El azar quiso que el rodaje y sobre todo la posproducción de Aliados (Allied), protagonizada por Brad Pitt, coincidiera con el affairedel fin del matrimonio brangelina, y el que la estrella femenina de su reparto fuera Marion Cotillard avivó suspicacias sobre posibles infidelidades. La actriz francesa tuvo que salir al paso anunciando su embarazo y que aún estaba felizmente unida al director Guillaume Canet.
Todo ello le ha añadido un punto extra de morbo y promoción comercial al ya inminente estreno de la película dirigida por Robert Zemeckis que, además, fue rodada en parte en escenarios de las Palmas de Gran Canaria y Fuerteventura simulando parajes del Norte de África o las calles de la población marroquí de Casablanca (en Aliados sobrevuela la mítica figura del clásico Casablanca que protagonizaron Ingrid Bergman y Humphrey Bogart).
Un relato de espionaje ambientado en la Segunda Guerra Mundial con el personaje de Brad Pitt, un oficial de la Inteligencia norteamericana sospechando que su gran amor (Marion Cotillard), integrante de la Resistencia francesa y su esposa, puede mantener una peligrosa actividad como doble espía al servicio de los nazis. Drama e intriga con mucho sabor clásico.
Casi ninguna película puede presumir de contar con nada menos que un 99 sobre 100 de media enMetacritic (y lleva ya una valoración de 45 críticas de profesionales); en Rotten Tomatoes otra locura de media, 8,9 sobre 10 contabilizando 146 reseñas, y un 8,7 enIMDb.
Moonlight es la adaptación de la obra teatral escrita por Tarell Alvin McCraney (su título original es In Moonlight Black Boys Look Blue, «Bajo la luz de la luna los chicos negros parecen azules» en español) y es el segundo largometraje dirigido por Barry Jenkins. Relata la historia Chiron, un joven afroamericano que reside en una de las zonas más conflictivas de Miami, durante tres etapas de su vida, desde su infancia a la madurez. Una vida marcada por una madre drogadicta, su amistad precisamente con un traficante de drogas, el acoso escolar y, sobre todo, el descubrimiento de su homosexualidad. Es también una película, según sus defensores, que rompe estereotipos y mitos (la del «hombre negro fuerte y varonil»).
«Una dura mirada a la realidad norteamericana, y un poema escrito con luz, música y elocuentes expresiones de los rostros» (A.O. Scott en The New York Times)
«Una auténtica obra maestra americana y una de las mejores películas de la década» (Tirdad Derakhsani en Philadelphia Inquirer)
«Logra lo que parece imposible, y es hacer crecer una historia y sus personajes en un lugar y tiempo específico y, al mismo tiempo, hacerlo inmediatamente remarcable y universal» (Ann Hornaday en The Washington Post)
«Es una de las primeras posBoyhood películas independientes en tomarse seriamente la evolución de un hombre joven a lo largo del tiempo» (Peter Debruge en Variety)
«Transforma la rabia y la frustración en una intimidad sin adulterar» (Eric Kohn en Indiewire)
«Maneja con maestría temas universales como la propia identidad, la sexualidad, la familia y, sobre todo, la masculinidad» (Brian Tallerico en RogerEbert.com )
Cada año los críticos norteamericanos suelen casi unánimemente concentrarse en elogiar una película, puede incluso que hinchen algo más de lo debido sus valoraciones para intentar atraer a un poco más de público hacia obras minoritarias que consideran extraordinarias: Pero, a este paso se van a cansar de ver a Moonlight entre los numerosos premios a la mejor película que las distintas asociaciones y gremios cinematográficos o de prensa especializada conceden a finales de año.
También parece una de las más firmes apuestas de cara a los Oscar (las nominaciones se harán públicas el 24 de enero próximo). Y en esta edición, teniendo en cuenta que tanto el reparto como el director son negros, los premios de Hollywood no tendrán excusa para demostrar que el hashtag #OscarSoWhite es cosa del pasado.
