Archivo de octubre, 2018

El pesimista, el humilde, el nuevo rico… estos son los tipos de colchoneros

Imagen de un partido en el antiguo Vicente Calderón (GTRES).

Hace cosa de un mes, mi compañero y coautor de blog Raúl Rioja publicó una entrada en la que hacía una afinada clasificación de tipos de madridistas. Ahora soy yo el que recojo el guante y el que me atrevo a crear una suerte de tipología del colchonero:

El pesimista. Marcado a fuego por años de sufrimiento, ante las primeras derrotas o bajones del equipo anuncia catástrofes inevitables. Suele usar términos como ‘pecheo’, siempre tiene malas sensaciones antes de un partido importante y está absolutamente convencido de que Sergio Ramos alzará la Decimocuarta en el Metropolitano.

El humilde. Es un perfil similar al anterior. Los años duros le han dejado en una zona de confort en la que la permanencia es el objetivo de cada temporada. Recalca con insistencia la diferencia de presupuesto entre Madrid y Barça y el Atleti. Suele refugiarse en estos pensamientos tras las derrotas. Ha comprado entero el argumento de ‘el equipo del pueblo’ y se compara con el Leicester.

El nuevo rico. Es el contrario al anterior. Suele ser muy joven y no sabe quiénes eran Dobrovolski u Omar Pastoriza. Sus referencia es la de un equipo que juega finales de Champions. Le encantaría que Griezmann se llevara el Balón de Oro y estaría dispuesto a participar en una performance para apoyar la candidatura del francés. Le encanta el nuevo escudo.

El ‘no consuman’. En redes sociales sigue a Roncero, al ‘Látigo’ Serrano, a Pedrerol y a Edu Aguirre. Los retuitea compulsivamente y compara constantemente las portadas de AsMarca cuando hay logros del Madrid y logros del Atleti. Cree que la prensa deportiva española está conchabada para hablar mal del Atleti y todos los narradores de televisión tienen fobia al equipo. Y después de quejarse de todo esto, parafrasea a Cholo y dice: «No consuman».

El gilista. Su mantra es «haber comprado tú el club». Cree que Jesús Gil era un señor algo lenguaraz, pero que amaba al Atlético sobre todas las cosas. Opina que su hijo es un gran gestor que ha llevado al Atleti a dos finales de Champions y le indigna que haya colchoneros que critican a la directiva, porque eso no ayuda. Se parte de risa con las ocurrencias de Enrique Cerezo, «que es un crack cuando lo entrevistan».

El antigilista. Lleva una bufanda verde y amarilla. Celebra los triunfos del equipo con la boca pequeña, no vaya a ser que alguien le confunda con un gilista. En las derrotas, recuerda siempre que la culpa es de los del palco. «Apropiación indebida» es su expresión favorita y es de los que estuvo en la puerta del Calderón cantando «Enrique Cerezo, queremos tu pescuezo».

El nostálgico. «Como Gárate no hubo otro». Siempre dice «¡Aúpa Atleti!». Lleva al campo su gorra con visera, la misma que llevaba cuando tenía 15 años, en los 70. Asegura que como las equipaciones Puma, Meyba o incluso las de Deportes Cóndor, no ha vuelto a haber ninguna. Te recita de memoria la alineación del Atleti de la final de Bruselas del 74: «Esos sí que eran buenos». Para él, Luis Aragonés era simplemente Luis.

El rabioso. Lo podrás encontrar en Twitter buscando la expresión ‘MHDP’. Disfruta más de las derrotas del Madrid que de las victorias del Atleti. Insulta a los del Sevilla, a los del Dépor, a los del Villarreal, a los del Barça, cree que el filial del Madrid es el Espanyol, se mete con la asistencia al campo del Getafe, atiza al Valencia… y emplea su tiempo tras las victorias buscando a hinchas del equipo rival para recochinearse.

El de provincias. Durante el colegio o el instituto era el único atlético de su clase y a veces sufrió bullying. La primera vez que fue a ver un partido a Madrid alucinó viendo que hay más como él en el mundo. Invierte un buen dinero en merchandising. A sus hijos les ha comprado peluches de ‘Indi’. Lázaro Albarracín ha estado en la peña de su pueblo.

