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Carl Beazley, el arte de retratar ‘multiplicando’ cabezas

'Pigeon!' - Carl Beazley

‘Pigeon!’ – Carl Beazley

Con la agilidad de un mago que juega con una baraja de cartas, Carl Beazley (Reino Unido, 1988) multiplica cabezas. Dentro del mismo rostro se reproducen otros, nacen en la barbilla, en la sien o en la mejilla, siempre pertenecen a la misma persona y crean un crisol de gestos que completan la imagen principal.

Dice que sus óleos, bañados por una luz lechosa como de flash fotográfico, son «retratos experimentales/surrealistas». Al autor le gustan las muecas extremas y las caras corrientes y rechaza la solemnidad que muchos artistas le dan al retrato. «Parece ser muy popular mostrar emociones minimalistas en los retratos para conseguir esa mirada misteriosa tipo ‘¿qué están pensando?’. Quería intentar pintar algo tan lleno de emoción que incluso pudiera resultar ridículo o falso«, dice en una de sus últimas entrevistas.

No siempre derrochó la seguridad en sí mismo como lo hace ahora, su lado artístico estuvo dormido hasta hace poco. Beazley es autodidacta y siempre tuvo miedo de confesar su deseo de ser pintor, temía que lo vieran como a un loco idealista, incluso se engañaba a sí mismo dibujando un futuro negro si intentaba hacer carrera del arte. Mientras, en la intimidad de su cocina, garabateaba dibujos.

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Un libro sobre las mutaciones del cómic contemporáneo

"Supercómic"

«Supercómic»

Advertencia previa de los editores: «Precaución: este libro no es una historia del cómic. Tampoco es una guía de lectura ni una lista de la compra para principiantes. Dios nos libre. Este libro es un conjunto de ensayos lúcidos, heterogéneos y desacomplejados sobre el cómic actual: sobre sus mutaciones fundamentales en todo el mundo a lo largo de los últimos años. Porque el cómic ha cambiado mucho últimamente, y con él sus lectores».

Supercómic. Mutaciones de la novela gráfica contemporánea, que acaba de editar Errata Naturae [360 páginas, 21,9 euros], es una colección de ensayos, sobre la  transformación reciente del cómic en un género que ha implosionado y ya no se limita al cultivo de la nostalgia de baja intensidad, sino que es también autobiografía, libro de memorias, crónica periodística en viñetas, reinvención de superhéroes, tebeo como ensayo, representación extrema de la sexualidad…

El público de esta nueva forma plural del cómic, dice el coordinador del libro, Santiago García, no vive la experiencia de la lectura con la nostalgia de la niñez de los aficionados clásicos, sino como una «revuelta de clase cultural» de «lectores adultos que esperan la llegada de nuevos cómics no con la intención de aumentar una colección iniciada cuando tenían quince años, sino porque su lectura les resulta tan apetecible como la de la última novela de Paul Auster, Michel Houllebecq o Roberto Bolaño, como la última película de Paul Thomas Anderson, J. J. Abrams o Lars von Trier, o como la última versión de Portal, Dead Space o GTA«.

El libro, que reúne trece ensayos, pasa por encima de discursos caducos para legitimar o prestigiar el cómic —arte mayor desde hace bastante— y se concentra en visiones personales. Hay narraciones desde dentro —La autobiografía en el cómic. Una breve introducción a un tema muy extenso, visto desde una bicicleta en marcha, del historietista escocés Eddie Campbell—, disecciones en detalle —‘Love and Rockets’ o la cumbre de la ficción seriada, de Ana Merino, sobre la obra de los hermanos Jaime y Gilbert Hernádez; Los fracasos de Chris Ware, de David M. Ball, o Un zoom para Shintaro Kago, de Jordi Costa, que examina la obra de un dibujante «cómico y repugnante, sublime y escatológico, vanguardista y retrógrado«— y entrevistas como El hombre tranquilo y las pequeñas cosas, donde Alberto García Marcos habla con Emmanuel Guibert.

Si desean leer la introducción de este vivificante libro sobre la cultura del cómic después del cómic, la editorial ha colocado aquí un pdf con la introducción.

Ánxel Grove

 

 

 

 

Björk, de lo moderno a la modernez

Björk en una toma alternativa de la portada de 'Debut'

Björk en una toma alternativa de la portada de 'Debut'

Debut (1993), Post (1995), Homogenic (1997) y Vespertine (2001). Sólo por esos discos Björk merece no ser abofeteada por lo que está haciendo ahora. Los cuatro trabajos rebosan personalidad, experiencia, renovación y talento. Condensan la compleja estructura creativa de la islandesa y a la vez suenan sencillos y frescos.

El último disco de esta lista –Vespertine– es una declaración de amor a Matthew Barney, un artista conceptual del que la cantante se prendó. Es extenuante como un amor obsesivo, sincero en la felicidad y en el dolor de haber encontrado algo que parece eterno. Siguen juntos y han tenido una hija: Isadora, nacida en 2002. La vida de la pareja es doméstica, estable y silenciosa.