Se estrenó el pasado 21 de octubre en Estados Unidos y su paso por diversos festivales, como Telluride, Toronto, Londres o Roma levantó una cantidad de elogios similares entre público y crítica. No lo tendrá fácil para llegar a estrenarse en otros países, en España todavía no tiene distribución, aunque para eso están también los Oscar.
Tráiler de ‘Moonlight’ (en versión original en inglés)
Disney se propuso para las fechas cercanas a las navidades de este año animar la cartelera con un largometraje que, lejos de las bajas temperaturas o la nieve, nos trasladará hacia climas mucho más cálidos y tropicales, hacia los mares del Pacífico Sur. Vaiana (Moana en su título original, y que aquí no se ha podido utilizar por problemas de derechos de autor) es su nueva princesa, dulce y tierna, también aguerrida y decidida, y que ya cuenta con las primeras reseñas por parte de la crítica especializada, sobre todo norteamericana, que ha podido verla en pases de prensa. Las sensaciones son, de momento, más que prometedoras.
Tampoco es que nos encontremos ante una de las obras maestras de la factoría de Tío Walt, pero allí está, en el momento de redactar estas líneas, con un inapelable 78 sobre 100 de media en Metacritic; y en Rotten Tomatoes, con 6 críticas hasta el momento, se hace con una media de 7,3 sobre 10.
«Apelando por igual a la vista, el oído, al corazón y a la diversión, Vaiana representa al Disney contemporáneo y lo mejor, una aventura vibrante que combina los efectos en ordenador para la animación con una historia tradicional y personajes coloristas», recoge Michael Rechtshaffen en The Hollywood Reporter. En cuanto a su protagonista, «su heroína es algo nuevo, una pequeña y fiera desviación de las clásicas princesas europeas que tanto amas», valora Devan Coggan en Entertainment Weekly.
Así lo piensa el director francés Olivier Assayas que estos días está de promoción de su nueva película, Personal Shopper, y que tiene a Kristen Stewartcomo protagonista absoluta. Además, la que fuera Bella Swan en la saga Crepúsculo está en racha. Su otro trabajo más reciente estrenado en cines ha sido Café Society de un Woody Allen que ha prescindido, al menos de momento, de su musa en las dos últimas películas, Emma Stone, por Kristen.
Recordemos que por Viaje a Sils Maria, también dirigida por Olivier Assayas y con Juliette Binoche como protagonista, Kristen obtuvo nada menos que el premio César a la mejor actriz de reparto, en febrero de 2015, y se convirtió en la primera actriz norteamericana en ganar el máximo galardón que otorga el cine francés. No solo hizo historia, en la cinematografía gala, sino que el cineasta quedó encantando con ella. En sus más recientes declaraciones, en una entrevista para ScreenDaily, no se quedaba corto en halagos:
Kristen tiene un alcance infinitamente más grande que muchas actrices de su generación. Posee una profundidad interior junto con una espontaneidad y naturalidad que la distingue. También tiene una comprensión innata del cine que me hace creer que ella también podría tener éxito dirigiendo.
Pues, viendo la valoración media de las críticas que de momento está obteniendo por parte de la crítica norteamericana más bien nos deja cierto sabor a decepción. En los momentos de redactar estas líneas (y difícilmente va a variar mucho) registraba un 54 sobre 100 de media enMetacritic, con diez críticas hasta el momento; y en Rotten Tomatoes que acostumbran a ser más generosos aún le iba peor, con solo 44. Un rotundo suspenso.
Había ganas de ver lo nuevo de Tim Burton, y más después que su anterior película, Big Eyes (2014), pasara sin pena ni gloria entre el público y también la crítica. Siempre se espera muchísimo de él, y en El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares además de una premisa muy atractiva, basada en la novela de Ransom Riggs, tiene a la siempre espléndida Eva Green como protagonista.
En comparación con la anterior, Big Eyes logró una media de 72 puntos en Rotten Tomatoes y de 62 en Metacritic, así que el descalabro de El hogar de Miss Peregrine podría ser importante, al menos por parte de la prensa especializada. Aún así, maticemos. No es que todas las valoraciones por parte de los críticos sean malas, hay para todos los gustos: a los que les ha gustado y mucho, los que se han quedado algo fríos y los que directamente jubilarían anticipadamente a Tim Burton.
