El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Di no a la «Dieta Alcalina» más pronto que tarde

Si antes lo digo, antes me caigo ton todo el equipo. La expresión más rancia y abigarradamente inútil de lo que coloquialmente se entiende por “Operación Bikini” ha saltado recientemente a la palestra. Y lo ha hecho a bombo y platillo en los medios de comunicación, el principal, de otro modo no se entendería, en la caja tonta, pero tonta, tonta… lo que se dice tonta de remate, con el anuncio a todo trapo de los contenidos de la revista Pronto, a colación de la promoción de la “dieta alcalina”.

El anuncio, de perdidos al río, es este…

La revista Pronto presenta “la dieta alcalina”, la que arrasa entre las famosas. Haz como ellas: los nutricionistas de Hollywood la recomiendan para perder hasta un kilo a la semana, aumentar la energía y embellecer la piel […] Dieta alcalina… lo último en USA.

Pasando por encima del criterio de autoridad empleado al mencionar a personas famosas como prescriptores de salud (habría que preguntarles a las mencionadas: Kate Moss, Renée Zellweger y Paris Hilton si han cedido su imagen para esta campaña… cosa que me extrañaría) merece la pena destacar dos hechos: por un lado los argumentos empleados en la campaña y, por el otro la validez de la dieta alcalina para obrar esos prodigios.

Los argumentos son más falsos que un fuera de juego de futbolín

¿Es la que arrasa entre las famosas? Supongo que tendrán pruebas de ello, algún estudio, alguna estadística… aunque siendo que “arrasan” debería ser una cuestión de dominio público y, como tu bien sabes, esta es una mentira más grande que una lengua para pegar carteles de toros.

Pero además afirman que “los nutricionistas de Hollywood” la recomiendan… Estooooo, ¿de qué “nutricionistas” estamos hablando? Por favor, los verdaderos nutricionistas de Hollywood, los de verdad, los de USA, tienen menos palabras bonitas hacia la dieta alcalina que los pellizcos que se pueden coger a un cristal. No hay mas que darse una vuelta por la Academy of Nutrition and Dietetics, fundación que acoge profesionalmente a los dietistas certificados en aquel país, para darse cuenta que allí nadie recomienda tonterías (al menos de forma institucional)

Y luego ya, el tema de “lo último en USA” es el seacabose… veamos, no hace falta ir muy lejos para contrastar que los postulados de la “dieta alcalina” tienen más años que la abuela de Dios. Y además, qué pasaría si realmente fuese “lo último en USA”… ¿entonces así sí sería cierto? Por favor… me parece un argumento tan absurdo y… tan viejo como cuando Gila nos contaba aquello de lo de las gafas americanas.

¿Cómo se puede tener el rostro de salir a la palestra pública tratando de colar estas mentiras monumentales jugando con la desesperación de la población? ¿Cómo se prestan a este juego las cadenas de televisión? (Ay, sí, por dinero… no me acordaba)

La dieta como tal carece de reconocimiento alguno

De reconocimiento válido me refiero. Por que entre el mundillo alternativo, desintoxicante, purificador, depurativo y demás pues que sí que tiene seguidores. Sin embargo, no sucede así entre los verdaderos profesionales que se dedican en serio a estas cosas.

Por ejemplo, volviendo a la Academy of Nutrition and Dietetics, esta asociación le dedica unas palabras a la “dieta alcalina” a la hora de perder peso no precisamente bonitas. Las puedes consultar en este enlace. Si además quieres profuncizar un poco más en el trasfondo alcalino, te sugiero que leas este clarificador artículo de Luis Jiménez () titulado «Dieta alcalina o del pH, muchas promesas y pocas pruebas»

No obstante no nos conformaremos con su opinión; además, una búsqueda en las bibliotecas científicas más importantes en la red al respecto de “dieta alcalina” y “pérdida de peso” no arroja ningún resultado satisfactorio para los “prontos” resultados. Y que decir de lo del aumento de la energía o de lo de embellecer la piel. Vergonzoso.

Aunque, no lo voy a negar, algunos de los postulados clásicos de “la dieta alcalina” pueden ser interesantes y de utilidad al invitar a comer a sus practicantes más alimentos de origen vegetal y practicar ejercicio, sus planteamientos son más bien bastante retorcidos… y si además le añadimos las habituales recomendaciones que suelen hacerse al respecto de practicar ayunos y consumir absurdos suplementos dietéticos… apaga y vámonos.

A ver si estas cosas empiezan desaparecer más pronto que tarde, bien porque las autoridades sanitarias empiecen a poner un poco de orden, bien porque la sociedad empiece a poner a sus promotores en su sitio, bien porque a estos se les caiga la cara de vergüenza, bien porque no obtengan mayor respaldo del resto de medios… o mejor todavía porque suceden todas estas cosas a la vez.

Por cierto, si quieres mostrar tu descontento en las redes sociales con esta absurda dieta puedes utilizar la «etiqueta» #NoALaAlcalina.

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El mito inagotable de la Candidiasis y los hidratos de carbono

Hay mitos que se resisten a caer. Será porque suenan bien, será porque son acogidos con una especial complacencia. No lo sé. Y no importa lo absurdo de sus postulados y justificaciones. Pero el caso es que no caen.

Uno de ellos es el de la dieta anti-cándida. Un supuesto patrón dietético que hace remitir las infecciones propiciadas por un microrganismo que recibe el nombre de Candida albicans (C. albicans). Antes de empezar hagamos una breve introducción.

¿Qué es la candidiasis?

Candida albicans

Por Candida albicans se conoce a un hongo, en concreto una levadura, ubicua que vive en casi todas partes entre las que se incluye nuestro propio cuerpo. Por lo general, nuestro sistema inmune mantiene a raya este microrganismo e impide una excesiva proliferación.