Por supuesto, amigos, la mayoría de los atléticos pertenecemos a más de una de las categorías anteriormente expuestas, pero estoy segurísimo de que conocéis a más de uno y más de dos de cada uno de los tipos.

Un saludo…

Real Madrid: un club desquiciado, que ha perdido su clase y que no debe alimentar al antimadridismo

El capitán del equipo le da un pelotazo en un entrenamiento a un canterano; unos días después, ridículo en el Camp Nou mediante, el entrenador es despedido. Y en el comunicado, se le da un durísimo palo culpándole de lo ocurrido con un ataque sin precedentes en la historia del club. La semana ha dejado un lienzo perfecto de lo que es a día de hoy el Real Madrid. Porque una cosa es un roce con un compañero, y otra humillar a un pobre chaval., Porque una cosa es echar a un empleado, posiblemente con razón, y otra humillarle de esa manera, con el comentario de «los ocho nominados al Balón de Oro».

Sergio Ramos y Florentino Pérez (EFE).

Lo que me deja perplejo de todo lo que está sucediendo en el Real Madrid es que hace cuatro meses, se estaba levantando la decimotercera Champions del club. La tercera consecutiva. La cuarta en cinco años. Es decir, es un equipo de leyenda, le-yen-da, y estas actitudes estropean eso, distraen la atención.

Este club vive en un estado de desquicie constante. No se admite en el Madrid la crítica constructiva, no se ve nada con perspectiva. Es todo o nada. Blanco o negro. Lopetegui era dios para el madridismo en verano por cómo se le machacó y ahora se le despide con desprecio, sin ningún atisbo de clase. Sergio Ramos es historia del Real Madrid (ay si no mete ese gol en Lisboa, dónde estaríamos ahora) y ahora son legión los hinchas blancos que le culpan de casi todo lo que está pasando: que si hace las alineaciones, que si crea mal ambiente, que si se cree el dueño del club…

Se han hecho las cosas mal. Diría que muy mal. En verano se fueron Zidane y Cristiano, y no se estuvo a la altura. Es ahí donde hay que mirar a Florentino, por su inacción. El equipo daba ya síntomas de agotamiento y no hizo nada, no fichar un sustituto de Ronaldo tiene más que ver con la ilusión que con los manidos 50 goles.

Pero de ahí a lo que está sucediendo va un mundo. El antimadridismo esperaba agazapado, esperando su ocasión, las Champions duelen mucho. Los memes vuelan por whatsapp, como en noviembre del año pasado, algo que paró de suceder en mayo. Tampoco los hubo en junio de 2017, ni en mayo de 2016. Y es el club el que no debe alimentar esta situación, que no parezca que es una entidad desquiciada, que parece que llevamos 30 años sin ganar la Copa de Europa, ocho sin pasar de octavos o siete sin ganar la Liga.

¿Que se echa al entrenador por los malos resultado? No pasa nada, se sale en rueda de prensa, se explica, se le despide con cariño, se recuerda las numerosas Champions de los últimos años, se trabaja en la llegada de otro míster y de fichajes, y se vuelve a ilusionar. Ojalá alguien aconsejara como es debido a Florentino, porque la situación parece que se le está yendo de las manos y empieza a recordar, demasiado, a su primera etapa. Y todos sabemos cómo acabó.

Florentino es el que debería dimitir: sentenció al Real Madrid tras permitir la marcha de Zidane y forzar la de Cristiano

El cabeza de turco de la crisis del Real Madrid ha sido Julen Lopetegui. Hay quien culpa también a los jugadores e incluso a Florentino Pérez. Pero siempre es más fácil echar al entrenador pese a que la plantilla no haya estado a la altura y el presidente sea el verdadero culpable. Porque esa es la dura realidad. Y si no cambia, ni Conte ni Solari (si uno de ellos sustituye a Julen) podrán hacer mucho por este equipo.

