‘La llegada (Arrival)’: Descifrando un par de mensajes «extraterrestres»

Propuestas de cine

La llegada (Arrival) 2016

( ©Sony )

Hay que aplaudir la valentía de una película como La llegada (Arrival). Colar entre la programación de un gran número de multisalas lo que es más una propuesta de cine filosófico que un blockbuster que pueda agradar fácilmente. Ni siquiera su misma fotografía, de colores apagados, o una música de acordes desconcertantes y fríos creada por el islandés Jóhann Jóhannsson pretende impresionar o presentarse como especialmente atractiva. Es lo que ofrece el canadiense Denis Villeneuve (el «elegido» para esa esperada secuela de Blade Runner), no demasiado lejos de Enemy, su película más psicológica e íntimamente hermética hasta el momento o del cine de Terrence Malick.

Doce naves aparecen repentinamente en otros tantos puntos del planeta. Allí, quietas, estacionadas e intentando establecer metódicos y limitados contactos con los humanos por alguna inescrutable razón. Una avanzadilla alienígena dotada de una tecnología y conocimientos demasiado superiores también supone una amenaza para la humanidad. Y es que en nuestra historia, el pez grande (el mejor armado) se come al chico. El ejército de los Estados Unidos recurrirá entre sus especialistas a reclutar a una experta en lingüistica, «una de las mejores del mundo», Louise Banks (Amy Adams) para descifrar el por qué están allí esos alienígenas y, lo más importante, conocer cuáles son sus intenciones. Basándose en una historia corta, La histoira de tu vida, escrita por Ted Chiang, es la mejor puesta al día y con vida propia de Encuentros en la tercera fase de Spielberg o Contact de Robert Zemeckis.

La llegada (Arrival) 2016

( ©Sony )

La doctora Louise Banks (extraordinaria Amy Adams expresando sus emociones más profundas) será la pieza clave en este contacto. Aunque solitaria, posee el don especial de entender prácticamente cualquier lengua, viva o muerta, y la sensibilidad suficiente para llegar a descifrar los enigmas.

Intentaré no hacer ningún destripe; pero La llegada es ciencia-ficción filosófica y a la vez utópica y positiva. Sobre lo que os habla, me quedo con un par de cuestiones. La influencia del lenguaje en la forma que tenemos de percibir y relacionarnos con el mundo; especialmente su utilidad para el entendimiento y la predisposición para caminar juntos, sea cual sea la raza, cultura o especie. Romper barreras para acercarse al otro. Actuar globalmente para obtener beneficios mutuos, un bien común como forma de progreso. Al menos algo de cordura en tiempos tan revueltos, llenos de odio, egoismos y violencia en los que vivimos. Y, segunda cuestión y a nivel individual, sobre la belleza de aceptar nuestro destino por muchas tragedias o pérdidas que podamos experimentar. Aunque sepamos incluso que el final será siempre el mismo, la muerte, no negarse por ello a abrazar la vida.

Puede que más de uno crea que los alienígenas de La llegada (y que son todo un prodigio de inventiva y efectos visuales), no tengan realmente nada que ver con la historia que nos están contando. Y acertará. Son algo así como el monolito de 2001, una odisea del espacio. Una presencia enigmática; un recurso, divino, extraterrenal o no, que podría contener los secretos para avanzar en nuestra evolución. Una mera excusa para hablarnos en realidad de lo que significa ser humano. Y es que en el fondo no se trata de mirar a los cielos para intentar encontrar respuestas.

Tráiler:

 

1 comentario

  1. Dice ser no importa

    SEGURO QUE LAS INTENCIONES DE LOS ALIEN SON MEJORES QUE LAS NUESTRAS….

    SOLO HAY QUE VER COMO DEPREDAMOS EL PLANETA
    Y NOS DEPREDAMOS ENTRE NOSOTROS

    VERGUENJA AJENA

    23 noviembre 2016 | 15:39

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