Cuando por la causa que sea este control no es lo suficientemente eficaz como para mantener bajo control la población de C. albicans (uso de antibióticos, estados deprimidos del sistema inmune…) el hongo puede multiplicarse hasta el punto de hablar de una infección. Estas infecciones por C. albicans pueden afectar a distintas partes del cuerpo y de forma diversa. Así, la candidiasis oral afecta a esta zona anatómica que suele presentar manchas blanquecinas; una infección que puede llegar al esófago y provocar una esofagitis; al mismo tiempo en el caso de las mujeres, estas pueden sufrir infecciones vaginales por C. albicans que cursan con picores, dolor y secreciones anormales; al mismo tiempo la infección de esta levadura puede interesar a la piel y ser causa de picazón y erupciones cutáneas; sin embargo la más grave de todas las infecciones en este sentido es aquella sistémica y que implica la candidiasis en sangre pudiendo suponer un importante peligro para la vida.

¿Cómo se tratan los distintos tipos de candidiasis?

La respuesta a esta pregunta sería compleja y además no se halla dentro de la temática de este blog ya que ninguno de los recursos terapéuticos comúnmente aceptados como válidos al respecto de la infección por C. albicans implica las cuestiones dietéticas. Así, los diferentes tipos de infección se abordan con distintas estrategias que puedes consultar en este enlace: Clinical Practice Guidelines for the Management of Candidiasis: 2009 Update by the Infectious Diseases Society of America o en este otro documento más breve y práctico que a modo de síntesis recoge los diversos tratamientos. En general, se trata de la aplicación y dosificación de distintos remedios antimicóticos.

La dieta anti-candida

CharlataneríaSin embargo en el mundo de medicina complementaria-alternativa … o como quieras llamarla (en este caso yo me referiría a ella como magufa) es bastante frecuente aludir a un tratamiento dietético para las infecciones por C. albicans. En su esencia se trata de restringir la ingesta de alimentos con hidratos de carbono, especialmente azúcares ya que (argumentan quienes postulan este tipo de tratamientos) la C. albicans es un micoorganismo con una dependencia voraz de este tipo de sustratos. Así, no es infrecuente escuchar que la justificación del tratamiento pase por “matar de hambre a la C. albicans” a base de no aportarle esos hidratos de carbono que tanto demanda. En el colmo del despropósito este tipo de terapias explican que los pacientes con candidiasis sienten un hambre descontrolada por aquellos alimentos que aportan más azúcares y que esto se explica porque esto es lo que demanda el microrganismo. Si no me crees le puedes echar un vistazo a este tipo de planteamientos en esta página en donde se dice textualmente que:

El ansia continua por comer dulces o alimentos ricos en carbohidratos puede responder a una infección por hongos llamada candidiasis

O sea, que uno tiene ganas de comer dulce porque al hongo en cuestión le entra el “hambre” de dulce… A mí qué quieres que te diga, este tipo de “justificaciones” me parecen increíbles más allá de los relatos de ciencia ficción y sus extravagantes propuestas entre los parásitos y sus hospedadores. Claro. Allí sí; aquí, en el mundo real, no.

En una vuelta de tuerca más, a la hora de plantear dietas anti-candida libres de hidratos de carbono, me he encontrado con que algunos “profesionales” que la promueven hacen las siguientes indicaciones a sus pacientes:

Dieta de 25 días anti-cándida sin un solo gramo de hidratos de carbono complejos, ni integrales, ni refinados, pero fruta sí… Sin lácteos, salvo el queso del tipo havarti y gouda que si están permitidos.

En fin, sorprendente (e inexplicable, aventuro)

En resumen

  • Candida albicans es un microrganismo habitual, y normal hasta ciertos límites, dentro del ecosistema microbiano de nuestras mucosas.
  • Las distintas infecciones ocasionadas por este microrganismo suelen ser debidas a un sobrecrecimiento. Su localización determina el tipo de tratamiento de elección.
  • Ninguna, absolutamente ninguna, sociedad médica de reconocido prestigio acoge entre los posibles tratamientos de las distintas infecciones cualquier disposición dietoterapéutica.
  • Solo las ramificaciones más rancias de la mal llamada medicina complementaria plantean tratamientos basados en una supuesta dieta anti-cándida.

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Esta entrada participa en la VII Edición del Carnaval de la Nutrición

 que organiza el blog Una pizca de vida.

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Nota: De nuevo, quiero agradecer a una seguidora ejemplar, Geraldine, el hacerme partícipe de sus dudas para que sean tratadas en este blog

Imagen:  Y tambeKevin Dooley vía Wikimedia Commons

No, el metabolismo no nos cambia como a las serpientes la piel

Mujer imitando suicidioAntes de zambullirte en la estacional piscina de las dietas y productos milagro y antes que, de nuevo y como siempre, el chapuzón acabe en tripada, me gustaría que tomaras en consideración las reflexiones de una persona que de forma irónica, sarcástica y mordaz ha sabido trasladar a la pantalla del ordenador, en su blog, todas esas tonterías dietéticas de quita y pon, esas de viene y va, esa nueva forma de esclavitud que cada año alguien pone de moda y tú sigues. Bueno, lo cierto es que la esclavitud a la que me refiero es la misma año a año aunque la forma de ejercerla cambie de tiempo en tiempo.

Se trata de la opinión de Olga Ayuso, y este es su perfil en Twitter @OAyuso. Conduce un par de blogs, creo, pero al que yo me voy referir hoy es al que se llama Veganizando, con ese nombre no deja mucho lugar a la incertidumbre sobre sus contenidos, pero sin aburrir ni mucho menos. Y para demostrarlo aquí tienes el post al que me refiero: “Los hidratos son el Mal” (por cierto, el título del mío de hoy está vilmente copiado-pegado de entre sus contenidos). En su post y tomando como punto de partida uno de esos mensajes tan populares de los que hay a patadas (hidratos malos) ironiza sobre un motón de mitos que gran parte de la población se empeña en repetir para auto justificarse, auto explicarse y auto compadecerse cuando llega la operación bikini… o la operación boda… o la «operación adelgazamiento» que sea, seguro que me entiendes. En especial cuando la dieta de turno no ha funcionado como la caja del extracto de mango africano decía que la cosa tenía que funcionar. O como el libro de la dieta de moda de turno dice, que esa es otra.