Florentino dejó que Zidane se marchara pese a la opinión contraria de los jugadores y forzó la salida de un Cristiano Ronaldo harto de las malas caras y palabras de su presidente. Dos salidas del club que ni él ha sabido gestionar bien. La de Zidane intentó mitigarla quitándole su entrenador a la selección tan solo dos días antes de comenzar el Mundial de Rusia. Una jugarreta que, ahora, se ha revertido en su contra.

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.

De la de Cristiano casi mejor ni hablar. El crack del club se fue por la puerta de atrás, sin despedida ni halagos pese a haberle dado al Real Madrid grandes momentos. Su mala relación se hizo en ese momento evidente y la influencia del presidente en la marcha del delantero luso también. Es más, ahora Cristiano ha querido dejarlo claro: «Lo que me decía nunca lo hizo desde el corazón», declaró en una entrevista concedida a France Football. Y añadió que Florentino, al final de su etapa en el Real Madrid, lo miraba «como si ya no fuera indispensable», lo que le hizo tomar la decisión de marcharse.

En ese momento, Florentino no permitió al club traer refuerzos a la delantera y creyó que apostando por la juventud la marcha de CR no se iba a notar…  No obstante, la humillación del Barça el domingo en el Camp Nou (5-1), precedida de otros cuatro partidos sin ganar en Liga, ha hecho evidente que esa decisión no fue la adecuada. El club necesita a un líder que no tiene (aparte de Sergio Ramos) y deberá encontrarlo en el próximo mercado de invierno.

Pero esto solo lo ve la opinión pública. Porque Florentino sigue creyéndose el amo y señor del club. Él siempre ha salido indemne de sus malas decisiones y esta vez no iba a ser de otro modo. Es Florentino quien se encarga de señalar al culpable y cargar las escopetas de la prensa para que lo señalen y lo conviertan en cabeza de turco. ¿Con qué fin? Siempre para librarse él. Esto se demostró cuando empezaron los rumores de que Lopetegui iba a ser destituido (hace unas semanas). La decisión de su cese estaba ya tomada y quería que la prensa aportara las razones cuando se fuera a hacer efectiva. Que señalaran a Lopetegui como el verdadero culpable. Porque los entrenadores son los que siempre cargan con esa responsabilidad… aunque el verdadero culpable esté sentado en el palco y no en el banquillo.

El Real Madrid más ridículo que uno recuerda, a Lopetegui habría que haberle echado en el descanso

Julen Lopetegui

Julen Lopetegui con Valverde de fondo (EFE).

A Julen Lopetegui había que haberle echado al descanso del clásico. Hubiera sido algo insólito en el mundo del fútbol, pero cosas igual de raras se han visto, como cuando a Antic se le fulminó del banquillo blanco con el Real Madrid líder de la Liga de 1992.

Pero es que la imagen del equipo blanco en el Camp Nou en esos primeros 45 minutos ha sido dantesca, de las peores que recuerdo. Supera en vergüenza ajena a aquel equipo con Palanca y Drenthe, y también al que cayó 5-0 con Mourinho, pues esa vez al menos había un superequipo enfrente, el entonces intratable Barça de Guardiola.

Este Barça sin Messi me parece un equipo menor, no tengo dudas de que sin el argentino no pasaría de octavos en la Champions. Pues este Barcelona que cambió a Leo por Rafinha le dio un meneo de época a un Madrid vulgar, de vergüenza ajena.

A Lopetegui le echo en cara que sacara a un central (Nacho) de lateral, dejando en el banquillo a Odriozola, mucho más ofensivo. Un claro mensaje. También que haya apostado por los de siempre, que no haya arriesgado, que haya optado por morir con los jugadores que no están con él. Porque si algo ha quedado claro es que sus futbolistas, al menos las vacas sagradas, no le apoyan. La actitud de todos y cada uno de ellos en la primera parte así lo ha dejado claro.

Me da pena que Julen se vaya a ir así, pero él se lo ha ganado. Algunos dirán que es el karma por lo de este verano, con el cuchillo le estaban esperando, y él se lo ha puesto fácil. Ya no tiene defensa posible, es la hora de despedir a Lopetegui, y cuánto antes mejor. Está claro que así será.

