«Siento que moriré de viejo algún día y que, justo cuando yo ya no exista, se inventará algo asombroso, y me lo perderé por completo». «Cuando uso gotas para los ojos, me preocupa que hayan cambiado la botella por una de Superglue y los ojos se me queden pegados para siempre». «Cuando vamos en coche tarde por la noche y veo uno igual al nuestro, me preocupa, cuando pase a nuestro lado, que en su interior haya una versión de nosotros con la mirada vacía».
El ilustrador, dibujante de cómics y animador estadounidense Frank Krause invita a compartir temores, fobias, neurosis y experiencias incómodas a cualquiera que necesite confesarlas. Él, a cambio, las trasladará a viñetas. Deep Dark Fears (Miedos oscuros y profundos) es el microblog donde las difunde.
Buscador de miedos «truculentos, divertidos y estrafalarios», mete también en el saco «los peligros que acechan en cada esquina». Él mismo admite tener «miedos irracionales» a los que a veces no deja de dar vueltas, entre ellos, sacarse los ojos «accidentalmente» con un lápiz justo tras afilarlo.
En 2012 empezó a escribir una lista de estos pensamientos y —posiblemente como terapia o desahogo— los dibujó y los colgó en su blog de Tumblr. El tráfico de la página creció con rapidez: los temores son recurrentes y universales, en gran medida giran en torno al dolor, al fin de la vida, a lo paranormal… Krause se enorgullece al recordar en una entrevista que no fue el primero en pedir a los visitantes que mandaran sus miedos, empezó a recibirlos de modos espontáneo. El proyecto ha dado tanto de sí que, tres años después, se convirtió en un libro del mismo título.
Abundan los pensamientos que tienen un lado cómico que nos impulsa a querer compartirlo. ¿Y si cuando piensas que estás en el cuarto de baño, realmente es un sueño y estás en otro lugar haciéndo tus necesidades? ¿Y si en verano, conduciendo con la ventana abierta, una bolsa de plástico se te pega a la cara y mueres en un accidente? ¿Se reiría la Policía al encontrarte? Por supuesto, la muerte ocupa un alto puesto en la clasificación. ¿Estaremos destinados a presenciar cómo el cuerpo se pudre? ¿Cuánto tardarían en encontrar tu cadáver si algo te sucediera?
Krause se mueve en un estilo esquemático sin renunciar a la expresividad, resume cualquier historia en cuatro viñetas, a veces incluso en dos. No se ríe de los miedos ajenos, pero al trasladarlo con dibujos, el toque infantil y humano de los personajes desdramatiza hasta la idea más oscura.
Helena Celdrán