Puede que, como a Olga, en algún momento nos entre a todos la cordura (que no sé si le entró o ya le venía de serie) y dejemos de ir de dieta en dieta (milagro o no) con el fin de adelgazar; puede también que la operación bikini un día desaparezca porque todos caigamos en cuenta de la estupidez que en su seno encierra: dice Olga que dice  Fatima Mernissi que Nosotras tenemos el burka. Vosotras tenéis la talla 38. Una frase que necesita pocas explicaciones.

A ver si en el tiempo que esperamos a que nos cambie el metabolismo nos cambia también la forma de procesar cerebralmente el tema este de las dietas y nos dejamos de productos milagro, dietas absurdas, charlatanes y frases hechas que a base de salir en el titulares en no importa que sitio nos empeñamos en repetir sin entender ni de lejos el cómo ni su porqué.

Como digo, quizá echarle un vistazo al post de Olga y su experiencia te sirva. A mí me gustó mucho.

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Imagen: Michal Marcol vía freedigitalphotos.net;

Té verde para adelgazar: tan útil como un botijo sin pitorro

Te verde

El panorama sigue verde… pero verde, verde de… verdad. Tras el post de hace dos semanas al respecto de la utilidad del café verde y los suplementos que tan alegremente se comercializan con este “ingrediente” para adelgazar, es el turno del té, también verde. Me lo pedisteis casi a gritos: “déjate de cafés y dinos que hay del té verde… eso es lo que nos interesa”. Pues vale, aquellos que lo demandabais que sepáis que vais a tener no una, ni dos, si no tres pedazo tazas  razones para dejar de hacer el tonto con el té verde. Luego ya si eso que cada uno obre como quiera. Antes de comenzar, hagamos una mínima introducción.

El té verde y los suplementos de té verde

Según la Asociación Española del Té e Infusiones (AETi ) el té verde es una variedad de  té que, como todas las demás propiamente dichas, procede de una especie botánica concreta, Camellia sinensis. Su característica principal frente a las demás variedades es la de aprovecharse las primeras hojas del brote que son secadas y posteriormente fragmentadas o enrolladas sin que se haya producido fermentación en ellas. Destaca por su especial alto contenido en antioxidantes y precisa de un reducido tiempo de infusión de apenas 2 minutos.

Green_Tea_LeavesLos suplementos elaborados a partir de esta variedad (cápsulas y demás) se supone que consisten (“se supone” porque no hay controles específicos que así lo certifiquen) en el extracto de esas hojas que contiene una mayor concentración de compuestos activos, principalmente catequinas y cafeína, que la típica bebida de té verde preparado a partir de la famosa bolsita de té y su hervido en agua.

Tradicionalmente el té verde tiene un largo historial en base a los múltiples beneficios que se le han venido atribuyendo, primero en forma de infusión y luego como suplemento. Uno de esos usos para el tema que nos ocupa es precisamente el poder ayudar perder peso entre aquellas personas necesitadas de ello. Se le atribuye, insisto, tradicionalmente, el ser capaz de aumentar el gasto energético, y de ahí, se supone, esa ayuda para perder peso. Pero, ¿está alineada la ciencia con ese conocimiento tradicional? Veámoslo.

Suplementos de té verde para adelgazar a ojos de la Cochrane Library

La Biblioteca Cochrane consiste en una recopilación de bases de datos sobre ensayos clínicos controlados en relación con temas médicos y de salud de forma que sus publicaciones suelen ser tomadas como una de las más influyentes y prestigiosas. Afortunadamente para los intereses de este post existe un reciente meta-análisis que pone en tela de juicio la eficacia y seguridad de los suplementos a base de té verde para la pérdida y el mantenimiento del peso en personas obesas y con sobrepeso. Es este de aquí: Green tea for weight loss and weight maintenance in overweight or obese adults. Seguro que quieres saber sus conclusiones, dejan poco lugar a la duda:

En cuanto a la pérdida de peso, las preparaciones de té verde parecen inducir una pequeña pérdida de peso en adultos con sobrepeso u obesidad que no es estadísticamente significativa. Debido a que la magnitud de la pérdida del peso es pequeña, no es probable que sea clínicamente importante. En cuanto al mantenimiento de la pérdida de peso alcanzada estos preparados no tienen ningún efecto significativo. Por su parte, además, se constataron algunos efectos adversos de los que [solo] una pequeña parte requirió hospitalización. Otros efectos adversos se consideraron entre leves y moderados.

La opinión de la EFSA al respecto de la pérdida de peso con té verde

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también ha sido consultada al respecto de la eficacia de este tipo de suplementos y… lo de (casi) siempre en estos casos, tienes el enlace a tu disposición aquí:

En base a los datos presentados, el panel de expertos de la EFSA concluye que no se puede establecer una relación de causa y efecto entre el consumo de catequinas provenientes del té verde […] y su contribución al mantenimiento o la consecución de un peso corporal normalni a la reducción de la masa grasa corporal… ni al mantenimiento a largo plazo de unos niveles normales de glucosa en sangre.

Pero quizá pienses que esta respuesta hace solo referencia a las famosas catequinas y que el pretendido efecto de esta milenaria bebida (o el de sus suplementos) se deba más al efecto sinérgico y holístico (esto es cosecha mía) de la planta en sí misma y a su unión con otras milagrosas sustancias o elementos como la L-Carnitina, biotina, cromo, el ácido linoleico conjugado, la cafeína, la vitamina C… o el propio ¡café verde!. Pues bien, no te negaré que hubo quien en su día ¿osó? preguntar estas cosas a la EFSA… pero se debió de terminar por arrepentir porque si bien en la página de preguntas a la EFSA estas constan como formuladas, también consta un elocuente “withdrawn” (retirada). Es decir, como en el caso del café verde, el solicitante preguntador debió de pensar que su consulta estaba como su té… aun muy verde (por no decir que a ellos mismos les saltaba la risa con la preguntita).