A aquellos que se alegran de la lesión de Messi: sin él el Barça ya le metió 0-4 al Madrid… y no hace mucho

Leo Messi, lesionado en el césped del Camp Nou (EFE).

«Ojalá se hubiera roto también la tibia y el peroné». Esa fue una de las frases que un madridista me espetó cuando se conoció justo el pasado sábado el alcance de la lesión de Leo Messi: estará unas tres semanas de baja por su rotura de radio en el partido ante el Sevilla. En una de las semanas más intensas que le esperan al Barça esta temporada, su talismán se lesionó. Se perdió el partido del miércoles ante el Inter de Milán (Champions) y el Barça ganó. Tampoco estará en el clásico de este domingo ante el Real Madrid (Liga). Pero ese tiempo de baja no es suficiente para quienes se consuelan de la mala racha que atraviesa su equipo con que otros también lo pasen mal. Eso es lo que el refranero español define como: mal de muchos, consuelo de tontos.

Es cierto que lo de consolarse de una derrota con la derrota del otro va implícito en el fútbol. Y todos lo hacemos: perdemos, sí, pero si los otros pierden es menos catástrofe. Pero eso de alegrarse de la lesión de un jugador, ya sea Messi, Cristiano o pepito de los palotes, es muy ruin. Véase el desafortunado tuit de Rufián que ha causado gran polémica en las redes sociales: ¡cómo se nota que es del Espanyol!

Es verdad que está el clásico de por medio pero os aseguro que no tiene que ver con eso. ¿Que Messi se lesiona justo antes de jugar ante el Alavés? Buena noticia. ¿Que Messi se lesiona justo antes de jugar cualquier partido random de Liga de Campeones? Buena noticia. ¿Que Messi se lesiona justo antes de jugar ante la Cultural en Copa? Buena noticia. Para algunos siempre es buena noticia que Leo Messi no juegue porque parece que lleva implícito, entonces, que el Barça pierde. Aunque muchas veces no sea así.

La envidia es muy mala. Es el mejor jugador del mundo, verlo jugar es una delicia y un partido sin él pierde calidad, tanto para los jugadores (cuya motivación es mayor en caso de que Messi juegue) como para los aficionados. No entiendo a quienes prefieren verlo en el banquillo y no sobre el terreno de juego: si tu equipo tiene que ganar, que sea por méritos propios, no porque el rival no tenga a su mayor estrella. Es más, que no esté tampoco asegura la victoria: la última vez que Messi no jugó un clásico de inicio el Barça le metió un 0-4 al Real Madrid. El argentino había estado de baja dos meses por lesión, fue suplente, solo jugó 34 minutos y cuando salió el marcador ya reflejaba un 0-3. Y la última vez que se perdió un partido completo por lesión los blancos solo consiguieron ganar por la mínima.

Es verdad que el Barça sin Messi pierde mucho. Es más, me atrevería a decir que se convierte en un equipo como cualquier otro: sin profundidad y sin gol. Pero también ha demostrado que sabe sobreponerse a una situación como esta. El resto de jugadores tienen que pensar que, ahora, deberán hacer el doble de trabajo para sacar adelante los partidos en los que Messi falten con los mejores resultados posibles. Serán partidos difíciles, pero deberán demostrar que «el Barça no es solo Messi«. O eso dicen.

Los extraños casos de Malcom y Arturo Vidal: así mejor que el Barça no fiche

Malcom y Vidal en un entrenamiento del Barça. (EFE)

Malcom y Vidal en un entrenamiento del Barça. (EFE)

Ni juegan ni se les espera. Ni estando Messi lesionado. Malcom y Arturo Vidal han cogido sitio en el banquillo pese a ser los fichajes «revolucionarios» del Barça este verano. El primero, de hecho, el más caro. Llego por 41 millones y solo ha disputado 25 minutos en once partidos (seis en la segunda jornada de Liga ante el Valladolid y 19 en la sexta ante el Leganés). Y, últimamente, ni siquiera es convocado. A sus 21 años rechazó a la Roma 24 horas antes de venir a Barcelona en busca de grandes oportunidades que aún no le han llegado.