Después de Vespertine, Björk parece haber creído que es algo más que una artista pop. Empezó sus devaneos con la modernez (que no lo moderno) y la experimentación artificiosa con Medúlla (2004), un disco flojo en la sobreabundancia de técnica. La cosa sólo empeoró con Volta (2007).

Björk en la gira de 'Vespertine', con un vestido diseñado por Alexander McQueen

Björk en la gira de 'Vespertine', con un vestido diseñado por Alexander McQueen

En septiembre volverá con Biophilia, un proyecto que parece agrandar las ínfulas imparables de alguien que rebosa talento, pero se ha perdido en el camino. Para presentar el disco Björk iniciará un tour con montones de músicos, cacharrería retrofuturista, un coro de 24 mujeres islandesas… De momento ya ha inaugurado su show el 30 de junio en el Festival Internacional de Manchester.

Björk Gudmundsdóttir es todo lo extraña que quieres que sea. Una artista en el sentido más puro de la palabra, una persona capaz de crear un mundo propio, una visión personal de la realidad, con su obra. Su talento musical no es sólo fruto de un don, sino del trabajo insaciable de alguien que nunca ha abandonado lo que se ha propuesto.

Su regreso, aunque sea de fuegos de artificio, es una buena razón para dedicar un Cotilleando a… a uno de los símbolos nacionales de Islandia:

1. Desde la niñez hasta la adolescencia estudió en una escuela de música, después formó parte de varios grupos punk (ninguno de ellos duró demasiado) y fue cantante de los Sugarcubes, un grupo pop islandés que alcanzó gran popularidad en Reino Unido a finales de los años ochenta.

2. Cuando la banda se disolvió en 1992, Björk estaba decidida a lanzarse, a grabar unas canciones que le ardían por dentro y buscaban desesperadas una salida.

Presentando en Manchester su próximo disco, 'Biophilia'

Presentando en Manchester su próximo disco, 'Biophilia'

Publicó Debut, un disco que no es ni mucho menos un estreno como artista, pero sí el estreno de una vida artística. Fue disco de platino en Reino Unido y EE.UU. Lanzó cuatro singles: Human Behaviour, Venus As A Boy, Big Time Sensuality y Violently Happy. Compuso todas las letras de las canciones a partir de textos que pasó 10 años escribiendo en un diario.

3. Nació el 21 de noviembre de 1965 en Reikiavik, la capital de Islandia. Sus padres se casaron en la adolescencia y se separaron cuando ella tenía tres años. La madre, Hildur, siempre fue una activista hippie. Su padre, práctico y conservador, preside el sindicato de los trabajadores de la electricidad de Islandia.

4. En preescolar, le gustaba más ayudar a los cuidadores y profesores que jugar con sus compañeros.

Los Sugarcubes

Los Sugarcubes

5. Dio a luz a su hijo Sindri a los 19 años. El padre es Thor Eldon, guitarrista de los Sugarcubes. Se divorciaron tras un año de matrimonio.

6. Su primera atuación musical fue en un show escolar a los ocho años. Interpretó I love to love, un hit de la cantante de música disco Tina Charles.

La retrasmitieron por la radio: fue la antesala de Björk (1977), un album de canciones infantiles, versiones pop y un tema compuesto a medias con su padrastro. La niña se hizo bastante popular en Islandia.

7. Grabó una canción con el guitarrista flamenco Raimundo Amador. So broken se editó como single de regaló sólo con la primera edición española de Homogenic.

8. En 1996 Ricardo López, un estadounidense de 21 años que vivía en Miami grabó durante 18 horas un diario en el que confeccionaba un paquete dirigido a la vivienda de Björk en Londres. Contenía ácido con la intención de desfigurar el rostro de la cantante.

Björk de niña

Björk de niña

López estaba furioso porque ella mantenía una relación sentimental «interracial» con el músico negro Goldie. Al final de la grabación, Ricardo López se suicida mientras suena I miss you.

La policía de Florida, cuando encontró el cadaver descompuesto y se enteró del envío, avisó a las autoridades inglesas y el paquete nunca alcanzó su objetivo.

9. La voz de Björk cubre tres octavas. Técnicamente es una soprano, aunque la persona que se encarga de entrenar su voz la clasifica como una «robusto soprano», es decir, que tiene un timbre de soprano, pero puede hacer que los sonidos resuenen en el pecho

10. En el año 2000 björk protagonizó Bailar en la Oscuridad, un drama dirigido por el danés Lars Von Trier. Los conflictos entre ambos egos fueron constantes y ella terminó diciendo que no volvería a hacer una película. La artista  resume en una frase la experiencia: «Fue como si Napoleón intentara dirigir a Pipi Calzaslargas».

Helena Celdrán