¿No quierías taza? pues ahí va la tercera

No digas que no te lo avisé. Más reciente que el meta-análisis de la Librería Cochrane y que las respuestas de la EFSA a este respecto es esta otra revisión y meta-análisis que, sin ambages, plantea la pregunta prohibida en su título: Efecto del consumo de té verde o extractos de té verde en el peso y en la composición corporal; revisión sistemática y metaanálisis realizado por el Grupo de Revisión Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) y publicado este mismo año en la revista Nutrición Hospitalaria. Ya te adelanto que no hay sorpresas frente a lo antedicho. Se concluye de forma que

La ingesta de té verde o de sus extractos no ejerce efectos estadísticamente significativos sobre el peso de adultos con sobrepeso u obesidad. Se observa un pequeño efecto sobre la disminución del porcentaje de masa grasa, pero no es clínicamente relevante.

Conclusiones

Después de lo visto la conclusión, a mi juicio, no puede ser mas que una. Esto del té verde y sus lustrosos preparados comercializados en luminosos envases que prometen ayudarte para perder peso no sirve, como tal, para nada. Salvo para ayudar a dejarte la cartera con telarañas. A partir de aquí tu mismo.

¿No habrá llegado la hora de dejarse de monsergas, de falsos atajos, de fraudes, y por lo tanto de que sea el momento de coger el toro por los cuernos de una santa vez? Tu salud, tu economía y sobre todo tu amor propio saldrán beneficiados. Tienes luz… verde.

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Imagen: zirconicusso vía freedigitalphotos.net; Sebastian Stabinger vía Wikimedia Commons;

Nutrición-área 51: Tomar el sol por la mañana adelgaza (pero qué me estás contando)

Que maravilla de titulares. Hay ¿profesionales? del ¿periodismo? que no les tiembla el pulso a la hora de hacernos llegar los más prometedores avances en el conocimiento humano cuando de perder peso se trata. Porque se trata de eso, ¿verdad?… Pues quizá no.

Tumbonas al sol

Veamos, por un lado tenemos la no-noticia de la que la semana pasada se hicieron eco en titulares diversos medios de comunicación y que da pie al post de hoy, cito textualmente una breve muestra:

Afortunadamente otros medios juguetearon con la idea del mismo titular pero al menos ponían en duda su validez poniendo la afirmación entre interrogantes (La exposición al sol de la mañana ¿adelgaza?)

Sea como fuere, esto tiene pinta de ser un ejercicio de sensacionalismo adelgazante o de amarillismo salutífero y que poco o nada tiene que ver con la realidad… y, lo que es peor, que tampoco tiene que ver con el propio estudio que al parecer originó tan retorcidos titulares. Desconozco las razones por las que en las plataformas digitales estos medios evitan, todos, poner un enlace, con lo sencillo que es, al estudio original y que sea el lector, si quiere, el que tenga la oportunidad de contrastar el alcance de tales titulares. Pues bien, allá va el enlace al estudio de marras: Timing and Intensity of Light Correlate with Body Weight in Adults (El momento en el que se recibe la luz y su intensidad está correlacionado en adultos con su peso) ¿Alguien lee las palabras mágicas “adelgaza” o “engorda” en el titular? ¿Acaso se habla de una relación causa y efecto en la interacción de las variables en liza, peso y luz? ¿Se habla en algún momento en este verdaderamente sesudo y concienzudo estudio de la posibilidad de adelgazar o de engordar en virtud de la luz recibida? No, no y no. Como Pedro… y sin canto de gallo que medie.

En resumen lo que pone de relieve este estudio en sus conclusiones definitivas es que:

Los hallazgos de este estudio indican que el patrón de temporalización de exposición a la luz durante el día puede influir en el peso corporal independiente del ritmo del sueño y su duración. Se necesitan más estudios para comprender la relación de causalidad y los mecanismos que vinculan los distintos patrones de exposición solar y sus efectos biológicos positivos o negativos en el peso. Sin embargo, parece que la luz es una señal biológica potente y tanto el momento inicial, como su intensidad y la duración de la exposición podrían representar elementos potencialmente modificables para la prevención y tratamiento de la obesidad en las sociedades modernas.

Por si acaso, por si aun estás tentado de tirarte largo al sol al punto del alba para adelgazar y antes de que te asemejes a una quisquilla cocida (y no por lo delgadito/a), has de saber tres cosas sobre este estudio. La primera: los resultados se obtuvieron a partir de una muestra de 54 individuos (es decir, escasa no, lo anterior). La segunda: la muestra tenía un IMC medio de 24 (es decir, de escasa, por no decir nula aplicación en personas con sobrepeso u obesidad). Y la tercera… nadie habla en el estudio de «tomar el sol» sino del momento de exposición a la luz solar en el marco del huso horario y de su duración. Así que cuidadín.

Así pues, tal y como pasó con los titulares que ponían el consumo de chocolate por las nubes a la hora de facilitar la pérdida de peso (a más chocolate, menos peso, sí, como lo oyes) más les valdría a los que publican no-noticias (sean periodistas o no) el hacer gala de un poco más de ética periodística. Al mismo tiempo si en los formatos digitales se incluyera la fuente original de la noticia (cosa que no cuesta nada de nada si se tiene esa voluntad), los lectores tendrían más argumentos para explicarse esos titulares en vez de mirar de reojo la pantalla de su ordenador… que es lo que al menos a un servidor le suele pasar.

Cambiando someramente de tercio y ya que estamos con este tema quiero agradecer forma irónica al diario El Mundo (sección tendencias) lo aplicado que parece estar a mi blog (o por el contrario, lo mucho que debería estarlo) cuando publica este tipo de artículos: “Adelgazar con una dieta está pasado de moda” con el que se dedican a dar pábulo a  tres auténticas magufadas «de libro» a la hora de adelgazar y que como apunto han sido objeto de crítica reciente en este blog… : la hipnobanda gástrica, el dentífrico con propiedades adelgazantes, y la enésima tontería quemagrasa. Sí señor, El Mundo, divulgando ciencia. Si andan escasos de más temas, pueden revisar el blog de un servidor y terminar loando las maravillas del agua hexagonal o del ojo de halcón, sin hacer de menos las virtuosas características de los suplementos de pimiento, de alubias o de alcachofa para perder peso (y no es broma, que para eso están los enlaces)

Al final, si he de quedarme con alguna gili-tontería me quedo con el régimen del autónomo (con el que se pierden 20 kilos)… El único que a mi modo de ver y tal como lo plantea El Mundo Today (bastante más fiable que el otro Mundo) no defrauda y asegura unos resultados muy convenientes en nuestro tiempo… la risa (aunque sea amarga, lo digo porque un servidor ejerce de autónomo). El Mundo Today, al menos, no esconde su propósito.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

Poner coto a la “infoxicación” alimentaria: decálogo ANIS-FIAB

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Nota: es imprescindible mencionar a Ana Gutiérrez (@Fasmida); Alfonso Méndez (@alfon_mendez); Guillermo Peris (@waltzing_piglet) a la hora de aportarme recursos y apoyo para esta entrada, por no mencionar, otra vez, a algunos medios de comunicación.

