he leído Patricia Pérez cursó estudios de nutrición y dietética ¿?¿?
22 enero 2014 | 13:36
Mi dieta cojea. nadie ha hablado de vender ni de comprar. entiendo que quieras referirte a caraduras sacacuartos pero hay otros remedios que son caseros o naturales, y con naturales no quiero decir que venga alguien y te lo venda, si no que te los busques tú.
si entiendes como beneficio que alguien entre en tu web y se informe sin pagar nada, entonces sí tendrías razón.
por ejemplo, con la dieta alcalina no tienes que comprarle ningún medicamento a nadie. o tomarte un vaso de agua con limón y bicarbonato quizá pueda beneficiar a los vendedores de limones y bicarbonato pero sería demasiado rebuscado, no?
por eso los consejos sobre el agua de mar o sobre mirar al sol son rápidamente machacados por los «entendidos».
22 enero 2014 | 15:32
Excelente entrada, Juan. Como enfermera no solo me molesta, sinó que me duele escuchar personas mas o menos famosas opinado y aconsejando sobre salud, sobretodo con mensajes absolutistas. Los profesionales sanitarios sabemos que cuando se trata de transmitir hábitos de salud a la población, este tipo de mensajes no son los más adecuados. Además, en la situación actual en que muchas personas tienen auténticos problemas no solo para llegar a fin de mes, sino para cubrir mínimamente sus necesidades básicas, es realmente obsceno escuchar algunos de estos supuestos «especialistas». En cierta ocasión leí la opinión de uno de ellos: los alimentos del supermercado (industria alimentaria) NO son comida real! Atiendo personas, y conozco de cerca casos de adolescentes que se desvanecen en el instituto porqué no han comido absolutamente nada desde el día anterior, personas que se alimentan de lo que buenamente recogen de sus vecinos o de las «ofertas» del súper… Éste es también nuestro reto en salud pública: Optimizar los recursos disponibles, personales e institucionales en pro de la salud de nuestra comunidad. Pero siempre desde la profesionalidad, la sensatez y el conocimiento.
22 enero 2014 | 16:02
Desde mi punto de vista, cualquier aporte que se pueda realizar a la toma de conciencia y al desarrollo del sistema de salud en España debe ser comprendido como válido y como positivo, teniendo en cuenta la falta que hace para cualquier comunidad poder contar con servicios sanitarios del más alto nivel y la máxima calidad. En este mismo sentido, creo que es necesario que se fomente y se apoye la intervención de mejores profesionales en cada área vinculada a la salud, incluyendo no solo a los doctores sino a sus asistentes y secretarios.
22 enero 2014 | 19:33
Excelente post Juan. Una pena haberlo tenido que leer con tanto retraso.
El problema que yo siempre he visto es que, cuando tenemos que utilizar un famoso o un celebrity (it-girl o llámalo como quieras) para lanzar un mensaje positivo y educacional en materia de salud y/o nutrición a la población, o no es la persona adecuada, o no tiene suficiente credibilidad, o el mensaje está construido de una forma muy poco atractiva, o directamente la campaña no cumple su objetivo: atraer la atención, comunicar y ser efectivo (entendido como generar un cambio de hábito para que sea más saludable)…
Aún recuerdo a Piqué en «El Estirón»…¿de verdad es un personaje que sabe comunicar cualidades nutricionales a los niños? ¿De verdad se les «camela» así a los niños?… mi respuesta es NO.
Y mientras sigamos así tendremos los resultados que tenemos en estrategias tipo NAOS, El Estirón y tantas y tantas otras. Simplemente preguntémonos por qué una población entera se acostaba a las 10 de la noche al son de una canción (pista: ‘vamos a la cama….que hay que descansar…’)
Gran post!
29 enero 2014 | 10:44