Serán los signos de estos tiempos, en los que no hay demasiado lugar para utopías, pero ni siquiera la «pareja perfecta» se libra de la ruptura. A Hollywood nada le sienta mejor, a nivel mediático y de promoción, que un buen escándalo o un divorcio sonado. La noticia ya la conocen, Angelina Jolie y Brad Pitt han puesto fin a 12 años de relación. Cinematográficamente lo más comentado es que si el rodaje de Sr. y Sra. Smith los convirtió en los señores «Brangelina» ha sido Frente al mar (By the Sea), la tercera película precisamente de Angelina Jolie como directora, la que habrá puesto punto y final a su historia de amor.
En su momento, aquí se estreno en marzo, nadie la vio en los cines y la crítica la puso de vuelta y media (¿ínfulas para asemejarse a Michelangelo Antonioni y su cine de la incomunicación?). Pero ese retrato de una crisis matrimonial, la de los personajes de Brad Pitt y Angelina Jolie como protagonistas y aunque fuera en idílicos parajes de la Costa Azul de los años 70, pasará a la historia como el de un documento realsobre la crisis que afectaba a la pareja más glamurosa y con más gancho de Hollywood. Conociendo lo que gustan las segundas partes y secuelas, allí estará a finales de noviembre, cuando se estrene, otra película, la de Aliados dirigida por Robert Zemeckis. En la demanda de divorcio Angelina argumenta «diferencias irreconciliables en la educación de sus hijos», pero algunos se han apresurado a señalar que la gota que habría colmado el vaso (de Angelina) sería la infidelidad de éste con la protagonista femenina, Marion Cotillard.
( Adam Driver en la presentación de ‘El despertar de la fuerza’ en Japón, diciembre de 2015 )
Segundas partes nunca fueron buenas. Aunque algunas sí. Buenísimas. Ahí está la segunda de la saga Corleone, El caballero oscuro o… El imperio contraataca. Y Adam Driver, que es Kylo Ren, el villano principal de la nueva saga galáctica, estos días se encuentra haciendo promoción de su nuevo trabajo, Paterson dirigida por Jim Jarmusch, no ha dudado al ser preguntado por el esperado episodio VIII de Star Warspara referirse a la mítica segunda entrega de la trilogía original.
¿Qué sensaciones le ha producido a Adam Driver el guión? Así se expresaba en una entrevista para la web Collider:
Es grandioso. Es parecida a El imperio contraataca en el sentido que el tono también es diferente.Hay personas que dicen, »¡Ooooh, es oscura!», pero no sé si esto es necesario. Es solo diferente en el tono de una manera que creo es genial y necesaria. Él (Rian Johnson, el director) confía en que el público esté preparado para ese matriz y ambigüedad. Nada está explicado de manera simplona y esto es realmente divertido de interpretar.
De acuerdo en que de este Episodio VIII esperamos que no sea casi un remake de El imperio contraataca como lo fue El despertar de la fuerza a Episodio I. Una nueva esperanza. (bueno, la de La guerra de las galaxias de toda la vida). Esperamos que al fin la nueva saga warsiealce el vuelo por otros caminos, tal vez más arriesgados o sorprendentes; y al menos el contar con alguien como Rian Johnson en la dirección parece una garantía.
A Johnson no le va lo fácil o previsible. Siempre intenta ponerle un toque distinto y original a sus películas. Pueden gustar más o menos, pero Looper, Brick o Los hermanos Bloom dan fe de ello. Así que, la mirada puesta en el 15 de diciembre de 2017, cuando se estrene este Episodio VIII, con parada antes en Rogue One: Una historia de Star Wars este próximo mes de diciembre.
Y una Amy Adams, dicen de manera unánime, que «está de Oscar». O sea, magnífica. La llegada (Arrival) se ha presentado mundialmente en la Mostra de Veneciay narra un contacto con los alienígenas, pero sin necesidad de meter naves nodrizas ni millares de invasores extraterrestres revoloteando y atacando estilo Independence Day. Es ciencia-ficción más creíble, y más pausada. Contar con alienígenas para, en el fondo, hablarnos de la condición humana.