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Imagen: khunaspix vía freedigitalphotos.net

Café verde para adelgazar: tan improbable como los perros de ese color

Café verde Biocol

Olvídate del rosa, de Édith Piaf o de Louis Armstrong… es con el color verde cuando lo vemos todo mucho mejor. De pequeño, las evaluaciones que recibías del colegio llegaban en forma de colores y el verde significaba lo mejor, el “10”; un semáforo en verde es una puerta abierta, un continúe por favor, un adelante, algo positivo; el tema ecológico se relaciona con lo verde, la pureza, la naturaleza… Así pues, verde = buen rollo; y cafés y tés verdes pues para qué te voy a contar (del té ya me encargaré en otro post)

¿Qué es el café verde?

Según la Federación Española del Café, el café verde es el fruto del cafeto que no habiendo terminado de madurar carece de mucílago y tiene la pulpa color verde. Sin embargo, según a quién se le consulte, las respuestas pueden ser diferentes y variadas. Por ejemplo, para algunos el café verde es cualquier grano de café que no haya sido tostado; para otros es lo que se conoce como “café pergamino” es decir, el fruto del cafeto (endospermo) envuelto en su liviano endocarpio, etcétera. Desconozco si en el mundo particular de los gili-complementos dietéticos por “café verde” se entenderá otra cosa. De todas formas, los supuestos beneficios adelgazantes del llamado popularmente como “café verde” se hacen descansar muy a menudo en una familia de compuestos en particular, los ácidos clorogénicos. Así, no son pocos los fabricantes que han obtenido y registrado sus propias fórmulas de estos ácidos extraídos del café y lo han postulado como una sustancia con potentes efectos adelgazantes.  Y cuentan con sus estudios científicos y todo en los que, ¡oh sorpresa-quién nos lo iba a decir! los resultados son espectaculares. Con esos resultados y como no cabría de otro modo, se realizan fabulosas promesas en su venta y promoción. Tienes un ejemplo de lo que te cuento en el Svetol®

¿Pero adelgaza o no el café verde?

Las posibles respuestas serias son tres, escoge la que quieras:

  • No;
  • Muy poquito;
  • No se sabe.

Aun no ha habido un estudio serio que haya sido capaz de poner de relieve este efecto de una forma clara, incontrovertida. Y entonces ¿quién dice que el café verde es adelgazante? Pues los de siempre en cada caso, solo los que lo comercializan, distribuyen o fabrican, es decir, todas aquellas personas empeñadas en timar a todos aquellos a los que los ojos les hacen chiribitas cuando oyen hablar de un remedio fácil, un atajo, que les acerque por unos pocos euros (o no tan pocos) una solución esquiva. Solo hablan maravillas de él quienes quieren engañar a los que se dejan engañar. Y de ambos grupos de personas, tristemente, hay un nutrido grupo.

¿Tienes alguna prueba de lo que dices?

Pues sí. Por un lado están los “prestigiosos estudios científicos” en los que el café verde o su extracto sale victorioso y, por el otro (y esta es la parte importante, más que nada porque debiera ser la definitiva) están los dictámenes de la EFSA al respecto de su utilidad, y qué lo que sí y qué no se puede decir sobre sus propiedades a la hora de venderlo. De los primeros, tienes este ejemplo de aquí o este otro en los que el uso del café verde sale “victorioso”. Sin embargo, en un estudio de revisión y metaanálisis (aparentemente libre de conflictos) con el fin de verificar las pruebas que se le atribuyen al extracto de café verde para perder peso: The Use of Green Coffee Extract as a Weight Loss Supplement: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomised Clinical Trials, se concluye que:

Los ensayos clínicos aleatorizados realizados hasta la fecha parecen indicar que la ingesta de la extracto de café verde puede promover la pérdida de peso. Sin embargo, existen varias advertencias. La magnitud de su efecto es escasa y su relevancia clínica incierta. Son precisos más ensayos rigurosos con mayor duración para evaluar la eficacia y seguridad de este extracto de café verde como un suplemento de pérdida de peso.

Efsa green coffee

 

En lo que respecta a la opinión de la Autoridad Europea de Seguridad (EFSA), a esta se le han consultado al menos en un par de ocasiones el papel del extracto de café verde en la pérdida de peso. En una de ellas el solicitante retiró la consulta (withdrawn) antes de que el panel de expertos respondiera (dicho de otra forma, se echaron para atrás). En la otra consulta el panel se terminó pronunciando y dijo que nones:

No esté establecida una relación causa y efecto entre el consumo de ácido clorogénico y el mantenimiento o el facilitar alcanzar un peso saludable.

La situación actual

Café verde cápsulasAlgo se me debe de escapar del actual marco de venta de todos estos productos dietéticos. Me explico. El otro día, haciendo tiempo, pasé cerca de media hora en los pasillos de “herbodietética” de unos conocidos grandes almacenes. La experiencia fue rara, como esa desagradable sensación de que el vacío te llama cuando te asomas a un precipicio insondable… ¿Pero qué pasa… qué es lo que se me escapa? ¿Por qué si hay un posicionamiento de la EFSA al respecto existen todos estos productos que mienten más que hablan? Y no me refiero al café verde solo, sino a toda la caterva de productos milagro, de ridiculeces, sobre los que la EFSA ha emitido ya una opinión. Por lo que yo sé, si la EFSA dice que algo no está probado, incluso si no se ha manifestado en sentido alguno sobre su efecto… está prohibido anunciarlo con ese efecto no probado. Entonces, ¿Qué pasa con el café verde, el guaraná, la cetona de frambuesa, el pimiento, el extracto de judía, el vinagre de manzana, y la biblia en verso que se publicitan y venden sin el menor pudor como eficaces contra los kilos de mas?