El brasileño las espera con calma, pero ya se han jugado dos meses de temporada. Todavía es pronto, no hay que precipitarse pero quizás vaya siendo hora de que deje de mostrar tranquilidad y reclame un sitio en el once o, al menos, más minutos. No obstante, parece ser que Ernesto Valverde no cuenta con él. El Txingurri no lo pidió y su llegada apunta a que fue más un capricho de Eric Abidal, de hecho, el técnico culé afirmó hace unas semanas que, aunque su rendimiento sea maravilloso, su titularidad no está asegurada:

«Es un jugador joven con proyección que el club piensa que nos puede ayudar. Si es titular o no, dependerá de su rendimiento. Hacía tiempo que se le seguía. Viene rodado de entrenamientos»

Le toca el turno ahora a Arturo Vidal. Este caso, todavía más mediático e incomprensible. Costó 19 millones fijos y tres más en variables. Venía a Barcelona como una estrella, problemática, pero estrella al fin y al cabo. Y, pese a ser dos veces titular, solo ha sido un reflejo. Hasta el día de hoy, no ha completado ni uno solo de los partidos disputados. Vidal llegó, además, con la esperanza de ganarse un hueco entre los titularísimos y ser el sustituto de Rakitic. Pero Valverde lo tiene claro: primero está el croata y después vuelve a estar el croata. Casi sin rastro del chileno. Con esto deja claro que tampoco fue un fichaje a petición suya, ¿quién se encapricharía de él esta vez?

Pero, como era de esperar, él sí ha mostrado su disgusto al ser suplente en varias publicaciones en sus cuentas oficiales en las redes sociales. Unos posts en los que ha tenido que rectificar su comportamiento estos días tras una llamada de atención por parte del club, concretamente de su manager general, Pep Segura.

Para ambos, el ejemplo a seguir podría ser Arthur, que empezó la temporada siendo titular en la Supercopa de España ante el Sevilla, pero posteriormente desapareció de los onces iniciales de Valverde. Sin embargo, en los últimos partidos ha ‘resucitado’ hasta convertirse en una pieza inamovible el centro del campo del equipo. Incluso en Champions.

Esperemos que lo que pasa, tanto con Malcom como con Vidal solo sea cuestión de rodaje y se convierta en un espejismo a final de una temporada que, como quien dice, acaba de comenzar. Porque sino… mejor que el Barça desista en su derecho a fichar jugadores para no darles minutos.

O el Real Madrid gana al Barça en el Camp Nou o hay que echar a Lopetegui

Vaya por delante que le tengo bastante aprecio a Julen Lopetegui. Sus lágrimas el día de su presentación dejaron claro lo mucho que sufrió ese verano, y que todo lo que pasó con la selección no era lo que él quería. Sin entrar, esta vez, en si hizo bien o mal, él pensaba que entrenaría a España en el Mundial, y todo lo sucedido fue un duro palo.

Julen Lopetegui

Julen Lopetegui (EFE).

También creo que lo que está pasando en el Real Madrid no es culpa exclusivamente del entrenador. Quizás ni siquiera sea el máximo responsable, pues queda claro que la planificación deportiva fue un desastre. A un equipo que ya daba síntomas de hastío -no hay más que ver la dejadez que mostró en la pasada Liga, descartado meses antes de acabar el campeonato- se le fue su gran estrella, un jugador que marca siempre entre 40 y 50 goles. Y entonces se decidió no fichar a ningún crack, ningún jugador desequilibrante, alguien que trajera ilusión por este nuevo proyecto no solo a la afición, también a sus compañeros.

Dicho esto, una cosa es una cosa, y otra es estar cinco partidos sin ganar y tres perdiendo. Perder ante el Alavés y también en casa ante el Levante, ser goleado y casi humillado en Sevilla. Vale que no está ya Cristiano, que el equipo tiene menos gol, pero lo que está pasando en este Madrid va más allá, y eso sí que va en el debe del nuevo entrenador.