Naturalmente, solo con una brevísima sinopsis de su argumento nos recuerda a Encuentros de la tercera fase, Contact o Interstellar. Está el cine de Spielberg, Zemeckis y el de Nolan y… curiosamente también el de Terrence Malick, el de El árbol de la vida, reflexivo, intimista, poético. Una vez más, humano.
Pero el director es el canadiense Denis Villeneuve, en el punto de mira de muchos aficionados porque ha sido «el elegido» para realizar esa esperadísima secuela deBlade Runner (película que, por cierto, en su momento fue un sonoro fracaso en taquilla). Otros, en cambio, tenemos en cuenta que Villeneuve nos ha brindado ya obras tan memorables como la compleja Enemy, y que en el thriller ha sabido aunar comercialidad y calidad con Prisioneros o Sicario. Personalmente, la que me encanta es Incendies.
La llegada ha sido elogiada por prácticamente toda la prensa mundial. Hay críticas entusiastas, alguna que otra (pocas) menos, aunque la sensación general es muy buena. Solo un par de extractos de algunas de las crónicas. «Villeneuve trabaja en la secuela de Blade Runner y este maravilloso Arrival no hace temer por el resultado», sentencia Salvador Llopart en La Vanguardia (edición impresa, viernes 2 de septiembre 2016). Y Joan Sala en Filmin no se queda atrás: «una propuesta tan extraordinaria y cautivadora a nivel humano y emocional como admirablemente rompedora a nivel cinematográfico.»
Otra más. Manu Yáñez en Fotogramas: «La llegada (Arrival) maneja con habilidad las idas y venidas entre la dimensión humana y la escala cósmica de sus muchas y ambiciosas tesis; sin embargo, en su recta final, las nobles ansias de grandeza del relato conducen al film hacia un mesianismo algo ampuloso». (…) Si “La llegada” consigue emocionar al espectador es gracias al excelente trabajo de una Amy Adams sobresaliente en su papel de científica que busca su camino en el ojo de un huracán emocional y existencial».
Puede que no sea redonda, pero apunta a gran película de ciencia-ficción, sin estridencias, sin especial predominio de los efectos visuales. En el reparto también destacan Jeremy Renner y Forest Whitaker. Se estrena en noviembre, el 11 en Estados Unidos y, esperemos, también en esa misma fecha en nuestros cine. Quizá los amantes del cine fantástico, de la ciencia-ficción tengamos un nuevo título de culto para saciar nuestra sed de ciencia-ficción cinematográfica, pero de la buena.
Es la serie que realmente ha vuelto a poner de moda la atmósfera y el sabor del cine y la cultura pop de los 70 y sobre todo 80. Stranger Things ha arrastrado un enorme fenómeno fan con tan solo 8 capítulos y desde su emisión, a través de Netflix, a mediados del pasado julio. Y Netflix ha confirmado oficialmente lo que ya se sabía, que habrá segunda temporada.
Tanto la plataforma online de películas y series como sus creadores, los hermanos Matt y Ross Duffer, han ido avanzando algunos jugosos detalles sobre la esperada T.2 de Stranger Things. «Queremos mantenernos dentro de la misma historia e idea, pero al mismo tiempo hacer algo distinto», aseguró Matt Duffer.
Audrey Hepburn y Mia Farrow las pasaron canutas en sendas películas de intriga haciendo de personajes ciegos, en Sola en la oscuridad (Wait Until Dark, 1967) y Terror ciego (See No Evil, 1971), y ambas fueron éxitos de público y crítica. Lo mismo está sucediendo con el que podríamos calificar de thriller de terror sorpresa de esta temporada, aún veraniega, titulado No respires (Don’t Breathe).
Si en las dos citadas películas clásicas el espectador sufría empatizando con esa privación de la vista que afectaba a sus protagonistas haciéndolas, a priori, más vulnerables al acoso de los desalmados que las acechaban; en No respires se da un significativo giro: el personaje ciego es el más amenazador y el espectador, en buena parte de sus secuencias, también se sentiría casi «a ciegas» (la acción se desarrolla en escenarios completamente a oscuras).