¿Acaso me estoy confundiendo a la hora de hacer una lectura de las circunstancias y por alguna razón que se me escapa, al final, todos estos productos pueden venderse con esas alegaciones? ¿Puede por favor algún lector agradecido, la OCU, FACUA, CEUCCU… o la mismísima AECOSAN sacarme de mi error?

¿No debería de estar esto más controlado?

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Nota: con esta entrada doy mi respuesta a la duda vía TW de una buena compañera, Beatriz Magallón (@bea_magallon). Además quiero agradecer la colaboración de una buena amiga y también compañera Raquel Bernácer (@aliment_ARTE)

Nutrición-área 51: dentífrico para adelgazar… y no es broma (que exista)

cepillo de dientesSé que parece una broma pero, de nuevo, no lo es. Me tuve que frotar los ojos varias veces (que no los dientes) para contrastar lo que leía el otro día en una nota de prensa que me hicieron llegar. Comprobé el calendario: no era 28 de diciembre, tampoco 1 de abril (el particular día de los inocentes en otros países: April Fool’s Day o All Fools’ Day); me pellizqué, estaba despierto… es decir lo que leía tenía que ser real. Es decir, que había alguien que había puesto en el mercado una pasta de dientes que, además de dejarte los dientes como los chorros del oro… te ayudaba a adelgazar. De hecho, su principal argumento de venta, su slogan, es ese tal y como se puede contrastar en su página web:

 Dentifricio: ¡sonríe adelgazando!

Su propuesta para conseguir tal fin, su misterio, resulta que es algo tan elemental (no sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes) como dejar un regusto amargo en la boca y de esta forma evitar la propensión del usuario a seguir comiendo alimentos o bebidas ricas en azúcar… y de ahí el adelgazamiento. Claro, claro, claro. Puedes comprobarlo por ti mismo:

Se trata de un innovador producto multifuncional útil a preservar los dientes sanos y blancos y a mantener las encías en perfecto estado. Se caracteriza por una innovadora mezcla de aromas que confiere al producto un regusto amargo. Como es sabido en literatura científica, las sustancias dulces provocan una sensación agradable, en cambio el sabor amargo desfavorece la propensión al consumo de alimentos y/o bebidas ricos en azúcares.

Y como siempre un personaje ilustrado avalando el producto: su creador, en este caso un médico aportando el aval como ideólogo a semejante prodigio, el Dr. Giovanni Macrí, figura de renombre internacional, conocido en su casa a la hora de… cepillarse los dientes.

Por mi parte no se puede decir que no haya hecho los deberes, nada más tener la nota de prensa en la bandeja de entrada de mi correo, me puse en contacto con Servicios de comunicación, prensa y relaciones públicas del producto y, amablemente me puse a su disposición para recibir toda aquella información científica relevante que justificara semejantes alegaciones. La mujer de relaciones públicas del producto, solícita como pocas, me dijo que en unas pocas horas tendría esa información en mi correo. Nos despedimos cordialmente. Pasaron esas horas… también algunos días y, tras una semana volví a contactar con ella. Entonces me explicó que todos los artículos científicos referentes a este tema estaban publicados en italiano. Le contesté que no había problema, que además de contar con “google traductor” tenía una amiga cercana italiana y que me los hiciera llegar, estaría encantado de echarles un ojo. Me confesó entonces que en realidad solo había uno y que en breve me lo haría llegar. Pues bien, ha pasado otra semana de nuestra última conversación y el artículo sigue sin aparecer por mi correo. Mmmmmmm, a ver si como «artículo científico» estos señores y señoras se creen que debe servir esto.

En fin, no me voy a alargar ya demasiado. Una vez más, este producto pone de manifiesto el lamentable utilitarismo que se hace de la cuestión del sobrepeso y la obesidad. Como lamentable me parece también el mutismo del que hacen gala nuestras autoridades sanitarias ante estas cuestiones. Unas cuestiones con las que a algunos no les tiembla el pulso a la hora de promocionar en sus blogs con las más hilarantes explicaciones:

Lo bueno es que es 100% natural. Sus activos son aceites esenciales actúan por aromaterapia por vía bucal o sublingual. Al final, va ser algo parecido a las Flores de Bach pero en pasta de dientes.

Por último, ya me despido, dos propuestas. La primera, si crees que este tipo de propuestas te pueden ayudar a perder peso y ya te has comprado el spray de culo de mofeta, te sugiero que no te gastes más dinero en el dentifricio en cuestión y que te cepilles los dientes con él. La segunda, conocido el nombre de la agencia comercial que distribuye el producto con exclusividad en España y Portugal, que no es otro que el de SAY SMILE SL, sugiero que se lo cambien por otro más acorde con los productos que comercializan, por ejemplo SAY ROLF SL. Solo se trataría por mi parte de una irónica sugerencia, si no fuera por maldita la gracia que hacen en el fondo estas cosas.

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Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

¿Comida que adelgaza? Pero qué me estás contando

Comida que adelgaza… comida que adelgaza… comida que adelgaza…

El eslogan publicitario resuena en mis oídos de forma machacona. No me lo puedo creer; los ojos me escuecen; mis meninges se contraen en un atávico escalofrío, el vello de mi antebrazo se ha erizado… ¿veo borroso? ¿será algún cartel anunciando un menú en algún desustanciado restaurante? NO

Se trata de parte del eslogan de un cartel publicitario de gente que sabe lo que hace:

¡Disfruta! Comida que no engorda, comida que adelgaza

Comida que adelgaza

Y digo que se supone que saben lo que hace porque uno presume que son “profesionales”. “Profesionales” de la dieta sí… pero en su faceta más mercantilista: manda webs. Es el eslogan de algo que se hace llamar “El Super de la dieta”. Así, sin tilde, “Super”, como si las prisas en la perspectiva de las jugosas transacciones de venta les hubiera hecho olvidar no ya cualquier atisbo de deontología dietética (eso está claro) sino además las mínimas normas ortográficas.