Lopetegui entra ahora en una semana clave, con el derbi del domingo en la mente de todos. Sin Messi, se acabaron las excusas para Julen. Si no se gana en el Camp Nou sin el mejor jugador del mundo enfrente, es la hora de un relevo en el banquillo, no hay más. Dicen que Florentino dijo tras la destitución de Benítez que cometió dos errores con él: uno, ficharle; otro, haber tardado tanto en echarle, con el equipo ya descartado en Liga (Zidane ganó después la Champions). Y me da que el presidente blanco no es de los que comete un error dos veces.

¿Qué miraba Florentino Pérez en su móvil con 0-2 en el marcador?

 

Florentino Pérez mira su teléfono en una foto de archivo (GTRES).

La derrota del Real Madrid en casa ante el Levante dejó muchas imágenes, pero una de las más comentadas tuvo lugar en el primer tiempo, en concreto a la media hora de juego, cuando el resultado era de 0-2 a favor del equipo granota.

Las cámaras captaron a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, en el palco de autoridades, con gesto muy serio, consultando su teléfono móvil.

¿Qué estaba mirando el mandamás blanco? ¿Lo que decía la prensa de la debacle de su equipo? ¿Mensajes de algún asesor? ¿O directamente sondeaba ya el mercado en busca de un sustituto para Lopetegui? En internet hay teorías para todos los gustos:

Los desastrosos datos del Real Madrid y de España sin Isco

Isco

Isco (EFE).

Que Isco se ha convertido en un jugador muy importante tanto en su club como en la selección era algo que ya se sabía, aunque su legión de detractores es aún grande, más como corriente que va en contra de la buena prensa que siempre ha tenido y de los gritos de ‘Isco, Isco’ cada vez que salía antes como suplente que por lo que en realidad hacía en el campo.

El argumento más usado para hatear a Isco es el de que ralentiza el juego, que da demasiada pausa. También que sus filigranas son en zonas intrascendentes del campo y que baja a recibir muy atrás, lo que atasca a sus equipos.

El malagueño es un jugador que me ha gustado mucho y al que le ha hecho mucho daño el debate Isco-Bale. Ahora que no hay que elegir entre ambos, se puede defender la importancia que tienen en el Real Madrid, posiblemente los dos jugadores clave del equipo blanco. Y también la del de Arroyo de la Miel en la selección.

Los datos avalan esto. Quizás sea casualidad, aunque probablemente no. El Real Madrid -especialmente- y España han cosechado desastrosos resultados, con mal juego incluido, coincidiendo con la baja por la operación de apendicitis de Isco.

  • Sevilla 3-0 Real Madrid
  • Real Madrid 0-0 Atlético
  • CSKA Moscú 1-0 Real Madrid
  • Alavés 1-0 Real Madrid
  • Gales 1-4 España
  • España 2-3 Inglaterra

El problema del Real Madrid ha sido el gol -ni uno desde la lesión de Isco- y el de España el del control del juego. Curioso. Que cada uno saque sus propias conclusiones, claro.

Muy español: ya nos creíamos campeones del mundo

Sergio Ramos se lamenta

Sergio Ramos se lamenta (EFE).

Ya nos creíamos campeones del mundo. Tal cual. En este caso, favoritos para la UEFA Nations League y para la próxima Eurocopa, que en el Mundial nos fuimos por la puerta de atrás hace solo unos meses. Eso sí, había muchos -aficionados y periodistas- que estaban convencidos de que España hubiera ganado en Rusia de no ser por el ‘affaire Lopetegui’. No aprendemos.

Lo de hoy de la selección española ante Inglaterra ha sido un golpe de realidad, un toque de atención, una forma de que, por una vez, no lancemos las campanas al vuelo. No nos creamos campeones antes incluso de jugar los torneos. Porque parecía que con los buenos resultados cosechados por Luis Enrique en sus primeros partidos estaba todo hecho, íbamos a ganarlo todo como en el ciclo glorioso 2008-2012.

Pese a lo sucedido en el Villamarín, España sigue teniendo opciones de pasar a la fase final de la Liga de Naciones, y también de hacer un proyecto ilusionante que llegue a los grandes torneos (Eurocopa y Mundial) con ganas de hacer algo grande. Pero siempre desde la humildad, eso que tanto le falta al aficionado español en cuanto llegan dos o tres buenos resultados.