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Lo explicaba el personaje de Elijah Price (Samuel L. Jackson) en El protegido (2000): el héroe o superhéroe tiene su reverso oscuro encarnado en otro. Es la otra cara de la moneda. Uno no puede existir sin el otro. Los mismos Frank Miller y Alan Moore transmitieron esa idea en su concepción de la eterna rivalidad entre Joker y Batman ¿Qué sería de los héroes sin ningún villano de altura al que combatir? Y, probablemente, sin que tampoco puedan llegar a derrotar nunca.
Price era un hombre con los huesos tan delicados que parecía hecho de cristal, mientras que David Dunn (Bruce Willis) se diría que estuviera hecho de hierro, capaz de sobrevivir al accidente de tren más catastrófico y sin una magulladura. Price era también el villano de esa peculiar película de superhéroes que dirigió Shyamalan.
A lo largo de este 2017 los justicieros de DC Comics y vengadores de Marvel han debido enfrentarse a enemigos muy variados, hemos tenido a dioses de la guerra y diosas de la muerte, también han regresado otros villanos decididos a hacer historia en sagas muy populares. Algunos se pusieron máscara inspirándose en clásicos del slasher, otros han surcado océanos enteros y alguno también ha visto cómo el personaje real (el actor) superaba al de la ficción en su «objetivo» de ser detestable y odiado por el gran público.
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