Tirando un poco del hilo, observo con no poco hastío que se trata de la enésima estrategia de venta de una conocida franquicia con el sibilino objetivo de la “perdida de peso”. Se trata de DietFlash Medical, cuyo leitmotiv es la dieta proteinada (estos son de los que no les gusta llamarla hiperproteica) y las famosas dietas por fases para perder peso. Chupi, la cosa mejora por momentos.

Su negocio consiste en la venta de productos que no alimentos (el asesoramiento es «gratuito»): preparados de tortitas, helados, galletitas, “tortillas” listas para ser reconstituidas, sopas, cremas, purés, pudins, gelatinas… y demás productos a precio de oro, todo ello en vez de alimentos de verdad, para que puedas hacer la compra en este particular “Súper”

Y digo yo… ¿acaso todos estos productos no tienen una pretendida finalidad sanitaria, me refiero al tratamiento del sobrepeso y la obesidad? Lo pregunto porque no siendo alimentos como tal, si no substitutos, productos y demás según la normativa que me imagino los debiera regular, el Real Decreto 1907/1996 está textualmente prohibido: “sugerir [a esta clase de productos] propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad” (artículo 4.2)

En su descargo pueden argumentar que ellos no lo sugieren… lo afirman de forma categórica y sin ambages… “comida que adelgaza”, con un par. Y luego está el tema de la utilización, una vez más, de testimonios para avalar el producto… El mismo Real Decreto 1907/1996 deja claro en su artículo 4.7 que está prohibido el uso de este tipo de estrategias como medio de inducción al consumo. Sin embargo, este enlace de “El Super de la dieta” no ofrece demasiadas dudas de qué parece importarles a esta gente el RD en cuestión.  

Y es que, ya me disculparán, pero no se trata ya de tirar de legislación ¡leches! Es simplemente una cuestión de mínima de coherencia. ¿Qué demonios es eso de comida que adelgaza? ¿Acaso se refieren a que esa comida provee al consumidor de calorías negativas?

Para terminar de cerrar el círculo de esta ignominia dietética, vuelta también a los profesionales que, con la carrera que sea, terminan por darle cobertura. Un caso flagrante de lo que yo entiendo por venta de su presunta profesionalidad abusando bajamente de ella por interés o adulación.

Con estos antecedentes y sin la necesidad de entrar en cualquiera de estos negocios a contrastar sus bondades, yo lo tendría clarísimo… date antes una vuelta por cualquier Súper con alimentos de verdad o, mejor aun, por un mercado en los que encontraras muy pocas tonterías. Y si necesitas consultar con un profesional, al hacerlo, asegurate de que este no haya vendido su alma al diablo.

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Nota: Quiero agradecer a @Velyncita5 que vía Twitter me hizo llegar la imagen que ilustra este post en el que se recoge el eslogan en cuestión.

Intolerancias alimentarias o como “tocarte los talones”

Prueba del talónCuando nace un bebé, al menos en nuestro entorno, se realizan una serie de protocolos para comprobar su estado de salud. Entre los primeros figuran el comprobar que el bebé es capaz de respirar por sus propios medios (de ahí la estampa icónica de esperar a oír su llanto, señal de que respira) y otro de ellos es contrastar el reflejo de búsqueda u hociqueo. Es decir, contrastar si con la estimulación de la zona cercana a la boca el recién nacido busca el contacto con la boca de aquello que le toca y al mismo tiempo realiza movimientos de succión con la boca, muestra inequívoca de que está preparado para comer “por sus medios”.

Dentro de estos protocolos que se llevan a cabo en los primeros instantes de vida o en las primeras horas, figura también la denominada prueba del talón. Esta consiste en obtener una pequeña muestra de sangre del bebé con el fin de descartar una serie de trastornos metabólicos mediante su análisis. Estas comprobaciones suelen estar encaminadas a detectar determinadas condiciones en los neonatos que son poco comunes, pero que al mismo tiempo suelen ser graves o van a condicionar de forma importante la realidad de esa nueva personita. Pocos saben que una de esas pruebas que se realizan con la muestra de sangre consiste en descartar una intolerancia alimentaria.

En concreto se trata de detectar si el niño padece fenilcetonuria una intolerancia de carácter enzimático (y trasfondo genético) por la cual las personas que la padecen no pueden procesar un aminoácido llamado fenilalanina y que está presente de forma habitual en las proteínas de no importa que origen alimentario. En estas circunstancias y muy en resumen la fenilalanina no puede ser “procesada”, se acumula, aumenta su concentración en la sangre y puede ocasionar lesiones cerebrales, causando un retraso mental grave. No voy a entrar en mayores detalles sobre este tema (quizá en otro post) y baste decir que he traído a colación este ejemplo para poner de relieve cómo se realizan las pruebas diagnósticas conducentes a la detección de intolerancias.

Tal y como puse de relieve en este post (¿Crees que hay algo en lo que comes que te sienta mal?) la detección de las intolerancias se realizan una a una ante la sospecha (o la posibilidad como es el caso de la fenilcetonuria) de encontrarnos ante una intolerancia alimentaria. Es decir, las intolerancias alimentarias, que pueden tener distinto origen (mecanismos enzimáticos, farmacológicos o indeterminados) se averiguan individualmente con la(s) prueba(s) diagnóstica(s) pertinente(s) que la pongan de relieve. Vamos con un ejemplo, si de alguien se sospecha que es intolerante a la lactosa, se le hace la prueba pertinente para diagnosticar esta intolerancia (normalmente el análisis de la cantidad de hidrógeno en aire expirado tras una sobrecarga con este disacárido); si se sospecha que se puede tener fenilcetonuria, se le hace el análisis genético pertinente que se contrastará con ulteriores análisis de sangre y orina; si se sospecha de otra intolerancia como la galactosemia, lo mismo, es decir, las pruebas pertinentes en cada caso; y así un largo etcétera.

En resumen hasta aquí y para que nos quede claro:

Intolerancias

Lo digo porque ya vale. Ya vale de que nos toquen los cojones, que no los talones, con pretendidos sistemas que no son precisamente baratos y que juegan con la desesperación y credulidad de la población. Me refiero a todos esos sistemas que bien por bioirresonancia (menudo palabro) o bien mediante el análisis (genético o citotóxico) de una muestra sangre que traté en todas estas entradas con bastante detalle, nos tratan de hacer creer que las intolerancias alimentarias se pueden diagnosticar «a saco»:

 

Retomo ahora este tema Intolerancias Herbodietéticapor dos motivos, el primero porque a mi parecer la proliferación de todos estos análisis magufos de intolerancias alimentarias está empezando a ser preocupante. De camino entre mi consulta y mi casa (apenas 1 kilómetro) me cruzo con al menos cuatro establecimientos (una herbodietética, dos farmacias y un Naturhouse) que ponen a disposición de sus “clientes” impacientes sendos análisis masivos de intolerancias alimentarias.

También he podido comprobar que esta proliferación se acompaña de una rebaja en los precios significativa con respecto a hace años, señal, quiero pensar que la cosa se esta vulgarizando lo suficiente y que ante la falta de clientes, la bajada de precios puede ser un buen reclamo para los incautos. Quiero pensar también que es la vía natural de extinción de este tipo de «análisis» y que un día, a fuerza de que su inutilidad sea de dominio público, estos sistemas queden relegados a nichos similares a las consultas del tarot, la quiromancia o la astrología y su horóscopo. No confío en que terminen de desaparecer, pero de esta forma auguro que en un futuro espero no demasiado lejano, la mayor parte de la gente ya sabrá de qué palo va esto de la detección masiva de intolerancias alimentarias. Y ya sean análisis a un euro o a trescientos, la tomadura de pelo estará más localizada.

Si esto de las intolerancias funcionara como algunos desalmados nos las tratan de colar, que digo yo, qué es lo que costaría que en la conocida como «prueba del talón» se hiciera un análisis de tooooodas las intolerancias alimentarias y tener ya, desde recién nacido, un mapa de las chorrocientas intolerancias alimentarias que luego ya de mayores nos tratan de encasquetar en algunas herbodietéticas, farmacias o clínicas. Establecimientos en los que, curiosamente, entre tanta intolerancia que supuestamente detectan no se incluye la de la fenilcetonuria.

Y el segundo de los motivos de esta entrada es porque:

Esta entrada participa en la VI Edición del Carnaval de Nutrición, organizada por el Blog de Nutrición a las 6”

VI Carnaval Nutrición

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Imagen: Stevenfruitsmaak vía  Wikimedia Commons

La gastronomía como motor afrodisiaco… y déjate de «cachondinas»

Fresa y chocolateCachondina: este era el ingrediente estrella de los chistes verdes de mi adolescencia y juventud. Una supuesta sustancia imaginaria, líquida o en pastillas, que consumida por no importa quién aportaba unas ganas irresistibles de trincarse cualquier cosa que se moviera. Daba igual el género, hombre o mujer; daba igual también el grado de puritanismo inicial… si te ponían cachondina en la comida o en la bebida ya se podía dar por jodido cualquier cosa, animal o persona que se te cruzara en el camino. En los chistes daba mucho juego, lo aseguro. Pero solo en los chistes.

Junto al superpoder de la invisibilidad, el de volar o el de ser indestructible, muchos hemos fantaseado con la posibilidad de tener un bote de cachondina para ponérselo en el plato a nuestro tesoro sexual más reacio. La ciencia también se ha puesto a ello, es decir, se ha puesto a trabajar para buscar esa codiciada sustancia que tantos compradores tendría de existir… pero no la ha encontrado. Ya te lo contaba un día tal como el de hoy de hace un par de años: los alimentos afrodisíacos no existen.

Sin embargo, en el terreno de las pseudociencias hay cachondina para parar un tren, mucha ciencia milenaria, mucha ciencia natural y tradicional que, al final, no sirve para nada salvo para abusar del bolsillo de los crédulos y que no ha podido demostrar su eficacia.

Volviendo a lo más o menos serio, en cierta medida se hace complicado encontrar artículos científicos que traten en concreto de la posible existencia de estimulantes sexuales entre los alimentos, en vez de problemas particulares relacionados con el sexo de uno y otro género (lo más típico la disfunción eréctil en el caso de los hombres o la frigidez en el caso de las mujeres). Además de los artículos citados en la entrada de hace dos años, he encontrado esta revisión que supuestamente explora los remedios afrodisíacos vegetales que se supone están probados científicamente. El artículo, al final se centra en la mención de cerca de 17 remedios Phytoafrodisiacos, que luego no lo son. En la mayor parte de los casos las plantas mencionadas tienen un efecto sobre disfunciones sexuales más o menos frecuentes (impotencia, cantidad de espermatozoides, etc) más que en el efecto de aumentar la libido, que es en esencia de lo que se trata cuando lo que queremos encontrar es la tan ansiada cachondina. O bien, que esa es otra, menciona plantas que al parecer tienen ese ansiado efecto… en estudios realizados en ratas. Es decir, casi nada de nada.

Comida en compañía

Así pues, si lo que nos interesa es… lo que nos interesa, lo que nos queda a título práctico es lo de siempre, a currárselo, ya lo siento. Pero esta realidad no ha de ser motivo de desaliento, más al contrario. Tal y como recogía Manuel Vazquez Montalbán en su libro “Recetas Inmorales”…

No se trata de buscarle tres pies al gato de una supuesta cocina afrodisiaca, sino de concebir el comer en compañía como una situación afrodisiaca en sí misma, sobre todo si la química de los alimentos se corresponde con la de los comensales.

Se trataría por tanto de convertir o de prolongar el acto de comer en un acto de amor. Para ello la gastronomía puede convertirse en un aliado conveniente si se sabe rodear de una cierta distinción, de misterio… y todo ello aliñado con sugerentes insinuaciones. Al final, pocas verdades más ciertas en este sentido como aquella que sostiene Isabel Allende al afirmar que el primer afrodisiaco es el amor.

Además de esta entrada quizá te interese consultar esta otra: ¿Te “alegras de verme” o acaso tomas fitoterapia adulterada?

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Imagen: luigi diamanti y Ambro vía freedigitalphotos.net